2018
Publicado por Sonia de Arnau en el blog El blog de Sonia de Arnau. Vistas: 299
Hubo muchos cambios. Uno de los más grandes fui yo. Cambié y creo que no para bien. Me consideraba una persona bastante optimista y sonriente. Este año, al finalizar me miré en el espejo solo para darme cuenta que esa persona que solía ser ya no lo era. No queda nada más que la estela de esa alegría que me caracterizaba. No sé desde que punto en adelante comencé
Hubo cambios drásticos en mi trabajo que provocaron que este año tuviera mucho más estrés, y tuviera muchos arrebatos de cólera. Lo irónico del asunto es que el último mes del año 2017, se estaban preparando esos cambios y pensé que esos cambios iban a ser lo que esperaba, me equivoqué, fue peor.
Traiciones y decepciones de compañeros y amigos.
Desánimos uno tras otro. Pensamientos aterradores.
Malas noticias dentro de mi familia.
Confusiones que solo me hicieron ver la mala de la película.
Conocer personas llenas de versos hipócritas, mentiras y mucho odio.
Ver y leer noticias que hacen perder la fe en la humanidad.
Y un largo etc.
Este año viví; viví lo que es el mundo real. Podría decir literalmente que fui obligada a salir de esa burbuja que por muchos años me protegió. Y yo que pensaba que cuando había cumplido la mayoría de edad y que al comenzar a excursionar en el mundo laboral iba a experimentar lo que era “vivir” y cuando ocurrió, pensé que no era tan malo como lo pintaban, sin embargo, mi vida a penas había comenzado y que me queda una larga vida llena de incógnitas.
Todo a mi alrededor cambió junto a mi perspectiva. Ya nada era igual.
Aún así, a pesar de eso y considerar que este año fue una horrible experiencia, considero que me ayudará en el futuro porque, esas cosas crueles que sentí y viví, solo hicieron que me diera cuenta que tengo el apoyo de Dios y de mi familia. Ellos son el verdadero sustento y la fuerza que necesito.
No quiero que esa joven ingenua, positiva y alegre termine desapareciendo completamente de mí, por lo que veré el lado positivo de esas malas experiencias, como que me hicieron madurar. Y que si el año que viene o el próximo o el que le viene, me suceden experiencias similares o hasta peores, ya sé más o menos como enfrentarla y en quién confiar.
Diría que este año fue uno de los peores porque nunca había experimentado lo que experimenté, por haber visto el otro lado más oscuro de las personas.
Adiós 2018, fuiste un año horrible, no obstante, necesario. Daré bienvenida al año 2019 y le diré que tú me hiciste fuerte y que ahora estoy preparada para lo que venga. Sea bueno o no el futuro, estoy lista para demostrar que no soy fácil de derribar. Sobreviví un año más.
No todo está perdido. Crecer, errar, aprender y continuar caminando es parte de la vida.
Y, bueno, escribí esto más que nada en una forma de darme ánimo y recordar que no todos los años serán iguales. Y tal vez quiera volver a ser un poco ingenua y positiva al terminar esta entrada diciendo que; Presiento que el 2019 será mucho mejor.
a Liza White y Kileuffin les gusta esto.
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