¿Por qué azul?, ¿por qué no?

Publicado por Fernandha en el blog #TodosConBugsBunny | • Ay-Ay •|. Vistas: 262

Alexa, mi amada psicóloga, siempre menciona que mi gusto particular por el azul se debe a que suelo asociarlo con la tranquilidad y protección que siento me hace falta en mi día a día. Francamente desconozco si es cien por ciento eso o sólo un gusto que puede cambiar y ya, debo admitir que estoy casi obsesionada con él sin embargo.

Y hoy que fui al centro me topé con el aula de Supera y vencerás (llamada de igual modo como "terapia") en donde los niños y unos cuantos adultos se adentraban en El libro negro de los colores. Así es. El salón es una terapia para personas ciegas -de toda una vida o debido a accidentes y/o enfermedad-.

Aún recuerdo cuando era una chiquilla y llegué diciéndole a mi amable Alexa un "La vida es una mierda en blanco y negro" para que después ella sólo me sonriera y trabajara conmigo todo lo erróneo que tenía mi anterior oración (pero admito que esa mentalidad de negro, blanco y gris sigue aún arraigada en mí pese a todo, problemas de la mente supongo).

La cuestión es que me hizo entrar a esa aula un día para leer aquél pequeño libro que, si bien no pude saborear como todos, terminó gustándome. Porque al parecer aprendí a sentir todo aquello que miraba y nunca me detenía a apreciar.


Es aquí donde mi apreciado y obsesivo azul ingresó.

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Él tiene una peculiar forma de decir qué es azul. Puede sentirlo, olerlo, saborearlo...

Para mí el azul es el sonido del agua repicar al llover o chocar contra la playa cuando voy al mar. Es salir al jardín y sentir el sol quemar tu rostro porque el azul no se dejaba tapar con casi ninguna nube; sabe a tranquilidad cuando tomo una ducha o a nostalgia cuando me recargo en la ventana para escuchar una canción y comienza a llover.

Para Tomás el azul es algo y para mí es otro pero al final viene siendo lo mismo. ¿Por qué? Porque tendemos a apreciarlo.

Incluso para este pequeño niño el amarillo: "sabe a mostaza, pero es suave como las plumas de los pollitos" o cómo el color café "cruje bajo sus pies cuando las hojas están secas. A veces huele a chocolate y otras veces huele muy mal."


Este libro es especial para mí. Porque no soy ciega de forma física sino mental, tiendo a encerrarme a todo cuando mis días malos pasan y no dejo que casi nadie entre, perdiéndome así de tantas cosas simple que Tomás relata y sólo me hacen sonreír.

Si alguien gusta de lectura variada, pese a lo corto que es, recomiendo mucho este pequeño mundito del niño Tomás.


a Amane y Jaizmar les gusta esto.
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