Tu Nombre Es Problemas [ShikaTema]

Tu Nombre Es Problemas [ShikaTema]

Ohayo!
Bien vengo con otro fic ^^
Comencemos...

Titulo: Tu Nombre es Problemas.
Genero: Romance/Drama/Vida Escolar
Parejas (lo que más nos interesa xP): ShikaTema, como principal. Las historias alternas que se van a desarrollar son: NaruHina, NejiTen,SasuSaku y SaiIno. Pero aclaro la pareja importante va a ser el ShikaTema.
Resumen: Porque el pasado es eso, lo que ya paso.
Atención: No va a ser Konoha High school y es muy diferente de todos los fics con todas estas parejas, es todo :)

Bien! sin más....
Ready...Set!...GO!!

Tu Nombre es Problemas
​

Capítulo #1 “Lejos”

Llevó por segunda vez el cigarrillo a sus labios, inhalo fuertemente desde uno de sus extremos y el tabaco que allí se encontraba se quemaba dejando ver un color rojo-anaranjado intenso. Llevó todo el humo que había inspirado a sus pulmones y lo mantuvo allí un tiempo, después soltó el humo hacía arriba con fuerza; parecía una locomotora a punto de iniciar su marcha. El solo fumaba en situaciones extremas cuando se encontraba muy estresado o necesitaba calmar su mente para pensar, cada vez que soltaba el humo dejaba ir sus problemas con él; sin embargó esa inadecuada costumbre se la debía a una persona en particular. La celda en la que se encontraba recluido era de escasos diez por diez donde habían metido a las personas más gritonas y revoltosas y por sobre todo insoportables.

— ¿Y tú, por qué estas aquí?— preguntó un joven de cabellos castaños y ojos pequeños negros. En su rostro había unas marcas rojizas parecidas a dos grandes triángulos, que él interpreto como algún tipo de marca de alguna pandilla. Después de todo lo que se podía encontrar en aquella celda gris y sucia eran buscadores de pleitos y criminales de bajo rango en aquella celda. Con la única excepción de aquella muchacha de cabello rosa en la esquina de la celda. Callada, tratando de ocupar el mínimo espacio para no incomodar a nadie y más que nada ocultando su rostro.

El inspiro un poco más del humo del cigarrillo que había encendido y lo expulsó hacía arriba, justo como antes. Bajo su brazo y con un ágil movimiento, un golpe suave a la punta del cigarrillo, retiró el tabaco quemado de su cigarrillo. Tirando así las cenizas al sucio piso de la celda. Miró al joven que le había hablado, parecía ser inofensivo. — ¿Qué hiciste tú?—preguntó él con un poco de interés en su lento hablar.

—Solo cause destrozos en un supermercado— dijo orgulloso mientras llevaba sus brazos a la nuca y se reclinaba sobre la pared de la celda. Mostró una sonrisa grande como si evocar los recuerdos de aquella travesura le causaran felicidad —Para impresionar a mi chica— dijo esta vez con sus ojos cerrados y aun más sonriente, parecía haber entrado en un trance; que él, el joven del cigarrillo, no se molesto en interrumpir, aquel castaño parecía feliz.

Llevó el cigarrillo una vez más a sus labios e inspiro de nuevo, ¡Ya lo habían sacado de quicio! Aquellos dos jóvenes: uno rubio y moreno y el otro azabache y pálido no habían dejado de pelear desde que habían entrado a la celda; en la que él ya llevaba más de dos horas. Aquellos dos seres fastidiosos que no hacían silencio, que solo discutían de quien tenía la culpa de su captura. Ya había terminado su cigarrillo, así que lo tiro al piso y lo apago pisándolo. Llevó las manos a sus bolsillos y adopto una posición desafiante que llegaba hasta a asustar.

El joven a su lado notó la molestia en él y de gran manera le interesó lo que iba a suceder, sin embargo solo se mantuvo en la misma posición en la que había estado después de decir las razones de su captura. No quería verse involucrado en una pelea que él no había iniciado y mucho menos por no entender las razones de la futura pelea.

— ¡Naruto! ¡Podrías cerrar la boca por una vez en tu vida!—gritó la chica del extraño cabello rosa después de que el zapato que había arrojado cayera en la cabeza del rubio. Esto hizo que la mirada del joven de extrañas marcas se posara en la joven. — ¡Si a ustedes dos grandísimos Bakas no les molesta estar aquí por una pelea en la que no estuvieron a mi si! ¡Y no estoy de humor para sus peleas de “dobe” y “teme”!— dijo finalmente la joven de cabellos rosa para ir a buscar el zapato que había arrojado con casi todas sus fuerzas.

La joven tenía el uniforme del instituto Seiyu, un instituto de no muy alto nivel y famoso por los jóvenes problemáticos que entran a ella. Los dos, el rubio y el azabache tenían el uniforme de esa misma institución, sin embargo, probablemente, la manera a como lo utilizaban era totalmente contrario a lo esperado. Las corbatas sueltas o mal atadas, las camisas fuera del pantalón y el pantalón entubado. Mirando a la chica de cabello corto parecía que fuese todo lo contrario a los jóvenes, llevaba su corbata bien puesta y todo en ella parecía estar en orden, incluso la falda que era extremadamente corta en las estudiantes de preparatoria llegaba hasta la mitad de su muslo.

Cuando llegó finalmente a su zapato el joven azabache la tomó de la muñeca y la arrinconó contra la pared —No sabes con quien te metes— dijo el joven en un tono seductor y sensual a al cual la chica reaccionó con violencia. —Me estoy metiendo con Uchiha-baka, lo sé— dijo ella empujando al azabache hacía atrás y dirigiéndose hacia la otra esquina de la celda dejando a un joven azabache con la palabra en la boca y un ego herido.

El, que iba a prender otro cigarrillo, esta vez por placer o por la perturbación en las fuerzas que sintió segundos después de que la chica se dirigiera hacia su esquina ya había inhalado de nuevo una gran cantidad del cigarrillo y expulso el humo hacía arriba. Como las anteriores cuatro veces. El estilo que había construido en aquellas dos horas se derrumbo por completo cuando reconoció a quien pertenecía la figura detrás del vidrio de la entrada de la estación. La fuerza en sus labios que sostenía el cigarrillo firme entre sus labios se desvaneció y este se sostenía solo por la intromisión de su labio superior. El castaño que lo miró confuso vio como el joven miraba atemorizado a la chica que había entrado en la estación de policía. Esta joven que en vez de dirigirse al policía y hablar educadamente, como se esperaría de una joven portadora del uniforme de la prestigiosa escuela Kazegushi, caminó con prepotencia y autoridad hacía el joven del cigarrillo.

La chica lanzó su mano entre los barrotes, estaba muy bien cuidada y sus uñas estaban pintadas de un hermoso color rosa pastel, bastante delicado. Finalmente logró atrapar lo que quería, el cigarrillo en la boca del joven frente a ella, lo tomó, y sacándolo de la celda lo tiró al piso y lo pisó con fuerza. El joven miró con sufrimiento como su cigarrillo era pisado con fuerza por la joven y luego subió su mirada para encontrarse con la chica rubia de cuatro coletas de sus pesadillas. Sus hermosos ojos verdes escondidos detrás de unas seductoras gafas negras lo miraban con ira y aquella rubia mantenía sus brazos cruzados frente a ella. —Si, lo sabía. Jamás llegaras a ser una señorita— dijo el joven con su tonó de voz despreocupado y lento.

La joven lo miró con aun más ira y dio media vuelta y comenzó a marcharse, su uniforme era una larga falda un poco mas abajo de las rodillas y una blusa blanca con sus bordes negros y botones color plata, también llevaba puesta una corbata negra que le llegaba hasta la mitad del pecho con el escudo del instituto. Los zapatos que utilizaba eran también negros y las medias iban hasta la mitad de su pierna, sin embargo su buen cuerpo se podía detallar. — ¡Temari!— gritó el joven agarrado de los barrotes de la celda — ¿En realidad me vas a dejar aquí?— preguntó entre molestó y preocupado. Ella se detuvo y volteó quitándose aquellas gafas y dibujando una sonrisa falsa dijo: —Las señoritas no salvan a las personas— dijo —Mucho menos si son vagos— terminó cautivando a todos los hombres en aquella celda.

—Bien, ayúdame. Después puedes gritar todo lo que quieras— dijo el chico recostado sobre los barrotes parecía estar harto de aquel lugar. La joven lo miró y sonrió y luego se dirigió hacia la recepción de la estación de policía, la rubia comenzó a platicar con el encargado y señaló al joven, luego sonrió y del bolsillo de su falda sacó un billete que entregó a aquel oficial. Temari se apartó un poco del mostrador y agradeció inclinándose hacia el oficial. El hombre tomo las llaves y lo señaló, él avanzó hasta la puerta que el oficial abrió, aquel joven salió y fue tomado de inmediato por la rubia.




— ¿Cuánto pagaste?—preguntó caminando con las manos en sus bolsillos y con una posición muy parecida a la de una busca pleitos. La chica caminaba a su lado tenía puestos sus anteojos de nuevo y caminaba a la par con el joven, todavía sin parecerse a una estudiante de aquel prestigioso instituto. — ¿Por qué me llamaste a mí?— preguntó la chica sin mirarlo, —sabes que ver a una joven del instituto Kazegushi por aquí es bastante raro y si mi padre sabe de esto…— La rubia de cuatro coletas dejo de hablar, sus pupilas se contrajeron y sus bellos ojos verdes se concentraron en un solo punto. El joven, que la había empujado contra la pared para que quedase entre la pared y él, la miraba atento, solo a sus ojos; pronto su mano comenzó a acercarse al rostro de la chica y con un toque de gracia y elegancia el joven tomó las gafas de la chica desde la mitad y las retiró lentamente, poniéndola más nerviosa. —Porque…quería ver tus ojos— respondió el castaño. La rubia lo empujó hacía atrás liberándose de aquella atrapada y lo miró molesta, sus ojos verdes se clavaban en los de él como una afiliadla navaja. Lo miró de esa manera por un rato y luego comenzó a caminar.

—Temari, dime que ha pasado. ¿Por qué has cambiado tanto?— preguntó él viendo como la chica caminaba sin él. Ella se detuvo de nuevo, como lo había hecho antes, pareciera que le fuese imposible dejar las cosas confusas. Ella volteó y se acerco a él — ¿Cambiar? Mira quién habla de cambiar. Ahora eres todo un busca pleitos y pretendes que con esa actitud de playboy me cautivas ¿Qué has hecho con tu vida después de eso? Ni Chouji ni Ino están contigo, ni siquiera te quieren hablar… ¿Y me estas preguntando que por qué cambié?—le preguntó mirándolo fijamente y sin obtener la más mínima intención de respuesta en su rostro, esbozó un: —Nos vemos— después decidió tomar sus gafas de las escasas de fuerza manos del joven y dando media vuelta se marcho sin mirar ni un momento atrás.
El la veía subir la enorme loma, veía a su definido cuerpo en un uniforme blanco subiendo aquella elevada colina que cada vez más los separaba. Luego cayó una gota, cayó otra, el cielo se nublo como se una gran sabana gris hubiese cubierto el cielo y de ella mojada y llena de huecos se escurriese grandes gotas de agua. Las gotas se hacían más grandes y caían en mayor cantidad y como corrían todas las personas a su alrededor intentando resguardarse de la lluvia ella también corrió, alejándose aun más de él.

El joven sonrió inconforme y camino hasta encontrarse bajo el toldo de una panadería, allí se encontraban, a su parecer, dos primos. Uno de ellos era un joven de tez blanca y ojos semejantes a una perla, el cabello del joven era largo más sin embargo llevaba uniforme del instituto Koji; la joven que lo acompañaba también lo portaba.

—Está lloviendo— escuchó decir al joven, su voz era fuerte, clara y fría. Sin embargo sostenía la bolsa en sus manos y pretendía abrir la sombrilla sin ayuda. La segunda, la joven que estaba a su lado, tenía los mismos ojos y un tono de piel más pálido; sin embargo el cabello de ella era más largo y de color azul noche. La chica tomó la sombrilla con sus manos y la abrió ambos salieron a la calle para intentar en vano no mojarse. El después de darle una atención especial a los dos jóvenes notó que ambos caminaban derechos y con sus miradas hacia el frente, actuaban tal y como lo hacían las personas ricas; él meditándolo un poco más reconoció que el instituto Koji no era de los mejores y que el barrió en el que se encontraban no era precisamente de los mejores. Ambos sin embargo caminaban con normalidad en las húmedas calles de la ciudad.
---------------------------------------

Espero que les haya gustado ^-^
Me encanto dejar la identidad de Shika-kun escondida hasta cuando Temari le habla. O ya habían descubierto que era Shika??
Espero que les guste, este capi es algo corto, la proxima lo hare más largo.
Comenten, se aceptan todo tipo de criticas!!
Sayo!!

 

Re: Tu Nombre Es Problemas [ShikaTema]

Ohayo!!
Aquí esta de nuevo :D
La conti de una de las mejores parejas de Naruto
Bien...
Sin más que decir:
Ready...Set!...GO!!

Capítulo #2 “Volver”

La lluvia solo le había permitido llegar hasta una florería, bajo el toldo de esta espero a que algún taxi pasara; esperando llegar a casa no tan mojada. Mientras esperaba bajo el toldo de la florería una hermosa joven todavía en su uniforme escolar, de la preparatoria Tobire, comenzó a guardar todas las flores expuestas a la lluvia. La joven era rubia y su cabello era considerablemente largo, había un mechón que cubría uno de sus bellos ojos celestes; ella, esperando bajo aquel toldo, la vio, aquella joven cuidaba de las flores como si fueran su más preciado tesoro. La rubia la miro y le sonrió —Si quiere puede esperar adentro hasta que la lluvia se detenga— dijo mientras abría la puerta de donde se leía “Florería Yamanaka. Abierto”. Temari asintió con la cabeza y la siguió, entro en aquella florería y admiro extasiada la cantidad de flores que encontró en aquel lugar. Todas eran hermosas y estaban bien cuidadas, como la joven encargada de ellas. Dedicándole una mirada más interesada a la chica que atendía aquella florería noto la similitud de la joven con la descripción de él sobre Ino, “Pero el mundo es muy grande, le caben muchas coincidencias” se dijo para después posar sus ojos sobre una flor.

