Historia Ilustrada Salvando al mundo

este es un fic que estoy haciendo, si alguien lo lee y le resulta conocido seguramente habra leido este fic sin modificar el alguna paguina que yo lo haya colocado antes, este capitulo esta bastante modificado, quiero decir, que al principio solo era como palabras sueltas y con ayuda de los foreros de otros foros lo he ido modificando.

1. Prólogo:
   
   Farial , el país, estaba rodeado por hermosas aguas y dentro estaba repleto de flores y valles.​
   El mar, que generalmente se encontraba en calma, dejaba ver el agua cristalina y transparente, donde se observaban dulces peces nadando con tranquilidad, en una costa arenosa.​
   Con solo una por kilómetro cuadrado, las casas eran chozas.
   Había pueblos y una ciudad de comerciantes, pero los pueblos en verdad eran muy pocos y estaban separados, aunque había chozas que estaban en el campo.​
   Era un país sin gobernante, donde todo el mundo era pacifico;
   la gente, aparte, ayudaba a otros en lo que podían, no había hospitales ya que también sabían algo de medicina (aunque había personas que se encargaban de eso),se movían en carros y tenían rutas especiales para ir a cada pueblo o ciudad: de no ser así chocarían de lleno con algunas montañas.​
   Sin embargo, todo esto se vio arruinado debido al último acontecimiento.​
   En un lejano lugar se escuchaba el caminar incesante de una tropa. Se oían con claridad los caballos e incluso algunos disparos, sin mencionar el chasquido de los latigazos.
   También se olía un olor a muerte, a dolor y a sangre.
   Aquella tropa formada por una compañía y un capitán habían ganado ya muchas conquistas.​
   Pero todavía le quedaban ansias de poder a aquél rey.
   La guerra apenas comenzaba.​
   
   Capítulo 1: El despertar ​
   
   El romper de las olas en la playa era lo único que se oía en ese momento.​
   Cerca de la orilla un chico se encontraba tumbado bocabajo en la arena, y además estaba mojado y herido.​
   El chico despertó, algo desconcertado, y observó el lugar donde se encontraba.​
   Tosió al sentir lo reseca que tenía la garganta.​
   Era un chico con pantalones rotos y grises, y una camisa rota y blanca, en su cuerpo se veían heridas no muy pequeñas y arañazos y alguna que otra rozadura seguramente por las piedras del mar, que, aunque eran pocas, era difícil evitarlas y llevarse rozaduras; también pelo semicorto, castaño y liso que dejaban ver pequeñas heridas en su frente, seguramente tendría unos quince años de edad.​
   — ¿Dónde estoy?—se preguntó a sí mismo con temor.
   Parecía no recordar nada.​
   Sus intentos de levantarse acabaron fracasando, ya que cada vez que lo hacía volvía a caer, quedando tumbado boca abajo en la cálida arena. Estuvo largo rato consciente, despierto, sin embargo, su mente estaba totalmente en blanco.​
   De pronto notó que algo tiraba de su camiseta.
   Una presión le hizo que cerrara los ojos, pero aún notaba como alguien lo llevaba colgando de su camiseta; escuchó un leve ruido como un crujido de una puerta y le pareció que estaba aún más oscuro que antes; cuando notó que algo lo dejó sobre algo blando y caliente, se intento incorporar.​
   Se escucho una voz grave.​
   —¡Detente, hombre! —exigió una voz ronca, dura y severa—, te vas a hacer daño.​
   Vio la cara del hombre acercándose con ropa. Era un hombre algo musculoso, tenia un pelo castaño oscuro y
   vestía con una camiseta blanca y con un chaleco marrón, pantalones marrones y zapatos de cuero marrones;
   parecía tener unos cuarenta y dos años más o menos.​
   El hombre lo incorporó suavemente.​
   —¡¿Qué haces?! —preguntó desconcertado y gritando el joven. ¡¡Déjame en paz!! —chilló con fuerza, haciendo que su voz resonara en el lugar.​
   El hombre hizo caso omiso a las peticiones del muchacho.
   Le cambió la ropa con increíble rapidez y le curó las diversas magulladuras que tenía a lo largo de su cuerpo, colocándole luego unos vendajes.​
   Le ofreció un poco de agua y se volvió a dormir por el cansancio.​
   Luego de tres horas despertó.​
   Aquel hombre desconocido para él lo ayudó a levantarse, comprobando antes si podía andar por sí solo.​
   Torpemente se levantó ayudado por el hombre e intentó dar uno o dos pasos. Estaba bastante débil.​
   ¿Pero qué haría un chico sin memoria en este mundo?
   Se sentó en una silla enfrente de la mesa, levantó la cabeza, mostrando sus ojos de color castaño claros casi ámbar y mirando fijamente a aquel hombre.​
   Volvió a bajar la cabeza y preguntó:
   — ¿Quién soy?, ¿Qué soy?, ¿De dónde vengo?, ¿Qué me ha pasado?—soltó con increíble rapidez, con habilidad, sin esperar respuesta.​
   De pronto levantó el puño e hizo ademán de apretarlo con fuerza, aunque lo hubiese hecho si no estuviese magullado.
   
