Un sueño, muchos cambios.

​

Capitulo 1.

El colegio terminó hace una semana, exactamente. Estoy triste porque no volveré a ver a mis amigos hasta que organicen algo, y feliz porque no tendré que estudiar más hasta marzo del año que viene. Estuve chateando con unas amigas pero nada más.

El calor me está matando, ya no sé qué hacer. Estoy con el ventilador de techo y el de pie. Intento olvidarme de todo, cierro los ojos y pongo mi mente en blanco. Escucho el ruido de la puerta. Genial, mi viejo no me dejara relajarme. Observo el poster de Green Day que reposa en la pared verde manzana, que está detrás de la cabecera de mi cama. Busco en él tranquilidad y paz, todo lo contrario a lo que hubo en ese concierto, en el cual obtuve este recuerdo.

Otra vez mi paz es interrumpida pero esta vez por un grito, seguida de un estruendo. Esto provoco que mi corazón suba hasta mi garganta. Rápidamente, bajo de mi cama y corro hacía mi hermano, que se encontraba en la computadora y se volteo al escuchar el ruido. No llego hasta a él, pero mi padre sí. Mis ojos me traicionaban, él portando un arma. Esto era algo que me negaba a creer. No es que fuese el padre del milenio, pero no lo creía capaz.

-No se muevan-. Sus palabras sabían a veneno, pronunció apuntándonos. Ambos le hicimos caso, creyendo que no haría nada. De nuevo mis corazonadas fallaron. En menos de un segundo, una bala había pasado por el cráneo de mi hermano y lo había matado.

-¡Bastardo!- Atiné a gritarle, todavía sin creerlo. -¿Yo soy la siguiente?- Lo más seguro era que sí, pero ahora no me importaba. Todo se había ido y ya nada importaba.

-Te confundes, pequeña ilusa. Este es un camino que correrás sola. Ya nadie te ayudará-. Escuchaba atónita. Todavía las cosas no me cerraban.

Cuando intentaba procesar todo esto, un estruendo se escucha. No lo creo posible, pero sí. Recién ahora entiendo lo que había ocurrido en esta casa. Aquel bastardo que asesino a su esposa y a su hijo, aquel que destruyo una familia y la desintegro, aquel que yo antes consideraba mi padre, se suicidó. Un balazo le atravesó la cabeza. Él mismo se lo produjo.

El dolor y la preocupación me invadieron. Ya lo entiendo. No los volveré a ver, nunca más sabré de ellos. Mis ojos se inundaron de lágrimas y mi corazón estallo. Corro al comedor, pero antes de llegar, me detengo. Tengo miedo a lo que, tarde o temprano, veré. Agarró coraje y entro. Me tapo la boca para evitar gritar, pero allí en esa cama se encuentra ella, mi madre. Blanca, como la nieve, su piel está y hace un perfecto contraste con la sangre que le sale de la cabeza.

----
Me desperté de golpe, sudada y llorando. Otra vez estas pesadillas. Mi padre no es mala persona, solo está ausente siempre. Digo, no lo creo capaz de hacer estas atrocidades.

Me doy media vuelva, me tapo con las frazadas e intento volver a dormir. Aunque no lo logro hasta que pasa una hora. ------------------- Bueno, espero