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Se supone que esto iba a ser una entrada hypeada por el maravilloso anime de Citrus, que resultó ser una animación mucho mejor de lo esperada. Pero me he dado cuenta, justo ahora, de lo cansada que estoy emocionalmente. Hoy en especial, este Día de Reyes, estoy especialmente agotada. Me siento... fatal. Con unas ganas tremendas de llorar que contengo a duras penas y un nudo en la garganta. La verdad es que no le cuento estas cosas a nadie. Me lo trago todo y finjo estar bien, pero hoy todo me deprime demasiado. Me siento sola, vacía, y echo de menos a mi madre más que nunca.

Ella amaba el día de Reyes. Siempre decía que ver la ilusión en los ojos de los niños al abrir los regalos por la mañana era una experiencia encantadora. Supongo que lo es. Me gustaría que pudiera ver a sus nietos abrir los regalos en un futuro, pero eso no pasará nunca. Mi día de Reyes se ha resumido en un día completo en pijama, viendo anime y tratando de obviar el tiempo que últimamente mi padre, en un intento de ahogar la tristeza, pasa en los bares en compañía de mi tío, el hermano de mi madre.

Solo escribo esto para desahogarme.