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  1. Un dolor pesado y pegajoso instalado en mi pecho.
    Viscoso e intrépido se cuela entre los sin fines de mi alma llenandome de aquello que no soy y llevándose eso que soy, o era.
    Los días funestos y oscuros acaban con la primavera de mi vida. Dejandome en un frio y estéril invierno.
    Avanzada desesperanza intrépida, que me eclipsa y condena a una soledad oscura.
    Ya no hay lugar para ser quien era, ya he perdido la batalla.
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  2. Todo lo que me rodea me demuestra que soy una pésima escritora, incluso yo misma.
  3. Leí un nuevo libro. Arranqué una nueva carrera. Tengo una nueva rutinaria diaria. Me dejó porque soy una persona poco trascendental. No todo se puede consevar en la vida.
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  4. Personas qué son ellas y a la ves son otras, qué tienen un rostro que no tienen en realidad, qué son varias en una y muchas en ningún lado.

    Lugares que jamás conocí convertidos en el ir y venir diario y los sitios acostumbrados parecen nunca haber existido. Sitios que son otros y todo es igual, nadie parece darse cuenta y si lo hacen no dicen nada, yo tampoco.

    El día y la noche ya no parecen existir, no hay tiempo, ni horarios. Todo se convirtió en un eterno crepúsculo, llano, vacío, oscuro, retorcido, cambiado. Muchos hablan y poco dicen, pero cuando el silencio abunda todo se parece decirse solo.

    Las cosas vuelven y se van, las personas están y no a la ves. En un parpadeo podes aparecer en otro lugar, totalmente diferente y alejado a donde estaba al principio y eso es normal, por lo menos lo es mientras estas allí.

    La vida pasa y no podemos detenernos o detenerla, no hay tiempo para pensar, las cosas suceden de esa manera y es inevitable
    a dango y Angelivi les gusta esto.
  5. Corré, corré más rápido, no pierdas tiempo, no le tengas miedo a lo que parece ser el final de la calle, vos solo corré. Seguí en la dirección que quieras, nadie es quien para dirigir el rumbo de tu camino. No te detengas. Acordate que tenes que llegar hasta el final con la frente en alto, sonriendo victorioso, me lo debes.
    Lo importante es que corras, de lo demás no importa nada. Vos sabes que siempre voy a estar ahi al lado tuyo, para alentarte a seguir corriendo a tu meta. Jamas voy a esperar algo de vos que crea que no podes hacer, asi que cuando te diga "corré que vos podes" solo hace caso carajo.
    Esta es la carrera de tu vida, pero no es el único camino, por eso vos corre libre por donde quieras. Acordate que el que no sigue el camino marcado no es el boludo, sino el más sabio.
    Jamás dudes de vos mismo, vos sos la clave para ganar tu carrera. Yo sé que a veces uno tiene miedo y que las cosas no parecen salir como deberían pero la vida, al igual que un camino, tiene sus curvas y rectas, sus altas y bajas.
    Ahora disfruta y seguí corriendo, que cuando te quieras dar cuenta ya vas a haber llegado y no vas a creer lo rápido que avanza el tiempo.
    Corré y se vos mismo siempre. Corré pero alguna vez descansa cerca de casa. Corré y aprende nuevas cosas que te hagan tanto bien como mal, que de todo se aprende. Corré pero frena cada vez que puedas ayudar a alguien. Corré buscando tu felicidad y que los demás se caguen. Corré antes de que el tiempo te atrapre, a vos alma joven encerrada en un cuerpo cambiante y jamas dejes que ese desgraciado te robe tus virtudes. Corré rápido y demostrale al mundo que sos todo eso que yo veo en vos.
  6. Basta, me canse, no lo soporto más. No quiero que las cosas sigan así, esta situación ya me desgasto totalmente.
    Te vas y vuelves sin preguntar ¿ Supones que yo te voy a esperar incondicionalmente?
    Lamento decirte que no estaría tan segura.
    Es inconcebible la cantidad de veces que añore tu tacto, tus besos, a ti.
    Y ahora ya nada me importa, si quieres ya no vuelvas, ya me canse de esperar.
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  7. Somos de esos que los atemoriza el mañana y el ayer, solos entre nosotros, separados analizamos el mundo que no nos atrevemos a cambiar.
    Recordar nos provoca sufrimiento y desear por un futuro diferente incertidumbre. Somos incomprendidos, ya que ni siquiera nosotros nos entendemos.
    Pero esto no es culpa nuestra solamente, el mundo es el que nos excluye, él y sus habitantes que nos distancian de ellos, que nos ignoran.
    Algún día me atreveré a salir de las oscuras sombras de mi exilio y lucharé contra mis temores.
    Pero eso no será hoy, hoy seguiré escondida y asustada del todo. Ya lleguera el día, lo sé
  8. Ignorancia que abunda en mí, que pesa y tortura mi cuerpo.