   Le dirigió una mirada cargada de furia y profunda tristeza, manteniendo su puño aún levantado.​
   De pronto una lagrima le cayó del ojo izquierdo y bajó el puño echándose las manos a la cara y llorando hasta caer dormido sobre la mesa.​
   En el horizonte , aquellas tropas ya se preparaban para el ataque, pensaban en que era mejor acabar por esa zona casi despoblada antes que seguir por otras zonas. Solo le quedaban trece horas para llegar a aquella casucha. Sonaron las melodías de la guerra.​
   El hombre, al escuchar las trompetas, cogió al muchacho que en ese momento dormía profundamente, cogió una mochila y metió comida , algo de ropa, una brújula y un pequeño catalejo.
   Luego de preparar las cosas, cogió al chico y se fueron.
   
   Al cabo de un tiempo el chico despertó, algo confuso de no encontrarse en la choza.​
   — ¿Dónde estoy? —preguntó totalmente desconcertado.​
   Era una cueva oscura, en algunas partes bañadas por el agua, y en algunos trozos de pared había como pintadas como si quien lo hubiera dibujado fuera algún niño.​
   El hombre contestó:​
   —Estás en una cueva donde las tropas de la guerra no podrán llegar, es casi imposible que alguien que no es de esta zona pueda descubrir la cueva, está tapada por un acantilado y solo se puede entrar por el agua.​
   Se miró.​
   —¡No estoy mojado!​
   —Eso es porque hemos venido en barca, muchacho.​
   —¿Nos persiguen?​
   — No, es una guerra y en las guerras hay que hacer todo lo posible por sobrevivir. Chaval, ¿podrías decirme si recuerdas algo?​
   —No recuerdo nada, señor —dijo apenado, bajando la cabeza—. Ni siquiera recuerdo mi nombre.​
   —¿Te molesta que te llame Eric?​
   —No, en absoluto —respondió con un deje de tristeza en su voz.​
   — ¿Qué te pasa? ¿No te gusta? ​
   —Sí me gusta, señor , gracias — poniendo una emotiva sonrisa esforzándose por sonreír.​
   —Por cierto llámame Eizen —mirando hacia el techo—¿sabes, Eric?, será mejor que nos vayamos a otro lugar lejos de aquí si queremos salir de esta cueva o queremos comida ya que solo traje para un pequeño tiempo, seguro que caminar te hará bien y a lo mejor te hace recordar algo.​
   —De acuerdo. ​
   —Partiremos en unas dos horas. Mientras tanto, duerme un poco e intenta reponer fuerzas.​

 

Bueno, ya está el segundo capítulo, está bastante bien y se está poniendo muy entretenida.
En la historia aparecerá este carro:

Capítulo 2: Aprendiendo un poco mas de la guerra ​

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El tiempo pasó sin prisa, dos horas se fueron en un santiamén. Eizen se levantó, y con sorpresa descubrió que su joven protegido había desaparecido. Rápidamente salió de la cueva, para descubrir a Eric sentado sobre un gran pedrusco situado arriba de la cueva; estaba como con la mirada perdida al horizonte donde el sol estaba saliendo. Al parecer habría salido nadando; su ropa estaba todavía húmeda.
Eizen, cogiendo una manta y desenroscándola, arropó a Eric, que pronto despertó del pensamiento con sorpresa.
—Anda muchacho, que nos tenemos que ir — dijo con una sonrisa y animando a Eric a levantarse y a avanzar.
Eric, con cuidado y con torpes pasos, siguió a Eizen por el camino. A la izquierda tenían el mar. Anduvieron un tiempo hasta que el gran esplendido sol ya estaba a bastante altura. Llegaron a una parada de carros. Cuando Eizen se percató de la señal del cartel, no dudó en avanzar hacia el reloj de sol que estaba al lado del cartel. Mostraba que eran las doce de la mañana. Justamente la hora en la que pasaba el segundo carro.
De pronto se escuchó el crujir de una de las ruedas y el desgaste del freno al rozarla; era la señal de que el carro ya se encontraba allí. Eizen, con un pequeño gesto con la mano, indicó a Eric que se montara. Se montó. Eizen miró al horizonte antes de montar. Luego le dijo a aquel hombre algo envejecido que se dirigiera a Santón, un pueblo. Cuando ya anduvieron montados, Eizen sacó un mapa y se lo pasó a Eric. Teniéndolo en medio Eizen, le empezó a explicar a aquel amnésico chico lo que pasaba en aquel país.

