The Walking Dead The Walking Dead [!Final Feliz!]

La mujer había llegado muy lejos ella sola, su novio y su amigo habían muerto hacia tiempo ya, pero el dolor le había impedido dejarlos atrás. El par de zombis encadenados al cuello seguían a la morena ya sin ambición por arrancar un trozo de carne, pues sería nulo cualquier intento por conseguirlo.
Cuando llegó a un arroyo se incoó para conseguir agua, fue entonces cuando escuchó el sollozo. Aguzó sus sentidos y analizó el lugar, desenvainó su katana y comenzó a buscar.
—Eso no pareció un zombi —le avisó a su novio.
Los sollozos se volvieron más fuertes y de entre la maleza salió una chiquilla con las ropas sucias y desgarradas, no era un zombi. La morena se le acercó, precavida.
—¿Quién eres?
La chiquilla se exaltó cuando escuchó la voz de la mujer, sus ojos se abrieron como platos y casi se echa a correr si no fuera por que la mujer la detuvo.
—Cálmate, soy Michonne, no te hare daño…
La niña no soltó ni una palabra, solo se limitaba a ver al par de figuras que iban detrás de la mujer, los señaló con un dedo tembloroso. Michonne se giró y los miró inmutable.
—¡Ah!, ellos… —se dio la vuelta, y con un movimiento rápido de la katana, degolló limpiamente al par de zombis que cayeron al suelo. —No te preocupes, yo te proteger… ¿Cómo te llamas?
La niña le mostró una sonrisa forzada —Sophia Peletier… me perdí… —agregó.
Michonne le sonrió y le tendió la mano, Sophia se la tomó y comenzaron a caminar dejando atrás a los cuerpos inertes.

Merle Dixon había escapado por tercera vez ese día de un grupo de caminantes. Estaba arto de toda esa mierda, aún con la mano cortada no dejaría que esas cosas se lo llevasen al infierno. Escupió una flema al aire y se rascó la entrepierna. En lo único en que pensaba desde que se había cortado la mano era en ese maldito policía, con suerte si hubiese llegado al campamento donde todos se escondían, su hermano, Daryl, se lo cargaría por abandonarlo a su suerte en esa maldita ciudad.
El estomago le rugía, no había comido en tal vez un par de días, realmente no lo recordaba.
¡Bang!
Aguzó el oído, ¿Eso había sido un disparo? Comenzó a andar lo más rápido que pudo hacia la procedencia del ruido, esperando tener la suerte de encontrar un lugar en donde refugiarse. Cuando el sonido volvió a repetirse, no una, sino dos veces, sus esperanzas se agrandaron.
Entonces el bosque se despejó y repentinamente se halló en un claro, a lo lejos pudo vislumbrar un granero. Sus ojos se agrandaron.
—¡Dios! —aceleró todo lo que pudo. El cielo estaba de un tono anaranjado, tenia que llegar antes de oscurecer.

Otro objetivo había sido derribado, su puntería era perfecta, sonrió satisfactoriamente. Se volvió para ver a Dale Horvath, el viejo le sonrió.
—Cada día estas mejor.
—Shane dijo que soy la mejor de todos.
El viejo frunció el ceño, había sospechado que no le agradaba mucho el policía, pero no le dio importancia.
—Mejor que volvamos, ya esta anocheciendo.
Comenzaron a encaminarse hacia el campamento.
—¡Andrea! ¡Dale! —una vocecilla chillona los espanto, se giraron y se quedaron de piedra.
Unos bracitos los abrazaron y sus corazones se aceleraron al mismo tiempo.
—¡Sophia! —gritaron los dos al mismo tiempo y cargaron a la niña. Fue entonces cuando Andrea notó a la mujer de color que la acompañaba.
—¿Quién eres…? —pero antes de que terminara la mujer la interrumpió.
—Michonne, parece que Sophia los conoce, hemos estado caminando desde hace dos días hasta que encontramos este lugar —continuo —Necesitamos refugio, si no es molestia…
Esta vez fue Andrea la que interrumpió —Cualquiera que haya ayudado a Sophia es amigo de nosotros.
—Muchísimas gracias —agregó Dale —ha estado pérdida desde hace semanas, su madre estará muy feliz de verla…
El grupo se unió rumbo al campamento.

Aunque lo veía no podía creerlo, era ella, definitivamente era ella.
—¡Sophia! —las lagrimas le brotaron al instante y corrió a los brazos de su hija. Carol Peletier abrazó con fuerza a su hija después de haberla perdido hacia semanas. —Dios mio, gracias a Dios… ¿Dónde has estado?
—Me escondí en una casa y camine y encontré a Michonne, ella me ayudó a encontrarlos… —la niña era besada por su madre mientras decía esto.
Carol se giró y le sonrió a la morena —Gracias, no sabe lo mucho que le agradezco esto.
—No es nada, solo necesito un lugar donde refugiarme…
—Eres bienvenida a quedarte —interrumpió Rick Grimes.
Todos le agradecieron a Michonne y le dieron uno que otro abrazo que la incomodo un poco.

Aún no sabía quién había lanzado el primer disparo, pero lo que si sabía era que había sido junto a la casa de campaña en la que él dormía. La primera idea que se le ocurrió fue ir a donde Carol y Sophia, se había encariñado mucho con ellas desde que su esposo, y padre, había muerto.
Agarró su pistola y salió de la tienda y vio a Rick gritándole a Carl y a Lori que corrieran a donde Hershel, Dale iba detrás de ellos protegiendo sus espaldas; Shane y Andrea disparaban contra las bestias y la nueva chica, Michonne, los decapitaba con una katana.
Corrió hasta donde se escondían Carol y Sophia.
—¿Dónde están? —gritó al ver la tienda vacía.
Pero no le contestó ninguna de las dos, en cambio recibió respuesta de una voz ronca y masculina: —¡Hey Daryl!
El hombre se sobresalto y dio un paso atrás, confundido —¿M-erle? —logró articular.
—Ahora eres amigo de ellos —lo dijo con desprecio —Incluso de ese poli que traiciono a tu hermano…
—No es lo que… —pero se calló pues sabia muy bien que era verdad.
Su hermano se giró y sacó a alguien de detrás, la apretaba fuertemente de un brazo.
—¡Carol!
—¿Qué vas a hacer hermanito? ¿Me castigaras por soltar a todos “estos” del granero? —le retó Merle.
Daryl se fijó en sus amigos, casi habían terminado de matar a todos los caminantes y todos (incluyendo a Sophia) estaban a salvo, sin lugar a dudas si su hermano estaba aquí ellos estarían en problemas. Tragó saliva y apretó el arma en su mano, era la decisión más difícil de su vida. Su hermano o sus amigos.
Sus amigos lo menospreciaban un poco por ser como era, pero su hermano lo había tratado mal toda su vida.
—Daryl… —soltó Carol. Y eso fue suficiente para entender lo que debía hacer, esta era su familia ahora, y los quería.
Levantó el arma y apuntó a su hermano, este frunció el ceño y antes de que abriera la boca para quejarse, disparó y la bala perforó limpiamente su frente. Cayó de rodillas y comenzó a llorar, los brazos de Carol lo envolvieron y sus labios se tocaron.
—Te amo Daryl, gracias por todo lo que haces por mí… —y las palabras de Carol volvieron a afectar sobre él, había tomado la decisión correcta. Sujetó a Carol con ambas manos y la volvió a besar, esta vez más profundamente…
—Te amo —le respondió.
A pesar de todo, su vida era perfecta…