Suya [sessho&kago]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Emy, 18 Diciembre 2012.

?

¿Te está gustando la trama?

  1. No, demasiado cliché.

    0 voto(s)
    0.0%
  2. Aún no decido.

    0 voto(s)
    0.0%
  3. ¡Sí, me encanta!

    14 voto(s)
    100.0%
  1.  
    Emy

    Emy Iniciado

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Diciembre 2012
    Mensajes:
    17
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Suya [sessho&kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    1757
    Esta historia es para ti, que te tomas el tiempo en leerla.
    Cuento con su apoyo y comentarios.
    _________________________________________________________________________________



    Corría desesperada, mientras la lluvia empapaba su rostro y hacia que su uniforme se pegase a su figura, realmente, cuanto más tendría que soportar…

    -¡Maldición!

    Sus piernas seguían su recorrido sin un rumbo definido, el bosque se hacía cada vez más espeso e impenetrable hasta para los escasos rayos de sol, que en este momento también estaban ausentes, sintió unas presencias, ja, ya tenía con quien desquitársela, siguió corriendo hasta que encontró un claro, todos se abalanzaron contra ella a la vez, miserables youkais inferiores, una luz rosada, enceguecedora y pura, como veneno para ellos los desintegro al instante, su dolor se expresaba en aquella aurora, se dejo caer de rodillas y su sollozo de hizo aun más fuerte.

    Sentía frío, estaba hiperventilando, y en aquellas condiciones quedo dormida en aquel charco de lodo, lo que la hizo despertar fue un gran dolor, ahora físico, su corazón había sido traspaso ferozmente por el brazo de un youkai, sonrió, vaya, que irónico, fallecería ahí, sola, sin una buena causa por su propia ingenuidad. Su vista estaba borrosa, percibió como su asesino perdía la vida a manos de un ser inmundo.

    -¿Quieres vivir?

    La voz que se lo pregunto era fría, helada, la hizo sentir como si realmente su vida no valiese la pena, la reconoció, ciertamente la ironía había tomado cada pequeño espacio de su vida, ahora, nuevamente, seria salvada por el.

    -Si.

    Su ultimo suspiro se sintió con la agudeza del dolor, un dolor profundo y desgarrador, podía sentir como su alma abandonaba su cuerpo maltrecho, pero no, no podía dejarse morir, no así, aun debía recolectar la perla que nuevamente había fragmentado, si no todos sufrirían, y ella prefería morir en el desasosiego de soledad a ser causa del dolor ajeno, acepto, pese a su vergüenza, que el fuera su salvador, aunque tuviese que entregarle su vida, ya lo haría cuando su misión hubiese terminado.

    Entonces se desvaneció.

    Hacía ya cierto tiempo que Inuyasha había escogido a Kykio, era normal que cuando ella apareciera él se precipitase en su búsqueda, para compartir aquellos breves momentos de pasión, las cosas habían dado un giro inesperado, en una batalla contra Naraku, cerca del pozo del tiempo, la Shikon No Tama, la gran parte que poseía Naraku había sido nuevamente dividida en pedazos, si, otra vez por obra de Kagome, pero era eso o que la perla se formase nuevamente en manos de aquel demonio, lo más extraño es que gran parte paso por el pozo, y tiempo después, cuando quiso pasar con Kagome a recuperarlos no le fue capaz pasar por el pozo.
    Naraku nuevamente había escapado, hace ya un mes no sabían nada de el, Kikyo cada vez adquiría una mayor esencia humana.

    Esa batalla todavía estaba grabada a fuego en su memoria ¿Cómo podría olvidarla? Lo que se suponía el final de sus aventuras, había pasado a ser el inicio de una nueva búsqueda.
    El ruido no cesaba, Naraku tenía la perla en sus manos, a acepción del fragmento que poseía Kohaku.

    -¡Inuyasha volveré a partir la perla!

    Si, no veía otra opción, todos luchaban con todas sus fuerzas, pero el poder de Naraku era cada vez mayor, y su cuerpo casi había ingerido la perla, que se encontraba a penas a un fragmento de estar completa.

    -¡¿Nani?!

    -No podemos permitir que Naraku la posea…a este paso…

    Kagome estiro la cuerda de su arco, se concentro como nunca, con un solo objetivo: la casi completa Shikon No Tama.

    -¡Ike!

    Dio en el blanco, traspaso la barrera de Naraku y desgarro sin piedad su estomago, donde estaba la perla, parecía una lluvia de estrellas, la perla nuevamente había sido despedazada.
    Naraku no perdió en tiempo, aun en las condiciones que estaba, desagradable a la vista, fue tras el único fragmento a mano, Miroku hizo una kekkai en lo que Kagome tomaba a Kohaku en sus brazos, sentía que una energía la quemaba por dentro, la dejo emanar mientras lo abrazaba con fuerza, por su mente solo pasaba una persona en ese momento, Sango, que luchaba con fiereza para que Naraku no se acercara a ellos, mientras Inuyasha también continuaba su riña, un resplandor envolvente los rodeo, el fragmento de la perla que poseía Kohaku entro en Kagome, las heridas de Kohaku se curaron lentamente, mientras paso lo que se creía imposible: Kohaku estaba vivo.

    Bajo las condiciones Naraku escapó con todos sus extensiones, no tenia planes de rendirse, volvería a reunir la perla y acabaría con ellos sin mostrar piedad.


    Estaban en la aldea de la anciana Kaede, con grandes expectativas, Kagome sin duda tenia un gran poder escondido, en medio de la batalla contra Naraku, eso quedo claro.
    Sango se había ido a su aldea, donde estaba Kohaku, Miroku y Shippou la acompañaron, regresaría en un par de días, Kagome estaba en su época tomando unos exámenes, también porque necesitaba tiempo para reponerse, las heridas del corazón sanan lenta y dolorosamente…
    Habia vuelto con su gran mochila, tenia que idear un plan para recolectar también los fragmentos de la perla que estaban en su época, pero Inuyasha había intentado pasar varias veces por el pozo y no lo había conseguido.

    Al llegar vio las serpientes de Kikyo merodeando, seguro debía estar en la aldea, y no se había equivocado, pero tenia que ser valiente, que los demás estuvieran felices era lo mas importante, al acercarse vio a Inuyasha con Kykio sobre las ramas de un gran árbol, la abrazaba por la cintura mientras miraban el horizonte.

    -¡Ya has vuelto Kagome!

    -Osuwari
    Fue un ruido sordo, al ver a Kagome Kykio inteligentemente se había separado de Inuyasha, lo amaba, pero no por ellos iba a probar el piso con él. Bajó delicada, elegante y misteriosa del árbol, así la veía Kagome, todo lo que ella no era.

    -¡¿Por qué demonios has hecho eso?!

    -Tómalo como un saludo (mientras le hacía caras y le sacaba la lengua)

    -Kagome…

    -Kykio, he traido medicinas de época….

    No recibió respuesta, a fin de cuentas Kikyo era Kikyo, ella se dirigió a la cabaña, seguida de Inuyasha.

    -Pronto empezara a llover, entremos Kagome.

    -Si….

    Verlos de esa manera, Inuyasha sentado, con Kykio recostada de él, durmiendo en su regazo, mientras Kaede cocinaba, allí había algo de mas… ella.

    -Kaede, ire a buscar unas hierbas medicinales que me hace falta.

    -Kagome, no deberías esperar a que se detenga la lluvia….

    -Déjala anciana, si quiere que vaya.

    -No te preocupes, eso haré Inuyasha.

    Había dicho que iba recolectar hierbas, pero simplemente no podía soportar mas aquella escena, las lagrimas traviesa se desbordaron de sus ojos, y empezaron a acariciar sus mejillas mientras se confundían con la lluvia, entonces empezó a corre con todas sus fuerzas.


    Cuando despertó estaba recostada a un árbol, frente a un manantial, sentía el olor del pescado cocinándose. Lo vio parado de espaldas a ella, con la vista puesta al norte.

    -Come humana.

    -Toshte… ¿Por qué me ayudaste?

    -….

    Bueno, tampoco es que esperara que respondiera, solo se dedico a comer.

    -¿Volverás?

    -Eh… bueno, yo… no lo sé….

    Ya había perdido la cuenta de las veces que él le había salvado la vida, cando la atacaban en los bosque mientras estaba sola, en las batallas contra Naraku y ahora que la había revivido. La verdad no es que la ´pregunta le cayera de sorpresa del todo, pero ya se decidiría, daría una respuesta definitiva, por mas que lo amase Inuyasha estaba con Kikyo y ella podria ayudarle con lo de la perla, en cambio, si ella iba a buscarla a su vez con Sesshomaru, seria mucho mas rápido.

    -Déjame ir contigo, Seshomaru.

    -¿Qué recibiré a cambio?

    Ella no dudó, aquel ser frío que parecía preocuparse solo por si mismo, ella sabía que eso solo era una máscara, como la sonrisa que esa solía utilizar mientras su corazón recibía constante daño.

    -Mi vida.

    Aunque ya era suya…. Si, ella ya estaría muerta si no fuera por el, además de que el simple hecho de andar con el, era sinónimo de peligro, pero de todos modos lo haría… tenia que hacerlo, pues si no conseguía que Inuyasha pudiese pasar el pozo para recuperar la perla, entonces lo sellaría para siempre, así no habría más peligro….

    Sus pensamientos fueron de súbito escucharon destrozos y una de ultratumba se escuchaba.
    Sesshomaru permaneció tranquilo, en posición de pelea. El Youkai, una aberrante combinación de algún tipo de reptil con un ave, un desagradable youkai.

    -Sesshomaru…. ¡He venido a tomar tu reino!

    La pelea comenzó, Sesshomaru, en calma como solo el sabe hacerlo, se defendía, de un solo tajo le que el brazo izquierdo a su contrincante y siguió la pelea, este gimió y rogó a los pies de Sesshomaru, pero mientras inclinaba su cabeza, una sonrisa de engaño surcaba sus labios.

    -¡Cuidado Sesshomaru!

    Gracias al poder de la Shikon No Tama, las partes de aquel demonio se restauraban, hasta parecían poseer vida propia, y en ese instante iba a atacar a Sesshomaru por la espalda, mas Kagome se interpuso en el momento exacto para crear una Kekkai. Si… ni ella misma podía creerlo.

    -¡Malditos!

    ¿Qué más decir cuando tu cuerpo es desintegrado por el fulgor de una energía a la que no puedes escapar?…. Fue cosa de un segundo, y ya se había desintegrado, cuando Kagome se agachó para recoger el fragmento, este traspaso la piel de mano, fusionándose con ella.

