¿Mi peor pesadilla?

No había utilizado este espacio antes para nada, pero tampoco nunca descarté la posibilidad de que lo usaría un día y heme aquí, a punto de desahogarme un poco.

¿De qué? Bueno, resulta que dos de mis más grandes temores han decidió juntarse para hacer una combinación aterradora: las responsabilidades y los niños.

¿Eso qué significa? Que tengo trabajo (al fin). ¿En qué consiste? En enseñarle a dos niñas español. ¿Cuál es el problema? ¡Todo! Primero, soy pésima con los niños; nuestra relación es hermosamente reciproca: No nos gustamos nadita. Segundo, es un trabajo oficial, una responsabilidad seria y a mí éstas cosas me asustan como no pueden hacerse una idea. Me da miedo decepcionar a la gente; me da miedo que se hagan expectativas de mí que no pueda cumplir.

Y por si fuera poco, estaré enseñando, ¡enseñando! O sea que seré maestra. ¿En serio? ¿Saben cuántas veces me dieron ganas de matar a mis profesores? ¿De salirme de sus clases? ¿Saben a cuántos de ellos recuerdo con disgusto? Y ahora soy una, muy bonito. De todos los empleos posibles los que siempre puse al final de la lista eran cualquiera que tuviera que ver con educación, enseñanza, escuelas, tareas o exámenes, y decidí esto básicamente porque, bueno, los odio. ¿Pero qué creen? No adivinan, ¿cierto?

Pero de verdad, ¿en qué momento se me ocurrió imaginar siquiera que esto podía ser una buena idea? Si les digo que la única palabra que intercambiamos las niñas y yo en nuestra presentación de dos horas fue un simple "Hola" entonces tendrán que estar de acuerdo conmigo que esto me sacará canas verdes. Y me pregunto cuánto duraré antes de fastidiarla. Al menos espero que sea el verano completo; meh, al menos sería una experiencia y un nuevo logro.