¡Salve Dorotea!

Estimado, podría contarle muchas cosas que me han sucedido desde que partí hasta la fecha; situaciones, experiencias, sentimientos..., es por eso que me cuesta encontrar palabras adecuadas para expresarme y no sé muy bien como redactar el presente documento. De todas maneras intentaré ser lo mas conciso posible para que me pueda entender. Estaré escribiendo sobre la marcha por lo que pido que sepa entenderme si no soy muy formal o hay algo mal redactado.

El día que llegué a las orillas del este de la nación me vino una angustia terrible ya que sabia que me iría a enfrentar a lo desconocido, pero igualmente pude sobrellevar el sentimiento y me embarqué de todos modos. No le relataré mucho sobre el viaje porque es una trivialidad sin importancia. Cuando llegué al puerto de Palecántica mi primera preocupación fue la de conseguir algún hospedaje seguro para pasar la noche —llegué demasiado tarde—. Venia mareado, cansado y tampoco conocía en ese entonces las costumbres claves de la gente de Rea, por lo que no me sentí capas de negociar un buen precio; acepte casi la primera oferta que tuve.

P. P. ​