    Se sorprendió, la sensación todavía la recordaba, era como cuando el fragmento de Kohaku se había fusionado con ella. Permitió que un grito sofocante escapase de su garganta, podía sentir todos los sentimientos que albergaban los fragmentos de perla, dolor, agonía, arrepentimiento, odio, alegría, miles de lamentaciones, le llevo varios segundos calmar su respiración, que estaba fuertemente agitada, por fin logro retomar el completo control de su cuerpo, sintió la cercanía de Sesshomaru, estando aun de espaldas a el, el la tomo de la barbilla con la mano izquierda, haciendo girar su cabeza en esa dirección, de un movimiento rompio la manga derecha desde el cuello de su pollera, dejando su hombro libre, y entonces la clavo sus afilados colmillos en su blanca piel, en el hombro derecho, que de ahora en adelante demostraría su pertenencia al gran Sesshomaru, señor de las tierra del Oeste. No hubieron palabras de por medio, era algo que ya había sido pactado.

    Ahora la verdadera aventura, ha comenzado.
     
    • Me gusta Me gusta x 7
  2.  
    Emy

    Emy Iniciado

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Diciembre 2012
    Mensajes:
    17
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Suya [sessho&kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    923
    Sintiéndote

    Tenía frío, estaba desorientada, sentía humedad en el aire pesado que respiraba, con esfuerzo abrí los ojos, el piso bajo mi cuerpo estaba cubierto de fango, mis ropas han de estar hechas un desastre, mi cuerpo… era como si pesara mas, esa incómoda sensación parecía no querer abandonar mi cuerpo, sentí el ardor, instintivamente llevé mi mano en donde horas antes se habían incrustado un par de colmillos, empecé a entender el por qué de esas sensaciones, era como si estuviera mareada y además mi vista estaba borrosa, bueno, tampoco era como si tuviera derecho a quejarme, a fin de cuentas esa fue mi decisión… pensé en él, no podría odiarle ni aunque lo deseara con todas mi fuerzas, recuerdo perfectamente la sensación de su cálida espalda, donde tantas veces me llevó, ¡Ya! No debo seguir actuando como una masoquista, pero… - ¿Dónde demonios estoy?-
    Sentí esa mirada tan despectiva de él, como diciendo: Pensé que no lo preguntarías humana…


    Hablé en apenas un susurro, pero él lo escuchó, como es de esperar de un Taiyoukai, me levanté sin inmutarme. Bueno, sin casi inmutarme, digamos que estaba hecha un verdadero desastre.


    Miré mi hombro, donde deberían estar las marcas de los colmillos de Sesshomaru vi dos franjas violetas, como las que el tiene en sus manos y mejillas, ahora dudaba si lo que había entendido por la mirada de Sesshomaru había sido pura deducción, o realmente lo había escuchado en mi cabeza.


    Pensé por un momento quedarme callada, aún no sabía como tratarlo… pero me cansé de pensar. Suspire. Me pregunte que estarían haciendo los demás. Si, estaba pensando en él nuevamente, la mirada reflexiva que ponía cuando pensaba en algo importante, mirando hacia lo lejos encima de la rama de un gran árbol… junto a Kikyo… mis nervios me traicionaron y la lágrimas luchaban por salir de mis ojos. Me di cuenta que nos estábamos dirigiendo nuevamente a la villa.


    -Recoge tus cosas, vuelve aquí cuando la luna esté en su punto más alto.-


    No me dijo nada más, lo que me irritó, pues sólo me dio la espalda y camino de aquella manera característica de la realeza, no pude retener el deseo de decirle algo.


    -¡Pues hasta entonces Sessho-insortable!-


    Me fui corriendo para no esperar a que el decidiera castigarme por mis palabras, tengo que admitir que sentía cierto alivio, pues aunque no lo demostrase sé que mis palabras le habían molestado. Aunque quizás debería estar más preocupada que aliviada por ello.
    Ya estaba oscuro cuando llegué a la villa, el suelo estaba muy mojado, fui lo más cautelosa posible, mientras menos personas me viesen en ese estado mejor, si ya de por si mi uniforme era un escándalo, las condiciones en las que estaba ahora mi vestimenta si que armaría un verdadero tumulto, entre a la cabaña de la anciana Kaede rogando a las deidades del bien que Inuyasha y Kykio no estuvieran presentes, y por una vez, mis ruegos fueron escuchados.


    -¡Kagome! ¿Qué te ha pasado?-


    -Es una larga historia…-


    Y era verdad, en apenas horas habían pasado muchas cosas, además se podía ver desde mi espalda el agujero que que hizo el brazo que me había matado, además de estar completamente ensangrentado.


    -Anciana Kaede, no puedo explicarle todo ahora, pero necesito que crea en mi y que me haga un favor.-


    Ella suspiro, y mostro esa expresión afable en rostro, aquella expresión que dejaba claro que creía en mí y me ayudaría.


    Lo primero fue obtener nuevas vestimentas, pues como pensaba durar poco aquí no había traído ningún cambio, me sorprendió , parecía que ya la tuviese lista para mí, y al preguntárselo me di cuenta de que asi era.


    Ella me entrego un sencillo kimono blanco, que me llegaba a medio muslo, el haori gata, hasta el mismo nivel, era verde claro, con diseños blancos en las orillas, obi negro, con diseños en verde, en distintos tonos, mi mochila seguía arreglada, pues no había sacado nada, me acompañó al río y allí me di un baño, hice lo que pude para que las nuevas franjas violetas en mi hombro pasaran de inadvertidas por kaede, me vesti y fui lo más rápido que pude, con arco y mi carcaj lleno de flechas, y dejando a Kaede bajo la promesa de no decir lo poco que sabía.


    Mi cuerpo estaba en buenas condiciones, y había aceptado de inmediato el alma que se escapo de él por apenas unos segundos, mis sentidos estaban completamente agudizados, pues justo aquí, donde hace unas horas me habían matado, es común que merodeen demonios, solté la mochila y tome el arco cargado con una flecha, cerré los ojos en espera de la llegada de Sesshomaru, estaba lista por si algún otro demonio llegaba primero que él.
    Sentí un choque de adrenalina, una sensación que no había conocido hasta ahora, escuche los ruidos típicos del bosque, pero sabía que algo más estaba al acecho, ahora ya estaban muy cerca, no pensé, sólo actúa según mis instintos me lo pedían y la flecha dio justo en el corazón de uno de los youkais que estaban luchando, pero en su recorrido la simple presencia de la luz mató al resto, y sólo uno quedó de pie, sin siquiera un rasguño, habiendo dejado detrás de si un camino de cadáveres de los youkais que mató para abrirse paso, o quizás, por pura diversión.


    Me miró a los ojos, entonces descubrí que el motivo de mi estremecimiento, era su presencia.

    -Continuará-
     
    • Me gusta Me gusta x 7
  3.  
    Emy

    Emy Iniciado

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Diciembre 2012
    Mensajes:
    17
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Suya [sessho&kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    1067
    Apenas me dirigió una mirada, un análisis breve y desinteresado, se que observó mi nueva indumentaria, las ropas que me había entregado la anciana Kaede con unas medias blancas y mis zapatos negros, llevaba mi gran mochila amarilla a la espalda y mi carcaj aun lleno de flechas, apenas había necesitado una para deshacerme de los desagradables ogros que, me di cuenta, el había provocado que eliminase, solo eso explica el que hayan llegado vivos hasta a mí, pues por el camino que el venia solo se veía un sendero de cadáveres, youkais recientemente asesinados, mas sus ropajes estaban tan impecables como de costumbre.
    Aunque algo no concordaba…. Si al atacar mis poderes habían eliminado sin error ¿Por qué él no estaba herido… o lo estaría disimulando?


    Me acerque y di vueltas en torno a el, jejeje, creo que me pase un poco cuando lo agarre por la manga de haori del brazo derecho y lo levante para inspeccionarlo, pero lo mas intrigante es que el ni se inmuto por mi análisis, o eso pensé hasta que me atreví a mirarlo a los ojos y desvié la mirada mas rápido que de inmediato, como si de ello dependiese mi vida.



    -Veo que cada vez te haces mas insolente, humana.


    -Aparte de eso.¿Por qué mi ataque no te afectó?


    -Siendo mía, tus poderes no pueden afectarme.


    Un sonrojo furioso cubrió su rostro, hizo lo posible por taparse con su flequillo, es que de sus labios eso sonaba vergonzoso, pero levanto la mirada a tiempo para ver la mueca (disimulo fallido de sonrisa) que apareció apenas por unos instantes en los labios de Sesshomaru.


    Si, ambos son tan distintos… donde estarás Inuyasha, acaso te haré falta… ya quisiera, pero realmente sé que no.



    Sesshomaru se acerco y la tomo de la cintura, lo cual la fastidio, pero no dijo nada porque sabia que solo era para transportarse, como lo había hecho en aquella ocasión…



    Kykio había salido junto a Inuyasha de la choza de su hermana, siendo ella cargada por sus serpientes caza almas, las cuales, a pesar de su actual condición aun mantenía bajo su control, Inuyasha iba siguiéndola de cerca, saltando velozmente de árbol en árbol. Sin necesidad de palabras ambos sabían hacia donde se dirigían, era aquel lugar donde compartieron tanto en un dia lluvioso como aquel, a orillas del rio en el que acostumbraban a dar paseos en balsas, pequeños momentos robados a escondidas, Kykio se dejo caer e Inuyasha ni corto ni perezoso la sostuvo entre sus brazos, cargándola como toda una princesa, por un momento sintió un aroma, pero podía estar confundido por la lluvia.


    -Imposible….


    -¿Pasa algo Inuyasha?


    -No, ha sido solo mi imaginación.


    Y era ridículo que su olfato le engañara con el aroma de Sesshomaru y Kagome acercándose a la aldea, pero los elementos pueden confundir nuestros sentidos, y en la lluvia el olfato es torpe, por lo que considera que era obra de su imaginación, primer error, pues había perdido la oportunidad de ver por última vez Kagome tal y como la conocía, porque aquella frágil chica del futuro tan alegre y dependiente de el, en adelante solo viviría en sus recuerdos.



    Él le dió la espalda y camino con parsimonia, ella se quedo petrificada, hizo una conjetura, si sus poderes no podían afectar a Sesshomaru, entonces los de él….


    -Sígueme.


    -¿Eh? Ah, si.

    Ya se le había adelantado, por lo que tuvo que correr para alcanzarlo, el la había traído hasta las afueras del bosque, y parecía harto de tener que llevarla, por lo que descendió y ahora tenia que caminar, estaba muy oscuro, tanto que apenas podía ver su mano frente a su rostro, se acerco a Sesshomaru y agarro la manga de su haori, agacho la cabeza esperando el rechazo de este, que seguía caminando cual no se hubiese enterado que lo estaba agarrando.


