Mi lado Femenino

CAPITULO XI: LA ANGUSTIA DE CATHERINE




Josephine había quedado muy intranquila luego de la reacción que había tenido el día anterior su querida Catherine. Las lágrimas de la castaña le hicieron replantearse cosas sobre la vida cotidiana de ella, en especial referidas a su padre.


—¨ Me pregunto si Catherine ya estará mejor. Después de la reacción de ayer no he podido conciliar el sueño, vaya…creo que desde que me he convertido en chica no he podido dormir bien. ¨


El agotado cuerpo de Josephine venia llevando unos días my acelerados y empezaba a pasarle factura la falta de sueño de la peli púrpura. Pese a todo ello, la preocupación principal de la chica era Catherine y quería sacarse las dudas acerca de ello, fue así que ella tomo su teléfono y llamo a la casa de la heredera de la fortuna Lorenz.


—Por favor Catherine contéstame.


—Hola, mansión Lorenz. — Se escucho una voz del otro lado de la línea, claramente se trataba del mayordomo de la casa.


—Hola, yo quisiera hablar un momento con Catherine, dígale que le llama Josephine, soy una de las chicas que estuvo ayer en la tarde.


—Un momento por favor, iré a ver si puede atenderla.


Pasaron apenas un par de minutos para que Josephine recibiera una respuesta del otro lado del teléfono.


—Señorita Josephine, lo siento, pero la señorita Catherine no está en condiciones de atenderla en estos momentos.


—Y-Ya veo…— Dijo con algo de desilusión. — Está bien le llamaré después, por favor avísele que se contacte conmigo ni bien pueda hacerlo, quede algo preocupada por lo que paso ayer.


—Claro, se lo diré y le agradezco su preocupación señorita Josephine, que tenga un buen día.


—Gracias… — Ya habiendo colgado el teléfono, Josephine quedo aún mas intranquila de lo que ya estaba, sentía como que Catherine trataba de evadirla por algún razón.


En tanto, Albert, mayordomo de la mansión de los Lorenz, fue a comentarle lo dicho por la amiga de la joven millonaria.


—Señorita Catherine, ya le dije lo que me pidió que le diga a su amiga.


—Muchas gracias Albert.


—Señorita Lorenz, no quiero entrometerme en sus asuntos, ¿pero no cree que debería hablar con esa joven?, parece en verdad muy preocupada por usted.


—Eso lo sé Albert, yo desde un principio me he dado cuenta la clase de persona que es Josephine, por eso la considero una amiga.


—Y ya que piensa que es una buena amiga, ¿no debería confiar en ella y contarle lo que le pasa?


—Quisiera poder hacerlo Albert, sólo que…


—Es por su padre.


—Como podría decirle a mi amiga que mis problemas son por culpa…de mi padre.


—Precisamente para eso están los amigos señorita Lorenz. Ellos están para contarles todo lo que nos pasa, tanto lo bueno…como lo malo. Piénselo bien, pero creo que estaría bien que hablara con esa chica, tal vez podría reanimarla un poco.


Albert se retiró dejando pensativa a Catherine sobre lo que debería hacer. Decirle la verdad acerca de su padre a Josephine, ¿sería bueno para calmar su angustia?


—¨ No puedo soportar callarme esto que tengo dentro de mí, pero si le digo… ¿acaso cambiara algo contárselo?, no…es demasiado difícil que cambie mi decisión, debo mantenerlo en secreto, pese a que Yvette sepa la verdad. ¨


Había comenzado un nuevo día y era hora de ir a la escuela, como todo lunes en el que empieza la semana de clases, todos los alumnos volvían con algo de pereza, pero para Josephine eso no era lo más grave, el estado de ánimo de Catherine y su rehúso a hablar con ella era lo que más le inquietaba.


—¨ Catherine, me siento tan inútil, creí que siendo una mujer podría ayudarme a estar más cerca de ti, a entenderte, sin embargo…parece que fuera todo lo contrario.¨


— ¡Josephine! — Escucho que le llamaba alguien y se daba cuenta que se debía a Aarón, su inseparable y pesado amigo. — ¿Cómo está la chica más guapa de la secundaria Gral. Martins?


—Ah, hola Aarón, ¿como estas? — Le contestó desanimadamente. — Perdóname Aarón, pero hoy quisiera estar sola, no estoy de buen humor.


— ¿Te pasa algo Josephine?, quizás fiebre, hormonas altas, la vejiga, ¿quieres que te lleve al médico?


Ya harta de él Josephine le contestó sin penarlo.


— ¡¿Qué no lo entiendes?, quiero estar sola! — Y se fue corriendo dejándolo asombrado a su amigo.


— ¡O-Oye espera, Josephine! — Pero la chica no lo escucho y siguió corriendo sin importarle que la llamara. — ¿Q-Que hice algo malo Josephine? — Aarón pese a ser un despistado total, se daba cuenta que en ocasiones podía a llegar ser una verdadera molestia, especialmente con Josephine a quien venía hostigándola desde que la había conocido. De todas formas la manera de gritarle de la muchacha en esa tonada de voz tan enojada nunca la escucho en boca de ella.


El día no era nada bueno para Josephine, quien sumándole su problema con su metamorfosis, también debía pensar en Catherine y los problemas que tendría la chica de sus sueños en su entorno familiar.


Luego de escaparse corriendo del pesado de Aarón y sus absurdas preguntas, Josephine se encontró en su camino con la persona con quien más deseaba conversar.


—C-Catherine…


—Buenos días Josephine. — Le dijo con una sonrisa aparentando normalidad.


—M-Me alegra que estés bien Catherine.


—Podemos hablar un momento…


— ¿Ahora?, pero…llegaremos tarde a clases y…


— ¡Por favor Josephine, es importante!


Viendo el gesto de seriedad que mostraba la chica al decírselo, Josephine no lo pensó dos veces y decidió acompañarla a un pequeño parque cercano al colegio, allí Catherine comenzó a relatarle parte del secreto que la peli púrpura tenia deseos de conocer.


—Ayer te trate muy mal tanto a ti como a Lina, de verdad lo siento Josephine.


—No tienes que disculparte Catherine, fue mi culpa por preguntarte cosas personales, la próxima vez tendré más cuidado.