    Tan tonta yo entre tanta inteligencia ajena.

    Benditos aquellos que saben, desgraciados nosotros que vivimos en la ignorancia.

    Que cansada estoy de vivir sin saber nada, pero que difícil es tratar de saberlo todo.

    Muchos desean levantarse un día y saberlo todo, yo prefiero disfrutar el viaje.
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  9. Su lengua subió lentamente por la espalda, mientras con la mano apretaba su nalga.
    Regó besos por todo su cuello y dejó algunas marcas.
    Siguió lamiéndo hasta el ombligo donde mordió fuerte consiguiendo un duro gemido.
    Al llegar a la ropa interior tocó por debajo con su mano hasta que su lengua se decidió a seguir el juego.
    Chupo, tocó, acarició y entregó todo, recibiendo un gustoso y crudo gemido que provocó su propio orgasmo.
  10. El tiempo, la distancia, el alcohol todo lo vuelve difuso. Los recuerdos poco claros, bañados en vacíos me llenan de incertidumbre.
    ¿Que puedo hacer para recordar?
    ¿Porque estoy destinado a olvidar los que pueden haber sido los mejores momentos del mundo?
    ¿De que me sirven los pedazitos?
    Yo quiero acordarme de todo o no quiero saber nada.
    Quiero el pan entero, no quiero más migajas.
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  11. Se paseaba por el salón despojada de toda prenda y pudor, se mostraba a cualquiera que quisiese verla.

    El movimiento de sus caderas producía que el velo con monedas que tapaba su rostro creara un alegre y llamativo sonido. Todos los presentes la miraban, algunos disimulaban más, otros sin vergüenza la miraban fijamente, las mujeres sorprendidas se avergonzaban y bajaban la vista cuando pasaba cerca de ellas.

    Era un morena grande, con pechos turgentes, depilada, brillosa, de largas piernas, con un gran trasero duro y redondo, era delgada pero con músculos levemente marcados en todo su cuerpo. Con el cabello largo hasta el comienzo de su espalda baja, lacio, oscuro, negro y llamativo.

    Su rostro no se veía, lo tapaba el velo de tul rosa, pero cuando la luz de las velas le alumbraba el rostro se llegaba a distinguir la belleza de sus facciones. Labios gruesos, pómulos marcados, ojos negros y profundos, grandes pestañas, era simplemente hermosa.

    La fiesta demasiado concurrida no paraba de asombrarse de la belleza de aquella mujer. Después de un tiempo hombres y mujeres la perseguían con la mirada. Era el único tema de conversación, ya que la situación era demasiado tensa para hablar de otra cosa.

    El anfitrión contento de que todos admiraran a su nueva adquisición la paseaba junto a él, la llevaba y la traía para asegurarse de que todos los presentes la hallan visto en todos los ángulos posibles.

    La joven morena no tenia expresión en su rostro, estaba cansada, aquellos pisos de madera lastimaban sus pies descalzos. Pero igualmente estaba contenta porque esperaba que entre la gran multitud llegara él.

    Entonces cuando tocaron las doce en la gran campana de la iglesia, todos se tensaron y miraron hacia la puerta, simplemente esperando. El anfitrión se paró enfrente de la puerta, con la mujer a su lado y todos los invitados se pararon a su alrededor. Se respiraba la tensión en aquel lugar, todos alertas, serios.

    Cuando ya pensaban que nada pasaría se escucharon disparos, el terror corrió por la gran mansión. Las mujeres agarraban a sus niños y buscaban donde esconderse, los hombres buscaban sus armas y bebían grandes tragos de alcohol para tomar valor. El anfitrión no se movió de su sitio, ni soltó a la morena, que permanecía a su lado ahora con una sonrisa en su rostro.

    El ruido se fue acercando y el descontrol iba en aumento, hasta que la puerta se abrió de un gran golpe y muchos hombres morenos ingresaron corriendo, generando aún más miedo en los invitados. Rompieron todo a su paso, mataron a todos los que estaban a su alcance, pero nadie toco al anfitrión, ni a la morena, que seguían sin moverse.

    Cuando ya todos los mulatos estaban dentro ingreso un hombre negro, enorme, musculoso, era verdaderamente imponente. Con un arma en su mano se paró enfrente del anfitrión y la mujer. Los tres se observaron largo tiempo, ignorando todo lo que sucedía a su alrededor.

    Entonces el anfitrión cansado de la espera sacó de su chaleco un arma, pero antes de disparar contra el gran hombre, la morena a su lado con una pequeña cuchilla acabó con la vida de aquel blanco, manchándose de aquel liquido espeso en el proceso.