Al principio no le pareció bella pues tenía muchos pétalos y todos en desorden, como lo estaba su cabeza. Su cabeza estaba tan desorganizada como esa flor, no sabía que pensar sobre él, su vida, su padre, ¡Todo! Sin embargo conforme a la miraba la veía más hermosa y veía como esos indecisos pétalos comenzaban a tener un orden, y como su cabeza se comenzaba a organizar. Ella esperaba más de que su vida se mejorara, más que su padre estuviera con ella, más que todo quería que él la amara; tanto como ella a él. Tenía esa esperanza.

La poseedora de aquellos hermosos ojos verdes sonrió al darse cuenta de que tomo aquella flor —Las flores tienen un significado en ellas— dijo la rubia poniendo su cara frente a la agachada joven de cuatro coletas. Su cabello caía sobre su hombro y llegaba a tocar las flores que se exhibían en la parte más baja —Ese es un clavel rojo su significado es…— fue interrumpida por la portadora de aquel uniforme blanco que se puso en pie—Ya lo halle—dijo para darle a su compañera una sonrisa y señalar la ventana con uno de sus pulgares —Ya se detuvo la lluvia, gracias por permitirme esperar aquí— dijo Temari. La rubia que utilizaba un hermoso delantal rosa con el nombre de la florería en él asintió y la miro feliz—Llévatela—dijo—No necesitan mucha agua—



¡Para que quería ella una flor que la esperanzaba! Le molestaba verla, pues sabía que estaban lejos más lejos de lo que se imaginaba él, no había esperanzas. Después de volver su mirada al camino que debía seguir vio a un joven. Un chico de diecisiete años, portador del mismo uniforme de la joven de la florería; aquel joven causó gran impresión en ella pues no veía sentimiento alguno en su rostro, ni miedo, ni aburrimiento, nada. Incluso al pasar por su lado se mantuvo mirándolo, incluso cuando él y ella continuaron sus caminos, y él siguió con su rostro inexpresivo. Sin embargo ella lo notó, notó la sonrisa que apareció en él antes de entrar en la florería que ella ya había abandonado. No le dio más importancia y continúo su camino. Luego tuvo la oportunidad de ver a una joven castaña con una expresión de miedo toda dibujada en su rostro, la chica montaba una bicicleta y a simple vista se notaba que empujaba los pedales con todas sus fuerzas. Luego pudo ver en la parte de atrás había una gran caja que decía claramente “Barra de Sushi Amma” y aquella pequeña caja desapareció de su vista tan rápido como la sonrisa de aquel joven sin sentimientos había aparecido en él.

Sin darse cuenta ya había caminado hasta llegar a su casa, allí afuera la esperaba su hermano menor: un joven de cabellos rojizos y ojos agua marina que miraba a la joven con frialdad; sin embargo ella sonrió y corrió hasta llegar a él — ¡Huy! Hermanito— dijo con ternura mientras abrazaba a su hermano y consentía sus rojizos cabellos con su mano —Estabas preocupado por mi así que me esperaste afuera ¿Verdad?— preguntó la chica mientras seguía abrazando a su hermano con una gran sonrisa en su rostro. —Temari ¿Quién te dio esa flor?— pregunto el joven señalando el clavel que la joven sostenía en sus manos. —Awwwn ¡¿Estás celoso?!— Preguntaba la joven más feliz que nunca —Hmp— hizo el chico haciendo que la rubia sonriera aun más grande. La joven se separo de su hermano y le dijo que entraran, que ya estaba haciendo mucho frio.

Una de las criadas que recibió a la joven tomo la flor de su mano y miro a la rubia, como si esperase órdenes —La quiero en mi cuarto, me dijeron que no necesita mucha agua— dijo dándole a la joven que la atendía una sonrisa —Hai—respondió esta alejándose del lugar. La chica al entrar en su casa lo primero que hizo fue dejar sus zapatos escolares desorganizados en la entrada, siguió hasta llegar a la sala y allí se tiro sobre el sofá. Mirando al techo llevo una de sus manos y la poso sobre sus labios y sin darse cuenta, y delatándose frente a su hermano, comenzó a comer sus uñas. Sumida en sus pensamientos ni siquiera se percato de que su corazón latía lento y rápido al mismo tiempo, estaba tan pensativa que el peso asfixiante que sentía en su pecho paso desapercibido. —Lo viste ¿verdad?— pregunto el hermano menor apareciendo entre ella y el techo — ¿El te dio esa flor?—preguntaba fríamente el pelirrojo pero sin poder ocultar su preocupación.

—No— respondió su hermana cortante, él la entendió inmediatamente y dejo de preguntar sobre el tema. Ella que no soportaba tratar mal a su hermano y mucho menos que él se enojara con ella no pudo mantenerse callada por más tiempo y respondió todo, la joven sentada en el sofá había dicho todo. Relato con detalles todo lo que había pasado ese día, hasta finalmente llegar a quien le había entregado la flor: —Era un chico muy guapo, alto, moreno y bastante mayor él dijo “Oye bonita, una flor para una flor. ¿Podríamos vernos mañana?” y yo le respondí que si—decía la joven mirando detalladamente el rostro de su hermano que no pudo ocultar la molestia que sentía ante aquellas palabras; ella solo sonrió feliz, le encantaba crear esas reacciones en su hermanito —No es cierto— reía— Me la dio una chica de una florería, la estaba viendo y me la regalo. Pero todo lo demás es cierto—

— ¿Sabes lo que le hace a la imagen de papa que vayas a una cárcel?— preguntó su hermano frio como siempre. —Pudiste haber dicho que no. ¿Además no estabas enojada con él?— preguntó de nuevo haciendo que la rubia frunciera el ceño, tal vez ante un mal recuerdo. La joven se sentó correctamente sobre el sofá y llevo uno de sus dedos a sus labios. —Sabes Gaara, parece estar sufriendo mucho…— dijo después de haber estado en silencio por un rato.

—Hmp— hizo el joven y se mantuvo en silencio.

—Joven Amo, Señorita. Su padre y el joven Kankuro los están esperando en el estudio— dijo una de las criadas que enseguida salió de la habitación. Los dos hermanos se miraron extrañados su padre no solía llamarlos jamás al estudio, si necesitaba hablar con ellos esperaría hasta la cena ¿Por qué la extraña novedad? Ambos comenzaron su camino hacia el estudio y al tocar la puerta de este una gruesa voz que esbozó un “pasen” El hombre frente a ellos se encontraba serio colocaba sus hombros sobre el escritorio escondiendo tras ellas su boca. El hermano mayor, Kankuro un joven castaño y ojos pequeños que tenía su rostro pintado con líneas moradas miro a sus hermanos preocupados y asustado. La rubia, como siempre, fue quien le hablo al hombre — ¿Padre para que nos necesitabas?—

—Entramos en banca rota— todos los presentes se sorprendieron y abrieron sus ojos, aquel hombre lo había dicho como si nada —Saben que no es raro que esto suceda, además ya ha pasado— decía el hombre excusándose por aquella angustiosa noticia. — ¿Vas a hacer lo mismo que hace 12 años?— preguntó Temari entre enojada y preocupada sin recibir respuesta del hombre dijo: —Si es así por lo menos no dejes a Gaara a su suerte de nuevo, yo lo cuidare— el joven de cabellos rojizos sonrió feliz para sí mismo mientras que todavía mantenía su posición fría.

—No los separaré, estarán juntos, los tres. Ya arreglamos a que escuela irán, sin embargo por ahora no podre enviarles dinero así que tendrán que trabajar medio tiempo, su escuela ya está enterada de ello. Mientras soluciono este problema estarán por su cuenta— explicaba el hombre mientras que su hijo, el castaño, se preparaba para discutir — ¡Kankuro!—regañó la chica a su hermano —No es como si antes no lo hubiera hecho. Sabes que para él solo somos herederos y nada más. Padre…— dijo haciendo una reverencia —Iré a empacar mis cosas— dijo la joven para luego caminar hacia la puerta seguida de su hermano menor y Kankuro.


En una situación igual a esta te conocí, en una situación así te encontré, al amor de mi vida. Y justo cuando más me necesitabas me aleje de ti, ahora estamos lejos, más lejos de lo que podemos creer; pero ahora cuando más me necesitas estaré cerca de ti. Porque aun cuando no conozco el extraño trabajo de mi padre sé que estaré mucho tiempo junto a ti, lo prometo. Prometo que hare todo lo posible porque vuelvas a ser mi amado Shikamaru, empezando por quitarte ese maldito habito de fumar. ¡Lo hare! Esta oportunidad era la que necesitaba para volver a ser feliz. Además estaremos Gaara, Kankuro y yo juntos, no necesito a nadie más que a ti para ser feliz…Con aquellos pensamientos ella se durmió, con una sonrisa en su rostro. Durmió profundamente hasta que el joven de cabellos rojizos y ojos agua marina la levanto, su hermano le dijo que se alistase rápido pues irían a su nuevo “hogar” que allí estarían los uniformes de su nueva escuela y que tendrían que caminar para llegar allá. Ella preguntó que qué hora era y él respondió que las cuatro y media de la mañana, que ni siquiera había amanecido.

Le parecía muy extraño ir a un lugar en la misma ciudad tan temprano en la mañana, sin embargo no hizo más preguntas y se puso en pie y se vistió rápidamente. La joven y su hermano salieron de aquella habitación dejando solo las gafas negras que aquella rubia jamás se quitaba. Al salir de la casa vieron la limusina que los llevaría a aquella casa y también a su hermano esperándolos, las calles estaban vacías no había un alma; tal vez por eso salían a esa hora para que nadie supiera del estado financiero de la familia Sabakuno. No demoraron mucho en subir en aquella limusina y tampoco se demoraron mucho en llegar a la casa que su padre les había dado para vivir; mientras estaban en la limusina Shibuya, la mano derecha de su padre, les había dicho que la casa era de su padre así que no tendrían que pagar arriendo y que solo tendrían que trabajar para mantenerse ellos mismos. El hombre también había dicho que lo tomaran como una experiencia nueva de la que podían aprender mucho.

La joven solo frunció el ceño y se dedico a ver a través de la ventana. Sus hermanos también se mantuvieron en silencio; al llegar a la casa mencionada pensaron que no había problema pues se veía grande y amplía, sin embargo el vecindario siguiente a ese era conocido por los problemas que causaba. Al dejar allí a los tres hermanos la limusina partió dejándolos frente a aquella casa, los tres se miraron y vieron como el amanecer comenzaba a salir y como las calles comenzaban a llenarse de vida. Los negocios comenzaban a abrirse y las mujeres comenzaban a barrer las entradas de sus casas y negocios, no era algo malo después de todo.

—Estaremos aquí por un largo tiempo ¿Lo saben?— dijo la joven para entrar primera a la nueva casa. El lugar tenía un gran corredor largo y ancho, al solo dar tres pasos largos y mirar a la derecha se podía ver una sala totalmente amoblada y bastante cómoda al terminara el corredor y mirar hacia la izquierda se podía ver una cocina bastante amplia con todo lo que se necesitaba: Un refrigerador, un microondas, ollas y muchas cosas más. Frente a la cocina estaba el comedor y justo al lado las escaleras para subir a la segunda planta; Temari subió rápidamente, quería escoger la mejor habitación y escogió la que daba al seco jardín de la casa, pero que sin embargo recibía todo el sol de la mañana. Luego bajo y vio la sala allí estaban los uniformes de la nueva preparatoria a la que asistirían, la preparatoria Fujibashi, que no era algo especial.

Ya era algo tarde, además tenían que llegar caminando a su nueva escuela al salir con todo el afán que llevaba no pudo evitar ver quien estaba frente a ella llevando el uniforme de la preparatoria Tobire, una linda joven rubia que estaba sacando las flores de la florería . Florería que tenía un gran letrero sobre ella diciendo “Florería Yamanaka”. Las dos rubias se vieron y sonrieron al ver a la otra, sin embargo la joven de ojos azules llevo su dedo índice a sus labios y su rostro se mostro confundido — ¿Acaso no estudiabas en el instituto Kazegushi?— preguntó la rubia de las flores. Temari sonrió y dio vueltas con su nuevo uniforme, la falda era de color verdoso y llevaba un listón azul atado alrededor de su cuello también llevaba un bléiser verde del mismo tono de su falda. —Tres palabras: Papa en bancarrota— dijo la chica enumerando las palabras que había dicho.

Las dos chicas rieron juntas y la rubia de la florería tomo un tono serio — ¿En ese caso qué vas a hacer?— —Necesito un trabajo… ¿Hay vacantes en tu grandiosa florería?— respondió inmediatamente a la pregunta de la Yamanaka. Ambas rieron hasta ver al personaje que se a travesaba entre su conversación, ambas fruncieron el ceño y dejaron de ver al joven. El chico siguió su camino haciendo que en ambas chicas se marcara una gruesa vena sobre la sien. — ¡¿Qué no vas a saludar vago!?— gritaron ambas muy alteradas, al unisonó, perfectamente sincronizadas, como si aquel grito que altero todo el cuerpo del joven hubiese sido preparado. Después de aquel grito ambas rubias dejaron de mirar al chico y se miraron entre ellas, el joven al voltear tras ese grito solo pudo poner una cara de miedo contenido. Ambas guardaron silencio — ¿Ino?— — ¿Temari?— se preguntaron ambas señalando una a la otra para luego sonreír y abrazarse — ¡Eres más bella de lo que imaginaba!— El joven frente a ellas solo pudo llevar su mano a su cabeza intentando negar aquellos hechos.

—Al menos le hablaste de mi— dijo Temari con sus manos en la cintura —Dime Ino, ¿Qué te dijo sobre mi?— preguntó dándole pequeños codazos a su nueva amiga, todo con un gran interés sin embargo con un claro interés por molestar al joven. —Bien Temari— dijo la chica subiendo uno de sus dedos índices —Lo que Shikamaru dijo sobre ti es…— — ¡Ah! ¿Temari no estás yendo a la misma escuela que yo? Sabes que es tarde para llegar, vamos, vamos— dijo el joven casi gritando y tomando a la rubia de cuatro coletas de la mano, sin olvidar lanzar una mirada asesina a la rubia de la florería. La joven solo sonrió y los despidió con la mano.

— ¿Qué haces acá?— preguntó el Nara después de soltar a la chica y comenzar a caminar junto a ella. La chica, que llevaba su maletín de la escuela delante de ella miraba hacía otro lugar respondió secamente — Mi padre— con esas dos palabras la chica bajo su mirada y miró directamente al suelo. —Regresaras cuando menos lo esperes, así fue antes—dijo sin poder esconder el dolor que causaban esas palabras. —Yo creo que tomara tiempo…— decía tristemente —…¡Pero así:— dijo para tomar de los pantalones del joven sus cigarrillos— voy a hacer que dejes este triste habito!— dijo la chica mostrando al joven la cajetilla y saliendo a correr.

