[+18] El Extraño Mundo de la Reina Patricia. Capítulo 8
Publicado por J.Nathan Spears en el blog El blog de J.Nathan Spears. Vistas: 447
Saludos nuevamente, gente de FFL. Esto se los debía desde hace un tiempo. La idea era tenerlo antier miércoles 10 de Agosto, pero por alguna razón la función de postear en una fecha futura no funciona bien, así que dejo esto hoy mismo.
Ahora con la el disclaimer obligatorio.
El siguiente episodio contiene algunas escenas cochambrosas.
Se recomienda discreción a menos que seas un pervertido y tengas muchos amigos a quienes pasarles esta historia.
Muchas gracias por leer :)
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Capítulo 8: ¡Depredadores!
Nathan decidió que lo más saludable era dejar de ver ese espectáculo tan cachondo. Puso su mano en el hombro de su Swampert y le dijo
—Deja de ahorcarte el Swanna y recorramos este sitio
—[Oooooh… espera, ya casi termino]
El movimiento de la mano izquierda del Pokémon pegó una acelerada repentina. Siete segundos después, un liquido blanco y espeso salió de la punta del falo de éste, mientras soltaba un quejido de relajación
—[Ooooaaaah… ya acabé. ¿Qué decías?]
—Solo sígueme, pervertido.
Esos dos no perdieron tiempo en ir con Claire e instruirse en lo que para esa familia se había ya convertido en una forma de vida. Comenzando por…
—Esa de ahí es la letrina. Por si necesitan… ya saben
Al joven de bandana metálica se le formó una cara del más genuino asco possible. Por fortuna, Claire decidió aclarar algo
—Oye, puede que en tu tierra no estén acostumbrados a eso… pero descuida, tengo un par de Pokémon de tipo Agua que me ayudan a limpiar.
Y entonces, ella silbó con ayuda de dos dedos de su mano derecha. En el acto, aparecieron una Marill y una Golduck.
—Chicas, ellos son Nathan y Maxima. Nos ayudarán de ahora en adelante.
—[Mucho gusto] — Las dos Pokémon saludaron con una reverencia. El joven del siglo XXI y su Pokémon hicieron lo mismo.
—El placer es nuestro — Respondió el joven de veinticinco años.
—Creo que los adultos del rebaño ya acabaron su sesión de apareamiento. Una de las tareas que tenemos es la de contar los Pokémon.
—Entiendo — Dijo Nathan — Pero tengo dos preguntas.
—Dispara, jovencito — Retalió la chica híbrida
—Primero, ¿Cuánto es el tiempo de gestación promedio de la especie?
—Hmmm… — Ella se puso a pensar por unos segundos — Creo que no hay mucha diferencia. En las Mareep son 16 días, en las Flaaffy son 20 días y en las Ampharos son 23 días. Posterior a eso, los huevos tardan dos semanas cerradas en eclosionar y dar pequeños Mareep. ¡Son unas cositas adorables!
—Definitivamente, puesto que tú ya estuviste ahí.
El cumplido que Nathan lanzó hizo que ésta se ruborizara un montón.
—Es extraño… eres el único que me ha dicho esto alguna vez, además de mis padres, claro. — Claro que ella fue rauda en volver a la compostura — Pero bueno, al grano. Quiero que tú cuentes a los Flaaffy y Ampharos, mientras yo voy con los Mareep
—De ahí radica mi segunda pregunta, mi estimada
—¿Y qué sería?
—¿Debo contar a ti y a tu preciosa madre entre los Ampharos?
Eso hizo ruborizar más a Claire. Ella tosió un poco y dijo
—No. Solo cuenta a los demás. E intenta distinguir entre machos y hembras, por favor.
—De inmediato.
Luego de un largo rato contando, Nathan llegó a la conclusión de que había la bicoca de diecinueve Flaaffys y ocho Ampharos. Más específicamente, nueve Flaaffys hembras, diez Flaaffys machos, cinco Ampharos hembras y tres Ampharos machos.
—¡Qué bien! Yo pude contar treinta y nueve Mareep.
