¡Que no se escape el chivo! [Relato]
Publicado por Kaisa Morinachi en el blog Crazy house. Vistas: 86
Ni chivos, ni cabras, en realidad es el borrego que nunca habla.
… Nah, mentira, si que habla.
Erase hace muy, muy poco tiempo, en uno de los lugares menos recónditos de averno, un par de criaturas dibujando en la infértil tierra del lugar.
—… Un perro —dijo el peculiar chico de cuerno enroscados, su acompañante hizo un puchero.
—Cerca borreguito, cerca —contestó el rubio demonio femenino—. ¡Más específico, más específico!
Otro silencio volvió a rondar por el lugar, el tipo parecía concentrado y la "niña" le miraba expectante. En la tierra había dibujado un ovalo vertical, con cuatro líneas por debajo que simulaban las patas, otra en uno de los extremos del ovalo y por el otro lado habían tres círculos bastante juntos, con un par de formas algo extrañas cada uno, habían otro par de líneas delante de estos ¿Simulaban ser gritos?
—… ¿Un... perro deforme? —sugirió dudoso, sin perder su ceño fruncido, su cara de cansancio y manteniendo su mirada algo indiferente, se quedó observando el dibujo de rodillas, apoyado en una mano, técnicamente, en tres patas. La demonio suspiro, y dejo de estar en la parecida posición de su compañero, incorporándose sobre sus propias piernas, suspiró.
—Jo ¿Tan mal es? Yo pensaba que por fin había logrado hacerlo bien— El chico carnero le dirigió la mirada un momento, para después volver la vista al dibujo casi de inmediato, se encogió de hombros.
—No lo sé, no recuerdo la última vez que vi a alguien dibujar— ¿Estaba tratando de animar a su acompañante? — No soy quien para juzgar.
—Bueno, da lo mismo— La chica volvió a apoyarse en sus rodillas y mano izquierda, mientras que con la libre borraba el dibujo—. Era el Can Cerbero... Puede que cómo nunca lo haya visto no salió bien—. Trató de justificar su falta de habilidad—. Te toca—. Le entregó el palillo que usaban para marcar la tierra, el lo recibió en silencio y quedó analizando el terreno, preguntándose que dibujaría.
Iba a empezar a dibujar cuando escucharon una voz a sus espaldas.
—¡Con que aquí estaban! ¡Los he buscado por todos lados! — Una voz enérgica, fuerte, para nada chillona y perfectamente gesticulada—. ¡¿A que lindo borrego trasquilaremos hoy?!
Un sudor frío recorrió la cien del muchacho, quien estaba estático del miedo, sentía como su corazón iba acelerando cada vez más y más.
—Borre, corre.
Se transformó sin más en un peculiar carnero con lana de oveja, de muy pequeña estatura, salió brincando apenas pudo reaccionar.
—¡Hey! ¡¿A dónde crees que vas?! ¡Esa lana va a ser mía! — Dio un paso para ir a por el "muchacho", pero sintió que una presión en su cintura se lo impedía, se habían aferrado a ella— ¡Amare, suéltame! ¿Qué dioses crees que haces?
—¡De-deja a borreguito en paz!
La mayor tan solo gruño algo frustrada, no sería capaz de pelear con la chiquilla, menos aun con la posibilidad de que Anette se enterara, eso provocaría una pelea que quería evitar a toda costa con esa tipa.
"Fea, fea, fea" Se repetía el carnero en su cabeza, escapando con saltitos algo altos para su contextura.
Claro que no, pero por ahora fingiría que lo hacía.
—¡Okey, Amare! Tú ganas, dejaré a Borreguito tranquilo ¿Puedes soltarme por favor? — La pequeña enrojeció, en todo el tiempo anclada a la mayor no notó la gran cercanía que tuvieron. Se alejó tres pasos de inmediato.
—Lo-lo siento, y gracias —contestó mirando el piso con nerviosismo.
—Tch, si, lo que sea, ya vete a ver a Haka, de seguro también anda como loca humana buscándote—. Le revolvió la rubia cabellera, a lo que Amare cerró sus ojos.
—¿Es... estas segura de eso? —preguntó titubeante mirándole a la cara, esta le devolvió una feroz mirada.
—¿Acaso me estas diciendo que soy una mentirosa? — Sus parecieron tornarse a un ámbar brillante, Amare tragó grueso.
—N-no, claro que no, ya me marcho.
Y así dejó en paz a la de cabellos azabache, la cual había suspirado ¿En serio se creyó que dejaría en paz al carnero? ¿Anette no le había enseñado nada? Esa tipa era la ingenuidad andante, no pudo evitar sonreír, más le valía a Haka cuidarla bien.
finDespués le hecho una revisada para corregirle posibles errores, y cómo siempre, hago una maraña con los tiempos narrativos.
Borreguito y otras variantes, las chicas no saben si tiene otro nombre, pero ellas le dicen borreguito.
Como siempre, gracias por leer esta maraña de cosas apresuradas y descuidadas hasta acá, espero que la hayan disfrutado por lo menos un mínimo.
a Rita le gusta esto.
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