— ¡Sabakuno Temari! ¡No seas problemática y dame eso!— dijo el joven empezando a correr tras ella alcanzaron a correr varias calles sin embargo el joven dejo de correr tras ella. El llevo sus manos a sus rodillas y comenzó a respirar con fuerza. — ¡¿Qué pasa?! ¡¿Estás sin aire, Shikamaru?!— Preguntó la chica gritando en el oído del joven —Eso pasa Shikamaru cuando fumas, no puedes ni siquiera atraparme— dijo ella con la iniciativa de seguir caminando sin embargo fue detenida por la fuerte mano del joven.

—Y esto pasa…— dijo atrayéndola a él con su fuerza—…cuando olvidas que soy un estratega— término tomando los cigarrillos de la mano de la chica. El chico le sonrió victorioso y la miro directo a los ojos, ella solo se sonrojo con evidencia, pero logro ocultarlo con una mirada de enojo a los ojos del joven —Como quieras— dijo para soltarse del agarré del joven y caminar hacía la entrada de su nueva escuela a paso rápido. La rubia no avanzo mucho para comenzar a ser rodeada por muchos chicos que le preguntaban su nombre, ella sonreía con cortesía y le daba su nombre a sus nuevos compañeros. —Temari…— le dijo una voz fría tras ella, ella solo corrió a abrazar a esa persona por la espalda y mientras sonreía y la abrazaba ella dijo: —El es mi hermanito menor, trátenlo bien ¿Si?— dijo la joven abrazando aun más fuerte a su hermano.

—Temari creo que deberías ir a tu clase— dijo el joven para que la chica dejara de abrazarlo. —Tienes razón— dijo como si hubiera descubierto algo magnifico —Si aquí hay chicos lindos o imagino cómo serán los que están arriba— dijo para ver la mirada molesta de su hermano y luego abrazarlo aun más fuerte —Adiós—dijo para adentrarse dentro de aquel gran edificio.



—Soy Sabakuno Temari, un gusto— dijo haciendo la venía —tengo dieciséis años y espero que seamos amigos— dijo terminando su presentación.
—Shikamaru, ella llego contigo ¿Quién es esa?—Preguntó una azabache de ojos negros, una hermosa joven de cabellos largos. — ¿Si, quién es?— pregunto una joven de cabellos rojos y ojo cafés.

------------------
IKS, sobre tu recomendación: La verda es que lo hago aproposito, es algo así como una propuesta (?) en verdad si lo hago aproposito. Pero si te molesta mucho puedo cambiarlos. Solo dime

 

Conti :d

honto gomene!!
jamás pense que ya hubiera pasado un mes :S
pense que eran dos semanas nada más
Huff, menos mal traje la conti antes de que cerraran la discu :D
bn, bn
Aparecen más de nuestro amados personajes de naruto
Adivinen quienes son las fans de Shika-kun ;)
Es una conti super divertida y nos deja muchos misterios
bueno
Sin más
Ready...Set!...GO!!

Capitulo #3 “Una nueva vida”

Había dormido durante varios minutos y parecía estar feliz. Se había quedado dormido viendo a las nubes, como siempre, hasta que los estruendosos, familiares y demasiado problemáticos gritos tras él lo despertaran — ¡¿Y quién dijo que podías hacerte con él?!—gritó la joven de cabellos negros que llegaban un poco más debajo de sus caderas. — ¡Yo lo dije y así será! ¡Además fui la primera en decirlo! — gritó la rubia fuertemente haciendo que el tapara sus oídos y que la clase entera la mirara incomoda.

— ¡Estúpida, desde el principio del año escolar dijimos que nos haríamos en todo con Shika!— dijo la joven de cabellos rojos con un mechón que cubría el centro de su frente — ¿Verdad, Shika?—dijo la joven poniendo algo de rubor en sus mejillas y sonriendo grande mientras tomaba con fuerza el fuerte brazo del joven. Shikamaru no dijo nada solo mantenía su ceño fruncido y apoyaba su rostro sobre su mano — ¡Y a mí que me importa lo que hayan dicho a principio del año! ¡Yo dije que me haría con Shikamaru y como es trabajo en parejas les ahorro una discusión!— gritó mucho más enojada la rubia. El castaño delante de quienes estaban discutiendo solo podía tapar sus oídos con desesperación y molestia. Mientras las chicas continuaban peleando él continuaba acumulando su molestia.

— ¿¡Cuantas veces voy a tener que decirlo!? Yo…— — ¡Mujer! ¿Por una vez en tu vida harías silencio? Temari, si lo que tengo que hacer para que te calles es decir que me hare contigo lo hare: me hare contigo— dijo ya en pie y mirando a la rubia con enojo. La rubia lo miraba entre ruborizada y enojada con forme a salían las palabras de su boca, escuchando sus palabras hasta no poder aguantar más — ¡¿Y quién crees que soy para que me trates de esa manera!? Sabes que vago idiota ya no quiero hacerme contigo— dijo cruzando sus brazos y frunciendo el ceño. — ¿Quién te entiende mujer?— dijo el castaño sentándose en su lugar y llevando una de sus manos a su cabeza con frustración.

—Temari— dijo un joven de cabellos rojizos mientras abría la puerta del salón de clases— Es hora de almorzar— esbozó el joven a lo que la rubia reacciono de inmediato. —En realidad no creo que ese vago trabaje así que háganse ustedes con él, yo me hare con alguien más—sentenció la chica para salir a almorzar con su hermano dándole a la discusión poca importancia y haciendo molestar al joven.
— ¡Kankuro! ¿¡También vas a almorzar con nosotros?!— preguntó felizmente la rubia ya a punto de levitar pero devuelta a tierra por su hermano —No, vine por si las cosas se le hacían difíciles a Gaara, gritabas… tal vez demasiado— dijo sarcásticamente causando enojo en su hermana —Además, ya algunos compañeros me han pedido almorzar con ellos— dijo el joven explicándose a lo que su hermana solo sonrió. —Bien, solo hoy compraremos el almuerzo en la cafetería. Hoy conseguirá cada uno un trabajo de medio tiempo y yo hare sus almuerzos mañana ¿Está bien?— los dos jóvenes frente a ella asintieron con la cabeza y Kankuro se separo de ellos.

Gaara y Temari siguieron hasta la cafetería de la escuela, allí estaba la gran mayoría de los estudiantes intentando comprar algo para calmar su hambre. Los dos hermanos se miraron impotentes y solo pudieron empezar a hacer fila. El tiempo pasaba y la rubia se veía más desesperada, cansada y molesta; su hermano, el pelirrojo solo movía sus dedos con impaciencia. Poco a poco la fila se iba vaciando y ambos se acercaban mucho más al puesto de comida, con esto la molestia de la rubia se iba calmando y comenzaba a soñar con el pan que compraría mientras que su hermano solo esperaba.

— ¿Vienen por pan? Valla… lo siento, se acabo todo— dijo la joven que atendía el lugar —Mañana si vienen más temprano tal vez puedan conseguir algo— Temari apenas y pudo mirar a su hermano, algo peor que el presunto fin del mundo en el 2012 es su hermano con hambre, así que ella solo tuvo la capacidad de alejarse poco a poco de su hermano.

— ¡Que molesta estoy!— dijo ya por fin en la azotea, gritando a todo lo que sus pulmones le permitían —Primero esas tontas no me dejan hacerme con Shikamaru y ahora no pude comer nada, voy a morir de hambre en clases— se decía decepcionada. Sin darse cuenta había alguien escuchando sus quejas, ella, una joven de cabellos castaños atados en dos chonguitos se acerco a la joven con su bento en la mano. —Sabakuno-san, si te parece bien podemos compartir mi bento— dijo la castaña cerrando sus ojos chocolates mientras sonreía. Temari sonrió, sin antes mirar de pies a cabeza a la joven; la chica llevaba sus medias escolares debajo de las rodillas y su falda tan alta como el común de todas las estudiantes de instituto, su camisa escolar estaba desabotonada hasta el segundo botón y su moño estaba suelto. La castaña también tenía atado un sweater gris a su cintura. —Está bien, muchas gracias—las dos se sentaron apoyadas en unas de las paredes de la salida a la azotea y comieron juntas.

—Soy Amma Tenten, mucho gusto. Estoy en tu mismo salón— dijo la joven sonriendo. —Amma-san, el sushi de tu almuerzo estaba delicioso. ¿Lo hizo tu madre?—preguntó la rubia con algo de nostalgia en su voz más sin embargo con intriga. —No. Mi padre, es chef de nuestro propio restaurante de sushi. Mi madre es quien controla todos los ingresos— dijo casi inmediatamente la joven mientras miraba el tranquilo y estático mar arriba de sus cabezas —Yo soy la mesera, la domiciliaria y la que limpia. La verdad es que me tienen ahogada de trabajo… necesito una compañera…— decía pensando en voz alta. La rubia vio su oportunidad allí y decidió preguntarle a la chica pero le sorprendía que aquella chica realizara todo ese tipo de trabajos así que se quedo mirándola mientras continuaba con su meditación — ¿Ah? Ummm, Lo siento Sabakuno-san. A veces tiendo a dispersarme así de fácil. Siento aburrirte con mis quejas—

—Amma-san, sería posible que yo pueda trabajar en tu restaurante— preguntó tras ver la incomodidad de su compañera ante la situación. — ¿Huh?— rió —Dios, no es mi restaurante es el de mis papas. Además… no podemos pagar a un empleado— dijo su compañera a lo que Temari asintió con la cabeza con algo de decepción. Sin embargo continuaron con una larga platica con la que ambas se sentían comodas.

Al poco tiempo sonó la campana de fin del receso terminando así la conversación de las dos jóvenes.

—Amma-san— dijo la chica rubia. —O no por favor, solo Tenten. — dijo un tanto avergonzada. — Bien, entonces yo solo seré Temari para ti—dijo la rubia sonriendo— Bien…Tenten … ¿Te harías conmigo en el trabajo de ciencias?— preguntó la chica con vergüenza. —Acaso no te ibas a hacer con el Nara— decía la joven mientras apuntaba su botones y amarraba el listón a su cuello, también quitaba el sweater de su cintura y lo doblaba y mantenía en sus manos. —No— dijo entre molesta y avergonzada. —Bien ya que eres la primera persona en preguntarme eso diré que si— dijo la chica sonriendo dejando a una muy confundida Temari.

Ambas bajaron las escaleras y conforme a lo hacían eran miradas por la mayoría de los estudiantes del instituto, dando un aire de incomodidad a la escuela. Temari se sentía bastante confundida y Tenten solo se encontraba más molesta, al final al llegar al salón de clases Temari logro decir algo — ¿Qué qué fue todo eso?— le preguntó a su compañera. —Tsk, es una larga historia. Te la contare camino a casa ¿Te parece?— dijo sentándose en su lugar pues el profesor acababa de llegar.



— ¡Diablos! Esa mujer…— caminaba rascando su cabeza con enojo —¿¡Por qué tenía que tomar mis cigarrillos!?— preguntó mirando la silueta de la mujer de la que hablaba, acompañada de aquella chica problemática del restaurante de sushi. Le parecían felices, ellas dos caminando juntas, de alguna manera se sintió molesto pero las siguió con la escusa de que por ese mismo camino estaba su casa.
Al poco tiempo la joven castaña se detuvo y la rubia se detuvo con ella, compartieron algunas palabras y al irse Temari volteo hacia atrás para verlo. El sin saber que hacer se mantuvo en pie y ella solo dio media vuelta y continuó caminando, ignorándolo, algo que lo molesto bastante. — ¡Ah!— escuchó su grito e inmediatamente salió corriendo a ver qué había pasado, corría a todo lo que sus piernas le daban y volteó por la esquina que lo había hecho ella y allí estaba. Estaba rodeada de varios jóvenes con aspecto desorganizado y mantenían un cigarrillo encendido cerca de su rostro.

—Vas a aprender a respetarnos, tal vez con una cicatriz con la que nos recuerdes— dijo uno de ellos, el sostenía su rostro y poco a poco iba acercando el cigarrillo. — ¡Déjame en paz intento de gangster!— decía la rubia apenas pudiendo detener el brazo que se acercaba a ella con aquel cigarrillo encendido, Temari cerraba sus ojos con fuerza y tras dejar de sentir los brazos de ese chico sobre su cara y su cuerpo abrió sus ojos viendo como el joven con aquel peinado de piña y su nueva amiga golpeaban a aquella pandilla hasta dejarlos a todos en el piso.

— ¡Wow! ¡Tenten eres fantástica!—gritó la rubia fascinada por el combate que acababa de presenciar, la castaña rasco su nuca avergonzada y rió tímidamente. —Nara, pensé que ibas a estar pendiente— dijo cambiando drásticamente su estado de ánimo, Shikamaru sonrió y predio el cigarrillo que estaba en su boca —Llegue a tiempo ¿No?— le dijo haciendo que la castaña volteara frunciendo el ceño—Temari, te dejare con él. ¿Crees que este todo bien?— preguntó la castaña preocupada por su nueva compañera —Llegare tarde para trabajar nos vemos mañana— dijo mientras se retiraba corriendo. — ¿Shikamaru qué fue eso?— preguntó la rubia. —Nada, tenemos una relación algo especial, pero más que todo bipolar. Es todo—

—Oye… ¿Crees que ellos estarán bien?— preguntó mientras pateaba suavemente a uno de los hombres tirados en el piso. El no respondió y siguió caminando, ignorándola, cosa que no le hizo mucha gracia a la joven. —O no, Shika— dijo poniendo un tono meloso en su voz, como sus compañeras. El solo volteo sonriendo. —Shika, acompáñame a casa, tengo miedo de que otros tipos como estos me ataquen. ¿Si, Shika?— decía Temari fingiendo el comportamiento de aquellas dos todavía poniendo un tono meloso al decir el nombre del joven. El sonreía divertido. —Ya encontré las razones para ese ridículo comportamiento play-boy tuyo— dijo la joven con su tono normal de voz y lo alcanzó hasta donde estaba —Encontré también la razón por la que estabas en la cárcel, pero de las dos sabes cual me molesta más: La razón de ese elevado ego que te hace creerte play-boy—

— ¿Estas celosa Temari?— preguntó Shikamaru expulsando el humo de su cigarrillo muy cerca de la joven. — ¡Ha! Ya quisieras— afirmó respondiendo inmediatamente a esa pregunta mientras trataba de alejar el humo de ella —Y aléjate de mi chimenea— dijo molesta por aquel comportamiento. —A todas estas ¿Qué hacen unas chicas tan lindas interesadas en ti?— preguntó Temari claramente con la intención de molestarlo, algo que funciono. —No lo sé, pregúntate a ti misma ¿Por qué estas interesada en mí?— dijo otra vez expulsando el humo del cigarrillo cerca de ella. — ¡Dios Nara! Dame ese cigarrillo—ordenó ruborizada por el comentario del castaño mientras tomaba el cigarrillo de su boca, lo botaba al piso y lo pisaba repetidas veces —Puedo ir sola desde aquí hasta la florería…— dijo molesta caminando rapidamente para dejar al Nara atrás —Idiota— musitó la joven molesta caminado a casa.