    Ella se alejó de aquel cuerpo y fue al lado del gran hombre, el cual la recibió en sus brazos, para unirse en un beso. Cuando se sintieron listos salieron de aquella casa, ignorando todo a su alrededor, como siempre habían echo.
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  12. Más rápido, más hondo, más, exclamaba la desdichada mujer que retozaba en el sucio y viejo colchón. Su amante sobre ella, joven, inexperto y alterado por las nuevas emociones se movía frenéticamente. Su transpiración caía por todo su cuerpo y se mezclaba con el que estaba debajo suyo.

    Los movimientos cada vez más rápidos y sin un patrón sostenible les otorgaban un placer indescriptible. Los gritos aumentaban, las promesas, las palabras vacías, e incluso el nombre de algún amor perdido o no correspondido surgió de los labios de ambos, sin detenerse a pensar en nada.

    Era la naturaleza moviendo sus cuerpos, motivando sus actos, creando una esfera a su alrededor para que no se dieran cuenta que aún estaban en ésa sucia y vieja casa de los barrios bajos.

    Ya cuando sus cuerpos explotaban de pasión se unieron en un furioso beso, volviendo todo oscuro, absurdo, eran sólo ellos y lo sabían.
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  13. Oscuro retazo de memoria alejada de lo cotidiano, se divierte de mi todos los días por caer en sus brazos.
  14. Tendida boca abajo en la gran cama me sentí por primera vez feliz y liberada. No lograba verte el rostro, pero el mio tenia una gran sonrisa, de satisfacción, comodidad, esperanza.

    Tus labios me recorrían, lamían lo prohibido, lo íntimo, lo que desde pequeños nos inculcan que es sucio y propio. Pero si alguno viese lo diestro que eras en la materia, seguro coincidimos en que era tuyo, o de ambos.
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  15. Era de noche, pero las luces artificiales aminoraban la pesada oscuridad, que caía sobre las dos jóvenes sentadas en aquella esquina.

    La de cabello corto miraba hacia adelante, en realidad sólo su cuerpo estaba allí, su alma ya volaba muy lejos. Mientras que la otra joven miraba a su compañera, intentando que la dejase algún día, ser parte de su mundo, por lo menos un rato.

    Se conocían desde hace un año, eran más que amigas, pero jamás se habían atrevido a decirlo en voz alta. Ellas se amaban, de la única forma que conocían, jamas nadie les había enseñado a hacerlo, pero solas se encargaban de ir aprendiendo.

    La de pelo corto, se llamaba Maria. Era muy hermosa, pequeña y testaruda. Siempre hacían lo que ella quería, y por más que la otra joven se quejara, siempre aceptaba sus ideas.

    Ambas deseaban vivir y hacer demasiadas cosas en sus vidas. Pero para desgracia de ambas, luego de un accidente doméstico Maria dio su último aliento y la vida se le escapó de las manos.

    La otra joven, sola y desorientada, pasa sus días en un extraño letargo. Esperando que algún día la muerte venga por ella, para que su alma por fin sea llevada junto a su amada.
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  16. Ella está parada bajo la lluvia, en una esquina que normalmente es muy transitada, pero ahora se encuentra vacía. Tiene frió, pero no puede moverse para buscar calor, está estática en su lugar. Eso no le gusta, ella quisiera moverse salir de allí del frió y de su pena, pero su cuerpo no reacciona, ni su pena se aleja.
    La lluvia va cesando y la gente vuelve a aparecer en la calle, en las veredas, en la esquina, entre ella. Pero la chica aún no se ha movido, ni parece hacerlo muy pronto.
    La gente la observa pero no le hablan, no le preguntan, no la ayudan, solo la ignoran y siguen su camino. Tal vez hoy al llegar a sus casas, con sus familias les cuenten de la muchacha parada en medio de la tan transitada esquina, mojada, de mirada perdida. Y ella dejará de ser la que es, la que era, para convertirse en los recuerdos de esas personas, y en las historias que ellos crearon en sus cabezas.
    Entonces ella seguirá parada en esa esquina, empapada, con la vista perdida, sola para siempre, hasta que el último de ellos y sus recuerdos e historias la olviden, y pueda volver a ser la que es, la que fue esa tarde, si alguna vez lo consigue.
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  17. Se cae despacio, resbala con gracia y delicadeza. Mis ojos siguen su rumbo, sin atreverme a separar mi vista de él, por el terror de que, como con tantas otras cosas, desaparezca en el aire.
    Él sigue con su desliz sin importarle nada, ni yo, ni vos, ni el mundo que continua, ni el mismo.
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  18. A veces cuando me tiro a pensar, en nada en espacial, solo a pensar.
    Suelo pensar en mi futuro, en el de los demás. Del que hubiese sido el tuyo si aún continuaras en el camino finito e infinito en el que estamos todas las personas, ese que vos como siempre encontraste primero.
    Ahora por causas del destino ese que tendría que haber sido tu futuro ahora es mío, ya que vive en mis pensamientos. Como me gustaría que la que vivieras en ellos fueras vos y no tu sombra.
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