    Estaba muy cansada, ya sus parpados le pesaban y apenas podía caminar, para Sesshomaru esto era mas que obvio, se golpeo mentalmente, valla en la que se había metido, ahora tenia que hacer las de niñera de una humana chillona, quien lo diría, Él, el gran Sesshomaru Taisho cumpliendo los caprichos de una humana.


    Se detuvo, ya estaban cerca del río.


    -Dormiremos aquí.


    Se alegro de escuchar esas palabras, su estómago dejo sonar un quejido, pero lo ignoró, traía algo de comida en su mochila, ya resolvería con el al día siguiente, tan rápido como sus movimientos torpes por el cansancio y la oscuridad se lo permitieron preparo su saco de dormir, y en un quedo "buenas noches Sesshomaru" que quedo sin respuesta, se entrego a los brazos de Morfeo.


    El se acerco a un árbol que y se recostó, cerro sus ojos un momento pasando por su cabeza las imágenes de todo lo pasado en ese día, bueno, un poco de entretenimiento no estaría de mas, si no se equivocaba, y raramente lo hacia, un viejo enemigo había sido revivido y andaba en busca de venganza, cuando dejo a la humana en su aldea solo tuvo que matar a unos cuantos para obtener la información que deseaba, si, había sido por esa maldita perla nuevamente, cuanto deseaba poder hacerla polvo para que nunca mas se metiera en su vida y dejara de ser un estorbo, matar a los enemigos que poseían los fragmentos era un poco problemático, pero esa humana le seria de utilidad, ya que podía localizarlos , la cuestión ahora era que no matasen a ella antes de poder quitar el fragmento de esas aberraciones, nuevamente le pareció un dolor de cabeza…. Tendría que entrenarla.


    Abrió los ojos y la observo, estaba temblando, era una noche fría y además, según lo que su olfato le decía, la marca que había puesto en ella estaba empezando a hacer su efecto, tardo un poco mas de lo usual, seguramente debido a los poderes de sacerdotisa que residían en ella, eso sin contar los de la perla, se pregunto cual seria el efecto que todo aquello dejaría en ella, pero daba por sentado que los cambios se darían poco a poco, de manera lenta, pero segura, se le acerco y puso cola que siempre llevaba en su hombro encima de ella, abrigándola, de ahora en adelante sus noches serían muy inestables.


    Porque ahora se convertiría en una princesa, por haber sido marcada por el Señor de las tierras de Oeste.
     
    • Me gusta Me gusta x 9
  4.  
    Emy

    Emy Iniciado

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Diciembre 2012
    Mensajes:
    17
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Suya [sessho&kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    1780
    Se sentía agonizar, como si cada célula de su cuerpo estuviese peleando una batalla independiente. No habían términos conocidos para describir las sensaciones que cruelmente recorrían su cuerpo. Sentía su temperatura corporal subir hasta lo insoportable y el dolor desde el interior de sus manos la estaba sacando de quicio.


    Ya estaba por amanecer y Sesshomaru, recostado en un árbol, veía cómo la humana se retorcía en aquel extraño saco en que dormía. Debían ser los efectos de la marca que ahora estaba en su cuerpo. Se acercó a ella y de un movimiento destrozo aquel extraño embollo de tela en que dormía, la cargó y entró al río con ella entre brazos. Era fácil adivinar su dolor por su expresión.


    -Inu… Inuyasha…-Aún en aquel momento Kagome susurraba el nombre de aquel ser amado. Ahora de sus labios salía un fino hilillo de sangre, pues sus dientes caninos habían crecido lenta y tortuosamente hiriéndole el labio inferior.


    Sesshomaru ignoró olímpicamente lo que Kagome susurraba. Caminó hasta el punto en que el agua llegaba más arriba de su propia cintura y sumergió a la chica que llevaba en brazos lentamente en el agua, sosteniéndola de tal manera que pudiera respirar sin problemas. Kagome dejó de revolverse cuando tenía ya varios minutos en el agua. Su cuerpo se refrescaba poco a poco y el dolor cedía. Abrió lentamente los ojos. La primera imagen que obtuvo fue la de Sesshomaru observando el cielo en la lejanía mientras la tenía a ella en brazos dentro del río.


    No tuvo tiempo ni de sonrojarse, porque al cerrar los puños pudo sentir como sus uñas se le clavaban. Puso su mano cerca de sus rostro y notó que sus uñas habían crecido bastante a ahora tenía un aspecto algo… puntiagudo. Garras, se corrgió. Estaba ensimismada en sus propios pensamientos cuando se sintió caer en el agua, tomando de la misma tanto por boca y nariz debido a la sorpresa. Sesshomaru la había soltado y ahora se iba saliendo del río.


    Kagome se puso de pie tosiendo. Maldito Inu (perro).


    -¡¿Pero qué demonios te pasa? ¡Por lo menos podías haber avisado!


    Sesshomaru apenas giró un poco el rostro, viéndola por el rabillo del ojo. Ahora su aspecto era un poco más feroz. Ignoró su falta de respeto porque matarla en cualquier momento era increíblemente sencillo y eso no era lo que quería, no aún. Aquella sacerdotisa le sería de utilidad, así que apeló a su inexistente paciencia.


    -Date prisa humana, debemos llegar al castillo antes de que te mueras.


    A Kagome le subieron los colores al rostro de la furia, además… ¿Por qué diablos estaba en el río y no en su cómodo (dadas las circunstancias) saco de dormir? Bufó molesta empezó empapada a recoger sus cosas, aunque no tuvo mucho que arreglar. Su saco ahora era inútil por las condiciones en Sessho-imbécil-cubo-de-hielo lo había dejado. Volvió a analizar sus manos, si no tenía cuidado se cortaría a sí misma. Palpó lentamente sus dientes, dándose cuenta de que sus caninos eran mucho más largos de los que los recordaba


    –Deben ser efectos de aquello- evitó pensar en todo lo que había ocurrido en las 24 horas anteriores, tratando de seguir el paso de su dueño.


    Sesshomaru percibió los sonidos del bosque. A una larga distancia, pero no lo suficiente para que él no lo notara, los estaban siguiendo. Miró a la humana, era un blanco demasiado fácil, y seguramente en aquellos momentos no podría ni usar bien sus manos por lo que sería inútil con su arco y flecha. Estorbo fue lo que pensó.


    -Humana – Kagome lo miró atenta, demasiado cansada para discutir por la manera en la llamaba, pero antes de darse cuenta lo había perdido de vista y luego un golpe seco en su nuca.


    Ssshomaru cuidó de no haberla golpeado suficientemente fuerte como matarla, sólo quería dejarla inconsciente, aspa era mucho más fácil transportarla. La cargó en cu hombro cuál saco de papas y desapareció. No estaba en sus planes encaminarse al castillo al paso de su nueva mascota, que espera, le resultara útil cuando estuviera lista.
    Un desagradable monstruo que parecía más bien una sanguijuela que tenía fragmentos de las extremidades, tronco y cara de algunos ogros menores se avistó en el punto donde Kagome y Sesshomaru había pasado la noche. Un youkai tras él rezongó.


    -Le hemos perdido el rastro


    Y antes de darse cuenta su cabeza era arrancada del resto de su cuerpo por una poderosa mandíbula, mientras en aquel extraño y aberrante ser decenas de ojos dispersados en toda su complexión se abrían.


    Abrí lentamente mis ojos, sólo para encontrarme con la bella imagen de la mujer por la que tanto había sufrido, llorado y ante todo comprendido el significado del amor recostada en mi pecho. Lo único que cubría su blanquecina piel era mi propio haori, definí con las vista los rasgos de su rostro, tratando de grabarlos a fuego en mi alma. Fue inevitable que por un momento fugaz se apareciera en mi mente la imagen de aquella otra mujer tan parecida pero tan distinta de mi amada Kykio. Despacio pasé mis dedos por se suave rostro, luego acaricie su sedoso y obediente cabello. Otra diferencia. Me pregunté si Kagome habría vuelto donde la anciana Kaede.


    Bueno, en este momento tengo otras cosas de las que ocuparme. Kykio está empezando a despertarse con la intrusión de los rayos del sol que han penetrado el frondoso árbol.
    La viste es hermosa por donde sea que despliegue mi mirada. El lago frente a nosotros. La barca en que empezó a expandirse el furor de nuestro amor. La mujer que poco a poco se levanta de mi pecho y me hace olvidar de inmediato la imagen de Kagome que ocupada mis pensamientos. Porque sí, ella seguía ahí en algún lugar de mí. Pero Kykio está aquí y ella merece mi todo. Merecer… mejor de pensar en ello.


    Ya estaba oscureciendo cuando Kykio e Inuyasha retornaron al la choza de la anciana. Inuyasha notó la ausencia de las aquella mochila que Kagome siempre llevaba a cuestas así como su leve olor que ya se estaba perdiendo en la suave brisa. Se abrazó inconscientemente a la cintura de la miko que le regaló una tierna sonrisa. No preguntó por Kagome, ni Kaede dijo nada al respecto. Era evidentemente ella regresó a buscar sus pertenencias y luego se fue.
    Segundo error.


    Quizás de haber preguntado se habría enterado de todo. Quizás de haberle seguido el rastro la habría encontrado.


    Pero el quizás no existe, sólo está la realidad.


    Y parte de su realidad es que sólo podía tener a una.


    Y esa una era Kykio, aunque su corazón crujiese de momento. Aunque su mente lo traicionara. Aunque inconscientemente las comparara. Él estaba con Kykio era a ella a quien amaba… ¿Verdad?


    Cuando Kagome recuperó el sentido estaba en una cama que no era la suya, en un lugar que no conocía, con la ropa aún levemente humedecida. El decorado era impresionante y obviamente de la época antigua. ¿Dónde estaba? Pudo localizar su mochila, su arco y su carcaj lleno de flechas no muy lejos de ella. No llegó a ver a Sessho-imbécil (por lo menos podía decirle así para sus adentros) se puso el carcaj en la espalda, agarró el arco y tensó la cuerda con una flecha muy a su pesar pues las manos y las uñas – garras, se corrigió nuevamente- le dolían horrores. Abrió la puerta de papel de arroz procurando hacer el menor ruido posible, mas se encontró con el pasillo vacío.


    Cuando hizo el intento de concentrarse para sentir alguna presencia la cabeza le latió en un bochornoso dolor como nunca antes en sus 17 años de vida, así que desistió de la idea. Al doblar el pasillo notó como alguien se acercaba y de un momento a otro estaba apuntando una flecha al enano verde que siempre andaba con Sesshomaru.
    Jaken se sorprendió al encontrar a la humana que su "amo bonito" le había mandado a supervisar de aquella manera. Se exaltó inmediatamente y empezó a brincotear.


