No sé si debería volver a intentar pasarme por aquí más seguido, daño a nadie le hace, ¿verdad? Y tampoco está mal comentar a la gente que vio cosas de mí en algún momento cómo me está yendo. ¿Quién sabe qué es lo que atrae a las personas? Bueno, ahora mismo paso para hacerme (y a una amiga) un poco de promoción. A quien le interese. Tengo un desastre de historias en Wattpad e Inkspired que, al menos alguna, podría interesarles (incluida una colección de relatos, microrrelatos e historias cortas que probablemente sea eliminada en algún momento por salir en circulación). Me he creado un Patreon, por lo que voy a estar compartiendo allí todas las historias que tengo que no están en ninguna otra parte, ni siquiera Wattpad e Inkspired. Tengo una increíble mejor amiga que está intentando sacar adelante su negocio, llamémosle, y es correctora de texto, coach de escritura y lectora beta. Pueden encontrarla en Twitter e Instagram. Si no la necesitan ustedes, ¡tal vez alguien que conocen! O alguien que ellos conocen, nadie sabe. Que ya con eso estoy abusando de la amabilidad de todo el mundo, ¿verdad? Ni siquiera sé si estoy autorizada a compartir ese tipo de cosas, ha pasado un tiempo desde que estuve plenamente aquí, así que discúlpenme. Me es difícil echar raíces en alguna parte, pero los recuerdo con cariño.
He tenido la intención de escribir algunas cosas sobre mí, pero siempre hay algo que me detiene. El cansancio, en primera instancia (tuve una mañana que no le deseo a nadie, todavía sigo recuperándome). En pensamientos posiblemente equivocados, en segunda. Creo que no es un secreto el hecho de que me siento como una extraña aquí (y realmente estoy intentándolo), aunado a eso considero (esto no es una novedad) que no les intereso en lo absoluto. Con ello, incluso el pensamiento de compartir algo se diluye como un gasto de energía. "¿Para qué intentarlo si no voy a tener una contestación?". En ese punto soy bastante negativa, pero no pueden culparme. Ustedes son una comunidad que se conocen entre sí desde hace tiempo, y en su mayoría incluso en persona. Lo que pienso es: "a estas alturas de la vida no van a querer darse el tiempo de conocer a alguien nuevo cuando tienen a sus personas de confianza al alcance". Es verdad desde mi punto de vista. Y, claro, puedo hacer el intento, pero ya me siento bastante decepcionada de las personas (otras causas aparte) con eso de la amistad.
Soy una criatura sensible, como probablemente muchas personas. Pero no estoy rodeada de sensibilidad. A mí alrededor sólo hay personas que me atacan sentimentalmente, que me provocan desear el no sentir, que me incitan a ignorar, a no hacer caso, que su solución es que me cierre a los sentires. A los que me afectan, dicen, pero uno no puede cerrarse a unas cosas y permanecer abierto a otras. No creo en el término medio, y he sido testigo de que no existe. O es todo o nada. Toda mi infancia y comienzos de mi adolescencia fue así. Estuve cerrada a todo, negada por alguna razón que desconozco, y lo único que me queda de esa época es nada. No tengo recuerdos, no tengo palabras, no hay nada de esos días como para saber qué se sentía. Probablemente no lo hacía. Y desde que me abrí, bueno... no es que tenga la mejor memoria de todas, pero al menos me hago una idea. Y siento, siento mucho, pero siento. Y he sufrido bastante, de formas en las que me planteo que quizá sea mejor no sentir. Pero no hacerlo me parece la peor de las opciones. Creo que la esperanza del, déjenme engrandecerme, planeta son las personas que sienten. Sienten el dolor que nosotros, los humanos, hacemos e intentan detenerlo. Si no se siente no se toma conciencia. Eso creo. Tiene que afectarte de alguna manera para que decidas hacer algo a favor. Me vuelvo loca por la estupidez común cada vez que salgo de la casa. Pero identificarla es un paso, saber qué se puede hacer para corregirlo otro y tener la potestad, la firmeza y el coraje de cambiarlo el más importante. Yo no tengo coraje, soy abiertamente una cobarde, pero siento. A pesar de los años de muy sentido dolor, he decidido continuar sintiendo, con todos los sentimientos que eso acarrea. Y de una u otra forma, por esa decisión me siento bastante valiente.