—No es verdad, se que tú lo hiciste porque te preocupabas por mi y por ser una buena amiga. Es por esa razón que he decidido contarte la verdad.


— ¿La verdad?


—Sí, la verdad sobre mi padre y sus negocios.


Josephine se sentía especial al ser lo suficientemente confidente de ella, tanto como para que le contara algo tan secreto con respeto a su vida privada.


— ¿Recuerdas lo que menciono Yvette acerca de los negocios corruptos de mi padre?


—Si lo recuerdo.


—Bueno, uno de los importantes empresarios que fueron estafados por mi padre es precisamente Ronald Bowery, el padre de Yvette.


—Catherine… ¿estás admitiendo abiertamente que tu padre es un estafador?

​

Catherine trataba de ser fuerte pero lentamente su corazón comenzaba a destruirse al recordar las sucias jugarretas de su padre.


—Es que… ¿Cómo se puede negar algo que es verdad Josephine?, mi padre le mintió a Ronald Bowery, aún siendo este un buen amigo suyo, él no tuvo ningún remordimiento en estafarlo y dejarlo casi en la bancarrota.


—Pero tengo entendido que Yvette sigue teniendo una gran fortuna.


—Eso es lo que todos piensan en la escuela, pero la verdad es…que Yvette no tiene una vida tan fácil como muchos creen, y eso lo sé porque…en alguna oportunidad fuimos amigas.


— ¿Tú…amiga de Yvette?


Catherine ya no podía resistirlo más y se largo a llorar, el dolor que su alma sentía era inmenso y muy difícil de soportar para cualquier ser humano.


— ¿Por qué Josephine?, yo amo a mi padre, pero las cosas que él hace, que le causan tanto daño a los demás, también…me lastiman a mí y él parece no entenderlo.


No soportando verla con ese desconsuelo, Josephine se acerco a ella sin ningún temor y la abrazó con fuerza, dándole esa calidez y consuelo que tanto parecía necesitar Catherine.


—No sé qué decir para que te sientas mejor, no sé cómo hacer para que no estés triste, pero quiero que sepas…que estaré contigo siempre Catherine.


Casi como si fuera la medicina perfecta a su desolado corazón, Catherine también devolvió el abrazo de su amiga con la misma fuerza y calidez.


—Gracias…Josephine, yo…estoy feliz de tenerte como mi amiga.


—¨ Aunque sea de esta manera, pero yo siempre…estaré contigo, te lo prometo.¨




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CAPITULO XII: SALIENDO DE APRIETOS




Luego de pasar un inconveniente personal, Catherine y Josephine se estaban preparando para la competencia que se llevaría a cabo dentro de siete días, camino al colegio ellas ya iban planeando su estrategia para dicha competición.


—Vamos a tener que estar en todos los detalles del auto para la carrera Catherine.


—No te preocupes, le hemos pedido al mecánico amigo que prepare el auto de la mejor manera para que no pase nada.


—De todas formas me gustaría estar más al pendiente del vehículo por mi propia cuenta, no me gusta delegarle todas las responsabilidades a otra persona, por más que se trate de un profesional.


—En eso estas acertada, yo también pensaba lo mismo, si quieres después de clases le podemos echar un vistazo al vehículo, eso sí, tendrá que ir Lina con nosotras que sabe más del asunto.


—Sí, me había olvidado que esa brabucona esta en nuestro equipo. — Dijo algo desilusionada.


—Estas exagerando, yo creo que Lina tiene su lado bueno, es más, pienso que ella en verdad es una chica muy dulce.


—Vaya, si es así como dices entonces debe estar guardándolo muy bien. — Imaginarse a Lina dulce, si la había visto como una alumna muy reservada en clases, ya que participaba muy poco de las conversaciones, pero al perecer la verdadera Lina era aquella chica explosiva que en reiteraras ocasiones la agrede con calificativos como, ¨Tetona o pechugas de dirigible, o melones en exceso, o… — ¡Ya es suficiente de ejemplos escritor! — Perdón Josephine…sigamos.


Una multitud de alborotados adolescentes estaban en la entrada del colegio viendo algo que estaba pegado en las paredes del mismo, parecía ser que se trataban de algunos afiches de publicidad.


—Wow, va a ser grandioso ir a esa carrera. — Mencionaba un alumno.


—Seguramente será fantástica, y los pilotos que habrá son hermosísimas. — Le seguía otro de los estudiantes, ya detrás de ellos se arrimaron Josephine y Catherine, algo sorprendidas por tanto tumulto.


— Oigan, ¿qué pasa aquí?, ¿Por qué tanto revuelo?


— ¡Miren, la chica del cabello púrpura!


— ¡Sí, es ella!


— ¡Vamos a apoyarlas en este desafío hermosas!


— ¿De qué están hablando? — Josephine seguía sin entender.


En eso Catherine se puso a mirar uno de los afiches y se dio cuenta que era un cartel con las imágenes de ellas dos y de Yvette. Se trataba de un anuncio muy llamativo a color con el próximo desafío entre las chicas más sexys del colegio.


—Parece que Yvette se está encargando de darle mucha publicidad a esta carrera. — Decía Catherine mientras miraba el cartel.


—Es cierto, que chica mas exagerada, mira que hacer semejante afiches por una simple carrera.


— ¡No es una simple carrera tetona! — Dijo detrás de ellas Yvette, quien acababa de llegar al colegio junto a sus amigas. — Con esta competencia voy a demostrarle a todo el colegio quien soy yo, nadie se acordará de ustedes dos cuando esto termine.


—Espero que sepas correr como hablar ricachona. — La desafiaba Josephine


—Que gane la mejor Yvette. — Se le acerco Catherine dándole la mano.


—Tú no te me acerques Catherine, está más que claro que vas a perder, ahí disfrutare humillándote, vámonos chicas.


Al alejarse el trió de arpías (como las había bautizado Josephine), precisamente la peli púrpura se arrimo a donde estaba Catherine que parecía algo decaída.


—No debes preocuparte Catherine, estoy convencida que les ganaremos.


—Es que no estaba mal por la carrera Josephine.


— ¿Entonces?


—Es que…aun conservo la esperanza de hacer las paces con Yvette.


Josephine no lograba entenderla, ella no veía las cosas de la misma manera que su amiga.