    -Pero qué te pasa humana mugrosa – le apuntó con su bastón- si haces algo…!- En aquel momento sintió cómo le pateaban mandándolo a estrellarse con una pared.


    -Estás en medio Jaken – Sesshomaru habló en aquel tono que tanto lo caracterizaba-

    Sígueme humana – no fue una petición si no una rotunda orden. Kagome hubiese querido protestar pero los cambios físicos por los que estaba pasando la tenían exhausta. Siguió a Sesshumaru saliendo del inmenso lugar en el que estaban, pasaron por unos hermosos y bien cuidados jardines y Kagome se dio cuenta de que el apartado lugar al que se dirigían tenía apariencia de calabozo. Iba a hablar pero al morderse accidentalmente sintió, por primera vez, que era realmente atractiva cuando callaba.


    Sólo veía la espalda imponente del Inu que la guiaba sin tener mucho que decir, él se detuvo en la entrada de lo que, evidentemente, era un calabozo, bastante frío por cierto.


    -Pasaras por una prueba –


    -¿Prueba?- Se aventuró a preguntar la morocha-


    No le gustó ni un poco la tenue sonrisa de lado de Sesshoamru, era la primera vez que lo veía sonreír y la manera que lo hizo le pareció aún más terrorífica que su semblante común. Se maldijo a sí misma por haber pensado en algún momento que el hermano mayor de… Inuyasha… procuraría ser tan solo un poquito, mínimamente, amable.
    -

    Si sobrevives, pasas- Le dijo el mayor quitándole la el arco y el carcaj. Kagome se sintió enfurecer. ¿Qué quería decir con eso? ¿Estaba rompiendo el trato? ¿Pretendía matarla ya?
    Al contrario de lo que pensó en no la encerró en el calabozo


    –Aquí no necesitarás esto – le dijo mientras lanzaba sus armas de cualquier manera y se abajaba tomando el rostro de la chica en su mano derecha.


    -¿Quieres rendirte, humana? Lo que te espera no será agradable.
    Kagome, aún más enojada si era posible, lo miró desafiante, aunque sus rostros estaban muy cerca y sintió como las garras de Seshomaru se clavaban a ambos lados de sus mejillas sacándole pequeñas gotas de sangre no se asustó, más bien se sentía molesta, muy, muy irritada.


    -En tus sueños, perro – Dijo entornando aún más la mirada. Ella tenía ahora un camino que seguir. Se había trazado una meta y la alcanzaría, así tuviera que pasar mil veces por el infierno y los dolores de la noche anterior.


    Y en ese momento, Kagome no sospechaba realmente que tan acertados eran sus pensamientos.


    Menos aún, que Sesshomaru sería su salvavidas en aquel turbulento mar de dolor.
    Porque ella, ya no era una humana.


    -Continuará-
     
    • Me gusta Me gusta x 9
  5.  
    blackrose18

    blackrose18 Usuario VIP Comentarista Top

    Piscis
    Miembro desde:
    22 Diciembre 2006
    Mensajes:
    3,365
    Pluma de
    Escritora
    No escribas en medio, esto es un fic, no un poema y o canción. Tampoco coloques en negra los diálogos, sabemos identificarlos
     
  6.  
    Emy

    Emy Iniciado

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Diciembre 2012
    Mensajes:
    17
    Pluma de
    Escritora
    ¿Como en el último capítulo? :)
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  7.  
    blackrose18

    blackrose18 Usuario VIP Comentarista Top

    Piscis
    Miembro desde:
    22 Diciembre 2006
    Mensajes:
    3,365
    Pluma de
    Escritora
    Ya edité todo, sólo coloca el fic de forma normal y listo.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  8.  
    lady of the moon

    lady of the moon Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    1 Noviembre 2011
    Mensajes:
    121
    hola
    Dejame felicitarte Emy, el trama de tu fic se ve interesante, pero eso sí, revisa un poco la ortgrafía con las afirmaciones o cuando te estas refiriendo a una persona

    Recuerda que "el" y "él" son distintos y le ponen el acento a lo que quieres decir, y en las afirmaciones sí de acerverar algo que sabes o de lo que estas segura

    Por mi parte te has ganado a una fiel seguidora de tu fic sigue asi

    Att: lady-chan
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  9.  
    Emy

    Emy Iniciado

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Diciembre 2012
    Mensajes:
    17
    Pluma de
    Escritora
    ¡Muchísimas gracias! Y procuraré tener más cuidado con la ortografía de ahora en adelante.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  10.  
    Emy

    Emy Iniciado

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Diciembre 2012
    Mensajes:
    17
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Suya [sessho&kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    1894
    No sabía cuanto tiempo llevaba allí, bien podían ser horas, bien podían ser varios días. Lo que sabía es que el único adjetivo que experimentaba tanto en aquellos momentos que se perdía a sí misma como cuando recuperaba la consciencia, era dolor. En lugar de encerrarla e irse Sesshomaru se había quedado con ella en aquel mugroso y frío calabozo que ahora estaba fuertemente cerrado, con ambos adentro.
    Nuevamente aquella corriente dolorosa fue subiendo rápidamente desde sus pies hasta llegar a su cabeza, que sentía iba a estallar.
    Le dí órdenes claras a Jaken: No vengas a abrir hasta pasada la próxima Luna Llena. Cuida a Rin.
    De pie recostado de las paredes del más fuerte calabozo de mis tierras, llevo mi mirada las la única ventana del lugar, por la que en ese momento apenas entraba un halo de luz de la Luna que estaba en su fase Gibada Menguante.
    Desvío la vista hacía la humana Kagome, sí, me sé su nombre pero no es necesario llamarla por él. Veo las reacciones de su cuerpo, aquí viene nuevamente. Sus pupilas desaparecen hacia atrás a pesar de que se sigue moviendo. Se acerca a una pared y empieza a golpearse fuertemente la frente como si quiera que le estallase la cabeza. De un moviendo me acerco a ella que ya estaba empezando a arañar sus propios brazos. Se hiere desenfrenadamente porque no lo soporta.
    Los cambios la mayor parte de las veces traen consigo dolor. Y los cambios que estaba experimentando la miko no eran la excepción.
    Recuerdo su mirada desafiante asegurándome que no se retiraría de lo que venía, por eso me quedé aquí con ella. Porque si la dejo sola se moriría por golpes y heridas auto infligidos. Siento cómo me empieza a desgarrar las ropas y aullar de manera penosa.
    Pero él también tenía su propio dolor.
    Kagome, que en sus ataques anteriores ya le había desecho la manga izquierda de su haori, se aferró con los dientes al pedazo de brazo que el Inu aún conservaba. Sesshomaru hizo una leve mueca de dolor mientras le sostenía firmemente los brazos en la espalda a la criatura que tenía contra sí. Instinto. Ella atacaba por instinto a la parte que debía ser la más débil de su cuerpo.
    No despegué los dientes que fuertemente me muerden en el hombro, como ya se va haciendo una costumbre. Me siento en el piso ignorando los movimientos salvajes de la humana… ex humana, me corrijo. Y me preparo para soportar yo también una ola desgarrante de dolor.
    Lo entendí desde la primera vez que sucedió, ella siempre terminaba haciendo lo mismo, mordiendo mi hombro izquierdo, que yo procuro sea la única parte de mi brazo en extensión que pueda alcanzar. Cuando las fuerzas físicas le empiezan a fallar, al parecer recurre a los poderes de la perla maldita. Escuece. Es algo que pocas veces en mi vida he soportado. Mi brazo izquierdo empieza a extenderse a un ritmo tortuosamente lento hasta que ella estalla en un fulgor azul, creciendo un poco más de golpe, y curándonos a ambos las heridas que ella misma nos ha hecho. Aunque las mías se curarían sin problemas de todos modos.
    Quedó inconsciente en mis brazos, como ya había pasado en varias ocasiones en estos cuatro días que tenemos en el calabozo. Puedo notar cómo debajo de sus párpados sus pupilas retornan. Ya sus garras han llegado al punto ideal, pero al parecer sus huesos se están extendiendo y eso es lo que la tiene más descolocada. Porque para un humano lo hacen de manera antinatural.
    Puedo notar los surcos violetas, que, heredados de mí como su dueño, ocupan sus hombros, antebrazos y dos pequeñas franjas en su rostro, una a cada lado de sus mejillas. Observo ahora lo que hay de mi brazo izquierdo, que ya casi llega al codo, acabando con una forma algo grotesca. Poco me importa. Dentro de unos días debe terminar de crecer.
    yasha- Es apenas audible el susurro de la mujer que inconsciente reposa en sus brazos, pero él con sus finos sentidos había percibido perfectamente el nombre completo que ella dijo entre sueños. Inuyasha. Como siempre hacía.
    La acomodé entre mis piernas para que pueda dormir, dándome la espalda. Siento cómo su temperatura corporal desciende, así que la estreché suavemente hacia a mí, y reposé mi cabeza en su hombro derecho. Yo también debo descansar un poco, cuando llegue la Luna Llena su transformación terminará y aún faltan varios días para eso.
    ~o~O~o~
    Inuyasha vagaba por el bosque cercano a la aldea mientras Kaede y Kykio se dedicaban a curar a los aldeanos, de lo que, de no ser por las experimentadas podría haberse convertido en una epidemia.
    Su nariz capto el olor de sus compañeros que ya estaban de retorno, minutos antes de que estos llegaran a él.
    -¡Inuyasha!- Esa era la voz de Sango, que venía encima de Kirara con Kohaku, que a su vez cargaba a una pequeña (kirarita?) en sus brazos. Miroku por su parte iba corriendo al lado de ellos con Shippo agarrado a su hombro.
    - ¿Y la señorita Kagome?- Le preguntó el monje en cuando estuvieron frente a frente y ya se habían saludado-
    -Se fué- Inuyasha apretó levemente las manos, un poco irritado para sus adentros. Sus amigos no hicieron más preguntas al respecto, no era necesario. Más bien, era evidente que aquello sucedería, con las constantes escenas amorosas que armaban Inuyasha y Kykio. Sango bajó de Kirara quedando frente al peliplateado y le propinó un rotundo bofetón. Inuyasha no movió ni un músculo y todos se quedaron en silencio tras acción de Sango.
    Ninguno de ellos había estado contento de la decisión de Inuyasha. Sin mediar más palabras se montó en Kirara y se fue con quienes habían llegado. Ellos no tenían planes de ofender la memoria de su amiga Kagome andando con Kykio. Si ella se había ido era porque no lo soportaba, y ellos, de hecho, tampoco.
    Sentía arder mi mejilla izquierda mientras miraba al piso. Hace ya unos minutos que Sango, Miroku y Shippo se fueron dándome la espalda. ¿Pero ellos qué esperaban que él hiciera? ¿Que fuera tras Kagome dejando atrás a Kykio? Ya ni siquiera podía traspasar el pozo encantado, lo que por cierto había intentado a escondidas de Kykio varias veces en aquellos días.
    Y se odió por los que hacía.
    ~o~O~o~
    Aquella noche de Luna Llena fue especialmente movida en calabozo. Kagome lo atacó con cuanto ataque había adquirido de él. Las garras, el látigo, la velocidad, la fuerza… el veneno. Sonrió. Tras entrenarla sería fuerte, la primera Miko-Inu, pensó para sí. Algo muy extraño. Pero no se equivoquen, el podía retenerla sin hacer demasiado esfuerzo, a fin de cuentas ella en aquel momento sólo era un animal herido atacando a diestra y siniestra sin pensar. La inmovilizó con su ya restaurado brazo izquierdo agarrando ambos brazos de ella por encima de su cabeza contra la pared, y con el brazo derecho le agarró el cuello.
    Recibió una mirada desafiante de la ahora oji dorada que apenas había recuperado el sentido. Se preguntó cuanto tiempo pasaría antes de que ella cayera en cuenta de las condiciones que estaba. Si bien él tenía el torso desnudo y los pantalones un poco desgarrados, a ella sus ropas apenas le cubrían lo esencial.
    La observó. Él resultado de su transformación. De su marca. Su estatura: Más alta. Su cuerpo: Más voluptuoso. El pelo ahora le llegaba casi hasta las rodillas y se podían apreciar en el pelo azabache uno que otro destello plateado, que, había comprobado, se convertía en el color total de su cabellera cuando ella concentrada sus poderes Inu. Sus ojos rasgados color dorado, las franjas violáceas en su cuerpo.
    Kagome torció el entrecejo, quería entender por qué diablos el Inu la agarraba de aquella forma y la miraba como si fuera una rata de laboratorio. ¿No que le faltaba un brazo? Le hubiese encantado saber qué enemigo había dejado a Sesshomaru en aquellas condiciones, con las ropas hechas trizas, a pesar de la situación no puedo evitar estallar a carcajadas. Sintió cómo la soltaba a la vez que ella se retorcía sosteniéndose el estómago.
    El imponente InuYoukai se quedó observándola en su arrebato. Definitivamente aún dentro de los de su raza aquella mujer era extraña. Él no esperaba que su primera reacción tras, por fin recuperar el sentido, fuera irse en sonoras carcajadas como lo hacía ó ambos brazos por encima de su, modestia aparte, escultural pecho (babas), esperando a que la mujer se calmase.
    Kagome empezó a quitarse las lágrimas que se le escapaban de los ojos de tanto reír, esforzándose por retomar su postura.
    -¿Qué te ha pasado Sesshomaru, quizás te apalearon?- Le dijo tratando se sonar irónica, acción que no consiguió debido a que la escena era demasiado graciosa (para ella) como para ironismos.
    Levantó una ceja. Así que aquel arrebato había sido por las condiciones de su vestuario. Se quedó mirándola con la ceja alzada, hasta que por fin Kagome entendió que lo que él observaba de manera arrogante eran sus propias ropas, se miró así misma sólo para lanzar un grito ahogado y agacharse agarrándose las piernas mientras miraba furiosa al peliplateado que la observaba evidentemente entretenido.
    -¡Maldito perro pervertido! – le gritó sin siquiera razonar sus palabras-
    - Continuará -
     
