¡Julio te desafía! Día dieciséis

Publicado por Lucas Diamond en el blog Blog de Lucas Diamond. Vistas: 248

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Buf, aún la recuerdo con tanta claridad... Estaba muy pero que muy nervioso, no quería estar ahí, pero me obligaron. No mentiré, tenía verdadero miedo. No sé bien como explicarlo, pero después de tantos años acostumbrado, viviendo tranquilo, sin pensar que pudiera pasar de verdad, me vi metido en todo el embrollo.

La primera vez que entré a mi nuevo colegió después de cinco años en el mismo fue de los momentos en que peor lo pasé. 15 de septiembre de 2008, dejé definitivamente todos mis amigos atrás para entrar en una clase desconocida, donde al único chico que conocía apenas lo vi un par de días en un curso en verano y no me llevé bien con él. Entré al colegió con mi madre, agarrado de la mano sin querer separarme. Me dijeron que podría estar en clase con la hija de unos amigos de mis padres que se llama Irene, pero no tuve esa suerte, me tocó en el otro grupo. Sonó el timbre y tuve que irme a la fila, siendo el último, detrás de otra chica que se llama Carmen Otero. Nuestra tutora bajó para indicarnos la clase que nos tocaba, así como para informarnos de que sería nuestra tutora, y cuando todos iban subiendo se acercó a mí para intentar calmarme un poco; se llamaba Mari Carmen.

Ya una vez en clase, nos fue colocando como le iba viniendo en gana, siempre teniendo en cuenta lo que le había contado de nosotros el profesor del curso anterior (o de ellos, mejor dicho, porque yo acababa de entrar). Eché una mirada a todo el grupo, y hubo dos personas que me llamaron la atención: el que sería mi mejor amigo durante todo el colegio, el cual me pareció detestable solo con verlo (no me preguntéis por qué, no me llevé una buena impresión de él hasta el tercer o cuarto día), y la que actualmente es mi mejor amiga, la cual sí que me inspiró confianza desde el primer momento. Y, por qué no decirlo, en ese momento pensé que ya que me encontraba solo ahí, me gustaría hacer nuevos amigos, empezando por ella, y poder estar en su grupo.

Me tocó sentarme en la esquina izquierda, en la última fila, y tenía enfrente a un par de chicas: Carmen (la que estaba delante mía en la fila), María y Sandra. La profesora se presentó, nos habló de los libros, y nos pidió que cogiésemos los diccionarios. Estos se encontraban al fondo de la clase y había que repartirlos. ¿Qué se le ocurre a la profesora, la vida, el destino o lo que sea? Pues que los dos que parecen más tranquilos y buenos vayan a recogerlos y repartirlos; esto es, Andrea y yo.

Nos acercamos al fondo de la clase y lo primero es sacar todos los diccionarios del estante y colocarlos sobre la mesa. Mientras hacíamos esta tarea, Andrea me propuso que si quería estar con ella y sus amigos en el recreo. No me lo pensé dos veces, dije que sí (?

Y bueno, supongo que así, día a día, nació una bonita amistad. Parece sacado de película, demasiadas coincidencias, pero cien por cien verídico, nunca se me olvidará ese día.




Espera..., ¿que esperabais otra clase de información en esta entrada de blog? ¿A qué os refer...? ¡Pero bueno, ¿por quién me habéis tomado?! No es como si no tuviese nada que contar respecto a ese asunto... (?
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