—En verdad no te entiendo Catherine, Yvette hace todo lo posible por molestarte, ¿y tú quieres hacer las paces con ella?


—Ya te lo había dicho Josephine, Yvette en algún momento fue mi amiga y aunque no lo creas, ella es una buena persona, casi igual que tú.


—Puede que digas eso Catherine, pero creo que eres demasiada buena con la gente.


Por alguna razón esa frase le hizo recordar algo a Catherine, o mejor dicho…alguien.


—Qué curioso… es lo mismo que suele decirme el chico que me gusta.


Josephine veía a la joven y notaba el rubor en sus mejillas, no cabía dudas que ese chico significaba mucho para ella.


—¨ Otra vez lo mismo, ella está en verdad interesada en ese chico, maldición…no puedo soportar hacerme la idea de verte con otra persona.¨


Catherine notaba lo dispersa que se veía su compañera y quería averiguar que le sucedía.


—Oye…Josephine.


— ¿Eh?, ¿q-que paso? — Preguntó la chica de los enormes pechos ya de vuelta en la tierra.


—Estabas distraída.


—Yo, bueno, veras…


—Es extraño, pero he notado que cuando te hablo de este asunto te dispersas bastante.


—Tú... ¿Crees eso?


—Sí, sabes, si tú en vez de ser una chica fueras un chico, pensaría que estas interesado en mi.


— ¡¿C-Cómo?!


—Jajajaja, sólo bromeo, pero la verdad lo que me parece es que tu también tienes alguien que te gusta, ¿me equivoco?


—Y-Yo…— Josephine estaba acorralada ante la pregunta de Catherine y para peor, ella se había vuelto muy insistente con el asunto.


—Vamos, no seas mala Josephine, dímelo, ¿Quién te gusta? — Catherine se había acercado tanto al rostro de la chica James, que este se estaba acalorando a más no poder. — Josephine, estas totalmente roja, ¿Qué te pasa?


Por más que quería decir algo, Josephine no podía articular ni una sola palabra, estaba en una situación muy extraña, era un conjunto de sensaciones demasiados fuertes para explicar, pero algo si era claro, ella se encontraba sumamente feliz.


—S-Si, m-me gusta, a-alguien.


—Lo sabía, lo sabía. — Decía la feliz e impaciente Catherine. — ¿Me vas a decir quién es?, vamos, somos amigas, prometo mantenerlo en secreto.


— ¿Eh?, p-pues veras…


—Sí, te escucho


—A-A mí, me gusta…


— ¿Quién?, ¿quién? — Estaba demasiado apurada por saberlo la dulce Catherine, afortunadamente una persona ayudo a salir de tan incómoda situación a nuestra amiga Josephine.


— ¡Josephine! — Como si estuviera atraído por un poderoso imán, el molesto Aarón (lamento lo repetitivo del calificativo para este muchacho, pero… ¿Qué mas se le puede decir?) — Apareció ante las chicas interrumpiendo su tan interesante charla.


—Oh, llegaste en un mal momento Aarón, justo Josephine tenía algo muy importante que decirme. — Se lamentaba por la interrupción Catherine.


— ¿Ah sí?, ¿y de que hablaban?


—N-No tiene importancia Aarón — Se apresuró a decir Josephine. — De todas formas, ¿Qué te trae por aquí?, tú sueles venir más tarde siempre al colegio.


—Es verdad, vine exclusivamente para traerte un obsequio Josephine.


— ¿Un obsequio?, ¿para mí?


—Sí, es que me enteré de la competición que estaban por disputar con Yvette, y me dije a mi mismo, no puedo dejar a mi querida Josephine correr en un vehículo sin darle un regalo para la suerte.


— ¿Para…la suerte?


—Aquí tienes, ábrelo. — Aarón le dejo en sus manos un paquete con un bonito envoltorio y pese a tratarse de un obsequio de este tarado, Josephine no podía dejar de ver cuál era su contenido. —Espero que te guste.


— ¿Q-Qué…significa esto? — Pregunto al ver lo que había adentro.


—Imagine que al correr en un auto necesitarías de un traje de piloto de carreras, y… ¿qué te parece?


—Aarón Thompson… — Por la tonada de voz que tenia Josephine, uno podría imaginarse que el regalito no era del todo agradable para ella. — Esto es…esto es… ¡Esto es un bikini, maldito depravado!


— ¿Qué ¿ No te gusto?


— ¿Que si no me gusto?, ahora veras si me gusto o no. — La peli púrpura con fuego en sus ojos, salió a correrlo por toda la escuela para darle una buena golpiza a su tonto amigo y saben que… se lo tiene bien merecido, dale fuerte Josephine.




PROXIMO CAPITULO: ÚLTIMA PRUEBA

 

CAPITULO XIII: ÚLTIMA PRUEBA




Faltaban solos tres días para la gran carrera de la que todos hablaban, y el Team… (Por cierto aún no le pusieron nombre al equipo), bueno, el grupo conformado por Josephine Catherine y Lina, ponen en marcha los últimos detalles de cara a la competición, o eso creían.

​

—Con esto ya está listo. — Decía Lina mientras acomodaba algunas de las partes refaccionadas del Chevrolet, el cual Catherine usaría en la carrera. — ¿Y qué les parece?, ¿no quedo mejor?


Catherine estaba más que conforme con los arreglos del auto hechos por Lina, en cambio Josephine…


—Es una porquería.


— ¡¿Cómo dices?!


—Ya Josephine, el auto quedó muy bien, no digas esas cosas. — Pobre Catherine siempre en el medio de estas dos, tendría que ser juez o algo por el estilo.


—Oh, por favor Catherine, no la defiendas. En primer lugar este auto debe ser de los más veloces en todo el mundo, ¿Cómo esta arrebatada puede mejorarlo?, estoy segura que ahora ni siquiera arranca.


—Con que piensas eso, ¿eh? — Pregunto Lina aguantándose las ganas de estrangularla.


— ¡Por supuesto que sí!


— ¿Y por qué no lo pruebas tu misma tetona y te sacas las dudas?


— ¡Pues eso iba a hacer ahora mismo!


Josephine se dirigió al auto y se sentó de inmediato, ya comenzaba a preparar motores y arrancar el auto y así cerciorarse si este estaba en las mejores condiciones para la carrera, tal como lo afirmaba Lina.