    • Me gusta Me gusta x 10
  11.  
    lady of the moon

    lady of the moon Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    1 Noviembre 2011
    Mensajes:
    121
    ya lei el cap me parecio mas que radioactivo vaya kagome aceptara esos cambios asi nada mas que emosion ya no puedo esperar la conti, que sucedera, ni idea tengo

    avisame de la conti y mandame el link a mi perfil cuando tengas el proximo cap, asi me doy cuenta que ya lo continuastes

    te despido con kiss
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  12.  
    Mar Sasha

    Mar Sasha Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    26 Enero 2011
    Mensajes:
    29
    Pluma de
    Escritora
    Me gusta!!!!!!
    Me parece muy interesante, la idea de que Kagome sea una Youkai, no me parece extraña... pero hay algo en esta ocación que hace que me guste mucho. Yo hubiera querido ver Sesshomaru tal y como lo describiste!!! @.@ Ese seria el mejor fin del mundo!!!!!!!
    Bueno me despido. Me avisas de la conti???
    Sayonara!!!!!!!!!!
     
  13.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
    Miembro desde:
    11 Mayo 2011
    Mensajes:
    303
    Pluma de
    Escritora
    esta historia esta de arrebato!
    te quedo super increible!!!
    me pregunto que estatura tendra ahora Kagome?
    yo creo que ahora que ambos estan hermosos y completos la cosa se pondra genial!!!
    espero con ansias el proximo capitulo
    avisame si?
    gracias!!!!
     