—¿¡En serio?! Muchas Gracias— dijo abrazando al a joven que estaba frente a ella. —Ano- Sabakuno-san, cre…creo que no es apropiado que me abrace en este momento— dijo la chica de grandes pechos y cabellos azules largos. —Es que eres tan linda y además me ayudas— se justificaba la rubia que todavía no soltaba a la chica. —Ano- Mu…muchas gracias Sabakuno-san. ¿Por qué no intenta cambiarse para trabajar de inmediato?— preguntó la hermosa joven de piel blanca y ojos perlas. —Está bien— dijo la rubia soltando a la chica — Vuelvo enseguida—

—Hai— musitó la joven de cabellos azules mientras se acercaba ruborizada a su recurrente cliente: Un joven alto y moreno, de cabellos rubios como el oro y ojos tal vez más azules que el mismo mar —Na…Naruto-kun ¿Qué…qué quieres hoy?— preguntó ella muy ruborizada.

—Bien Hyuga-san, ya estoy preparada— dijo la rubia saliendo con su nuevo uniforme, un hermoso uniforme de sirvienta francesa que para ella era algo atrevido. Pues la falda no solo era mucho más alta de las sirvientas francesas sino que también había un gran escote, que ella y su compañera ocultaban con una camisa bajo aquel uniforme. Al escuchar aquellas palabras la chica de largos cabellos azules, nerviosa, despidió a su cliente y le dijo que volviese pronto. Al volver a donde estaba la chica fue delatada por sus rosadas mejillas —Es lindo— dijo Temari— ¡Buena suerte con él!— le dijo la joven animada.

—No…No es lo que parece— decía la chica jugando con sus dedos. La joven de hermosos ojos verdes la miraba incrédula —Valla, eres tan tímida— decía abrazándola. —Sa- Sabakuno-san tenemos que trabajar…— dijo la chica tímidamente. —Hai, hai, hai. Trabajemos, sabes tengo el presentimiento de que seremos buenas amigas Hyuga-san—dijo la joven para después soltar a la ruborizada joven.
Las horas pasaron rápidamente, Temari aprendió con mucha velocidad todo lo que tenía que hacer y con tristeza descubrió que debía limpiar todo el lugar antes de irse. —Ano- Sabakuno-san, si quiere puedo ayudarla…— se ofreció la joven que todavía no se había cambiado —No, está bien. Muchas gracias— —Bien, Cuando cierre deje la llave enterrada en la maseta de la puerta— dijo para luego despedirse con una venia y salir. Temari suspiro y pronto termino de limpiar, cambio su ropa y dejo su uniforme colgado de la misma manera que lo hizo su compañera y al irse realizo lo que su compañera le dijo.

Para su conveniencia el café en el que trabajaba estaba a solo dos cuadras de su nueva casa, y aunque ya era de noche no se asusto; mientras caminaba a casa pensaba en que les haría de almuerzo a sus hermanos y en lo feliz que se sentía con esta nueva vida. Aunque tenía millones de confusiones en su cabeza estaba feliz y sonreía por eso, al llegar a casa allí estaba su hermano. Distinguía su cabellera roja en cualquier lado, estaba con sus brazos cruzados mirando a un cuerpo que no distinguía en la oscuridad. Temari siguió su camino hasta quedar frente a esa persona, un joven castaño con peinado de piña con bastantes moretones en su rostro y cortadas en su cuerpo además de tener un cigarrillo encendido en su boca. Ella apretó sus puños y con fuerza le grito: — ¿Por qué no dejas de hacer estas cosas?—para luego tomar su mano y llevarlo a su casa.
Todo mientras Gaara mantenía una mirada fría y distante de lo que pasaba.

—Temari… ¿Quién es él?— preguntó su hermano mayor. —Es…— no quiso continuar —Shikamaru— respondió esperando alguna broma pero no paso nada, es más su hermano frunció el ceño y subió sin decir palabra. Pero su hermano pequeño se quedo en la sala en donde la dueña de unos preocupados ojos verdes limpiaba preocupada las heridas del joven. Él, Shikamaru, la miraba sin expresión en su rostro más bien molestia. —Dios Shikamaru ¿Acaso quieres matarte?— preguntó entre molesta y preocupada. —Tsk— dijo desviando su mirada a la joven pero luego volviendo a mirarla como queja de dolor. —Estoy segura de que tu madre y Shikaku deben estar preocupados. dame el numero de tu casa…—decía mientras se ponía en pie y tomaba el teléfono.

— ¡Déjame en paz mujer!— gritó fuertemente ella solo tiro fuerte mente el teléfono que había alcanzado a descolgar. — ¿¡Para empezar, por qué me esperaste!? ¡Si vienes acá y pretendes que no te vaya a decir nada estas equivocado! Creo que ya sabes dónde queda la puerta…—dijo para subir enfurecida y encontrar a su hermano mayor sentado el final de estas.

El Nara se puso en pie, casi sin poder lograrlo y se dirigió apoyado sobre la pared hacia la puerta, así fue seguido por el joven de cabellos rojizos. Al verlo salir el pelirrojo suavemente le hablo a aquel joven —Nara Shikamaru, si le vuelve a hablar a mi hermana de esa manera va a sufrir las consecuencias. Además de que le agradecería que dejase de fumar cerca de ella, tiene asma— dijo finalmente para cerrar la puerta.

---------------------------
Bien que tal espero que les halla gustado :D

Sayo!

 

Oki!
Konbanwaaa!
Deseo terminar todos los fics que deje sin terminar y tal vez aventurarme en un nuevo proyecto.
El que primero deseo terminar es este ShikaTema qe encuentro muy interesante, tal vez por que es mi historia xD.

Espero haya personas nuevas interesadas en la historia y que los antiguos lectores que aun recuerden esta historia lo lean :)
Sin más...
Ready...Set!..GO!!

Capítulo #4 “Akatsuki”
Había salido más temprano de lo normal. Sus cabellos amarillentos sostenidos en cuatro coletas se mecían con la suave brisa de la mañana, moviéndose en una delicada danza sobre su rostro. Su falda verde también se tambaleaba con la pequeña brisa que recibía del norte; todavía estaba guardando su bento dentro de su maletín. Alzo su mirada y como lo esperaba se encontró a esa hermosa hada de cabellos rubios brillantes y hermosísimos ojos celeste. Como siempre la rubia estaba organizando la fachada de la pintoresca florería en la que no hace mucho había estado, la joven de ojos verdes sonrió y recibió un pequeño saludo.


—Ohayo— saludó la joven de cuatro coletas emocionada. A travesó velozmente el jardín que la separaba de la calle y mirando hacía ambos lados cruzó la calle con la misma velocidad que su jardín. Así al llegar comenzó a mirar las flores que la joven Yamanaka estaba organizando en la fachada de la florería. Se agachó y observó con detenimiento las más bajas —Ayer Shikamaru llego a casa mal herido— dijo en medio de un abrazo a sus piernas y un gesto de tristeza.

—Hmp— hizo la joven entrando a la florería y sacando de allí otra gran cantidad de flores. Temari no la veía, no necesitaba verla para saber que estaba molesta, sus propios movimientos la delataban; Ino pasó de organizar aquellas flores como si fuesen porcelanas a colocarlas con fuerza e ira en el piso. —Un día de estos lo van a matar— esbozó molesta sin darse cuenta de lo que acababa de decir. Solo cayó en cuenta al ver la mirada preocupada de la chica, se sintió algo incomoda con esa mirada como si la joven que tenía frente a ella fuese a morir solo de escuchar aquella palabras. —Eh… Temari… No quise decir eso. Es solo que si supieras todo lo que ha pasado y pasa por aquí entenderías lo que digo—dijo la joven.
Ella subió su mirada, quiso encontrarse con los azulinos ojos de su nueva amiga y sin interés de ocultar su interés por lo que había dicho pregunto “¿Qué es lo que pasa por acá? Hace cinco años no era uno de los mejores lugares de la ciudad pero no es nada tan grave como para…” se detuvo al ver el rostro de Ino. La joven del largo mechón que cubría la mitad de su rostro la miraba con ojos que delataban una guerra interior que ella, Temari, no podría entender —Olvídalo, se me hace tarde para ir a la escuela—dijo aquella joven de hermosísimos ojos verdes poniéndose en pie y caminando hacia su destino.

— ¡Temari! Ten cuidado— gritó Ino desde la fachada de la pintoresca florería Yamanaka cuya vida era más evidente conforme a la mañana pasaba. Frente a esta paso corriendo una joven de hermoso rostro y cabellos chocolates, llevaba una tostada en su boca y estaba colocando su cabello en dos característicos chongos a cada lado de su cabeza. Al cruzar miradas con Ino, la segunda no pudo más que esbozar un “cuídala” con preocupación. Al escuchar aquella solicitud, casi convertida en orden guiño uno de sus ojos y con un gesto de saludo y despedida puso sus dedos sobre su frente y con fuerza los separo de ella. Aquella joven de cabellos cafés desapareció por la larga calle que seguía por su camino, justo como lo había hecho su amiga Temari.

— ¿Ya salió Temari?— preguntó un joven de cabellos castaños, con pequeñas lagrimas en la comisura de sus ojos delatando que había acabado de bostezar. Tenía una mano dentro de sus bolsillos y como era ya común tenía bastantes golpes en su rostro y extremidades, su uniforme estaba desorganizado y el maletín que cargaba son interés entre su brazo y torso a punto de caer al piso. Shikamaru miró a Ino esperando alguna respuesta pero esta ya había entrado en la florería sin decirle palabra. —Tsk,— esbozó dibujando en su rostro una mueca de desagrado — supongo que sí— dijo para continuar su camino hacia la preparatoria Tobire, al menos eso pretendía; al ser detenido por una fuerte y grande mano que se poso sobre su hombro detuvo su marcha.

— ¡Buenos Días, vago!— saludó un joven alto de cabellos castaños y delicadas marcas moradas sobre sus mejillas, tenía una sonrisa bastante vivida y saludaba a aquel joven como si fuese uno de sus más íntimos amigos. Shikamaru miró a su acompañante y sin responder continuó su camino, le importaba muy poco lo que tenía que decir —Creo que sabes de lo que quiero hablar, verdad Nara— dijo siguiéndolo con un semblante mucho más serio que no permitiría bromas. Kankuro, su acompañante, encontraba bastante molesta la forma como se había comportado la noche anterior con su hermana; sin embargo y debido a su personalidad este tipo de temas no eran su fuerte pues junto con su cautivante sonrisa estaba más dado al juego y la broma que esas situaciones. El castaño más alto rasco su nuca y con inseguridad pregunto “¿Qué es ella para ti?” haciendo por supuesto que la marcha del receptor de tal pregunta se viera claramente alterada.

Aquella pregunta había caído sobre él como un balde de agua fría. Por su espalda recorrió un fuerte y largo escalofrió que helo su cuerpo por completo y que sin embargo no duro mucho tiempo, pues ya un fuerte sonrojo se mostraba en sus pómulos. Incapaz de disimular el fuerte sonrojo que aparecía en su rostro y a pesar de desviar su mirada no pudo más que recibir una palmada en la espalda por parte de su acompañante. —Nara, ella solo quiere que vuelvas a ser el de antes. Haciendo cosas como lo de ayer la vas a perder, también será así con mi apoyo…— dijo para finalmente adelantarse y dejar al desconcertado y avergonzado joven de cabellos castaños.

—Dime Tenten, ¿Qué es lo que ocurre en este lugar?— la castaña que estaba dando un sorbo a su té no pudo más que tragar en seco al escuchar la repentina pregunta. Dedico una mirada a su acompañante cuyo bento continuaba cerrado, sus ojos se perdían en el vasto cielo ó… tal vez en el movimiento indefinido de las nubes que sabía él estaba mirando. La joven de ojos café pardo bajo el bento que comía con bastante energía al mismo tiempo que su mirada y apretando con su puño los palillos con los que comía abrió su boca para decir algo —Digo, si no quieres decirme lo entenderé— la interrumpió antes de que pudiera expulsar siquiera un leve sonido —Pero… Ino-san hizo un comentario esta mañana que no me deja estar tranquila. Sabes dijo que podrían matar a Shikamaru y sin él en este momento no tendría sentido resistir…— dijo con su mirada firmemente clavada en la danza de las blancas nubes sobre aquella sabana de color azulino que se extendía sobre ellas. De pronto los verdes ojos de aquella hermosa joven que contemplaba el cielo comenzaron a inundarse de un salino líquido de un inconfundible color cristalino que comenzaba a caer sobre sus mejillas. Ella limpiaba aquellos caminos húmedos que dejaban sus lágrimas con energía queriendo dejar de llorar, pero lo seguía haciendo…

—Jij…— expulso la castaña para luego abalanzarse sobre la rubia que mantenía las manos sobre sus ojos, casi intentando armar una barrera que impidiera el continuo flujo de aquella agua cargada de sentimientos que corría por su rostro. Poniendo uno de sus brazos alrededor de su cuello y acariciando los rubios cabellos de su nueva amiga y compañera, continuó — ¿Cómo pretendes que después de que te abrieras así conmigo no pueda contarte algo que para mí no es de vida o muerte?— preguntó sonriendo mientras acariciaba con más fuerza la cabeza color oro de su compañera. Las lágrimas que caían por el rostro de la rubia se detuvieron y volviendo a sonreír intentaba zafarse de aquel cariñoso ataque. Cuando ambas se quedaron sin fuerzas después de una muy larga lucha la castaña tomo la palabra — Temari ¿Tú…? ¿Crees que soy una delincuente?— preguntó cambiando de humor drásticamente, al recibir la negativa por parte de la joven de ojos color esmeralda continuó —Hace tres años a causa de la corrupción dentro de la misma policía creció una organización que quiso tratar de poner orden, al principio todo era perfecto, pero al tratar de hacer justicia por su cuenta se volvieron también criminales; del peor tipo. Esta organización autodenominada como Akatsuki penalizaba fuertemente los crímenes y comenzaron a causar miedo, pero al mismo tiempo varios de sus integrantes comenzaron a cometer crímenes terribles: robos, violaciones, asesinatos, torturas y tal miedo se volvió odio. Muchas personas no podían soportar lo que estaba sucediendo y decidieron irse en contra de esta organización… ¿Antes de preguntarme a mi le preguntaste a Ino verdad?— preguntó la castaña mirando nuevamente a su compañera, la rubia asintió y apretó sus puños. Aquel gesto no paso desapercibido por aquella joven de chongos y contaba aquellos eventos con una voz mucho más seria de lo habitual—No me sorprende que no te haya querido contar; Azuma e Inoichi, su padre, murieron a causa de esta confrontación, ellos dos junto a Shikaku y Chouza organizaron el grupo de resistencia. Cuando Akatsuki se entero de esto asesinaron de las maneras más crueles a Azuma e Inoichi cada una delatando lo crueles que eran estas personas.