—Ya te arrepentirás de lo que dijiste cuando lo pruebes.


—Eso ya veremos, haber…oigan, se robaron el volante.


¿Alguien le aviso a Josephine que es un auto de carreras?


—J-Josephine.


— ¿Qué pasa Catherine?


—Aquí está el volante Josephine, es desmontable.


— ¿Desmontable…? ¡Ah sí desmontable! — Fingiendo conocer sobre el asunto.


—No sabes nada de esto, ¿verdad?


— ¡Claro que conozco de autos de carreras Lina, solo fíjate!


Josephine insistía en afirmar que conocía el asunto, pero algunas de las cosas que estaba haciendo daban a entender que no tenía tan claro el tema, mas sin tenemos en cuenta que seguía con el volante en la mano sin colocarlo al auto. (Creo que va a ser difícil que manejes sin él jovencita)


— ¿Acaso estas analizando el volante que no lo colocas en el auto?


— ¡Esto es tu culpa Lina, ¿Por qué me desarmaste el auto antes de que empezara a correr?!


— ¡La culpa es tuya por ser una lela e ignorante!


—Cálmense chicas, mira Josephine, el volante es desmontable solo tienes que colocarlo así. — Le decía la amable Catherine mientras la ayudaba con el volante. — Ya esta, ahora si puedes arrancarlo.


—G-Gracias Catherine, tú sí que eres amable, no como otras. — Mirándola a Lina.


—Dime lo que quieras, al menos yo conozco sobre esto. Espero que sepas ponerlo en marcha.


—Como si fuera tan difícil.


—Para ti todo es difícil pechuguín.


Bueno, en esta ocasión Josephine si pudo ponerlo en marcha y salió embalada a dar una pequeña vuelta por la ruta, para probar el tan veloz vehículo que había refeccionado la especialista en autos Lina.


—Vaya, sí que es veloz, más de lo normal. Quizás esa cabeza hueca tenga algo de talento en esto, no es de extrañarse, se viste media marimacho, cualquiera diría que es un veredero mecánico.


Josephine no podía negar que el auto estaba en perfectas condiciones y muy veloz al fin, así que debería darle crédito por el trabajo hecho a Lina. Cuando ya se decidió por finalizar la vuelta de pruebas, la peli púrpura tomo el retorno al punto de salida, en donde se encontraban sus amigas.


—Y bien pechuguín, ¿Qué vas a decir ahora?, esta veloz, ¿sí o no?


—Que te pareció el auto Josephine. — Le preguntaba con inquietud Catherine.


—Este auto de por sí ya es muy veloz. — Contestó ella.


—Otra vez dices lo mismo, te he dicho que… — Lina se estaba encabronando de nuevo por no querer reconocerle su trabajo.


—Pero…


— ¿Huh?


—Creo que con los arreglos que Lina le hizo, es diez veces más veloz. Supongo…que debo felicitarte, buen trabajo.


Por primera vez Josephine reconocía la mano de Lina, y esto era sorpresivo inclusive para su receptora.


—Ja, gracias pechuguín.


—De todas formas… ¡Podrías sacarme este volante, me está apretando mucho! — Los voluptuosos pechos de la joven estaba un tanto apretadnos contra el volante.


—Vaya, si que eres…tetona.


—Creo que vas tener que refeccionar el interior del auto Lina, me parece que va a necesitar un poco mas de espacio. — Dijo Catherine sonriendo y un poco más calmada al ver que las dos chicas parecía que se llevarían un poco mejor.


Catherine también se puso a probar el auto, mientras que su amiga Josephine comenzó a sentirse cansada y se puso a dormir dentro de otro vehículo que tenia la millonaria chica en su casa.


—Creo que Catherine es demasiada tranquila para manejar. — Dijo Lina viendo a Catherine manejar su tan veloz auto a una velocidad que inclusive una persona caminando la alcanzaría. — Tendrás que manejarlo tú al auto, Josephine… ¿Josephine? — Por más que la llamada su compañera estaba en un profundo sueño, se sentía muy agotada, tal vez los últimos días habían resultado muy estresantes para la sex simbol del colegio. — Vaya, está profundamente dormida.


En eso Catherine se arrimo a donde estaban sus amigas, luego de probar el auto.


—Lina, el auto esta excelente, lo has dejado en perfectas condiciones para la carrera.


—Gracias Catherine, pero para serte sincera, manejas demasiado despacio. Creo que lo mejor será que Josephine maneje y tú seas el copiloto.


—Bueno, es que en cierta forma, esto también es un deporte y yo ya les había aclarado que soy mala en ello.


— ¿Entonces estás de acuerdo con que sea Josephine quien lo conduzca?


—Por supuesto, yo también pensaba que ella sería la indicada, por cierto, ¿Josephine está de acuerdo también?


—No he tenido tiempo de decírselo, mírala. — Le señalo a la joven como descasaba placenteramente en ese auto importado.


—Vaya, se ha quedado dormida. — En ese momento Catherine recordó que hacía poco ella tuvo una pequeña discusión con Josephine, y a causa de ello, la peli púrpura no había logrado conciliar el sueño debido a la angustia que sentía por estar peleado con ella. — Creo saber porque esta tan cansada.


— ¿Ah sí?


—Josephine se sintió muy apenada con la discusión que tuvimos en casa. Cuando volví a hablar con ella me di cuenta que no había podido descansar tranquila pensando en ello.


— ¿Lo tomo tan gravemente?, a mi me pareció una discusión como cualquier otra.


—Es que ella…parece que le interesa mucho su amistad conmigo. Es la primera vez que conozco a alguien como Josephine o en realidad…


— ¿Huh?


—Es la segunda persona que se comporta así conmigo. — Menciono con una sonrisa nostálgica llena de sentimientos, cosa que Lina pudo notar con facilidad.


—Catherine, ¿en quién estas pensando? — Le pregunto Lina con inquietud, sabiendo que su amiga había recordado a alguien importante para ella.


—Pienso…en el chico que me gusta.


— ¿El chico que te gusta?


—Sí, me refiero a…James Garden. —Mencionó con una hermosa sonrisa.


La cara de Lina había cambiado y esa habitual amabilidad que tenía con Catherine al parecer estaba a punto de cambiar. Mientras, Josephine no se enteraba de nada de lo sucedido por seguir en su profundo sueño.