  14.  
    Emy

    Emy Iniciado

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Diciembre 2012
    Mensajes:
    17
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Suya [sessho&kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    3433
    Sus comentarios me motivan a escribir.
    Cuento con su apoyo.
    Mío
    Estoy en uno de los amplios baños de la mansión de Sesshomaru, miro absorta la imagen que el espejo refleja, soy yo, pero no lo soy. Me observo sorprendida, tocando levemente la fría superficie del cristal y dirigiendo luego mi mano a mi propio rostro. Éste cambio también resulta una tortura, ahora mis propios ojos reflejan el color de aquellos que tanto he amado; hago un esfuerzo para no pensarlo demasiado. Sigo inspeccionándome, las marcas violetas que están en mis mejillas, una de cada lado, hombros, antebrazos, abdomen y piernas, éstas de dos en dos.
    Noto que estoy un poco más alta, y… (Siento el rubor cubrir en una suave estela mi rostro) mis pechos están más grandes, así como mis caderas más anchas. Es como si el tiempo se hubiese adelantado dándome ya la figura madura de una mujer. Mi pelo azabache cae graciosamente con suaves ondulaciones hasta mis rodillas, con uno que otro destello plateado. Quizás… ¿Si yo me hubiese visto así antes, Inuyasha me habría amado? ¿Prefiriéndome antes que a Kykio? Sé lo absurdo de mis pensamientos y la inutilidad de los mismos. Si él está con ella no es por mis defectos, si no porque la quiere tal cual es, trato de convencerme y con ello hacer más profunda la herida en mi corazón.
    Mi masoquismo no deja de sorprenderme. Camino despacio hacia la enorme tina de agua tibia, que alguien de la servidumbre debe estar procurando con fuego en algún lado que no he podido identificar. Y es que este castillo es majestuoso y gigantesco, bien sabía que Sesshomaru era el señor de ciertas tierras, nunca imaginé la magnitud de su poderío y posesiones.
    La tina es tan grande que puedo nadar en el agua en un recorrido corto. Quiero borrar cualquier rastro de suciedad de mi cuerpo, y, por qué no, también cualquier rastro de él que haya quedado en mí. Mi estómago ruge, pidiendo atención. Y no es de sorprender, al parecer estuve unas tres semanas encerrada en aquel calabozo.
    Con Sesshomaru.
    Recuerdos entrecortados inundan mi mente. Yo sufriendo y soportando gran agonía, golpeando mi cabeza fuertemente contra la pared. Arañando mis brazos y piernas hasta sangrar… y alguien deteniéndome. Me veo atacando inmisericorde a quien se osa interrumpir mi calvario, Sesshomaru , le propino golpes secos que me son devuelto sosteniéndome firmemente, estrechándome contra él, y en una que otra ocasión diciéndome de modo apenas audible "Cálmate, tranquila, aquí nadie te hará daño". Y esas palabras realmente conseguían calmarme. Son esos los recuerdos que más me impresionan y confunden; definitivamente hay cosas de Sesshomaru que nadie conoce.
    ¿Hay quizás en él algo tierno, ávido de amor?
    No puedo evitar sonreír ante esa idea. El agua caliente definitivamente me está afectando por estar tanto tiempo dentro, esas quizás son falsas memorias que mi propio cerebro ha creado para responder a aquel pozo vacío de mi recuerdos.
    Salgo a paso lento de la tina. Puedo sentir claramente la presencia de una youkai de apariencia casi humana que me espera tras la puerta. Ella me guía a "mis aposentos".
    -Adelante, Kagome-sama – Me dice abriendo una majestuosa puerta tras la cual se muestra imponente una habitación ornamentada de modo delicioso. Aparte de llo también me sorprende que me llame por mi nombre (¿Se lo habrá dicho Rin?) Y no me gusta el tono formal.
    -Me puedes llamar Kagome, sin más – Le digo sonriendo, lo que provoca un sonrojo en ella (¿Efecto Inu?)
    -Pe-pero…
    -Venga, será nuestro secreto – Guiñándole un ojo. Por primera vez la veo sonreír y debo decir que es hermosa.
    Me lleva a ver varios kimonos y yukatas que están dispuestos sobre la cama, los cuales son, para mi gusto, demasiado ostentosos. Además no estoy acostumbrada a llevar ropa tradicional.
    -¿No tienen tijeras? – Hay uno que ha llamado mi atención, y con unas cuantas modificaciones estará perfecto –
    -¿Nani? –
    -Bueno, debe haber un bolso amarillo por algún lado…
    No tuve que buscar mucho para hallar mi mochila donde habían unas, muy a pesar para Fukomi (Así descubrí que se llamaba) empecé a recortar una yukata y combinarla con el obi que más me gustó.
    Escogí una yukata ver limón con hermosos pero sencillos diseños florales bordados en hilo plateado ( que Fukomi me explicó no era hilo plateado, si no hilo de plata) que sin embargó tenía la orilla como de una pulgada con delicada tela blanca, la recorté y combiné con un obi blanco liso.
    El conjunto en general me llega apenas a medio muslo (ahora si creo que Fukomi se va desmayar) y no cupe en felicidad cuando encontré en mi mochila mis zapatos negros de repuesto, costumbre que había adquirido tras quedar casi descalza en más de una ocasión. Junto con medias blancas me puse mis zapatos y con una cinta me amarré delicadamente mi ahora largísimo pelo.
    Me gustó mi apariencia, que, a mi opinión, era bastante juvenil pero elegante. ¡Venga ya! Seguro que ninguna de estas yukatas perderían la elegancia ni haciéndolos jirones. En especial me agradó el hecho de que a pesar de amarrarme el pelo de aquella forma que antes tanto evitaba hacerlo por el parecido con Kykio, esta vez ese no fue resultado. Ya no era la reencarnación de aquella poderosa miko, ahora era yo misma, sin nadie a quien compararme, sin ninguna expectativa de cómo debería ser.
    Traté de no caer en la vanidad, pero, en definitiva, me veía a mí misma más hermosa de lo que en toda mi vida.
    -Kagome-sama – la miré frunciendo el entrecejo- es decir Kagome, vamos, Sesshomaru-sama nos espera –
    En aquel castillo todo estaba lleno de protocolos, más del que esperaba. Sesshomaru estaba sentado a la cabeza de una enorme mesa llena de todo tipo de comidas de la época, el olor con el que inundaba la habitación era exquisito. En cuanto entré la pequeña Rin vino corriendo a mí y JaKen, que siempre parece molesto conmigo, me observó tan molesto como de costumbre.
    -Ven y come, mañana a primera hora iniciaremos con tu entrenamiento – Eso sonó al igual que todo lo que decía, como una orden.
    Miré al hombre… o bueno, lo que fuera, que se sentaba imponente en el lugar principal. Su mirada gélida y presencia que imponía obediencia nada tenían que ver con la imagen de dulzura y calidez de mis recuerdos.
    ~o~O~o~
    A pesar de cómo ha cambiado levemente su apariencia, su esencia no ha cedido ni un poco. Puedo sentir su olor llegar a mis fosas nasales y mi cerebro aún no llega a una conclusión concreta de por qué, en el momento en que cierro mis ojos, su imagen aparece en mi mente.
    Puedo escuchar sus pasos acercase así como su olor se hace cada vez más presente. Su aspecto me impresionó, pero como de costumbre mantuve mi talante. Aquella mujer siempre llevaba ropas extrañas pero en aquella ocasión, como yo mismo había dispuesto que estuvieran a su disposición los más exquisitos kimonos y yukatas no esperé que también llevando eso se las arreglara para lucir de manera diferente. Única. Y demasiado corto para mí gusto; noto como algunos de mis sirvientes la miran tratando de disimular su embelezo.
    Castigaré su atrevimiento.
    Porque a pesar de no haberla hecho mía como mujer ella posee mi marca.
    La marca que designa que me pertenece, ella ya no es una humana. Ahora es una TaiYoukai, la única hembra Inu sobre la tierra, y yo el único Inu puro. La verdad, hay momentos en que los no puedo pensar con el razonamiento adecuado respecto a ella. Es mejor pensar que la marqué porque podría serme útil y que las veces que le he salvado la vida ha sido el mismo motivo.
    Porque cualquier otra posibilidad no la admitiré.
    Ni para mí ni para nadie, que el motivo por el que pude salvarla aquel día es porque estaba siguiendo su tenue aroma, y no tuve control de mí mismo cuando ella me respondió que me entregaría mi vida.
    Veo como Rin corre hacia ella, quien sonriendo. ¿Es que no se le cansa el rostro de tanto ejercitarlo? La recibe entre sus brazos. Una escena muy humana. Demasiado.
    Quiero romper aquel escenario del que parezco excluido, siendo demasiado yo como para admitir querer pertenecer a él -Ven y come, mañana a primera hora iniciaremos con tu entrenamiento- escucho mi propia voz, que una vez más había escapado de mis labios antes de darme cuenta.
    Y es que nadie, absolutamente nadie ha de descubrir lo que guardo en lo profundo de mi ser. Aquel anhelo que por más que he intentado eliminar aún hoy está en mí. Que al tenerla cerca crece y ser refuerza. Es algo antinatural en un TaiYoukai. Algo que quiero sentir más constantemente. Algo que deseo en el plano de la realidad.
    ¿Qué es aquello que va más allá de mi razón, y que hace que los seres actúen aún en contra de toda lógica?
    ¿Aquello que ha provocado que hasta yo actúe sin pensarlo?
    ¿Es acaso esto lo que los humanos llaman amor?
    Y de ser así, ¿Es lo que esa humana provoca en mí?
    No lo sé a ciencia cierta, pero algo puedo asegurar. No descansaré hasta saberlo, y por eso es que en toda de contra lógica y de lo que ello conlleve, la hice mía, parte de mi raza, parte de mi ser.
    Pero aún no es mía como quisiera.
    Porque si ella decide irse no la detendré. Porque si sigue mencionando el nombre de mi hermano taladrándome y provocando una molesta sensación en el lado derecho de mi pecho, la dejaré ir. Porque le daré todo aunque ella no se dé cuenta, esperando que sea mi nombre el que susurre. Porque ahora me doy por enterado que si no es correspondido el sentimiento denominado amor no es una dicha, si no dolor, y aún así no puede ser eliminado con simple voluntad. Y he confirmado una vez más algo de lo que ya estaba seguro: No estoy hecho para demostrar sentimientos.
    ~o~O~o~
    Han sido tres meses. Tres meses en los que he entrenado hasta el punto del desmayo día tras día. No he tenido tiempo para pensar en nada que no sea ataques de larga, media y corta distancia.
    Sesshomaru ha sido, para sorpresa de todos, mi maestro personal. Me perfeccionó en el arco y flecha, enseñándome a aprovechar la agudez de mis sentidos para tener un rango de cero error. Me explicó la desventaja que ya conocía del arco: casi no sirve a media distancia y a corta es nulo. Por eso ahora llevo dos espadas en mi cinto, una normal y una corta. Me dijo de que aún así no puedo depender de las armas, pues sin ellas quedaría a la merced del enemigo, y por eso me está enseñando a usa las armas naturales que por él me fueron concebidas.
    Espera.. ¿Me está?
    Un golpe en mi abdomen me devuelve a la realidad, y al piso, en que ruedo por la fuerza del golpe. Me repongo tan rápido como puedo, sólo para esquivar frenéticamente el ataque del látigo de Sesshomaru. Sé que el está lejos de ir en serio, pero es increíblemente fuerte. No es lo mismo ver a otros luchando contra él que hacerlo yo misma. Dejó fluir veneno por mis garras para atacarlo de frente, lo cual sólo es una finta para que no note cómo le avento una pequeña esfera de energía espiritual.
    No temo usar contra él mis poderes de sacerdotisa que para otros youkais serían mortales. Mis poderes espirituales no le causan el menor daño, porque soy suya pero a su vez su veneno no es más que agua para mí.
    Nuevo récord, logré durar 12 minutos seguidos contra él antes de caer rendida al suelo.
    Realmente prefiero practicar tiro con el arco, pero ya sé que es necesario que también mejores en otras áreas.
    En este tiempo he conocido mucho más a Sesshomaru, que insiste en llamarme humana cuando ya ni siquiera lo soy. Al principio pensé que estaba alucinando, pero una parte de él es realmente cálida y se preocupa por los demás. En más de una ocasión en que mi cuerpo no daba para más y quedé inconsciente, él se ha encargado de llevarme cargándome a la habitación. Cada vez que necesito algo procura que me sea dispuesto. Me pregunto cómo sería Sesshomaru si por lo menos no fuera tan frío, sé que soy egoísta al pensar así… pero que al menos no lo sea conmigo. Su fuerza, es algo por todos sabido y conocido, realmente no entiendo cómo Inuyasha consiguió cortarle un brazo.
    Inuyasha. Abro sorpresivamente los ojos al darme cuenta de lo poco que he pensado en él, pero no reparo mucho en ello. A los que realmente deseo ver es a mis amigos, y a mi familia.
    -Sesshomaru, quiero ir por unos días a mi época-
    -¿Época?
    -Sí, ya te he comentado que no soy de esta época, ya extraño a mi familia.
    Me observa con aquellos dos fríos ámbares que son sus ojos, como sopesándolo. Venga, no es como si yo actualmente fuera fácil de matar, sé que le daría lucha a quien luchara contra mí. Pero como él mismo me ha dicho: Nunca debo confiarme, así que me hace entrenar desde que sale el sol hasta que se oculta.
    -Saldremos mañana a primera hora.
    ¡Ehhhhhhhhhhhhh! ¿Sesshomaru vendrá conmigo?
    Bueno, pues se quedará esperando fuera del pozo, no es como si fuera tan débil para necesitar un guardaespaldas. Pero lo debo admitir, me agrada su compañía. A veces el sale él sólo por varios días, me han comentado que sale a eliminar a los enemigos que se han adentrado en su territorio. No entiendo por qué nunca me lleva con él, si puedo serle de utilidad. Ésta será la primera vez que me permita salir del castillo.
    Por otro lado me he acostumbrado a la presencia de Rin, aquella niña es como un sol. Creo que hasta quiero un poco a Jaken, y es especialmente gracioso verlo como compañero de juegos de la pequeña. Ha habido noches en las que Rin se fuga a mi dormitorio: Lobos, dice. Al parecer la aldea en la que vivía fue atacada por lobos y ellas misma murió en garras de ellos, siendo revivida por Sesshomaru. La recibo en mi cama y la abrazo, hasta que deja de temblar y el sueño la vence, ella es como la hermanita que nunca tuve… Souta no cuenta, porque es varón.
    Me levanto seguida Rin, camino a mis aposentos. A pesar de mi condición de Youkai y los poderes de la perla, Sesshomaru me deja de tal manera que necesito descansar para reponerme por completo. Eso ayudará a tu resistencia. Fue lo que me dijo cuando procedí a quejarme al respecto. Mi actuales ropas de combate cuenta de un ajustadísimo traje corto strapples de piel de no se qué que es muy resistente, encima del cual llevo una yukata de un solo hombro que por su forma no me cubre el pecho derecho dejando ver el traje que está debajo, la yukata, que me llega a medio muslo es verde con estampado floreado blanco.
    Mi brazo hábil, el derecho, queda al descubierto. Llevo al cinto dos espadas y en la espalda mi arco y mi carcaj. Tengo puestas unas medias blancas altas que sólo dejan un poco de piel al descubierto entre el final de mi yukata y el inicio de las medias. En mi habitación hacía ya bastante tiempo que habían parecido "mágicamente" varios pares de zapatos de piel negra con un pequeño tacón, que son el detalle final de mi vestimenta. Son sin duda cortesía de Sesshomaru, al igual que todo lo que poseo.
    Salgo deprisa a la entrada del castillo, donde Sesshomaru impasible me espera. No soporto la curiosidad, se lo tengo que preguntar.
    -¿Porqué vienes conmigo?
    -Porque eres mía- respondió sin dudar. ¿Es que no podía decirlo de otra forma? Esa era su repuesta a cuanta pregunta se me había ocurrido hacerle respecto a mí ¿Por qué me entrenas tú mismo? ¿Por qué me has dado tantas cosas? …
    -Entonces tú también eres mío Sesshomaru, y no permitiré que me dejes atrás nuevamente- ¿Eh? ¿Qué es lo que acabo de decir?
    -Continuará-
     
    • Me gusta Me gusta x 9
  15.  
    Syel

    Syel Extraña

    Cáncer
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    984
    Pluma de
    Escritora
    hola!!! soy nueva en tu fic, pero debo decir que es realmente bueno!!! no se si es el primero que escribes pero de verdad que te has esforzado...tu narración es buena: fluida y entendible. Describes cada emocion de los personajes y cada situación, pero aún te falta mejorar como a todas!!!
    Amm...la actitud de Sesshomaru me parecio muy bonita más esta parte:
    apesar de que no este hecho para demostrar sus sentimientos es un se rcapaz de sentir y amar y aunque no lo crea s sentimeinto de amor es correspondido porque no creo que Kagome se vaya a la primera con el cabeza hueca de Inuyasha.
    Otra cosa: el hermano de Kagome se llama Souta no Kouta!!!
    y pues no separes mucho los parrafos
    fuera de eso, que mala onda que Sesshomaru la maltrate tanto en el entrenamiento, despues de todo sigue siendo una mujer ¿no? y me parece muy bonito que ambos se traten como de su pertenencia porque asi se demuestran (inconcientemente) que se quieren. Kagome es una atrevida al vestirse así aunque a Sesshomaru le gusta...OuO
    te agradecería que me avisarás de tu capitulo siguiente!!
     