—Y Shikamaru formo parte de esta resistencia— concluyo Temari. Tenten sonrió y asintió con su cabeza.

—Shikamaru no es el único, también lo soy yo como lo es Ino… la diferencia se encuentra en nuestras acciones también el Ala al que pertenezcas — La rubia acompañante la miro confundida. —El mayor problema de la resistencia es que no estamos unidos, el Ala al que Ino y yo pertenecemos es el de inteligencia; ella y yo reunimos la mayor cantidad de información sobre Akatsuki y sus crímenes y cooperamos con los pocos policías que quieren justicia. Por otro lado Shikamaru pertenece al Ala que protege a las personas, en tanto encuentran a alguien de Akatsuki haciendo alguna de sus fechorías salta SHIKA al rescate. — Temari no pudo más que dejar soltar una pequeña risa al notar a quien estaba imitando, pero al ver el rostro serio de su amiga se detuvo y continuó escuchando — La tercera Ala es el Ala extrema, en tanto ven a alguien de Akatsuki comienzan una gran pelea… pues los miembros de Akatsuki nunca van solos y como consecuencia las pelas entre estos son bastante graves. Sin embargo entre Alas no hay orden ni se sabe quienes pertenecen a esta así que creo que de esta manera nunca podremos cambiar las cosas. — decía la joven totalmente confiada de lo que estaba diciendo.

Temari abrazando sus piernas y apretándolas contra su pecho entendió la tristeza de la hermosa joven de la florería y quedándose pensativa por un tiempo preocupo a su acompañante. Al notar su preocupación la rubia volvió en sí — Dime Tenten… ¿por qué hiciste esa pregunta antes de contarme todo? — preguntó mirando a la castaña que estaba llevando un gran pedazo de sushi a su boca.

—Ewes dla plimedla…— Temari sonrió y espero a que terminara de comer aquel pedazo, después de tomar un gran sorbo de té dijo —Desde que entre en la preparatoria fuiste la primera en hablarme, nadie quiere relacionarse conmigo. La verdad es que creen que soy una “delincuente” pues si perteneces a los unos o los otros eres delincuente. Un día cuando estaba entregando una orden me encontré con una pareja de Akatsuki, unos debiluchos… después de insinuaciones atrevidas no resistí más y puse toda mi energía en mi puño y acabe con ellos— dijo mientras estiraba su puño como golpeando al aire y en sus ojos se veía gran determinación y convicción —Grave error— dijo sorprendiendo, o más bien confundiendo a quien la escuchaba. Después de aquellas palabras comió de nuevo otro pedazo de sushi y continuó — Alguien de la escuela me vio, claro no me imagino como creció el chisme y de un momento a otro antes de la graduación de la secundaria ya nadie me hablaba…—

—Tenten ¿Cómo reconocen a los Akatsuki?— Tenten la miró y con una sonrisa logro entender que no había manera de que ella pudiera saber.

—Una nube roja, decimos que es color de la sangre que todos en ese grupo han derramado. Normalmente se encuentra en sus brazos o el pecho, no tienen miedo de mostrarse porque es mayor el miedo que les tienen .
------------------------------
que les parecio!?
Comenten en todo caso estoy abierta a cualquier correccion ;)

 

Konbanwa~
Hola Chic@s.
Tengo aquí una maravillosa conti,
con enfasís en el NaruHina que va a ir atando unos cuantos cabos sueltos...
Desde aquí comiennza la verdadera historia de los rebeldes contra Akatsuki.
Espero lo disfruten.


Capítulo #5 “Hinata”

Sus rebeldes cabellos oro ahora caían sobre sus hombros, se movían tambaleantes ante los rápidos movimientos de su domadora. Se encontraba atareada pues no solo había llegado tarde tampoco podía poner todos aquellos adornos en el lugar adecuado, agotada por el intento y error decidió pedir ayuda.

—Hinata…— llamó la rubia a su compañera de trabajo. La hermosa joven de tez pálida rápidamente atendió al llamado de la joven, la hermosa dama que respondía al apellido Hyuga empezó por acomodar el negro que delineaba la perfecta cintura de su compañera. Sonriendo coloco sobre su busto, cintura y cabeza los demás detalles que caracterizaban el divertido uniforme al que aquella rubia prefería llamar disfraz. Los encajes que decoraban el hermoso uniforme daban a la chica un aura de inocencia y delicadeza que con una simple mirada al espejo la hacían sonrojar. Después de arreglar la vestimenta de su compañera la joven de largos cabellos azules comenzó a peinarle devolviendo su cabello a su estado natural. —Valla, gracias Hinata-chan. Jamás hubiese podido peinarme así de bien yo sola, eres toda una ojuo-sama— dijo su compañera para hacer el ambiente más divertido.

Hinata suspirando desvió su mirada y luego aparentando calma y serenidad le regalo a la rubia una dulce sonrisa.

—Bien, Temari-san. Empecemos a trabajar— dijo la delicada señorita para salir por la puerta de la callada habitación. La rubia dejada en soledad medito un rato lo que acababa de suceder y salió tras ella. Al salir su compañera se encontraba abriendo la puerta del café al que muchos jóvenes estaban deseosos de entrar; observando las acciones de su compañera notaba la cantidad de esfuerzo que ponía en atender a cada uno de ellos de manera adecuada y tranquila. Después de todo Hinata, siempre le había parecido una chica tímida e introvertida, todavía después de trabajar dos semanas junto a ella no lograba que la joven de ojos albinos fuera espontanea con ella.

Observando todo lo que sucedía en el café mientras Hinata tomaba las ordenes con una sonrisa nerviosa fingida y ella, Temari, sirviendo las bebidas y de más platillos que adornaban la carta del establecimiento; notó como una mesa siempre se encontraba desocupada, a menos claro, de que no hubiese más lugar para los clientes. Ante la extraña situación Temari no esbozo palabra pero toda la tarde presto atención al especial asiento que su compañera mantenía vació. Tal vez no lo hacía a apropósito, pensaba la rubia mientras entregaba dos tazas de café y un muffin a una pareja que se encontraba sentada al lado de aquel especial asiento. Su mirada esmeralda continuamente se fijaba en aquel lugar sin encontrarle una explicación a tal acción, al llegar el final de la tarde ya todo estuvo más claro.

El tintineo de la campana sobre la puerta anunció al cliente que entraba al colorido café — ¡Konbanwa!—saludó una voz a la que su compañera inmediatamente reacciono. Ella que se encontraba dando la espalda a la puerta y frente a la rubia, sonrió delicadamente y sin evitar arreglarse un poco volteó para ver al último visitante, pues ya no había nadie en el lugar.

—Hirashaiama…—la joven detuvo su saludo de bienvenida, y como anhelaba la rubia, el joven fue dirigido sin titubeos y con total espontaneidad a aquella mesa que durante la tarde se había apoderado de la cabeza de la Sabaku. Hinata después de la rápida acción se dirigió hasta su compañera y siguiendo derecho buscó con intranquilidad el botiquín en el mueble sobre el que se encontraba la caja registradora.

Viendo la obsesiva búsqueda de su colega y la preocupación que le causo verla en tal estado decidió articular palabra — ¿Qué buscas Hinata-san?— la mencionada no respondió, continuó su búsqueda durante pocos segundos y finalmente saco de aquel lugar una pequeña caja roja de platico. Entendiendo lo que era la rubia comenzó a cerrar el café, pues ya era hora y no era prudente que los clientes viesen aquella escena en el café. La rubia intentando aparentar naturalidad comenzó a limpiar las mesas y los pisos mientras examinaba al chico y a la chica.

El joven era bastante guapo, tenía una cabellera dorada capaz de ser confundida con el mismo oro y sus ojos azules eran igual o más precioso que él zafiro. Si a ella, por llevar el cabello rubio y relacionarse con Tenten era llamada Yankee, él sin duda era víctima de esas acusaciones. Sin embargo todo lo que ella había logrado apreciar se encontraba tras varias capaz de suciedad y sangre, tal vez su propia sangre o la de alguien más. El joven tenía no de sus ojos bastante hinchados y varios cortes y raspones por todo su cuerpo y de sus morenos labios borboteaba la sangre. De la situación de su compañera no se podía hablar mejor, pues parecía que ella sufriese lo que el joven no. La Hyuga miraba con preocupación y ternura al hermoso rubio que se hallaba sentado frente a ella y mientras que con delicadeza y amor limpiaba sus heridas él gemía con dolor.

—Hina-chan…— decía el joven enternecido por la mirada en los ojos de la chica—No te preocupes, estoy de maravilla— decía el joven sin obtener respuesta de la dueña de los ojos perlas, ella solo se encargaba de limpiar sus heridas. Terminando y dándole una apariencia más amigable al joven la Hyuga dejo resbalar por sus mejillas un par de lágrimas que fueron detenidas en su camino por los pulgares del chico. Ella ahora no quería mirarlo y desviando su mirada dejo resbalar otras lágrimas, que combinándose con la suciedad que habían dejado los dedos del joven dejaron tras de sí un alargado camino oscuro. —Hinata…— dijo finalmente para tomarla entre sus brazos y abrazarla con fuerza a lo que ella respondió con un fuerte sonrojo.

—Na…Naruto-kun…—

— ¡Oh! Si eres tú—dijo la rubia poniendo sobre la mesa una fría botella de vidrio haciendo que los dos jóvenes se separaran —.Póntela en el ojo. Ya decía yo que tu rostro me era familiar, tú eras el chico al que la bella chica de cabellos color chicle que te lanzó el zapato—. La rubia se sentó frente a los dos jóvenes y se presento al rubio —Mucho gusto, soy Sabaku No Temari—dijo extendiendo su mano al joven que con sorprendente energía se puso en pie y agarrando su mano gritó: “¡Me llamo Uzumaki Naruto!, del Ala extreme de los rebeldes ¡Deberás!”
Ante tal declaración la dulce joven de cabellos azules no pudo más que mostrar preocupación en su rostro y luego empezara a jugar con sus blancos dedos.
-------------------------------------
Bien, coinsidero, me quedo corta pero es un warm-up para lo que se viene...
x'D
Espero les guste...
Si se me quedaron tildes o hay errores haganmelos saber-
Matta ne~

 

Konbanwa~

Capítulo #6 “Crisis”

Llevaba dos semanas, un día, ocho horas y treinta segundo sin hablarle y jamás en toda su vida se había sentido tan vacía y culpable, pues sin importar cuantas miradas de desdén e indiferencia le propinara él siempre la escoltaba camino a la escuela. Ella revelando todo el orgullo que albergaba en su ser nunca lo saludaba y ese día no sería la excepción. Encontrándose con él en la puerta de su casa no dedico al joven más de dos segundos para voltear sus ojos esmeralda al camino y continuar. Temari caminó unos cuantos pasos más y saludando enérgicamente a la joven de la floristería comenzó recorrido hacia su preparatoria. Ante tal acción y el rostro del joven que se encontraba tras ella, Ino, de belleza floral, no pudo más que soltar una pequeña risa que molesto aun más al castaño.

—Nos vemos, Ino— dijo evidentemente molesto. La rubia no pudo más que sonreír con dulzura para posteriormente entrar en la floristería.
Caminando detrás de la chica de cuatro coletas divagaba mirando las nubes sobre su cabeza. Nunca se había sentido tan incomodo y culpable por lo que había sucedido. Era extraña como la condición que tenía no la hacía ver más dócil y serena sino fuerte y valiente, además no dejaba de culparse por la expresión que vio en sus ojos después de aquel descontrolado grito. Pero también se encontraba molesto ¿Cómo podía ser una persona tan orgullosa? No hablarle por dos semanas era ya, de por sí, una manifestación de la poca importancia que la rubia le daba a su persona.

Siguiendo a la chica con las manos en sus bolsillos, la corbata del uniforme floja sobre la camisa desorganizada y la marca de una cortada sobre su mejilla se cargaba de malos pensamientos que con un simple sonido se disiparon. A unos escasos metros de él se escucho una débil risa que provenía de la rubia a la que escoltaba. Pendiente… no, preocupado de que podía hacerla reír mientras se encontraba claramente molesta con él le preocupaba. Aunque si energías para averiguar qué sucedía decidió dejar aquel evento allí.

Riéndose débilmente por segunda vez la joven recordaba su primer encuentro con alguien del Ala extrema de los rebeldes. Sin duda aquel joven era gracioso, despistado pero se le veía el valor en los ojos, revelar en su presentación que pertenecía a un grupo de “delincuentes” le parecía graciosísimo. Además no podía olvidar el rostro de la joven que lo atendió, se encontraba más preocupada por lo que había dicho que por las heridas que había curado can tanta entrega. Cuando Tenten le habló de este tipo de personas que se iban a los golpes con tan solo ver un Akatsuki imaginó a un ogro, jóvenes de apariencia mucho más aterrorizante que la del rubio que había conocido la noche anterior.

Lo inquietaba, ¿Qué era eso tan gracioso que la hacía reír con solo recordarlo? Mirándola, analizando toso sus movimientos no supo decir qué.

—Ohayo Gosaimasu, Minna—saludó con alegría las castaña, venía montando su bicicleta y se encontraba bastante sonriente, más de lo normal. Esperando una respuesta del castaño siguió andando cerca de él, sin embargo notó la irritación que el Nara liberaba por cada poro de su cuerpo. — ¡Ah!— exclamó como si hubiera entendido algo, y sonriendo con malicia mostrando sus blancos dientes continuo — Temari no te ha vuelto a hablar ¿No es así? ¿Por eso estas de malas Shika?— preguntaba la joven más que con ganas de averiguar qué pasaba molestarlo aun más, siendo, por supuesto, alcanzando su objetivo.