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Imagen del mapa: los puntos verdes y la flecha verde es donde empezó la historia hasta la cueva en el acantilado; los puntos naranjas con las flechas rojas son los caminos que ya han recorrido la compañía y el general cuando empezó la guerra; los puntos rojos son pueblos; y la única ciudad es el punto rojo grande, que es una ciudad de comerciantes; lo gris son los acantilados; lo marrón son las montañas; y el azul, el mar.​

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—Mira con atención, aquí estamos nosotros, ¿ves? — señaló Eizen en el mapa.​

Eric, asombrado, miró todo el mapa y lo repasó todo hasta el ultimo detalle.
—¿Qué es eso de ahí?— indicando el joven a un castillo que estaba en el mapa.
—Es una fortaleza, allí es donde está el enemigo. —dijo Eizen sin preámbulos.
—¿Y por qué estamos en guerra? — dijo Eric prestando la máxima atención a lo que aquel hombre que apenas conocía le decía.
—Mira, Eric, —dijo dando un gran suspiro — hace casi dos meses, en Farial abundaba la paz, hasta que un día un hombre que se hace llamar Mekratos vino al país y con grandes ejércitos y esclavos consiguió arreglar el antiguo castillo. Por lo visto se enteró que aquí no gobernaba nadie desde que el antiguo rey murió hace ya más de diez años. —concluyó Eizen algo serio.
—¿Entonces que más pasó en esta tierra?
— Pues empezó a conquistar de muy mala manera y a proclamarse rey—le contestó Eizen a Eric.
De pronto el carro paró.
—Bueno, ya hemos llegado, ya os podéis bajar, y sobre todo tened cuidado con los ejércitos—dijo el conductor del carro.
Al bajar Eric, pudo ver un pueblo más o menos grande.
Eizen se adelantó hasta una de las tabernas, indicó a Eric que le esperara en la puerta, y a continuación entró.
Eric empezó como a sentirse mareado, como si estuviera perdiendo la conciencia. De pronto apareció en un sitio extraño y borroso. Veía a dos hombres: uno de ellos estaba sentado en una silla atendiendo una mesa con muchas telas y cosas en la calle, el otro estaba al otro lado, parecía que se conocían. De pronto, el que estaba sentado preguntó:
—¿Qué harás con ese niño?, sabes que no te lo puedes
llevar a ese sitio.
— Encontraré un modo de dejarlo con alguien, de todos modos
no sé de nadie que lo quiera.
De pronto, notó que alguien lo llamaba.
—Eric, oye Eric, despierta.
Eric despertó, estaba en una cama blanca. Al lado se encontraba Eizen sentado en una butaca, y al lado de este había un hombre con un maletín. El hombre del maletín habló:
—Eizen, el chico ha sufrido un desmayo, no está muy bien alimentado, también es bueno que no se esfuerce mucho y descanse bien.
—Comprendo, ¿cuánto llevará esto? Necesitaremos emprender nuestro viaje lo más rápido posible.
—Unos dos o tres dias.
—Vale, doctor.
El hombre se dirigió hacia la puerta y se fue Después de eso Eric se sentó y, observando la habitación, se dispuso a preguntarle a Eizen:
— ¿Dónde estoy?
—Estás en una habitación de la taberna, salí para que entraras y estabas en el suelo, rápidamente te subí y llamamos al médico, que rápidamente vino a verte.
De todos modos te quiero contar algo: desde ahora lucharemos contra el enemigo Fui a la taberna para hablar con mis camaradas. Ellos están de acuerdo con que el enemigo está avanzando demasiado; podrían ayudarme a la lucha. Hace unos años eramos un grupito que nos encargábamos de proteger nuestro pueblo, pero
poco a poco nuestro pueblo fue muriendo y todos nos tuvimos que dividir.
Si quieres, puedes quedarte en este pueblo y llevar una vida normal, nosotros haríamos lo posible por acabar contra ese horrible gobernante.
—No, Eizen, quiero luchar a vuestro lado, aprender el manejo de la espada y ser de utilidad, quiero tanto como vosotros librar a este país.
—Eric— hubo un silencio raro en el ambiente.
—¿Crees que puedes hacerlo? Puede ser peligroso.
—Dejame intentarlo, Eizen.
—De acuerdo, dentro de dos días empezaremos. Creo recordar que abajo hay unas espadas de madera perfectas para empezar. De todos modos, ahora descansa, debes de estar agotado.