  16.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
    Miembro desde:
    11 Mayo 2011
    Mensajes:
    303
    Pluma de
    Escritora
    uuuuyyyyy
    esto esta que arde!!
    como que se le va perdiendo el interes por inuyasha, al contrario, anda mas interesada en sessh!!!
    XD
    y lo que dijo al final
    kabooom!!!
    jejejeje
    espero leer el proximo cap!!!
    avisame cuando lo tengas!
     
  17.  
    Mar Sasha

    Mar Sasha Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    26 Enero 2011
    Mensajes:
    29
    Pluma de
    Escritora
    Hola!!!!!!
    Querida, gracias por avisarme.
    Bueno te felicito tienes una seguidora, me encanta tu manera de escribir, narras muy bien.
    Me gusto sobre todo la ultima parte, Concuerdo con Sakura Michaelis... si que Kagome es atrevida!! Pero eso a él le gusta!!!!!
    Woow le dijo que le pertenecia!!!!! ya me imagino la sopresa Sessh Auuu!!
    Kawai!!!!!
    Es todo. me despido. Me avisas ¿Va?
    Sayonara!!!!!!!!!!!
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  18.  
    lady of the moon

    lady of the moon Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    1 Noviembre 2011
    Mensajes:
    121
    weeno ya te dije lo que pienso del fic
    kagome se ¿declaro? sin darse cuenta vaya, que hara el inu cuando vea a kagome al lado de su queridisimo hermano buajaja no lo puedo esperar pon conti pronto
    kiss
     
  19.  
    Emy

    Emy Iniciado

    Capricornio
    Miembro desde:
    18 Diciembre 2012
    Mensajes:
    17
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Suya [sessho&kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    3260
    Sus comentarios me motivan a escribir.
    Cuento con su apoyo.
    Primera vez


    Caminando tras él podía escuchar claramente el eco de sus pasos, bien, es cierto que Sesshomaru poseía una parte tierna, bella y hermosa… pero estaba debajo de miles de capas de hielo, se recordó a sí misma.

    No podía culparlo, en primera ella misma había dicho una sandez y de por si él era un ser por demás frío y de palabras comedidas, ahora ella confirmaba, una vez más algo que desde la primera vez que lo vio ya sabía: Era inescrutable.

    No importaba que tanto tiempo pasara con él, o como creyera conocerle, a ella le era imposible penetrar en los pensamientos de aquel ser tan misterioso que la precedía. Y que aparte de sus respuestas cortantes y tono frío, Sesshomaru carecía de un patrón de comportamiento.

    De vez en vez le hablaba, sin obtener respuesta.

    Bien, era cierto que lo que dijo estuvo de más y fue una estupidez, pero ello no ameritaba ser tratada e ignorada de aquella forma.

    A Sesshomaru le llegó inmediatamente el tono que iba subiendo cada vez más en su aroma de molestia y desconcierto. Quizás el único motivo por el que ella estaba expidiendo tales aromas era su actual actitud, pero no había nada que hacer. Él no sabía que pensar, por primera vez en su vida, él era el desconcertado Ya van muchas primeras veces se dijo. Y era cierto, ya la cuenta de las "primeras veces" la había perdido hace tiempo, con las diversas circunstancias vividas al lado de la ahora TaiYoukai que ibas tras él.

    Y ya que habían tantas primeras veces, no estaría de más agregar una más a la lista.

    Sí, una nueva "primera vez".

    Porque lo nunca antes escuchado sucedería, Sesshomaru No Taisho, Señor de las Tierras del Oeste, uno de los más grandes TaiYoukai de su época, huiría… de una mujer.

    -Ve al pozo, nos vemos allá pasadas dos lunas.

    -¡Na... nani! ¡Pero Sesshomaru!

    No tenía idea de cuantas maldiciones podía decir en un instante hasta aquel momento, no tuvo siquiera tiempo de responder cuando ya Sesshomaru estaba hecho una esfera y se fue muy campante.

    Bien, era verdad que se sabía el camino y con sus ahora afinados sentidos podía orientarse sin ningún problema, que estaba apenas a día y medio y si se daba prisa llegaría aun en menos tiempo, también era verdad que podía defenderse sola perfectamente y que por instinto la mayoría de los youkais que habitaban en el bosque huían de su presencia… Pero ni aún con todo eso excusaba que Sesshomaru la dejara sola.


    ~o~O~o~

    Sus sentidos debían de estarle fallando, no podía creer que fuera el aroma de ella, que hace tanto que no percibía, parecía mezclado tenuemente algo más, pero él en definitiva jamás confundiría esa esencia, era el aroma de Kagome, una fragancia única que solo ella poseía.

    -Vuelvo en un rato Kykio-

    -Inuyasha…- Pero el mitad hombre, mitad demonio, ya se le alejaba a paso presuroso de la cabaña de Kaede-

    Tan veloz como sus bien entrenadas piernas y sentidos físicos se lo permitían, Inuyasha corría tras aquel rastro que una suave brisa le había llevado, cada vez la esencia se hacía más fuerte, no había margen de error, se acercaba a ella… En un pequeño llano la vio por fin, sentada, recostada de un árbol y dormida. Estaba diferente, pero era ella, a quien desde hace tanto no veía, dormía apacible con la brisa acariciándole su ahora larguísimo pelo azabache, llenando sus fosas nasales de su olor.

    Sin pensarlo se abalanzó hacia a ella, despertándola de golpe, abrazándola.

    Kagome pensó que era uno de sus tantos sueños, uno de esos que odiaba, que creía haber controlado por fin pero de vez en vez la asediaban llenándola de dolorosos recuerdos, cosas que simplemente quería olvidar.

    Y lo abrazo.

    Le correspondió antes de que el sueño finalizara, solo para dejarla de frente a la cruel realidad.

    -Inu…yasha…-su voz era apenas un susurro-

    Entonces el olor de él la hizo despertar ¿Qué estaba haciendo? ¡Eso no era un sueño, era la realidad! Estaba allí, como una tonta abrazando al hombre por el que tantas lágrimas había derramado, por el que había cruzado a pie por el mismo infierno, el que le dio la espalda y escogió amar a otra persona. No le odiaba, no, eso no iba con su naturaleza ni forma de ser, pero que no le odiase no quería decir que lo iba a estar recibiendo en brazos cada vez que él viniera hacia ella, aquel no era el momento de mostrarse débil y necesitada, eso no era lo que había aprendido con tanto trabajo al lado de Sesshomaru, quien de seguro se asquearía al verla así.

    -Inuyasha- Esta vez el tono de su voz fue seguro, ya había espabilado-

    -Kagome… Realmente eres tú…- La abrazaba con vehemencia, jurándose no volver a perderla. Aquel contacto le delataba las formas crecidas de la ahora mujer que rodeaba con sus fuertes brazos. Había sido un tonto, habiendo preferido vivir en una ilusión, lo que creyó amor no era más que una añoranza del pasado-

    -¡Osuwari!

    Kagome se alejó de él en el momento exacto en que el híbrido hacía un tremendo agujero en el suelo, sintiendo en cada hueso de su constitución un dolor que creía olvidado.

    -¡¿Pero qué demonios haces?!-

    -Eso debería decirlo yo, vienes y me abrazas como si nada.

    -Fuiste tú quien se fue sin avisar, sin decir ni una palabra.

    Fue en ese momento que Inuyasha, mientras la escrutaba con la mirada se fijó más en cada detalle de la mujer que estaba frente a él. Estaba mucho más diferente de que lo había intuido, más alta, su pelo suavemente ondulado que le llegaba a las rodillas, sus vestimentas, que no eran las que solía llevar meses atrás, tenía espadas en el cinto y se veía fuerte, fuerte como nunca la imaginó. Pero sobre todo, las marcas que adornaban sus mejillas, brazos y piernas lo dejaron consternado.

    Absorbió nuevamente su aroma, sabiendo ahora que de hecho no era una treta de su imaginación. Sesshomaru. Ella olía fuertemente a Sesshomaru, no como el aroma que expide una hembra que ha sido marcada por su macho, si no como alguien de sangre.

    Una TaiYoukai.

    Kagome convertida en una TaiYoukai.

    -Kagome…. ¿Qué? ¿Qué te hizo? ¿Cómo paso esto?- Inuyasha la sostuvo abruptamente por los hombros. Viéndola, escrutándola. Pero la mirada que recibió de parte de Kagome lo dejo helado, y sus reflejos le salvaron de ser herido por las garras de Kagome que lo habían atacado en aquel instante.

    -No me toques- Dijo autoritaria, ante un Inuyasha que no cabía en sí de la estupefacción-

    -¡Kagome! Dime que te hizo Sesshomaru. ¡Le haré pagar! Nunca imaginé que pondría un dedo sobre tí.-

    -¿No te das cuenta Inuyasha?

    -¿Qué quieres decir?- Estaba más que confundido, ¿Por qué era a él a quién dirigía esa mirada fría y triste? ¿Decepcionada? Él que tanto la extrañó, que en cada momento la buscaba, que tantas veces había tratado de cruzar el pozo para ir en pos de ella, pero le había sido imposible.

    -¡Yo morí Inuyasha! En el bosque, aquel día. Y no estaría viva de no ser por Sesshomaru. Pero tú no sabías nada de esto. ¿Cómo lo ibas a saber si estabas tan ocupado con Kykio? De nada sirvió quererte tanto, mas no te culpes, no fue tu culpa que me mataran aquel día, fue mi culpa, por mi ingenuidad. ¡Por haberme enamorado de alguien a quien jamás debí haberle confiado mis sentimientos!-

    Inuyasha se quedó sin palabras, helado. No sabía qué hacer ni qué decir. Precisamente por ello no se atrevió a moverse ni intentó hacer nada cuando Kagome le dio la espalda, y se fue alejando, a paso calmo como si nada hubiera sucedido. Es cierto que él la había buscado, pero nunca pensó que ella habría pasado por todas esas cosas, simplemente la imagino feliz y contenta en su casa, y el por su parte estaba muy bien consolado con Kykio.