—Tsk— hizo él. Sus manos no salieron de sus bolsillos y desvió su mirada de los vivaces ojos chocolate que se encontraban frente a él, esa joven era casi tan capaz como Temari de averiguar que le pasaba con tan solo mirarlo. Ante tal acción Tenten comenzó a avanzar más con su bicicleta hasta llegar a la rubia.

Temari que se encontraba tan ensimismada que ni siquiera notó la presencia de su amiga hasta cuando esta la saco violentamente de sus pensamientos. —Ohayo, Temari-saan— saludó con una esplendorosa sonrisa en sus labios. Al recibir el saludo de la nombrada y una mirada inquisitiva a la que la joven eludió. —Dime, dime… ¿Cuándo le vas a volver a hablar?— preguntaba juguetona bajando de la bicicleta y caminando al ritmo de su compañera. Intentando no responder a la pregunta Tenten se acerco más a ella y preguntando de nuevo logro obtener su respuesta.

—Cuando se disculpe— dijo secamente.

Suponía que ya no debía preocuparse por ella, Tenten la cuidaría bien. Viéndolas desde lejos parecían llevarse muy bien, la castaña se encontraba particularmente alegre y sacaba de su compañera sonrisas que desde hacía dos semanas no le dedicaba. — ¡Valla Shikamaru, sí que eres idiota!— pensaba mirando las nubes sobre su cabeza —Tres años esperando para verla de nuevo y no tardo en arruinar todo. Tsk, que chica más problemática… ¿Por qué le doy tanta importancia? Es solo una pelea… Además la culpa de todo esto la tiene ella. Siempre me regaña, no importa en qué situación este, es una mujer fastidiosa y molesta, como mi madre. Si se preocupa tanto por mí debería dejar de gritarme y hacerme quedar como un idiota frente a todos; también debería dejar de quitarme los cigarrillos de la boca… debería dejar de preocuparse tanto por mí— sonrió con amargura, sabía que aquello que pensaba no coincidía con lo que quería su corazón. Su corazón le mostraba lo que quería cada vez que la chica le regalaba una de sus adorables sonrisas, su corazón le decía lo que quería cada vez que recibía las miradas retadoras de la joven, su corazón le recordaba lo que quería cuando latía con fuerza tan solo con escuchar su voz. Lo que Shikamaru más deseaba era que esa atrevida mujer fuera suya.

Siguió caminando detrás de las alegres jóvenes que se encontraban frente a él. Las perdía de vista de un momento a otro siempre que giraban en las esquinas o cuando subían las escaleras del instituto y él era retenido por toda la pereza que acumulaba en su cuerpo. Al entrar finalmente al salón de clases se abalanzaron sobre él dos hermosas jóvenes.

—Shika… ¿Vas a ir al concierto que tengo el sábado?— preguntó una atándose al brazo del Nara, se encontraba sonrojada y abrazaba con fuerza la extremidad del joven. Era Tayuya, una preciosa chica de cabellos rojo pálido y ojos color pardo, entre sus hermosísimos ojos desafiantes se asomaba un mechón largo y abundante de su cabello que cubría gran parte de su rosáceo rostro. Tayuya se caracterizaba por su mirada reacia y vocabulario inadecuado que hacían de ella otra “delincuente” a la que sus compañeros de clase evitan; nada menos inadecuado pues la joven más que a las peleas, a las que normalmente la vinculaban, se encontraba mayormente interesada en la música que componía.

—Shika ¿No habías dicho que me acompañarías a comprar los hilos que necesitaba para mi trabajo?— preguntaba la otra que también se había anclado al perezoso joven. Ella era Kin, una hermosa joven de mirada fuerte y segura y largos cabellos negros que llegan hasta sus caderas. Tenía un cuerpo envidiable y a ella también la colocaban en el grupo de los delincuentes, pero a diferencia de Tayuya a ella si se le encontraba en varias peleas e incluso se mencionaba que pertenecía al Ala extrema de los rebeldes. Su amor hacía Shikamaru se debía a que fue él quien la ayudo en el enfrentamiento con Akatsuki en el que tenía muy pocas posibilidades de salir vencedora. Enfrentándose juntos, a seis Akatsuki la joven no pudo más que encontrarse agradecida, más desde ese momento se convirtieron en rivales. Y cuando el castaño aceptó uno de sus desafíos y perdió contra él desarrollo una gran admiración que con el tiempo se convirtió en amor. Aunque veía en Tayuya una rival, ella y la pelirroja eran muy buenas amigas y por lo tanto siempre se encontraban juntas.

—Tayuya, Kin, saben que no puedo entretenerme con ustedes. Estoy protegiendo a chicas no tan bellas como ustedes con los brazos que ahora me gustaría que soltaran—dijo con serenidad y mucha sensualidad en su voz. Tomó a cada una por sus mentones y acercándose con rapidez a su rostro, las dos soltaron sus brazos casi inmediatamente y una más sonrojada que la otra sonreía mientras lo miraba con deseo en sus grandes ojos negros.
Ante la inmediata reacción y demostración de erotismo el joven sonrió con arrogancia y miró a la rubia que pretendía no prestar atención a la escena. Al encontrarse los ojos de ambos la chica lanzó una mirada de displicencia para luego continuar hablando con la castaña muy amenamente. Shikamaru por su parte se dirigió hasta su lugar, en la última fila, sentado, por supuesto, en la ventana en donde las nubes podían arrullarlo. Allí sentado viendo a las espumosas damiselas que decoraban de blanco el cielo sonrió con satisfacción pues había logrado lo que quería, darle celos a la rubia. Finalmente cruzó sus brazos y cerró sus parpados solo para abrirlos cuando el descanso comenzara.

—Ayer conocí a Uzumaki Naruto-san—comentó la joven mientras llevaba a su boca el pan que había comprado el día anterior camino a casa. Recordando los eventos que desencadeno aquel evento rió calmadamente—Sabes, es del Ala extrema. Aunque tiene un rostro y actitud demasiado inocente para pertenecer a un Ala que solo se especializa en combate. Llegó muy herido, es increíble cómo podía seguir sonriendo… pobre Hinata-san, se llevo un mal rato— decía la joven a su compañera que la miraba mientras comía.

—En eso era lo que pesabas esta mañana…— concluyó Tenten mientras llevaba los palillos con un bocado de sushi a su boca y lo devoraba con júbilo.

—Sí, y tu no me has dicho porque estabas tan feliz esta mañana— dijo haciendo que el ultimo pedazo de sushi que pasara por su garganta le supiese
amargo. Temari la miraba como deseando algo de ella y Tenten dando un sorbo su té fingió serenidad, la rubia la miro esta vez inquisidora y notando algo dijo —Es un chico—

— ¡¿Na-nanni?!— Preguntó entre gritos y con sus cachetes ruborizados delatándose frente a la rubia — ¿Po-Po-Por qué dices algo así?

—Bien, no estaba segura pero tú pusiste en evidencia tú sola— le dio otro mordisco y miro a su acompañante divertida, Tenten ahora miraba su bento totalmente avergonzada y con su rostro como una roja rosa. La castaña jugaba con su comida mientras encontraba algo que decir en su defensa —Y bien, ¿Qué paso?— preguntó mirando las blancas nubes que se elevaban sobre su cabeza, mientras su acompañante jugaba con los palillos entre sus dedos, no sabía que decir.

—No…no sucedió nada. Solo me acepté a mí misma que me gustaba y me sentía tan liberada que deje a mi cabeza volar libremente— decía con timidez, lo dicho por la joven hizo a Temari bajar su mirada con melancolía.

—Aceptó, afirmo y reafirmo que me gusta Shikamaru, Entonces ¿Por qué no me siento bien?— le preguntó a la chica que la acompañaba.

—Porque, Temari, están peleando— dijo con su dedo índice estirado, señalando lo que había dicho como obvio —Lo quieres ¿No es así?— articuló la joven recibiendo una respuesta positiva — ¿Quieres hablarle? ¿Quieres mirarle? ¿Quieres quererle?— preguntaba recibiendo a todas una respuesta positiva —Peleando no puedes hacerlo, por eso no te sientes bien — explicaba indicando su total confianza en lo que decía.

— ¡Oh! Ama-sensei… ¿Qué me aconseja ahora?— pregunto burlándose de la joven.

—Muy sencillo bella alumna, trágate tu enorme orgullo y perdónalo— respondió imitando a uno de sus profesores para luego golpear suavemente la frente de la rubia con la punta de sus palillos.

No muy contenta con la respuesta rió a causa del teatro que armó con su compañera y terminó de comer el pan, abrió entonces la leche que hacía poco había comprado y término de almorzar justo antes de que la campana del inicio de clases sonara. Miró a Tenten y entonces juntas se dirigieron hacia el salón de clases. Allí entraron y esperando a que llegara el profesor continuaron hablando y riendo.

—Sa-Sabakuno-san— las interrumpió una joven de cabellos cortos, tenía miedo, pues ambas jóvenes tenían mala fama.

—Dime— dijo.

—A-Ano… a-alguien te busca, e-en la puerta— dijo finalmente la delegada de la clase para realizar tal tarea. Elevando su mirada vio a Gaara esperándola con impaciencia.

—Muchas gracias— dijo la rubia sonriéndole dulcemente para dirigirse hacia la puerta y platicar con su hermano—Dime, Gaara. ¿Por qué saliste tan temprano? No ves que extraño verte en las mañanas— decía abrazándolo y moviéndolo de un lado al otro.

—Temari, yo te levante esta mañana— dijo fríamente para invalidar lo que había dicho su hermana. Todo el salón desvió su mirada hacia los hermanos y el menor sonrojándose se separo del asfixiante abrazo de la rubia. —En todo caso Temari, mira— dijo señalando al patio frontal del instituto.

La joven dedico una mirada ligera al patio, ¿Qué podía ser tan interesante? La curiosidad de sus ojos se volvió preocupación cuando vio a Shikamaru enfrentándose a dos jóvenes bastante mayores que él. Miraba la escena perturbada buscando la nube roja que Tenten alguna vez mencionó y las encontró. Uno el de cabellos blancos y sonrisa cruel la llevaba en su brazo derecho y el segundo tenía la nube estampada en su pecho, ambos se veían peligrosos, Temari enseguida bajo, sin pensar, sin dudar. La castaña preocupada por su amiga la siguió para encontrarse con Hidan y Kakuzu de Akatsuki.

— ¡Temari, aléjate! ¡Ese dúo es peligroso!—gritó Tenten. Mientras que con su mirada buscaba a alguien entre la gente que se alejaba de la escena.
-----------------------------------------
¡Comenten!

 

Konbanwa~
Huy Caen dos Akatsukis bajo el control de la policia.

Capítulo 7 “Miedo”

Se odiaba en ese momento ¿Por qué diablos no se movía? Sus piernas temblaban y su respiración era tan acelerada como la de su palpitar ¡Qué estúpido había sido! Salió corriendo en cuanto se entero que el asesino de Azuma se encontraba en la entrada del Instituto y cuando lo tiene frente a sus narices no hace más que temblar. Su mirada se encontraba inundada por la conmoción y el miedo que le causaba ver esos ojos rojos y cabellera blanca. Se odiaba por sentirse tan impotente y no poder vengar a su maestro, por su cabeza recorrían con frecuencia las imágenes de como su maestro era apuñalado hasta la muerte por aquel hombre. Ahora no solo temblaban sus piernas también lo hacían sus manos, no era capaz de moverse.

—¡Shikamaru! Por favor, no hagas nada peligroso— gritaba la joven de cabellos amarillos mostaza con evidente preocupación. La tomaba la castaña de la cintura, era irrebatible la intención de la joven de acercarse a él. Tenten luchaba contra la fuerza de ella, la empujaba hacia sí con vehemencia intentando alejarla lo más posible de aquella peligrosa escena —Déjame Tenten lo van a matar— argumentaba intentando, con todas las fuerzas que había en su cuerpo, soltarse del agarre de su compañera. La rubia no podía más que seguir intentando mientras que en sus ojos se aproximaban presurosas las lágrimas.

Los gritos de la joven que hacia minutos había aparentado no prestarle el mínimo de atención ahora lloraba con vigor por lo que podría sucederle ¡Debía hacer algo! Debía sobre todo recomponerse y enfrentar al hombre que había asesinado a su maestro. Recibiendo el primer golpe fue capaz de moverse al fin, nunca un golpe le había dolido tanto; en su rostro quedaba el fuerte puño que había recibido y en él comenzaba a aparecer un oscuro hematoma. Alejándose de los posibles ataques de sus agresores retrocedió y encendió un cigarrillo, terminada la acción de sus bolsillos saco las manoplas con filo de su maestro.

—Mira Kakuzu— dijo el albino —Es la copia exacta del debilucho que sacrifique a Jashin-sama ¿Niño estás seguro que quieres enfrentarte a mí? —se burlaba el hombre mientras en su compañero causaba risas que el castaño no encontró agradables. Lanzándose a enfrentar a aquellos hombres Shikamaru comenzó un admirable contraataque que obligo al hombre de cabellos blancos a responder a sus ataques. Sin embargo el otro que llevaba una máscara ocultando su rostro no se había preocupado en moverse, sin duda alguna no se preocupaban por aquella molestia menor.

—Hidan— habló el otro— Iré a buscar a los Sabaku No, podremos pedir una buena recompensa por ellos— se regodeaba el hombre mientras que con sus dedos pensaba jugar con el dinero. Recibió una respuesta positiva del albino que esquivaba con facilidad los ataques del joven castaño y avanzo hacia los jóvenes que presenciaban la lucha entre Shikamaru y el Akatsuki. No dejando que aquellas palabras pasaran inadvertidas el Nara rápidamente se alejo de Hidan para acercarse a las chicas.

—Tenten, llévate a Temari lejos de aquí— ordenó el Nara sin bajar la su guardia viendo como el albino se acercaba a él rebosante de confianza y sonriendo con cinismo.

—¡Ni hablar! Me quedo aquí contigo— respondió la rubia de mirada esmeralda.

—¡Temari, no te lo he pedido! ¡Llévatela!— gritó el joven desviando la mirada de su contrincante para posar sus ojos en la rubia. Su mirada era clara y firme aquello no se encontraba en discusión… luego dejo de mirarla su cuerpo se encontraba rompiendo el viento mientras con fuerza caía al suelo. Después ambas pudieron ver la pierna del albino todavía estirada y a la altura aproximada del rostro del Nara.

—¡Shikamaru!— gritó mientras comenzaba a llorar una vez más, las pesadas lágrimas que corrían por su rostro no podían ser calmadas y con todas sus fuerzas pudo, finalmente, soltarse del agarre de Tenten. La castaña sin ver ninguna otra solución tomó una postura de combate retando al hombre que la miraba con desdén y desinterés. Hidan, sin hesitar, lanzó el complemento de la patada, un puño que la castaña desvío con todas sus fuerzas. El segundo puño se aproximaba a su rostro y consiente de no poder desviarlo se resigno a recibir aquel golpe, que estaba segura dejaría marca.

