¿No es acaso el arte lo mismo que el amor?
Publicado por MiguelAngel en el blog El blog de MiguelAngel. Vistas: 340
Nos unimos, nos desvestimos, nos besamos, hacemos el amor y después somos dos desconocidos. Eso hace el artista con el mundo, abrazarlo para dejar en él un toque de un no sé qué que pueda mover las cotidianidades del abrazado. Como lo nombraba aquella compañera que conocí hoy, a esa a la que aún no le conozco ni el nombre: “el arte es todo erótico, el mundo es explicado y se explica a través de esa palabra tan hermosa, lo erótico” nos sentimos atraídos, nos sentimos dominares y dominantes, somos carnes que abrazan fuertemente lo uno y lo otro, nos estamos guisando por la cantidad de invasión que hay. Y henos aquí sentados compartiendo de la vida, del pensamiento, del deseo, de la música, del miedo, del anhelo, de la locura, del inconsciente y el consciente. Y quien sabe de cuantas cosas más que se escapan a las simples líneas de un escribiente.
Unos piensan aquello, otros piensan lo otro… aquél es apenas un hombre, no un artista, no le des ese nombre que aún no lo puede portar… El otro se envuelve para si en dos universos paralelos que hablan de cosas diferentes, el arte y la vida cotidiana, dos cosas que se juntan y se alejan en ese lugar de la creación… Es lindo verse en la diferencia de pensamientos, por ejemplo yo diría que para mí no puede existir el arte sin la vida cotidiana, es más pareciera por momentos que la vida cotidiana es el arte.
Para aquel el arte es la imaginación… ¿es decir aquello que se puede crear y que se aleja de la vida misma? ¿No es acaso un dragón de algodón de azúcar que se puede comer bajo el agua un invento imaginado pero de cosas que ya existen? La imaginación es uno de los lugares donde cabe el infinito, donde las vacas pueden hablar, donde el cielo se puede pintar de verde y donde el niño puede nadar como un tiburón, Pero no es acaso esta posibilidad de generar imágenes surrealistas e ideas digámoslo sobrehumanas, las que nos permiten de alguna manera comparar y entender la vida humana, ¿no es ese el fin de la vida misma, comprendernos hasta el día en que ya no podamos hacerlo?
Aquel nombra que el arte es innovar, ¿es decir que un programador que crear una aplicación nueva es en esencia un artista? Bueno el arte es tan amplio que seguro tiene que actualizarse y hacer del programador un artista… Sigo pensando que el arte es todo aquello que nos ayuda a ser más humanos, perdónenme si sueno un poco humanista, pero es que siento que es precisamente ese lugar el que hemos perdido, el que ya no sentimos, del que ya ni nos percatamos.
Otro compañero nombra la posibilidad de mejorar la cotidianidad es decir, embellecerla. Muy bonita su forma de ver el arte, pues es como una especie de salvador que llega a la oscuridad con su luz, yo agregaría a este pensamiento que aparte de embellecer la cotidianidad porque seguro que lo hace, también es la posibilidad de ver la belleza que hay en esta misma… ¿No es acaso un girasol una flor hermosa y perfecta en esencia? ¿No es acaso una manzana una hazaña del universo creada para que nosotros la apreciemos? ¿No es acaso la respiración de un árbol algo demasiado hermoso, el vuelo de un colibrí y el inflarse de un pez globo ante el peligro?
Hablemos también por los lados de la técnica, ese lugar que al parecer es necesario y que nos tiene reunidos en un mismo espacio de tiempo. Un hombre técnico es considerado en nuestra cotidianidad como un hombre virtuoso, porque ha logrado ejecutar de unas maneras ya convenidas un instrumento sea: piano, cuerpo, violín, voz, patines, violonchelo, bajo, espadas, guitara… tomemos estos pocos ejemplos de los miles que deben existir. Pienso que hay beneficios y contras en aquellos seres humanos que se han esforzado por ser netamente técnicos; por un lado pueden parecer que son como dioses que logran cosas que los otros seres humanos tendrían que pasar años ensayando para lograr, por el otro, se han olvidado de llegar realmente a lo que es esencial, el otro. No han utilizado su arte para atravesar el alma de si mismos y de quien los veo y/o escucha. Fatal a mis ojos si se quedan en aquel lugar.
Y están los otros seres humanos que con sus técnicas ya desarrolladas o no, logran llegar al otro, mover sus maneras de percibirse, llevar alguna historia que no solo se quedan en las palabras dichas, movilizar pensamientos, sensibilidades, percepciones, maneras e impulsos, entre las pocas cosas que puedo nombrar aquí de las miles que puede un hombre a través de su ser y su instrumento entregar al mundo.
Maravilloso escucharlos hablar, compartir de lo que para ellos, para nosotros, son nuestras verdades, nuestras maneras de resistir a un mundo en caos, un mundo que en vez de regalar nos está quitando un todo.
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