    ~o~O~o~

    Estaba sentada en el pozo, mirando la luna que brillaba en todo su esplendor. Ya se había cumplido el plazo acordado con Sesshomaru, y sus instintos le avisaron de su llegada. Como de costumbre, Sesshomaru estaba majestuoso, en cada paso reflejaba excelencia y elegancia. Se preguntó cómo se vería el en su época, aunque era mejor ni pensar en ello, siendo imposible que el lograse pasar por el pozo, a lo mejor ni lo intentaría.

    -Sesshomaru-

    Él apenas hizo un gesto de reconocimiento, demostrando que le prestaba atención.

    -Aquí es, por medio de este pozo puedo viajar a mi época. Antes Inu…yasha también podía, pero no sé por qué el pozo se ha sellado para él, mi familia debe estar preocupada, hace más de tres meses que no regreso (y ya se deben haber acabado las vacaciones de verano -.-").

    -Hablas demasiado.

    Kagome no se ofendió, sabía que él le había prestado atención. Se puso de pie, dispuesta a saltar por el pozo, era momento de despedirse por unos días.

    -Volveré en una semana o dos.

    Pero esos no eran los planes de Sesshomaru. Kagome, casi se atraganta de la sorpresa al ver como en un rápido movimiento Sesshomaru salto al pozo, que resplandeció en un fulminante brillo azul. Ella se apresuró a ver si lo veía dentro. Pero no. Sin pensarlo también se lanzó al pozo. Sesshomaru había pasado a su época.

    -¡Ouch!-

    Parece que la falta de práctica le había hecho perder habilidad, pues cayó fuertemente sentada en el piso. Al mirar hacia arriba pudo ver el techo que cubría el lugar, y a su lado, parado como si nada, Sesshomaru, que de un salto salió de el pozo.

    Kagome se habría reído a carcajadas con su expresión facial al ver en entrecejo fruncido de Sesshomaru, de no ser porque de inmediato reconoció lo que provocaba su molestia

    Dióxido de carbono y otras cosas se podían sentir en el aire, contaminación. Nunca antes había reparado en ello, pero en aquel momento no se sintió muy feliz de sus ahora, afinados sentidos.

    Por su parte a Sesshomaru aquel lugar le parecía bastante extraño, sin cruzar palabras siguió a Kagome que se le había adelantado, corriendo afuera y abalanzándose a una humana, que por su olor reconoció como la madre de la miko.

    -¡Mamá!-

    -¿Kagome? ¡Oh, por Kami-sama! ¡Kagome, eres tú! ¿Por qué has tardado tanto en venir? Estábamos preocupadísimos. Y que te ha pasado? ¡Estas muy distinta! Ah, hola Inuya…!
    La mujer se detuvo en seco, cuando al analizar un poco al acompañante de su hija, se dio cuenta de que no era Inuyasha, aunque tenían cierto parecido, en especial por su color de cabello y ojos.

    -No es él. Es su hermano, Sesshomaru- Se apresuró en presentar Kagome, aquella situación se le antojaba de lo más anormal. Por su parte, a él no le gusto que las presentaciones tuviesen que ser a base de reconocerle como familiar de Inuyasha

    -¿Y el abuelo y Souta?- De más estuvo preguntar, porque su pequeño hermano venia corriendo hacia a Sesshomaru-

    -¡Amigo con orejas de pe..!- Souta paró en seco como lo había hecho su madre. La mirada que le dio Sesshomaru (y la ausencia de las orejas caninas) le dejaron clarito que no era con él con quien trataba.

    Kagome se acostó en su mullida cama, que tanto había extrañado, porque a pesar de todas las comodidades de las que gozaba en el castillo de Sesshomaru, ninguna cama era como la suya. Por su parte, Sesshomaru la miraba expectante. En medio de las presentaciones y demás con la familia de Kagome, tras ser confundido con su inútil medio hermano, casi matar a un estúpido gato y tener que disimular su desagrado por aquella raza inferior, aun se cuestionaba en motivo de sus actos.

    Kagome de lo más calmada le hizo señas para que se sentara en la cama, a lo que el accedió sin más. Su abuelo se había inventado que estuvo de rehabilitación de una enfermedad impronunciable en otro país, el instituto hacía ya dos semanas había empezado la docencia.

    Bueno, ya pensaría en eso más tarde. Seguida por Sesshomaru se despidió de su familia, prometiendo volver pronto, no le parecía buena idea alargar su estancia estando acompañada de él. Pero…

    No pudieron pasar por el pozo de regreso.

    Genial, justo lo que les faltaba. Quedarse atrapados en su época.

    -Creo que deberíamos arreglarlo- Sesshomaru abría y cerraba amenazantemente sus garras, mostrando toda la intención de destruir el ahora disfuncional portal-

    -¡No Sesshomaru! ¡Entonces nos quedaríamos aquí para siempre!-

    -¿Y qué pretendes?

    -Pues que nos quedemos aquí hasta que funcione, en realidad no es la primera vez que pasa, seguro que dentro de unos días vuelve a la normalidad.

    Muerta. Siempre le había parecido cliché, pero ahora si lo creía, si las miradas mataran, Sesshomaru se habría encargado de que llegara al núcleo del planeta. Podía sentir su mirada inclemente atravesando su nuca mientras entraban nuevamente a la casa sacando la atención de los presentes de la televisión para posarla en ella, mientras él se había quedado tranquilamente recostado del marco de la puerta de la entrada, mirando un cielo nublado y oscuro en que no resplandecía ni una estrella, en contraste con las luces encendidas de los negocios y viviendas.

    -Nos… quedaremos por un tiempo.

    -Que bueno Kagome, así podrás ir al instituto.- Le dijo graciosamente su abuelo-

    -Y Sesshomaru podría ir contigo.- Tranquilamente mientras se tomaba un té, le decía su madre. Ella ya estaba subiendo pesadamente la escalera sin reflexionar en realidad en lo que le decían.

    -Sí, claro… ir conmigo.- No fue hasta que estaba arriba que vociferó casi perforándole el oído a Sesshomaru.

    -¿Quéeeeeeeeee?

    -Kagome, prepara la habitación para Sesshomaru- Antes de nada se dirigió a su aposento, y se desvistió. Miró su figura desnuda en el espejo, aún sentía que le quemaba en la piel roce de Inuyasha, sacó un suelto vestido amarillo pastel de tiritas finas que le llegaba hasta las rodillas, pero al ponérselo notó como este se abrazaba delicadamente a sus curvas, cosa que no sucedía antes. Era como haber crecido de golpe. Sin más de por medio se dirigió a la habitación de huéspedes, procurando que tuviera lo necesario para él.

    Bueno, no hay oro, ni hermosas pinturas, ni cortinas suntuosas…. Pero tendrá que conformarse con lo que hay- Le pareció gracioso aquel pensamiento, recordando lo inmenso del castillo del TaiYoukai ante el cual su vivienda y el templo parecían la casita de los sirvientes.

    -Sesshomaru-sama – La madre de Kagome se dirigía a él con cordialidad, tan amable como era. Ya Kagome le había hablado antes del medio hermano de Inuyasha, al que al parecer no le agradaban mucho los humanos pero Estaba acompañando a su hija a una época puramente humana lo que le dejaba mucho a la imaginación- Tenga, por ahora puede usar estas yukatas- le dijo entregándole dos yukatas limpias y planchadas-

    Sesshomaru las tomó, descubriendo de dónde Kagome había heredado su extraño comportamiento. Por ahora se limitaría a conocer el lugar en que vivía Kagome, lo cual tenía su lado bueno, así podría controlar los inmensos deseos de matar a hermano y aquel sentimiento indeseable que se movía dentro de él como un parásito infectándolo y desquiciando todo su ser. Pero él no era tan débil, oh no, no se dejaría controlar tan fácilmente por sus emociones y que reconocía como la fuente que lo había llevado a aquella situación.

    ~o~O~o~
    En el momento que le hizo creer a ella que se iba, simplemente se alejó a una distancia prudente hasta que ella dejara de percibirlo, ocultó su aroma y la siguió sigilosamente, tanto que no pudo descubrirlo; ella era buena, sí, pero no lo suficiente como para competir con él. La observó mientras se quedaba plácidamente dormida en un claro, como era llevada en los brazos de Morfeo al mundo de los sueños, y unas horas más tarde, el olor de Inuyasha acercándose atacó sus sentidos. Se mantuvo tranquilo, esperando a ver qué sucedería y si sería necesaria su intervención.

    Él la abrazo. Sus garras se fueron clavando en sus manos.

    Susurró su nombre. Sus palmas empezaron a sangrar.

    Ella le correspondió. Su sangre hervía.

    Ella susurró el nombre de él. Sesshomaru se fue sigilosamente sin ser notado y acabó con la mitad de fauna demoníaca de aquel bosque.

    Luego la vio allí, en el pozo, pasadas dos lunas, como habían quedado. Esperándolo. Y no pudo controlar el deseo incesante de saber más de ella. Más que Inuyasha, y de paso, por fin matarlo de una buena vez.

    ~o~O~o~
    -Sesshomaru, tu habitación está lista.- El canturreo de su voz lo sacó de sus pensamientos, al verla ya no le sorprendieron sus ropas, que había concluido eran así en aquel lugar, la siguió en silencio al aposento que habían preparado para él. Se dio una "ducha" en el afán de quitarse el olor a sangre que aun podía sentir en su piel a pesar de haberse bañado en un río y que Kagome no lograba percibir. Se puso una yukata azul sencilla y fue a al comedor, donde la familia conversaba animadamente.

    Parecía que la lista no conocería su fin, ya había hallado una nueva "primera vez"

    ~Continuará~
     
    • Me gusta Me gusta x 11
  20.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
    Miembro desde:
    11 Mayo 2011
    Mensajes:
    303
    Pluma de
    Escritora
    que maca!
    era que se quede un tantito mas a espiar a Kagome para poder asegurarse de lo que realmente pasaba alli
    pero bueno, al menos eso le sirvió para poder seguirla,
    me encanto la parte de la huida
    XD estuvo buenisimo ;)
    me gustaria ver a Sessh en clases con Kagome, de seguro y que terminaria matando a la mitad de la poblacion estudiantil XD
    gracias por avisarme!
    y .... FELIZ AÑO NUEVO!!!!
     
    • Me gusta Me gusta x 1

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso