Noche en Berlin.

Recuerdo muy bien como surgió esta historia...lo más gracioso de todo es que, la escribi en unos cinco o diez minutos, cuando, aun tenia talento para esto....

Creo que es de hace dos o tres años...si, cuando iba a primero de bachiller, estaba esperando a que llegara mi compañera de intercambio y navegando por internet vi una imagen (de Hetalia) pero de estas que estan muy bien dibujadas, donde salia una femme Francia seduciando a un nazi.

Y es gracioso el nombre que le puse al personaje, Julia, ya que Julia es el nombre de uno de mis personajes favoritos...pero nada tiene que ver.

En fin, perdonad fallos o estupideces historicas, no le tome mucho tiempo y la verdad es que me da panico corregirlo por si me muero de la vergüenza.

Solo me queda decir que lo disfruteis.


Era una noche oscura y espesa, en las calles de Berlin, una mujer caminaba, rapidamente por aquel duro y frio suelo en el que se reflejaba la luna.

Julia era una mujer natural de Polonia, de familia judia, ella habia escapado de los horrores de Auschvitz escondiendose un buen dia en el desvan de su casa cuando aquellos soldados llamaron para llevarse a su familia.
Cuando pudo escapar la joven polaca se tiño el pelo de rubio, por suerte ya tenia los ojos azules, intento pasar desapercibida entre la multitud y fue acogida por la resistencia polaca que se dedicaba a espiar y matar a aquellos invasores fascistas.

Esta vez Julia tenia una mision, por eso iba llamativamente vestida, necesitaban saber cual seria el siguiente golpe del ejercito Aleman en el pais galo. Si lo hacia bien los americanos tendrian suerte en Normandia.

Su mision era seducir a un alto dirigente Aleman, no es que le apasionase la idea, pero era algo necesario de hacer, si lo conseguia seguro que el militar le soltaba unas cuantas palabras muy interesantes.

En fin, Julia seguia con su camino hasta que un grito la paro en seco, aquel acento inconfundible de un soldado aleman, su corazon latia desenfrenadamente, esperaba que no sospecharan de ella.

El soldado vestido en un uniforme inmaculado negro se acerco a ella, tenia el semblante serio, pero parecio alegrarse al ver a la mujer.

-¿que hace una señorita como usted a estas horas?-pregunto amablemente el soldado-Identifiquese por favor.
Julia trago saliva, ahora mismo no llevaba su identificacion, demonios que podia hacer...la meteria en la carcel.
-Hoffmann, Julia Hoffmann-respondio ella sensualmente-disculpe es que estaba trabajando...

El soldado arqueo una ceja, aquello parecio divertirle, se acerco un poco mas a la dama.
-Oh, ya veo-apoyo una mano sobre su hombro-señorita Hoffmann, ¿no le importaria enseñarme como trabaja usted? solo digo, por hacerle un favor a este humilde soldado que lucha por su amado pais y por sus ideales.

La joven suspiro, adopto un semblante seductor.
-por supuesto señor, todo sea por nuestra patria.
-Bien, sigame señorita-respondio el soldado risueño.

Pobre bobo, se estaba metiendo en la boca del lobo No podia dejarlo con vida, no podia identificarle de nuevo, solo era un estirbo mas en sus planes...lo que habia que aguantar a veces.

El soldado le llevo a un motel de mala muerte, vaya, que esplendido, pero bueno, para lo que iba a pasar.
Cuando llegaron al habitaculo, donde habia una sobria cama, el la empujo, a Julia no le dio tiempo de reaccionar, el se hecho encima de ella, agarrandola posesivamente, la mujer cerro los ojos intentando trazar una forma de salir airosa de esa situacion.

El aleman la beso, con fuerza, estaba realmente emocionado el hombre, quiza hace tiempo que no habia estado con una mujer, ella le correspondio de buena gana, gimiendo para darle mas realismo al tema.
-oh señorita...-susurro el, bastante exitado, paso una mano por la pierna de la joven.
Mientras ella no se habia separado de su bolso, se habia hecho con un puñal que llevaba.
-adelante, puede desnudarme si quiere-inquirio la joven traviesa.
Eso parecio encender al aleman, le levanto el vestido y volvio a hecharse sobre ella, manoseando todo lo que pillaba, era el momento perfecto.

La joven con el puñal en la mano, lo alzo y se lo clavo en la nuca, de la garganta del soldado salio un gemido ronco de agonia, la polaca empujo y se deshizo de el.
-Estupido aleman-dijo, con voz grave.
Se levanto de la cama y se puso bien el vestido, cogio su bolso, comprobo que aquel tipo estaba muerto, lo estaba.
Julia salio del habitaculo, cuidadosamente, tenia una mision mejor que hacer.

Fin.