1. 1. 
      B

ueno, ¿qué parte os ha gustado?, ¿tengo algun fallo?, ¿diálogo?, ¿narración?, ¿se entiende todo?, ¿alguna parte que no os haya gustado?​

 

3 Capitulo: la pequeña niña pelirroja.

Aquel dia empezó normal, Eric practico con las espadas, no lo hacia del todo mal, incluso le cogio el truquillo.
Eizen lo felicito por hacerlo tan bien.
Despues de practicar un poco se dirigieron hacia uno de los bares del pueblo, allí se sentaron y a los pocos minutos:
—¿Oye has escuchado las cosas que están pasando en el pueblo?
—No, ¿que esta pasando? —
Eric y Eizen escuchaban con curiosidad.
—pues se dice que están sucediendo varios acontecimientos,
por ejemplo, ¿sabes la casa aquella que esta a la salida del pueblo no?, pues el árbol que estaba justo al lado, se a derrumbado, raíces y todo, es raro porque no ha habido nada que lo tirase, y tampoco el suelo esta tan mal, ¿tu que opinas?
—No se lo que creer, puede que haya sido un mostruo, ahora que me acuerdo, ¿vistes que el rio esta mas hondo de lo normal? Y hay como pelos en una de las partes, tipo color rojo amarronado.
—¿Puede ser de la misma criatura?
—Ni idea, pero lo que sea tiene que ser muy fuerte, otra cosa aparte, ¿habéis visto la niña que últimamente anda por las afueras del pueblo?
—Yo si, parece tener unos 8 años, me da un poco de pena, pero si alguien se acerca sale corriendo, pobrecilla.
—Si, me pregunto donde estarán sus padres, la verdad es que la ropa la tiene bastante sucia.
Los hombres se levantaron y se fueron mientras Eizen y Eric comían.
—¿Eizen y si vamos a por aquella niña?
—Tranquilo, hablare con mis contactos haber si puedo hacer algo por ella, aunque por lo que he escuchado la veo un poco sospechosa.
Después de comer se dirigieron al mercado, estaba cerca de la primera aparición de la niña, en uno de los caminos Eric se pierde.
—¿Eizen estas ahí? —preguntaba Eric desesperado.
En uno de los momentos llego al final del poblado.
—¿Y si salgo exploro un poco y vuelvo? No me puede pasar nada, total, si ahí una niña y no le pasa nada…
—se hizo tarde, en uno de los caminos Eric vio un árbol, había una cueva debajo, pero había una niña, tendría unos 8 años, el pelo algo largo y descuidado pero pelirrojo y hermoso, la cara tan triste llenaba el espacio de una malvada soledad, llevaba una camiseta naranja y unos pantalones vaqueros, también unos zapatos marrones de cuero.
¡Pero allí estaba la pobre tiritando de frio abrazando aquella muñeca sucia y vieja! Que mas que muñeca parecían harapos.
Eric se metio dentro, y abrazo a aquella niña inocente y solitaria apartándola del frio y de la fría soledad, la niña levanto la cabeza aun adormilada y sonrio, con sus pequeños y débiles brazos abrazo a Eric manteniendo el calor de la fría noche, el aire era tan frio que namas echar una bocana de aire ya era vaho.
Un rato mas tarde delante apareció la figura de un hombre.
Con sorpresa el chico miro y sonrio.
Eric se levanto y sin decir palabra y cojiendo a la niña con los brazos se la llevo a Eizen que con sus brazos la arropo aun mas,
Y susurro.
— pobre niña, y pensar que esto lo pasa todos los días?
—Eric creo que ella. no es solamente una niña.
—A que te refieres?
— déjalo, pronto lo sabrás, de mientras llevarla a la posada y dile al empleado que iré mas tarde a pagar la habitacion,
— Eizen empezó a coger determinadas hierbas, se veian que no eran muy medicinales, mas bien parecían como verduras pequeñas y muy blanditas como con mucho jugo.
Eric llevo a la niña a la posada, la tumbo en la cama y la arropo.
Al rato Eizen apareció, entro y pago al empleado de la posada otra de las habitaciones.
Subió y se asomo a la puerta, Eric se encontraba en una silla dormido sobre la cama de la pequeña, Eizen acostó al muchacho en la otra cama y se fue a la otra habitación a dormir.
Al dia siguiente después de practicar se dieron cuenta de que la niña estaba despierta, Eizen la invito a comer, era algo de carne, cosa que sorprendio a la pequeña.