PROXIMO CAPITULO: EQUIPOS EN MARCHA

 

CAPITULO XIV: EQUIPOS EN MARCHA




Una multitud de gente se encontraba reunida en el autódromo de la ciudad para ver la tan esperada carrera, en la cual competirían quizás las principales bellezas de todo el colegio Gral. Martins. Era mucha la expectativa, en especial del público masculino.


— ¡Vamos Josephine, tu ganaras!


— ¡Yvette eres la mejor!


Las pancartas con el nombre de ambas chicas se podían divisar en todas las tribunas, la pelea de fanáticos se veía muy pareja, por lo visto las dos eran personas con muchísima convocatoria.


—Wow, nunca creí que estas dos fueran tan populares. — Decía asombrada Sasha Leising, una muchacha de cabello color rosa que apenas llegaba hasta sus orejas y brillantes ojos color celeste. Esta joven pertenecía a la misma clase de Josephine.


—Estas muy desactualizada Sasha, no conocer a las dos ídolas de la escuela. — Le contestaba Myah Forrester, joven estudiante que también pertenecía a la misma clase de Josephine. La chica cuyo color de cabello era rojo hasta su cintura y de ojos azules, era miembro del club de ciencias, se la conocía por su gran inteligencia, más si tenemos en cuenta que ella había salteado un grado debido a su enorme intelecto.


—Bueno sabía algo de su fama, pero esto me parece demasiado, incluso el autódromo está totalmente lleno. Pero no creí que tú sabrías sobre la popularidad de ellas, pensé que esas cosas no te interesaban.


—Es muy lógico, ¿has visto al público?


Ante la pregunta de Myah, Sasha le echo un vistazo a la gente que había, para ver si encontraba alguna particularidad entre el público presente.


—Ahora que lo dices, parece que por lo menos el 80% de la gente son chicos, es asombroso.


—Es la habitual euforia de los muchachos ante su desesperación por causa de las hormonas.


— ¿Qué quieres decir?


—Quiero decir, en breve palabras, que los chicos están totalmente excitados con ellas, míralas bien y te darás cuenta.


Al ver a las voluptuosas Josephine e Yvette que estaba acomodándose en sus autos, claramente se dio por entendida.


—Esos pechos….sus traseros… ¿son alienígenas?


—Hay que reconocer que son bastante marcadas sus curvas, ¿qué chico no se volvería loco con eso?, me pregunto si esas medidas son normales en las adolescentes…


—Cómo es posible, sus pechos… son más grandes que los de mi madre, y que los míos también, ¡Inclusive si fusionara mi cuerpo con el de mi madre no serian tan grandes! — Dijo con desesperación y asustando un poco a su compañera.


—Oye, ¿tienes algún complejo con tu cuerpo?


— ¡Claro que no! — Respondió histérica


—Bueno, yo sólo decía, pero si quieres conozco a un buen cirujano plástico que te los dejara enormes.


— ¡No los quiero enormes!


—Imagino que serian de mucha carga para ti, supongo que será mejor que los sigas teniendo así de planos, igual que una niña de siete años. — En caso que Sasha tuviera algún complejo con su cuerpo, su amiga se encargo de…acrecentarlo.


Mientras tanto, el equipo ¨Pechuguín¨, como finalmente lo denomino Lina, se alistaba para el inicio de la carrera.


— ¿Equipo pechuguín?, ¿es una broma?


—Oye, es lo único que se me ocurrió en el momento de inscribirnos, además, ¿qué importancia tiene?


— ¡Es un nombre ridículo!, ¿en tu cabecita no se te paso otro tipo de nombre?, como por ejemplo ¨Las relámpago¨ o ¨ Turbina Flowers¨. — Josephine comenzaba a sospechar que sus atributos eran un tanto…recurrentes y buscaba mejores nombres u algo así.


— ¿Turbina Flowers?, ¿y me dices a mí que bromeo?


— ¡Pues es mucho mejor que equipo Pechuguín!


Cuando las cosas parecían que estaban más clamas, otra vez un pequeño cambio de opiniones volvía a diferenciar tanto a Lina como Josephine, y como una buena mediadora (ya tendrían que darle el diploma), Catherine calmo la situación a su manera, con suaves palabras reconciliadoras.


—Josephine, no te enojes tanto, el nombre me parece muy bonito, además Lina seguramente quiso hacerte un homenaje.


—¨ ¿Cono puedes decir eso Catherine?, ¿no será que Lina le contagia la idiotez? ¨


—En fin, ya las inscribí con ese nombre, así que no hay vuelta atrás. — Decía Lina finalizando la discusión.


—Maldición, haré el ridículo. — Seguía protestando Josephine.


En eso Yvette se les acerco a ellas con un claro objetivo, molestarlas antes de la carrera.


— ¿Qué pasa?, ¿ya están nerviosas por saber que perderán conmigo?


—Nada de eso Yvette. — Le contestó Lina minimizando el conflicto interno del grupo. — Sólo que a Josephine no le gusta el nombre del equipo.


—Ah sí, el equipo ¨ Pechuguín¨, si que estuvieron inspiradas chicas.


— ¿Acaso tú fuiste mas ingeniosa con el nombre?


— ¡Claro que sí!, ¡Míralo tú misma! — Yvette se puso de espalda para enseñarles el nombre del equipo que estaba escrito en su traje de piloto. En realidad solo eran unas iniciales.


—L.D.D.L.P.Q.S.L.P, ¿Qué significa eso Yvette?


—¨ Las Diosas de las pistas que siempre llegan primeras.¨ — Les decía orgullosa y tomando un poco de respiro al decirlo.


—E-Es un nombre…muy bonito. — Dijo Catherine con su habitual simpatía.


— ¿Crees que te alcance el auto para escribir ese nombre? — Le preguntaba Josephine a la vez que pensaba de dónde sacó semejante nombre.


— ¿Por qué lo dices?


— ¿No es un tanto largo ricachona?


— ¿Largo?, que tontería, es el nombre más corto que se me ocurrió.


—El más corto…¨ Que ganas de gastar palabras tiene esta ricachona.¨


Luego de su tan amistosa charla, ambos equipos iban a dirigirse a la pista para la gran carrera, como todos la denominaban, pero había un ferviente fan que quería desearle suerte al Team Pechuguín (¿Acaso pensaron que el fanático numero uno de Josephine faltaría?).