—¿Y qué hay de su sexo? — Preguntó Nathan con curiosidad
—Pues no importa. La gran mayoría son muy pequeños para pensar en reproducción, y de todas maneras es muy incómodo revisar la lana entre sus patas traseras — Contestó Claire con un goterón en su frente
—Buen punto.
Posterior a eso, Claire decide dar un pequeño tour a Nathan por las “facilidades”, las cuales se limitaban a un par de graneros. El primero para que las Poké-ovejas duerman y el segundo con un compartimiento para esquilar y otro para incubar huevos.
—Pues todo esto se siente acogedor — Comentó el joven de Lavaridge
—La verdad que sí — Contestó Claire, orgullosa
Finalmente, ella llevó a Nathan a un lugar más apartado. Solo había una pequeña pila de rocas ahí, y unos tres metros más allá, se encontraba la entrada a un bosque. Una vez ahí, la híbrida de Ampharos habló
—A este lugar, pues… lo llamamos “los límites”
—¿Y por qué? — Inquirió el pelos de trigal con curiosidad
—Estos bosques son el habitat de feroces Pokémon salvajes. Especialmente Mightyenas
—Oh… y me imagino que eso es malo para los negocios
—Así es. No podemos permitir que ellos se coman a nuestras ovejas. Mi madre y yo sabemos algunos ataques Pokémon para luchar contra ellos, por fortuna. Pero llegará el día en que ella no podrá ayudarme y solo podré valerme de mí misma y mis Pokémon.
—Es una dura realidad, pero confío en que la afrontarás de buena manera.
—¿Tú crees? — Claire preguntó, sorprendida por ese voto de confianza
—Definitivamente. Más que nunca debes confiar en tus propias habilidades y dar todo lo necesario de ti, si la situación lo amerita. Créeme que he estado en muchas situaciones de peligro en el pasado…
—Bueno, gracias…
Pero entonces, ambos pudieron escuchar un aullido ensordecedor…
—Oh, no…
—¿Qué fue eso? — Preguntó el joven
—¡Son ellos!
—[¡¡Mightyenas!!] — Exclamó el Swampert en su idioma, para luego avisar a los demás Pokémon — [¡Ovejas, escóndanse! ¡Vienen los lobos!]
En efecto, una jauría de por lo menos veinte Mightyena iban corriendo en dirección a Claire. Por fortuna, ella sabía usar…
—¡Rayo!
La joven híbrida usó su Rayo para amedrentar a los Mightyena, pero éstos no estaban dispuestos a renunciar a una rica cena de chuletas de cordero.
—¡Maxima, protege a Claire! ¡Iré a buscar algo con qué combatir a estas pestes!
—[¡Perfecto! Justo necesitaba un poco de ejercicio para mejorar la digestión. ¡Allá vamos!]
En lo que Nathan buscaba algo con qué defenderse, la Golduck y la Marill de Claire llegaron a usar sus ataques de Tipo Agua para intentar frenar a los Mightyena. Una vez mojados, un Rayo de Claire les haría más daño.
El Pokémon Pez de Fango, por su parte, decidió utilizer su ataque Onda Tóxica, con el cual buscaba envenenar a muchos Mightyena a la vez. Al poco tiempo, un Mightyena se había acercado lo suficiente como para tirársele encima a Maxima y morderle un brazo. Pero entonces un ataque de Rayo Señal le dio ese bribonzuelo y lo noqueó.
—[¡Hey! Gracias señora]
—[Llámame Scarlett, querido. Ese es mi nombre] — Era nadie menos que la matriarca de los de su especie: La Ampharos cachonda a la cual todos pudieron verle succionar el pito a otros machos.
Pero ahora estaba lista para combatir.
—[¡Aléjense de mi hija, bola de imbéciles!]
La guerra estaba más que declarada. Era hora de defender el nuevo lugar de trabajo…
O morir en el intento.
CONTINUARÁ...
========================================================Ya saben que sus Me Gusta y sus comentarios son más que bienvenidos :D. No tengo fecha fija para el siguiente episodio, ya que me metí en una actividad interforos con DZ. Quizás también publique esto en ese sitio, pero... ¿Quién sabe? xP
Hasta la próxima, amigos cachondos xP
==Nathancito vive aquí OwO==
(2010 - ????)
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