Tenía sus ojos cerrado … ¿Qué paso? Ya habrían pasado uno.. .dos segundos y el golpe no llegaba a su rostro, tímidamente abrió uno de ellos, el que estaba más cercano al golpe, el derecho. Con sorpresa sus ojos se abrieron y su pupila contraída delato su sobresalto a solo dos centímetros se encontraba la mano de quien había esperado durante todo ese tiempo. Aquella palma se mostraba cerrada, enjaulando con fuerza el golpe del albino de ojos rojos, era grande y gruesa de tez clara. Su cabello era castaño largo hasta la mitad de su espalda y tenía unos pequeños ojos negros que miraban al individuo con ira; sus orejas tenían los mismo piercings que el Nara y en su boca había un palo de paleta y su otra mano cargaba el anpan que más adelante habría de comer.

—¡Chouji!—gritó emocionada la castaña y Temari que velaba por Shikamaru volteó a verlo. Era como Shikamaru se lo había descrito tiempo atrás, un joven de contextura gruesa y con un rostro que recalcaba gentileza y a pesar de los años los dos remolinos que se divisaban sobre sus mejillas todavía se encontraban allí.

—Tsk— hizo el aludido —Parece que no puedo encargarte nada ¿¡Eh, Shikamaru?!— preguntó viendo al susodicho entre los brazos de la rubia. Esta era la oportunidad que ambos habían esperado por tres años y no la dejarían escapar, Chouji en un movimiento rápido y con fuerza impulso el puño de Hidan lejos de Tenten y su rostro y lo obligo a dar varios pasos hacia atrás.

Después de alejar lo suficiente al Akatsuki de ellos se acercó al Nara y tomando su mano lo ayudo a pararse, el rostro de Shikamaru se encontraba bastante e golpeado, sobre todo su lado derecho, después de todo allí ya había recibido dos golpes bastante fuertes. Un grueso hilo de sangre bajaba desde su boca y él con uno de sus brazos limpio su rostro. La rubia, entendiendo que no podía hacerlo retroceder en aquella decisión sonrió con amargura y se abrazó. Tenten sin olvidar la orden que su compañero le había dado tomó a su compañera y la llevo lejos de la situación en la que se encontraban.

Mientras Shikamaru y Chouji comenzaban a atacar al asesino de de su maestro, Kakuzu, su compañero había ya encontrado a quienes buscaba. La verdad no tuvo que buscarlos pues los hermanos de Temari se encontraba en aquel patio viendo aquella contienda, sin asustarse ni un poco el primero en acercarse al Akatsuki fue Kankuro. Estando a punto de empezar la pelea soltó su corbata y dio su bléiser a su hermano que miraba la situación inalterado. Kakuzu Lanzo entonces sus puños simultáneamente algo que el castaño desvió y respondió con un fuerte golpe en las costillas. Sin detenerse a sentir tal dolor el hombre continuó con su ataques demostrando un estilo que ninguno de los hermanos había visto, pero tal cosa no evito que Kankuro se defendiese correctamente.

—Es cierto que los niños ricos los entrenan muy bien—dijo el Akatsuki poniendo en Kankuro una sonrisa de satisfacción —, pero— bajo para hacer una zancadilla a su contrincante—es muy distinto pelear con tus maestro que con alguien con un verdadero instinto asesino— sonrió el hombre con crueldad mientras golpeaba con bastante fuerza los órganos vitales de Kankuro. Este terminó por escupir sangre debido a la fuerza de tales golpes.

—Niño tienes la técnica, pero no tienes el instinto asesino. Te es imposible ganarme— decía mientras el castaño intentaba parase a causa de los golpes.

Temari, no ajena a esta situación, lloraba por su hermano quien desde donde ella veía eran claros los fuertes golpes que recibía del Akatsuki. Rápidamente y escapando de la atención de la castaña Temari salió rápidamente del escondite en que se encontraba y cruzando aquel infernal patio llego a su hermano menor que se encontraba a punto de ayudar a su hermano.

—No vayas— dijo sosteniéndolo, Gaara sin contestarle la miró con dolor. Ella entendiendo lo soltó de su agarre y dejando un beso sobre la mejilla de su hermano esbozo un: “Cuídate”. Temari tomó el bléiser de sus dos hermanos y viendo con firmeza la escena decidió no llorar más y tener fe en ambos.

Por fin capaz de tomar su celular Tenten con rápidos movimientos envió un mensaje de texto a su amiga de bellos cabellos rubios.
“Necesitamos a la policía ahora. Hidan y Kakuzu se encuentran aquí.”

Sin demora llego otro mensaje a su celular:
“Entendido, Kakashi y Kurenai ya se encuentran en camino”

Ya con mayor tranquilidad la castaña se dedico a mirar la batalla. Chouji y Shikamaru habían logrado propinarle al albino bastante daño y un último golpe significo para este la derrota. Tirado en el piso, exhausto y sin poder ponerse en pie, todavía consiente gritaba burlas y mofas incitando al Nara. Agotado de las burlas hacia su maestro y hacia ellos Shikamaru se lanzó a finalizar con lo llamado venganza, solo llego hasta su garganta… quería causar en su contrincante el miedo y desesperación que a él causo. Ante esto no recibió más que una mirada insolente que lo retaba. Entonces aquel castaño comenzó a empujar el filo la manopla sobre la garganta del Akatsuki para que apareciesen las primaras gotas de sangre del joven hombre.

—No— dijo su compañero —Azuma jamás querría que te convirtieras en asesino, Tenten lo dijo: Kakashi y Kurenai vienen en camino—.
La risa del Akatsuki atravesó todos los rincones de la escuela y cayó, finalmente, inconsciente. Su compañero era otro que se encontraba en problemas, desde que Gaara se uniese a la pelea no había logrado propinar un buen golpe a ninguno de los dos mientras que este era fuertemente golpeado.

Cuando llegó finalmente la policía, liderada por un hombre joven, no mayor de treinta años, y una mujer un año menor que él. Ambos llegaron esperando la peor situación pero se encontraron con uno de los Akatsuki inconsciente y el otro apenas podía mantenerse en pie. No fue difícil para ellos tomar a los sospechosos de más de siete homicidios, entre los cuales se encontraba el maestro y amigo de muchos de los allí presentes. El hombre de cabellos plateados y tez pálida sonreía a través de la máscara que no permitía ver su rostro; la mujer que era extremadamente bella se acercó a los dos jóvenes que desde hacia tiempo conocía.

—Shikamaru, Chouji, estoy más que orgullosa de ustedes— dijo levantando con calma al hombre albino pero mirándolo despreció en su rostro, después de todo la castaña mujer no podía olvidar que había sido aquel quien había dejado a su hijo sin un padre. —Aproposito, Azumi quiere conocerlos— arrojó la mujer a los pupilos de su amante mientras les sonreís con calidez.
***
Bien eso es todo,
Me gustaria comentaran, pues de hecho se que se han estado pasando por aquí ;)
Recibo todo tipo de críticas.

Sobre este capitulo me hubiese gustado darle un aire más de Naruto pero queria hacerlo tan real como se pudiese y no creo alguien valla con una guadaña de tres hojas caminando por la calle, por más peligrosa que sea. Hubiese querido tambipen poner algo sobre el genio estratega de Shika-kun pero me es imposible pues se requiere de escenarios y situaciones especiales... tal vez más adelante lo haré...
Matta ne~

 

Deh~
Honto Gommene, cuando me di cuenta ya había pasado el mes :S
Siento de verdad la demora, como escusas pressenare dos:
1. Un poco de carencia insiracional y crisis en lo que quiero hacer de la trama y numero de capítulos.
2. Carencia de tiempo para realizar este proyecto de forma rapida como lo hice en vacaciones.

Siendo esas dos mis escusas para traer tan tarde una conti no tengo nada más que decir que
Ready...Set!...GO!!

Capitulo #8 “Comunicación”
—Es una idea fantástica, pero…— se detuvo la castaña, no sabía si lo que estaba a punto de decir era lo adecuado, sobre todo por la emoción que transmitían sus palabras.

Como siempre se encontraban en la terraza de la escuela, como era típico el moño de color azul de encontraba suelto sobre el pecho de la castaña y su camisa se encontraba por fuera. Su rubia acompañante sonreía con dulzura mientras llevaba a su boca las salchichas con forma de pulpo que había preparado esa mañana. Mientras la castaña senada a su lado comía, esta vez, lo que parecía ser sashimi de atún; cada vez que alimentaba su estomago con aquel alimento sonreía gozosa. Temari, llevando esta vez una pequeña cantidad de arroz a su boca la miro con intriga y luego sonrió para sí misma.

—Entonces… ¿Tuviste una cita con él?— preguntó con una sonrisa burlona mientras miraba cada detalle del rostro de su amiga y como lo esperaba, su reacción fue más que culposa. Volteaba lentamente con una sonrisa fingida que confirmo todas las sospechas que tenía que su extraña felicidad al comer sashimi de atún se debía a aquel joven. Temari sonrió para sí y continuó —Tenten, eres tan obvia—.

Haciendo un puchero llevo otro pedazo de su almuerzo a la boca y así lo terminó. Envolvió su bento dentro de su tela y comenzó a organizarse, acababa de sonar la campana para el ingreso a clases. Subiendo su listón a la altura de su cuello y metiendo su camisa dentro de su falda habló

—Pues…— dijo sonrojándose — encontré que solo pide envíos a el restaurante de mis padres—decía entre sueños y poniendo sus manos juntas casi
haciendo una plegaria a Dios.

—Circunstancial—

El estado de calma en el que se encontraba la castaña cambio a un aura depresiva que divirtió mucho a su compañera. Explicándole que solo era una broma la tomó por el cuello y la llevo entre sonrisas al salón que ambas compartían. Entrando al aula lo busco de nuevo, por fin había llegado. Se encontraba mirando las blancas motas de algodón que adornaban el celeste manto que llaman cielo, su mirada a penas se poso sobre la rubia causo en ella un sonrojo; todavía recordaba como su orgullo había quedado por los suelos pero se sintió tan obligada por los latidos de su corazón a ir tras el que eso no le importo. El castaño le arrojo una mirada victoriosa que ella no fue capaz de soportar y enojada volteó su mirada esmeralda para seguir hablando con su amiga.

Los periodos de clase terminaron y tomándose su tiempo salió junto a Tenten, no podía creer que Shikamaru había salido temprano de clases ¡Llevaba cuatro días sin aparecerse en el instituto! Viéndolo en la entrada se adelanto y se despidió de su amiga. La castaña entendiendo todo no opuso resistencia sonriendo le guiño un ojo. Temari avergonzada aparento no verla y continuo su camino hacia el joven castaño que apenas dos meses atrás le parecía tan lejano y a quien ahora podía llegar. El joven de coleta alta y aretes en cada oreja la miro de reojo y con bastante sensualidad, cosa que en ella causo un desestabilice en todas las partes de su cuerpo. Su corazón latía a mil por segundo y sus cortas aspiraciones hacían que le doliese la cabeza, por un momento perdió la fuerza en sus piernas y tratando de reprimir el rojo carmesí que aparecía en sus mejillas siguió su camino para evitar encontrarse cara a cara.

Con todo aquello, el Nara solo percibió la atrevida acción de la rubia de ignorarlo por completo haciendo que toda su actuación play-boy y posición que ponía a varias de las jóvenes de aquel instituto a temblar había sido un fracaso. Teniendo claro que Temari no iba a detenerse comenzó a seguirla sin olvidar todo el acto que había armado, ahora caminaba al lado de ella con las manos en su cabeza y aparentando ser “cool”. Notando la falta de interés de la rubia poco a poco dejo de realizar aquellos actos que a la joven parecían ni interesarle, y sin darse cuenta llevo las manos a sus bolsillos y encorvando su espalda comenzó a mirar a las blancas damas del cielo. Sin darse cuenta la joven ahora lo miraba con una sonrisa dulce y sus mejillas levemente sonrojadas.

—Ves Shikamaru, si puedes te puedes parecer a quien conocí hace años— dijo manteniendo la dulce sonrisa que llevaba en su rostro. Sin darse cuenta comenzó a andar con más lentitud y con una calma bastante extraña en ella comenzó a hablarle. Ambos platicaban cálidamente, sobre todo eran preguntas por parte de la rubia y respuestas características del joven terminadas en “problemático”. Su plática se alargo hasta que Temari llegó a su casa y allí en el umbral de la casa dio por terminada su charla con el Nara.

—Eh… Temari— la llamó justo antes de que esta entrase a su casa. Sus mejillas se encontraban sonrosadas y con nerviosismo acariciaba la parte de atrás de su cuello. Parecía que lo que tenía que decir lo incomodara y Temari, por supuesto, no iba a dejar que eso fuera tan fácil. Ella lo miró como si de su boca no fuesen a salir más que balbuceos incoherentes causando en su interlocutor mucha más vergüenza y esbozando un “Si no tienes nada más que decir entrare a mi casa” causo por fin que el castaño articulara palabra —Es… bastante problemático— dijo —. La verdad es que desde que Yoshino se enteró de que habías vuelto no ha dejado más que torturarme preguntando que por qué no te he llevado a casa.

—¿Y qué tiene eso que ver conmigo?— preguntó conociendo el contenido de la respuesta pero le hacía tan feliz el poder escuchar aquella respuesta de sus labios que intentó sacar aquella pregunta de sus pulmones vacíos de aire. Shikamaru se veía más incomodo que nunca pero sabía que debía articular aquella pregunta por la joven que no movería un dedo hasta que de él saliese la pregunta y por su madre que sin duda no aceptaría otra escusa. Temari adopto la misma posición que hacía dos minutos atrás había causado en el joven un sonrojo.

—Bueno…yo— no podía hacer frases completas y con sus mejillas rojas miraba hacia otro lugar —…quisiera saber sí cenarías el día de hoy en mi casa— dijo finalmente y creando en la rubia una sonrisa victoriosa, había logrado lo que ella quería.