— ¡Josephine mi amor! — Gritó entrando a las corridas el joven fanático.


—No es posible…otra vez él. — Se dijo lamentándose.


— ¿Cómo estas Aarón?, ¿qué raro que estés aquí? — Dijo sonriéndole Catherine.


—Es que quería darle suerte a mi reina antes de la carrera.


— ¡¿Quién es tu reina?! — Le dijo golpeándole la cabeza.


Lina miraba con extrañeza al alborotado chico.


—Oye Catherine, ¿De dónde salió este tarado? — Preguntaba discretamente.


—Oh, Aarón es el admirador numero uno de Josephine.


Mientras que Lina investigaba sobre el muchacho, este seguía tratando de abrazar a Josephine para darle todo su afecto para la competición, a lo que recibía como respuesta varias técnicas de Karate que la peli púrpura practicaba con él, (El ver tanto tiempo películas de Chuck Norris sí que le habían servido a la chica James)


—Es un verdadero idiota. — Terminaba diciendo Lina al ver el tonto comportamiento de Aarón.


—Pero en el fondo es un buen muchacho. — Repitió Catherine. — Después de todo es el mejor amigo de James.


— ¿Cómo dijiste?


—Como lo oyes, Aarón es el mejor amigo de James, siempre ha estado acompañándolo desde que lo conozco.


—Ese tipo… ¿amigo de James?


—Imagino que James también ha visto algo bueno en él para que lo eligiera como su amigo, se nota que conoces poco sobre su vida.


—¨Es verdad lo que dice Catherine, yo sé muy poco sobre la vida de James, en cambio ella…¨ — La preocupación invadía a Lina en su deseo de no perder con Catherine en cuanto al afecto…del chico que les gustaba.




PROXIMO CAPITULO: FINAL AJUSTADO

 

CAPITULO XV: FINAL AJUSTADO




Los motores estaban en marcha y con la bandera a cuadros a la vista de todos, la tan ansiada carrera de ídols de la escuela daba comienzo. Al iniciarse se veía que ambos autos eran muy veloces, tanto el Chevrolet que manejaba Josephine, como el Toyota que piloteaba Yvette.


—Wow, este auto parece estar más veloz que nunca Catherine, es genial.


—Sí lo es. — Contestaba Catherine un poco temblorosa.


— ¿Qué te pasa Catherine?


—Es que no creí que fuera tan rápido. — Decía agarrándose de cualquier parte del auto que tuviera cerca.


— ¿Acaso tienes miedo?


—Un poquito, jejeje, pero ya se me pasará.


—Tú no te preocupes Catherine, recuerda que yo estoy al volante, estas en las mejores manos, ya vas a ver.


—S-Si, confió en ti Jose, ¨ Eso creo.¨


Josephine seguía pisando el acelerador, algo excitada de ir a tanta velocidad, desde la base del team Pechuguín, iban siguiendo detalladamente su comportamiento en la pista.


—Oye, tetona. — Le llamaba desde su radio Lina a su piloto.


—Aquí turbina, cambio.


— ¡Déjate de hacerte la tonta Josephine!, y no aceleres tanto de golpe vas a sobrecargar el auto demasiado.


—Ey, Ey, ¿De qué estás hablando cuatro ojos?, se supone que este es un auto de carreras, ¿cuál es el chiste si no puedo ir rápido?


—Claro que es para ir rápido, pero no te emociones de más, recuerda que la carrera consta de 22 vueltas.


—Pues las pasaré en un abrir y cerrar de ojos, ¿verdad Catherine?


—Ahhh. — Catherine en su actual condición era difícil que le contestara, su rostro claramente lo mostraba.


—Oye Catherine, estas pálida.


—Creo…que voy a… — Se tapaba su boca antes de devolver lo ultimo que comió antes de la carrera.


—E-Espera Caty, aguanta un poco más. — Otra vez Josephine recurría a su jefe de equipo. — Cuatro ojos, tenemos un problema aquí.


— ¿Y ahora qué pasa? — Ya que en apenas tres vueltas la llamara dos veces era un poco pronto para Lina.


—Mi copiloto está fuera de combate.


— ¿Fuera de combate?, ¡¿Qué quieres decir con eso?! Esto no es una pelea pedazo de bestia.


— Tú eres la bestia, te estoy diciendo que Catherine no puede seguir, está descompuesta.


— ¿Está embarazada?


— ¡Claro que no, ¿Cómo se te ocurre?!


—Y yo que sé, ¿Qué es lo que le pasa?


—Es que por lo visto no resiste ir a alta velocidad, hey Catherine, ¿Cómo sigues?


La chica seguía manteniendo su cabeza fuera por la ventanilla del auto, tomando un poco de aire y bueno, dejando algunos kilitos de más en el camino.


—Sigo igual Josephine, pero creo que les estoy arruinando la pista. — Nuestra dulce amiga estaba dejando su marca en la pista de carrera y vaya que lo estaba haciendo, hasta la gente podía verlo desde las tribunas del circuito.


—Oigan, están tirando pintura de ese auto.


—Creo que eso…no es pintura precisamente.


Cuando la gente del publico empezaba a darse cuenta de lo que salía del auto de Josephine, ya los gestos de asco de la mayoría podía verse e inclusive a descomponer a mas de una persona.


— ¡Que olor mas asqueroso!


— ¡¿Qué comiste muchacha?!


Los murmuros de la gran mayoría estaban haciendo que la pobre Catherine se sintiera avergonzada, para colmo también la culpa la acechaba por no ayudar a su compañera en la carrera.


—Perdóname Josephine, no he hecho más que estorbarte. — Repetía entre lágrimas mientras bajaba a los boxes para recuperarse de su descompostura.


—No te preocupes por eso Catherine, lo importante es que estés bien.


—La tetona tiene razón, no es necesario que te preocupes y mucho menos que llores.


—Es que no es solo por no poder ayudarlas, la gente…no tendré cara para ver a la gente después de este papelón.


Josephine como buena amiga de Catherine, se sentía miserable en no poder ayudarla, así que de inmediato volvió al auto no sin antes prometerle que ganaría la carrera por ella.