Soy un fracaso. Yo soy el miembro de la familia que catalogan como inteligente, el que hará de su familia un éxito, quien no puede defraudar al resto porque soy el cerebro, soy la genio, soy el ‘futuro’. Apesta. Nunca me he sentido así. Que las matemáticas hayan sido sencillas para mí en la escuela no significa nada. Creí que sabía lo que quería hacer en mi futuro, lo que quería hacer con mi vida, el camino que tomaría… cuando me gradué del colegio todo eso estaba “seguro”. Cuatro años después sólo me siento abrumada. Abrumada, estresada y deprimida. Mi entrada a la universidad se retrasó dos años por un absurdo problema con mi documentación, no podía emitir mi carné de identificación y sin eso no podía matricularme en la universidad. Cuando al fin se resolvió, después de dos depresivos años en los que no pude hacer nada productivo con mi vida más que ayudar –en lo que podía, porque no siempre tenía la facilidad- con las tareas de mates de mi hermanita, seguí creyendo que sabía lo que quería, que mi futuro estaba asegurado. Y una mierda. Siempre odié el sistema educativo de mi país. Antes de meterte en la carrera debes pasar una etapa de ciclo básico con doce materias. Ahora sólo se necesitan diez créditos para ingresar a carrera, pero no te puedes graduar si no apruebas todas las materias, incluyendo las del ciclo básico. Tuve problemas con algunas materias de ese ciclo, especialmente las que menos me gustaban, pero me divertí bastante con las de ciencias. Eran fáciles. Eran sencillas… eran básicas. Pero entrar a carrera implica dejar lo básico. Y yo aspiraba a una licenciatura en matemática pura. Sí, suena genial. La gente siempre reacciona de una de dos maneras: o se asombra o se aterra. Bueno, yo estaba encantada… hasta que entré a carrera. En mi primer semestre como matemática sólo pude llevar dos materias que apenas aprobé. Sí, las aprobé, pero apenas. Y al menos de una salí sin entender qué carajos estaba haciendo. No entendía nada, y eso no debía ser normal. Ahora, hoy, acabo de “terminar” el segundo semestre en carrera y sólo puedo describirlo como absurdo. Fue absurdo. Fue deprimente. Mis ánimos decayeron con el comienzo de este año, así que tampoco tenía la disposición para enfrentarlo, por lo que me arrolló. Al principio del semestre tenía clase todos los días, cinco materias. A las dos semanas retiré dos. Después de tres meses tuve que retirar una tercera. Y ahora, hoy, tuve que retirar una cuarta. A fin de mes sabré con cuánto logré pasar la quinta, si la pasé. No necesito de toda esta diatriba para decir cómo sé que la ciencia no es lo mío, pero necesito desahogarme porque siento que me estoy ahogando. Lo supe desde el principio, al menos las primeras semanas de Física General fueron divertidas, sólo estábamos haciendo memoria y repasando lo básico. Luego se torció, para mí. Me sentía fuera de lugar. No entendía para qué hacíamos lo que se hacía y cuando estaba segura de que sabía me encontraba con que pensaba las cosas mal. Parezco muy lista, pero no tengo pensamiento científico. Y todo esto ha sido una absoluta estupidez, un completo gasto de energía y emociones. Cuando comenté lo de abandonar la carrera en casa, se escandalizaron. Porque yo iba a ser la exitosa, la extraña de la familia que haría algo que no era muy comprendido. La que lo comprendería. Bueno, al diablo. Las matemáticas eran más divertidas en la escuela. Siempre he seguido el rumor de que el más listo del colegio es el que termina trabajando como cajero en un McDonalds. Es gracioso, pero quizá tenga sentido. No sé qué hacer con mi vida. Soy una obsesiva con la gramática y la ortografía pero no por eso estudiaré Letras o me inclinaré como profesora de español. Podría ser tutora de matemáticas para los chavales, pero es algo más de medio tiempo. Mi proceso de escritura es un fastidio como para vislumbrar vivir de ello. Mis opciones… desaparecieron. Y… no sé qué hacer.