—Estaría encantada de ver a tus padres de nuevo—

***

—Se llama Neji— confesó por fin sonrojada y desgastada por la guerra psicológica que acaba de tener con la rubia. Satisfecha la joven que respondía al apellido Sabaku tomó un poco de huevo de su bento y lo llevo a su boca; casi como que aquella victoria supiera a gloria disfruto del bocado que ahora saboreaba. Luego viendo como la castaña no planeaba responder más la miró inquisitiva causando en ella un miedo inexplicable, era tal vez miedo porque arrebatase de ella tal información como ahorita —¿Qué…qué quieres saber?—preguntó con voz trémula que puso en Temari otra sonrisa de victoria. Y luego de aquella lanzo otra que la castaña comprendió… suspirando y calmando sus nervios comenzó a hablar —Bueno…esto… él…yo…— balbuceaba con descontrol haciendo que la rubia se encontrara cerca de perder la calma —Bien… ayer recibimos como es costumbre la llamada de él, siempre lo hace entre las seis y seis y media de la noche por… por lo que estaba allí para recibir la llamada. Tomé la orden y cargue todo en mi bicicleta y salí para llevar los demás encargos, dejando el de él para el final… así podía tomarme el tiempo que quisiese, pues hace poco comenzamos a hablar más animadamente. Él que es un poco menos animado me escucha hablar a mí y en realidad siento que hemos llegado a conectarnos. En fin ayer, después de dejar el encargo caminos juntos bajo la luna en un parque cerca de su casa, yo sin pensar en nada más que por fin mis añoranzas habían sido escuchadas.

>>Sin embargo y arruinando el momento nos encontramos con un par de Akatsuki que robaban a una joven de un instituto que no reconocí. La rodeaban y esta luchaba por que no le arrebataran su maletín en eso Neji salió corriendo a ayudar a la joven que tan desesperadamente luchaba; como supongo no lo sabes su apellido es Hyuga, es decir un niño rico que por extrañas razones de la vida ahora vive en lugares de la ciudad como estos. No esperaba mucho de él, pero fue totalmente sorprendente como se encargo de ellos utilizando artes marciales que jamás había visto. Sus movimientos eran agiles y rápidos con la fuerza para dejar heridos a aquellos tipos, yo corrí a socorrer a la joven que impactada miraba a Neji. El sin darle mayor importancia le pregunto a la joven en donde vivía y juntos la acompañamos a su casa, nunca vi en Neji un gesto tan dulce como aquel; además de que me encontraba claramente impresionada y atraída pues por fin había encontrado a un chico lindo que fuese más fuerte que yo.

>> Sin darnos cuenta la noche entraba con más fuerza y decidí que era momento de irme a casa, el decidió que me acompañaría por más de que le rogué que no lo hiciera y a pesar de argumentos como que el domicilio ya no serviría de nada. A lo que él respondió con suavidad: “Lo que menos me interesa es el sushi”… aparentando no escuchar nada le pregunte que había dicho y el con un tierno sonrojo en sus pómulos respondió “Nada”. Llegando al restaurante alias mi casa decidí despedirme de él y diciéndole que aquel rato había sido muy divertido entre a casa.

—Amiga, estas verdaderamente enamorada— dijo la rubia cuando su compañera termino —. No había más que sonrisas en todo lo que decías… Entonces ¿En serio es lindo?

La sonrosada cara de Tenten se trono de un rojo carmesí y de su cabeza comenzó a salir humo negro que parecía que aquel calor liberado por el sonrojo hubiese quemado su cerebro. Todavía no recobraba la calma después de aquella bomba hecha pregunta.

—Bien es castaño y sus lisos cabellos van hasta la mitad de ancha espalda. Lo que más me gusta es su clara piel y por supuesto sus ojos lunares que cada noche reciben su pedido con el uniforme del instituto Koji—decía con total alegría la joven de cabellos recogidos —Si, Temari ¡Es guapísimo!—

Temari sonrió y soltó una dulce y corta carcajada que hizo sonrojar aun más a su compañera.

—¿Qué tal fue la cena con Shikamaru?—

Arrojo repentinamente la acompañante de los chongos que la rubia impactada no pudo más que tragar en seco el té caliente del que estaba tomando, acarreando, claro, terribles consecuencias como lo fue el quemón sobre su lengua. Después de intentar calmar el dolor ardiente que se apoderaba de su lengua y pensamientos sonrió para sí misma, parecía que Tenten comenzaba a actuar casi tan imprudente como ella. Al acabar de pensar en la situación rió otro poco y se preparo para hablar.

—Yoshino y Shikaku están de maravilla, jamás vi a su madre más bella. Su padre por otro lado lo vi más vago que de costumbre; mientras que el pobre Shikamaru no hacía más que sonrojarse con las preguntas que hacía mí dirigía Yoshino. Pobre se notaba que estaba en una situación incómoda… y yo no lo ayudaba— terminó para picar su ojo derecho con malicia, algo que solo pudo causar en su amiga gestos de reproche y luego de burla.

— ¿Y no le hablaste de tu idea?—preguntó la castaña bastante curiosa por la respuesta, que aunque sin mostrarlo esperaba que aquella ponencia fuera totalmente rechazada. Temari devoró lo último que quedaba en su caja de bento y con los palillos todavía a la altura de su boca respondió: “Ah… ¿Que me voy a unir a los rebeldes? No…”

Aquella tarde después de mucho tiempo volví a ver al Shikamaru de quien me enamore, un dulce niño que no puede ocultar sus sentimientos y pensamientos de mí. Ahora nada ha cambiado, sé que puedo sacarlo de ese caparazón de falsedad que la muerte de Azuma lo envolvió; miento, pues si, si, mucho ha cambiado pues Shikamaru ahora es un hombre, capaz de enfrentarse contra el dolor y no perder la batalla.

Tenten, aquella tarde me enamoré de nuevo, me enamore de nuevo de Shikamaru Nara y no quería detener tan bellos momentos iniciando de nuevo una discusión que nos separaría.
___________________

¡Espero que les haya gustado!
¡Espero que el final las deje esperando!
¡Espero que comenten!
¡Espero que lo sigan leyendo!
¡Espero que me perdonen por treer esta conti tan tarde!

Matta ne!!

 

Si u.u, actualizo cada milenio.
Lo siento, de verdad.
Pero siempre traigo conti, de hecho estare en vacaciones entonces supongo que traere contis más rapido de lo normal, diria que mucho más rapido.
Tengo muchas ganas de terminar este fic pero no se que giro darle para que se vuelva interesante, aunque por ahora va bien
.
Sin más


Capítulo # 9 “Algunas cosas te toman por sorpresa”

Sorbió con fuerza el pedazo de pasta que colgaba entre sus labios y luego con ambas manos llevo la gran taza de sopa a sus labios, tomó todo su contenido, luego la miró. Lo miraba con ojos incrédulos, allí, al lado suyo, no podía creer que ya iba siendo el quinto plato de ramen que comía en menos de 10 minutos. Él le sonrió y pidió otro plato dejando ver que Hinata se encontraba repitiendo aquel delicioso plato de ramen, así, ella, comparo al joven con un gran hoyo negro y miró a Hinata con una sonrisa delicada.

—Sabes…—sorbió de nuevo la pasta —, en lo que quieres meterte no es un juego de niños, de veras.

Aquella acotación la sacó muy fiera de su zona de comodidad y a pesar de tenerlo claro en su mente y haberlo notado en la actitud de Tenten le cayó como balde de agua fría. Tal vez solo era necesario que escuchara aquellas palabras para caer en cuenta de la sería situación en la que se encontraba y apretando con fuerza los palillos en sus manos se dirigió al rubio de ojos azules.

—Sí, lo sé. Pero aquello no significa que tenga que acobardarme, tengo mis propias razones para meterme en este lio y creo que son lo suficientemente fuertes. Tengo claridad de todos los movimientos que hacen, las Alas que existen dentro de la “sociedad” que llaman Rebeldes—dijo comiendo pedazos de cerdo y verduras de su ramen. Era un estrategia fantástica, mientras se demoraba llevando aquella comida a su boca tenía tiempo de clamarse y pensar en lo siguiente que diría —Me voy a atrever a decirlo, de organización o sociedad no tienen nada. No hay orden ni control, ni siquiera saben quienes más se encuentran en su Ala ó si a los Akatsuki a quien golpean son espías que pertenecen al Ala de Inteligencia.
Tampoco hay comunicación entre el Ala de Protección y el Ala extrema, mucho menos con el Ala de Inteligencia… todo es un desastre. Allí entro yo—. Dijo señalándose con el dedo pulgar y regalando una sonrisa única.

—…Ano— se escuchó apenas un pequeño hilo de voz—L-lo que Temari-san dice es cierto, deberías escucharla Naruto-kun— dijo mirando su plato de ramen con timidez y con sus mejillas sonrojadas.

El rubio volteó a mirarla y ella notando aquello comenzó a ponerse mucho más nerviosa, sus mejillas se colorearon de rojo y con bastante timidez comenzó a mover sus dedos. Casi en un juego que, nadie, solo ella podría entender. Naruto le sonrió y ella, que había alzado levemente su mirada, se sonrojo con más violencia y estuvo cerca del desmayo.

—Te amo, Hinata— dijo haciendo que ella dejara de jugar con sus dedos y alzara su mirada alterada y bastante tensa.

— ¡Vaya eso sí que es adorable!— dijo la rubia conmovida y un tanto divertida por la reacción de su compañera —Mira que decir eso en público y de una manera tan espontanea no es común— le dijo Temari con un tono bastante amistoso.

Él reaccionando entendió la incomodidad de su compañera que apenas y podía respirar —Um…— rascó su nuca como buscando una respuesta y preguntó — ¿Eso te ha molestado?

—Ano…— comenzó a jugar violentamente con sus dedos— No…no es e-eso Na-Naruto-kun. De hecho me ha hecho bastante feliz que lo dijeras sin titubeos—, dijo esta vez juntando las palmas de sus manos y moviéndolas de adelante hacia atrás. Además de utilizar un tono bastante bajo— es sólo que me ha tomado por sorpresa y no sabía cómo lo tomaría Temari-san— terminó para dedicarle una dulce sonrisa.

—Adelante, pueden besarse en frente mío si quieren— dijo la joven de hermosos ojos verdes. La reacción que causo aquel comentario era la que ella esperaba y mejor, no solo hizo sacar de su compañera de trabajo un reproche pudo también causar en el joven rubio un dulce sonrojo —solo bromeaba. Y bien, ¿Qué dices Naruto?

Naruto primero la miró con sorpresa, no esperaba que la joven lo llamase por su primer nombre, pero si iban a ser colegas eso qué iba a importar. Con rapidez tomó el resto del ramen que quedaba en su plato y pago por lo que él había comido y lo de Hinata, se puso en pie y se despidió del hombre que atendía el establecimiento. El hombre de una edad avanzada se despidió con la misma alegría que el joven y lo invito a que volviera pronto. Al mismo tiempo de que el rubio se ponía en pie invito a caminar a la chica junto a ellos. El joven de tez morena y varios centímetros más alto que ella comenzó a platicar con la rubia mientras que con su brazo rodeaba a su novia.

A punto de llegar a la casa de la rubia ella pudo ver una extraña sombra esperando en frente de aquel lugar, el miraba dentro de la casa mientras que su hermano, parado, en el umbral de su casa miraba a aquella extraña sombra. Sentía la pesadez del ambiente ya estando un poco más cerca y poder distinguir a la persona que esperaba frente a su casa. Reconociéndolo se sorprendió ¿Qué hacía allí? Y se dispuso a llamarlo.

—¡Shikamaru!— dijo el dueño de dos hermosísimos ojos color azul para luego dirigirse hacia él, la rubia confundida lo miraba intrigada. Naruto se adelanto y saludo al joven con un juego de manos, el castaño le sonrió amistosamente. — ¿A quién mirabas? —dijo el rubio para voltear a mirar al joven de cabellos rojos y ojos azul claro. Tenía puesto un saco de color rojo pálido, un pantalón café oscuro y un cinturón beige. Tenía sus brazos cruzados y no dejaba de observar a Shikamaru, todo de una manera asesina, que causaba preocupación en su hermana. Naruto lo miró alzando una de sus cejas y luego sonrió con bastante alegría —Jamás en mi vida olvidaría ese tatuaje, ¿Por qué no vienes a saldarme Sabaku no Gaara?— preguntó amistosamente el rubio.

Gaara salió del portal de la puerta y se dirigió hacia Naruto, el simplemente le ofreció un apretón de manos, algo que Naruto acepto gustoso, sabía que no obtendría más de él.

Bastante confundida con la situación Temari pudo por fin articular palabra: — ¿Y es que los conoces? —pregunto incrédula la rubia.

—Vaya, si eres hermana de Gaara y eres amiga de Shikamaru entiendo que quieras entrar en lo que por aquí pasa. Con esto no me queda otra opción que decirte que si, acepto tu propuesta— dijo Naruto sonriendo a lo que la joven de preciosos ojos albinos reaccionó con preocupación y mirando a la chica.

— ¿Qué propuesta, Temari?— preguntaron al mismo tiempo el Nara y su hermano. Ella un tanto sorprendida y preocupada por sus posibles reacciones esbozo una sonrisa nerviosa y miró a Naruto, el sin entender que era prudente que se fuera. Quien si logro entender lo anterior fue Hinata, que suavemente tomó al Uzumaki del brazo y se lo llevo del lugar. Él tratando de despedirse movió una de sus manos y luego continuó su camino, caminando junto a la preciosa y delicada Hinata.



—Bien, Y luego ¿Qué paso?—pregunto la castaña cerrando su bento.

La rubia tomo de su jugo y mirando al cielo lanzo un fuerte suspiro.

—“¿¡Estás loca!?” me dijo Shikamaru histérico, Gaara, parecía que era la primera vez que estaba de acuerdo con Shikamaru—dijo indignada la rubia de ojos esmeralda—, esperaba poder decirles de una mejor manera… desde entonces Shikamaru no me ha hablado.



— ¡Temari!—gritó Kankuro desde el segundo piso — ¿Dónde pusiste mi chaqueta negra?—preguntaba entre gritos mientras se escuchaban varios ruidos desde su habitación, Temari suspiró. Ella que se encontraba tan cómoda leyendo en el sofá de la sala se puso en pie y subió sin muchas ganas las escaleras. La habitación de Kankuro estaba directamente al frente de las escaleras así que pudo ver como la habitación de su hermano era un total desastre. Entró bastante molesta a la habitación de su hermano y mirándolo fijamente tomo la perilla de la puerta y la cerró. Justo encima del poster de su banda de rock favorita estaba su chaqueta negra, colgada, y bastante visible para alguien que buscara bien.
Suspiró de nuevo y se dispuso a marcharse —Temari, soy del Ala de protección…

Vaya, esa era la semana de Sorprende a Temari.
--------------------------------------------------------------
Bien sí, es algo corta pero los compensare!
Comenten :D...
De hecho0 creo que me pondre a trabajar ahora mismo