Cuando la gente vio salir a su admirada Josephine (sobre todo el público masculino), de inmediato se levantaron para echarle porras, alentándola a ganar.


— ¡Tu puedes hermosa!


— ¡Adelante, estamos contigo!


Obviamente, había cierto personaje entre el público que resaltaba su fanatismo por Josephine.


— ¡Vamos mi amor, si ganas la carrera te daré un lindo premio! — Gritaba con fuerza Aarón mientras levantaba una bandera gigante con una imagen de él y dicha chica abrazándose como si fueran verdaderamente novios (Claro está la imagen estaba trucada)


—¨ Ese idiota… no hace más que confundir a la gente.¨


—Aquí jefa de equipo, cambio. — Le llamaba Lina desde la base del equipo.


— ¿Ahora qué quieres Lina?


—Yo no quiero nada tetona, pero Catherine desea decirte algo.


—Josephine, yo sólo…quería desearte buena suerte. — Le decía con lo poco de voz que tenia, aún pálida después de su descompostura tan inesperada.


—Muchas gracias Catherine.


El ánimo brindado por Catherine, para la chica James significaba mil veces más que el aliento que estaba recibiendo por el resto del público. Esa inyección de confianza hizo que la joven diera todo de sí para derrotar a Yvette, que por cierto ya se había alejado bastante de nuestra amiga.


Y con una gran ventaja…


—Qué diablos, ¿dónde demonios estará esa pechugona?, ¿acaso le habré sacado tanta ventaja a esa idiota? — Yvette miraba por el espejo para ver si había señales de su rival, pero nada, nada de nada, solamente una pista vacía y ella solitariamente ganando. — Esa Josephine…resulto ser una incompetente.


Pero para decepción de Yvette, un velocísimo auto Chevrolet venía a toda prisa por detrás de ella, pese a haberle dado de ventaja prácticamente más de una vuelta.


—Ahí viene esa inútil, pero no podrá… — El auto de Josephine, casi igual que un rayo, sobrepaso la Toyota de Yvette. — ¡¡Q-Que?! Esto es imposible.


— ¡¿Cómo te quedo el ojo ricachona?! — Josephine le sacaba la lengua desde la ventanilla del automóvil sin prestarle atención a la ruta, lentamente el auto se le estaba desviando de la ruta y los nervios de la jefa del equipo estaba a full.


— ¡Presta atención a la pista, cambio!


Esa suave advertencia de Lina fue suficiente para que la chica con las mejores medidas en todo el colegio, tomada nuevamente el volante y se concentrada en la pista.


—Perdón cuatro ojos, cambio.


—Que facilidad tiene Josephine para alterarme. — Decía en voz alta Lina mientras que su acompañante que ya se había recuperado bastante, seguía sumamente nerviosa la carrera de su amiga.


—¨ Vamos Josephine, se que puedes hacerlo.¨ — Imploraba por dentro Catherine y rezando por el éxito de su compañera.


La carrera seguía y la feroz contienda que tenían Yvette y Josephine era impresionante, ya que ninguna de las dos dejaba de insistir a conseguir la tan ansiada victoria y ponerse al frente de su oponente ante los ojos del público.


Era ya la última vuelta y los dos coches iban a la par y toda la gente que era testigo de la carrera seguía con suma emoción el desenlace de la misma. Quizás por un toque de suerte y una milimétrica diferencia, el final resulto victoriosa la nueva ídol del colegio Josephine Flowers, finalmente había logrado vencer a la ricachona y el festejo no se hizo esperar ni un segundo en las instalaciones del equipo Pechuguín.


— ¡Lo consiguió, la descerebrada lo consiguió! — Lina abrazo con fuerza a Catherine sin tener ningún cuidado por la reciente enferma, pero dado el caso no importaba ya que las dos estaba felices.


— ¡Sabia que lo conseguiría, esa es mi amiga!


La gran victoria había logrado no solo poner en su lugar a la soberbia Yvette, sino que también impulso aun más la fama de Josephine, que ahora era conocida por su colegio, pero también esa popularidad se esparció a lo largo de todo el estado, era el inicio de una nueva vida para nuestra chica James.


—M-Maldición…yo he perdido ante esa tonta, jamás…me lo perdonaré. — Con resignación pero aun con mucha bronca, Yvette observaba a su distancia los festejos de la nueva celebridad del Gral.Martins




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CAPITULO XVI: RECIBIMIENTO DE CAMPEONA




La gran victoria que Josephine había conseguido ante la hasta entonces celebridad del colegio, Yvette Bowery, no solo logro que nuestra amiga derrotara a la tan arrogante joven, sino que también ayudo a elevar aun más de lo que estaba su moral y su fama a lo largo de todo el estado.


— ¡Josephine, apresúrate o llegaras tarde! — Le llamaba desde la cocina la señora Garden.


— ¡Ya voy ma...Digo, señora Garden!, ¨ Caray, como me duele todo el cuerpo, creo que me pase una semanita agitada, menos mal que al final todo resulto bien. ¨ — Mientras lentamente se levantaba de la cama, Josephine recordó algo que pasó el día anterior.


Flashback:


— ¡Gane, gane! — Josephine salía disparada del auto para festejar junto a su equipo.


—Felicidades tetona, no lo hiciste nada mal.


—Gracias Lina. — En eso la peli purpura busco con la mirada al objetivo de su amor, cuando la vio pudo notar la expresión de felicidad que tenía su amada chica.


—Lo conseguiste Josephine.


—Te dije que lo lograría. — Le respondió levantándole el dedo pulgar sin poder ocultar su satisfacción.


En ese momento Catherine quiso olvidarse de su habitual timidez y relajada expresión y salió a abrazarse con su querida amiga, sin duda Josephine se sentía de nuevo en el cielo o en uno de sus tantos sueños.


—¨ Catherine, como me gustaría que me siguieras abrazando por tres o cuatro horas más si fuera posible. Su piel, su olor, me gusta todo de ella. ¨


—Bueno, por favor terminen con esta cursi escena que me comienzo a enfermar.


La dulce Catherine solía confundir algunas cosas, y esa molestia de Lina también la confundió bastante, ya que lo primero que pensó era que la mujer experta en autos quería abrazar también a la ganadora de la carrera.


—Adelante Lina, puedes felicitarla si quieres.