14 de febrero, el día internacional del amor y la amistad. No creo en eso. No necesitamos un día señalado en el calendario para dar gracias a tus amores o a tus amistades por haber llegado a tu vida, puede ser en cualquier otro de los 364 días existentes. ¿Un día? Patrañas. Tú sabes eso de mí, ¿no? La razón de que aun así participe en esto es porque la idea me pareció muy bonita, así como tú –eres hermoso, no fastidies. Pensar en ti es como pensar en el cielo o en el mar, sabes lo mucho que me gustan, ¿no? Siento la diferencia contigo, ese “sí, puede ser” que nunca había percibido, estas ansias de querer saber hasta dónde podemos llegar. Hemos avanzado mucho y ¿cuánto tiempo tenemos juntos? No siento como si estuviésemos apresurándonos, cada paso contigo es seguro y firme. Cada meta, cada sueño compartido, cada anhelo.. se harán realidad, lo sé. No hay nada mejor que pueda decirte que lo que te digo personalmente, así que no voy a excederme más. Tú eres mi seguridad, mi amor, Lazy :quis:
Ya han pasado dos meses desde que me lastimé la muñeca y apenas he podido volver a escribir con naturalidad... con consecuencias, por supuesto. Mi mano ya se siente mía, el 90% de las veces, y aunque no debería estar haciendo esto -escribir una entrada, permanecer escribiendo mucho rato- me sentía en la necesidad de hacerlo, al menos una vez hasta recuperarme por completo. Ha sido casi asfixiante no poder sacar de mi sistema lo que me molesta, me expreso mejor escribiendo que hablando y cuando hablo me siento abrumadoramente torpe. Ha sido muy difícil no dejarme llevar por la inspiración para escribir todas las buenas ideas que se me ocurrieron en ese lapso. No creí que sería tan pesado vetarme voluntariamente a leer nada en este foro porque sé que querría comentarlo -o criticarlo, para ayudar. Así que eso ha sido, por eso no he estado aquí. Por eso, NeverMore, te pido que me tengas un poquito más de paciencia -tuve un sueño en estos días donde me llegaba una notificación que decía que era expulsada de los críticos por el tiempo de ausencia @.@-, que quiero, muchísimo, seguir leyendo y continuar ayudando a los lectores con lo que pueda decirles, pero según lo veo este es el momento más crítico de la recuperación: cuando puedes pero sabes que no debes si no quieres extender el problema. Prometí que no escribiría durante esos dos meses y lo cumplí. Ahora tengo que prometerme ser más cuidadosa, porque todavía no he recuperado mi mano del todo. Es probable que solamente me vean pululando por aquí sin participar en nada hasta que sienta que puedo sin lastimarme, así que les deseo unas felices fiestas y un bonito año nuevo ♡~
Ayer tuve una crisis... interna. Estaba haciendo mi tarea, o frustrándome por no lograr hacerla correctamente, cuando empecé a cuestionarme lo que estaba haciendo con mi vida. No estaba sintiendo ninguna satisfacción, me sentía dentro de una rutina que cada vez me costaba más llevar sin emitir alguna queja. Fue muy frustrante, aún ahora me siento un tanto frustrada y considero que fue un episodio que no se va a resolver hasta que me aclare al respecto. Especialmente después de lo que escribí esta mañana, que me hizo darme cuenta que ese episodio puede ser solo el comienzo de algo muy dentro mío que se cansó de no recibir atención. Estuve mucho rato preguntándome a quién mostrarle aquello o con quién lo debería conversar, pero... me estaba ahogando, y hacer lo que siempre hago con esos brotes -borrarlo- no iba a mejorar mi estado. Así que, aquí está. Contenido oculto: Telarañas ¿Cómo puedo aspirar a la perfección si no soy perfecta? Soy una completa colección de imperfecciones. Tengo fallas de visión –Gianna Vival–, fallas de audición –Megara Hellman y Amayah Nomura–, fallas de salud, en la espalda y los pies –Annelise Vitalia–, constantes brotes de alergia. A veces tengo complejo de superioridad –Coreene Moore–, soy irascible, intensa –Fiorella Vival–, y me han acusado de darle un significado propio a las palabras ajenas. Le parezco rara a los demás, llamativa, interesante –Tahnee Borge–, pero solamente es la capa superior; nadie sabe lo que hay debajo, ni siquiera yo. Soy un manojo de nervios, una composición de desilusiones y esperanzas rotas. Algo destrozado, estropeado, averiado… inútil. Cuando acepto un aspecto de mi vida, entro en discordia con otro. ¿Realmente la vida debe ser necesariamente difícil? ¿Lo que uno quiere hacer debe ser tan complicado de alcanzar? * Los nombres que pueden ver son parte de mí, personajes que están actualmente activos en los roles del Foro Dz y representan esos aspectos de mi vida.