Eizen viendo la reacion cojio los frutos del dia anterior he hizo un brerbaje de hierbas que se lo ofrecio a la chiquilla, con gusto se lo bebio.
—¿Perdona pero nos podrias decir tu nombre?
—Eriz no seas tan directo con ella, es pequeña y la puedes asustar.
—No, no pasa nada, me llamo A-ri-a—Dijo con voz temblorosa.
—Bonito nombre, ¿te ha gustado la infucion?
—Si, estaba muy bueno, gracias—Dijo todavía temerosa.
—Tranquila, no te haremos daño, me llamo Eric, ¿te acuerdas de mi? —
Aria empezó a encontrarse mal, tenia algo de fiebre y llamaron al medico que les dijo que mantuviera reposo, luego de eso, mientras ella descansaba Eric fue hacia Eizen que se encontraba en otra habitación y le empezó a preguntar.
—Eizen oye, ¿porque dijistes eso de que crees que no era humana? Y además, ¿ porque no comio carne? Y esa infucion?
—Despacio, tranquiño, los skiren no pueden comer carne. Su alimentación consta de hierbas e infuciones, pueden tomar forma humana y de cualquier animal existente que haya pero limitado a su edad y su color, en este caso es solo una skiren roja, pero sigue siendo una niña que necesita nuestra ayuda, y puede que nosotros algún dia la suya.
—¿Como es que sabias de antemano que no podría ser humana?
—Las personas del bar, si an aparecido unos mostruos y una niña y coincide en color, puede que sea una skiren ¿no te parece? ¿Además y la carne? Los skiren no pueden comerlas.
—la verdad ¿pero deveras se pueden transformar? No se, no me lo creo mucho, aunque también, tengo que creerte, porque si yo no recuerdo nada. —
vuelve a frustrarse y de pronto cae al suelo desplomado.
Era un lugar muy bonito, enfrente de el se encontraba un hombre estraño, parecía rico.
—¿Porque no me puedo quedar contigo?¿esque no me quieres?
Dijo llorando el ahora crio Eric.
—Escucha, no estas solo, mama estará contigo, y tu quieres protegerla no? Entonces Elmira ¿sabes en que pueblo te acentaras?
—No, andaremos hasta dar con el lugar indicado donde criarlo, quiero que se vuelva tan fuerte como su padre, oye Maximilio cuídate, nos volveremos a ver en unos años, pero prométeme que te volveré a ver, no quiero que te pase nada.
Para…
—Eric despierta.
—Eric, oye.
—Eric, venga. —
Abriendo los ojos pudo ver a Aria y a Eizen alrededor de la cama donde estaba, notaba un poco de dolor en el brazo, alomejor del golpe al desplomarze, se incorporo sentándose en la cama, y cabizbajo dijo:
—Creo que, e recordado algo.
—¿podrias contarnos el recuerdo?
—Claro, un momento, haber, aparecí en una especie de salón amplio, había creo que 2 sillones grandes, también había un hombre y una mujer, la mujer se refirió al hombre como Maximilio,podría significar algo? Parece que la mujer se llamaba, haber, creo que, Elmira, si, Elmira se llamaba, parecía que tenia un hijo, pero no se si con eso se refiere a mi, también dijo de un tal Marth, no se, también se prometieron verse en 5 años.
—Eric para mi que conocias al antiguo rey, se llamaba Maximiliano Retorquer Faoturo, pero alomejor Elmira era una criada, pero no se, ¿y Marth? No tengo no idea, rl rey no tenia ni esposa ni hijos, una cosa mas, Eric, ¿sabes que Aria a estado preocupada por ti?
—¿Deveras? Gracias.
—Denada, al fin y al cabo, tu me ayudastes. —dijo con algo de confianza, todos rieron.
—Chicos a llegado la hora de dirigirnos a otro lugar.
—Yo, ¿yo también ire? —Dijo algo preocupada.
—¿Para que están los amigos? No pienses que te vamos a dejar tirada Aria, Eizen es muy bueno y nos ayudara a los dos pase lo que pase. —
Aria sonrio con ganas y se lanzo sobre Eric a abrazarlo, a ella deberás le agradaba aquel joven, pero al rato Eizen dijo de ir a dormir, ya habían echo ese dia bastantes cosas y todos estaban felices por el recuerdo de Eric, a unque a el le inquietaba, entonces, se acostaron .



Aria tiene un poder, no es humana, su poder es transformarse en los seres vivos que ella quiera, esta criatura es muy semejante a un humano normal menos por su habilidad y forma, me encantaria que adivinarais la forma real de Aria, piensen, su color de pelo es el mismo en todas las criaturas.