— ¿A qué te refieres?


—Vamos abrázala, sin pena.


— ¡Por nada del mundo lo haría!


—No te resistas, se que quieres hacerlo. — Seguía insistiéndole Catherine.


— ¡Ya te dije que no Catherine, y es mi última palabra!


—Sí que eres terca Lina, como te gusta ocultar tus sentimientos.


Pero en gran parte del autódromo había miles de personas que si querían tener el gusto de acercarse a nuestra triunfante jovencita y entre ellos estaba…


— ¡Josephine mi amor, felicidades! — Aarón como si fuera un torpedo espacial, salto hacia los brazos de su amada luego de esquivar una multitud de personas que querían entrar a saludarla.


— ¿Q-Que haces idiota? — A esas alturas Josephine sabía que debía guardar algo de fuerzas para sacarse al pesado de su amigo, era como tener un repelente para los mosquitos que tanto nos molestan en las noches, aunque para la chica era mucho más reconfortante aguantar a los mosquitos que a esta garrapata llamada Aarón Thompson.


—Josephine, sabía desde un comienzo que ganarías, por algo te elegí como mi chica. — Aarón apretaba con fuerzas al objeto de su admiración, era la misma sensación que tenia la chica James cuando recibía un abrazo por parte de Catherine.


—Oye, ¿¡a ti quien te dijo que soy tu chica, animal!?


—Oh vamos, ya no tiene caso que lo sigas ocultando, sé muy bien que tu sientes lo mismo por mí.


Los tortolitos seguían con sus abrazos, mejor dicho, Aarón seguía con sus abrazos a la vez que la chica en base a puñetazos en el estomago trataba de sacárselo de encima. Catherine y Lina veían con algo de risa la escenita de los dos, y no podían dejar de recordar las veces que vieron a James comportándose de la misma manera con Aarón.


—Aun recuerdo…como James regañaba de la misma forma a Aarón, en ese sentido Josephine se parece mucho. — Decía Catherine con nostalgia.


—Catherine, ¿Por qué nunca le dijiste a James lo que sentías por él?


—Eso…no sabría decírtelo, quizás solo fue por temor o por no querer reconocer que me había enamorado.


—Mmm, que complicada eres.


— ¿Y tu Lina?


— ¿Yo qué?


— ¿Tu porque nunca le dijiste que lo amabas?, me refiero a James.


Lina no podía creer que Catherine supiera sobre sus sentimientos, más que nunca había hablado de ello con nadie.


— ¿Q-Que dices Catherine? — Le preguntaba nerviosa.


—Lo que escuchaste, a ti también te gusta James, sino porque te molesta tanto que Josephine haya venido como su reemplazo. Es evidente que él es especial para ti.


—Yo…


—Quisiera que nos prometamos algo Lina. Cuando James regrese a la escuela, me gustaría que pasara lo que pasara siguiéramos siendo amigas, ¿Qué dices?


—Claro Catherine.


Ambas estrecharon sus manos prometiéndose seguir con esa buena amistad que había nacido entre las dos. Sabiendo que el día del retorno de James seria en poco tiempo, y que esos sentimientos de ellas por el joven tendrían su respuesta.


Claro toda esta situación era completamente desconocida para Josephine, quien no tenía la menor idea de lo que ellas sentían por James, sus recuerdos solo podían recordar el abrazo de Catherine y el molesto amigo de su infancia Aarón pegándosele como de costumbre.


Fin del Flashback:


—Siento que mi relación con Catherine cada vez está mejor. — Volviendo a sonreír decía Josephine. — Sin embargo… — Ella se levanto de su cama para mirarse en el espejo de su habitación. — Catherine ha simpatizado con Josephine, para ella James es uno más del salón. — Una vez más su confusa situación lograba entristecerlo, sabiendo que su amistad tan creciente con Catherine podría ser momentánea y que el día que volviera a ser James, todo esto se terminaría. — No debo pensar en ello ahora, tengo que disfrutar del momento que estoy pasando cerca de Catherine, así es, eso voy a hacer. — Josephine volvió a recobrar los ánimos y se dirigió hacia la escuela, otra vez volvió a omitir el desayuno, todo con tal de evitar el molesto acoso de su ferviente padre.


Llegando a la escuela, Josephine pudo notar la multitud de personas que estaban asomadas en ella misma, como si esperaran por alguna celebridad, sin darse cuenta que a quien esperaban todos era a la mismísima peli púrpura.


— ¿Qué estará pasando allí?


Cuando una de esas personas noto la presencia de Josephine, el descontrol estallo en el lugar.


— ¡Miren todos, es la campeona Josephine!


— ¡Si, es ella, vamos a saludarla!


La multitud se venía acercando a mucha velocidad en dirección de Josephine, que en vez de sentirse feliz por semejante recibimiento, por lo contrario ella se sentía muy intranquila y nerviosa por tanta cantidad de gente que estaba esperándola.


—Oh mi dios, ¿y ahora que hare? — Ella miraba por todos lados tratando de encontrar algún hueco que pudiera hacerla huir de semejante manada.


No encontrando ninguna escapatoria, Josephine solo atino a huir corriendo en dirección contraria de la extensa multitud y haciendo usos de sus veloces piernas.


Casualmente en el camino, Catherine y Lina que venían juntas para asistir al colegio, veían como su compañera se alejaba de toda esa gente.


—Creo que la nueva vida de Josephine en la escuela ha comenzado.


—Sí, supongo que ser tan popular va llevarla a este ritmo de vida, mas ahora que también es una campeona. — Repetía Catherine mientras que se distraía con cierta personita que se acercaba a su amiga en una moto. —Oye, esa persona que sigue a Josephine en moto, ¿que no es…?


Josephine que parecía haberse alejado de la gente noto como alguien la seguía a su lado en una vieja moto Zanella.


— ¡Josephine mi amor, he venido a recibirte, no te vayas!


— ¡Otra vez tu Aarón!


—Déjame darte tu besito de premio por haber ganado.


— ¡Noo, déjenme en paz! — Y Josephine volvió a acelerar su marcha escapando incluso del motociclista Aarón Thompson.


Josephine mientras escapaba de sus admiradores, era observada por sus compañeras Lina y Catherine que veían felices como ella se había ganado el corazón de tanta gente.




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