Al menos desde hace... ¿dos meses? Empecé a ver una psicóloga, aunque para el día de hoy ya va un mes en el que no puedo / se pospone / me cancela la cita. No me lo pone muy difícil, he estado considerando la idea de dejar de asistir, pero... solo lo ando pensando. Las sesiones son diferente a como las recordaba -tuve que asistir por ahí por el 2012 y encontré a la misma psicóloga que me atendió en aquel tiempo, así que no hay mucha incomodidad-. Antes solo llegaba al lugar y hablaba sin parar, recibía consejos, tips y formas diferentes de ver / enfrentarme a la vida... Ahora, al menos las pocas veces en las que he ido, el tiempo se concentra para tratar algo en específico. Y eso me hizo darme cuenta de algo importante. Necesito hablar. No hablar de algo en específico o un tema en particular... Tengo que hablar de todo, de nada, de las tonterías que se me ocurren a cada segundo porque eso es lo que me agobia, me asfixia, me hunde y provoca que pierda el control. "Te ahogas con aquello que nunca dices" y ¡santo Dios! Es verdad. A diferencia de varios años atrás, estoy hablando... pero no es suficiente. No hablo con la intención de gustar, comento esto porque al principio "le gusto" a las personas, pero mientras más tiempo pasan conmigo más comienzan a ver los términos "extraña", "rara", "diferente" y derivados como algo malo. Hablo porque soltar las palabras me hace sentir mejor, porque es sano. Es un poco solitario que el ciclo se repita constantemente y todo termine en la misma conclusión. Es triste y hasta dañino hacerme esperanzas de que todo culminará de un modo distinto cuando siempre ha sido el mismo modus operandi, aunque no quiero decir con eso que creo que las cosas permanecerán siempre igual. Es una etapa de la vida que debo superar porque luego encontraré a aquellos que estarán conmigo. Sin embargo, por el momento, voy a hacerme cargo de aquello que necesito para estar en paz conmigo misma, y eso es dejar de guardar las cosas, empezar a hablar.
Tuve un buen amigo durante mucho tiempo, me gustaría bastante poder decir que seguimos siendo amigos, pero la vida ha decidido que es mejor solo ser conocidos. Esa persona fue de mucha ayuda en una etapa muy importante de mi vida, aquella en la que decidí comenzar a escribir. Siempre me animó, constantemente me decía "No dejes de escribir". Él repetía mucho que yo podía ser muy complicada, pero que no importaba sobre qué escribiese, era capaz de encontrar una parte de mí en cada una de mis palabras. Sinceramente, no sé cómo lo hacía. Me da muchísima curiosidad lo que otros perciben cuando me leen. Sin embargo, de entre todas las amistades que tengo y he tenido, ha sido el único que insistía en leer todo, absolutamente todo, sin importar que tan corto, extraño, extenso, bizarro, personal o indiferente sea. Siempre quería mis palabras, mi legado, esa parte de mí que quiero dejar en los demás. ... PD: Sentí la necesidad de escribir sobre él porque hoy pensé algo y le envié un mensaje. No hemos perdido el contacto, es muuuuy limitado. Me hace tanta falta.
Acabo de hacer lo más difícil hasta ahora en mi carrera como escritora: he borrado públicamente mis legados. Todo lo que escribo, para mí, es un 'legado', algo que le dejo al mundo, una pista de lo que soy para quien se atreva a leerlo. Y, hasta ahora, el espacio más parecido a eso que he tenido ha sido Wattpad, pero no me convencía. Nunca me gustó Wattpad. Tras leer una publicación de... ¿Plushy? al respecto me convencí de que no tenía por qué confiar en Wattpad, por lo tanto, acabo de eliminar mis historias de esa plataforma. Fue díficil, pero sinceramente creí que me dolería un poco más. Secretamente tengo la intención de subirlas -luego de una edición y de terminar las inconclusas- aquí en FFL. Al parecer le he puesto otra esperanza a este bonito espacio.
Weeeeeeeell... Desde que escribo he intentado mantener un diario / agenda / blog, varía por la edad que tenía en el momento (?) y creo que el que más me duró tenía marcas de mi presencia una vez cada trimestre... Triste. Veamos cuánto dura este. Le tengo muchas ganas porque hace apenas unos días -llevaba rondando FFL cerca de una semana antes de haberme decidido al fin por registrarme- me decía que usaría este blog para poder contar lo que usualmente no puedo. Tengo mucho que decir que no va a ninguna parte porque no logra darse la conversación, el interlocutor no me pregunta más al respecto o lo olvido entre los incontables temas. Espero, de veras que sí, lograr desahogarme acá. Necesito, de veras que sí, vaciarme un poco. Compartir todo lo que pienso. Entonar con personas que van por mi misma línea. Dejar de estar yo sola. Así que sí, FFL me da esta esperanza.