Lazos del Destino

Lazos del Destino

Lazos del destino​

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Capítulo 1: Regresó inesperado.

Era un día muy agitado en la aldea de Konoha misiones por todos lados, tareas que cumplir pero muy poco tiempo para realizarlas. El día pasaba rápido y casi sin avisar. Desde hace un mes la situación se entornaba así; lo cual no dejaba en descanso a la villa ni a la Quinta Hokage, Tsunade. A ésta se le veía un poco desesperada; últimamente, mejor dicho intranquila. La causa de eso, un regreso inesperado. El hecho que desconcertaba a muchos de los aldeanos, hecho que los hacía divagar y hasta sacar conclusiones sobre el porqué de este regreso repentino. Era un suceso desconocido para la gran mayoría de la Villa de la hoja. Era el regreso de Sasuke Uchiha. Sí, ese vengador.​

En los alrededores de la Villa de la Hoja, para ser exacto en el campo de entrenamiento número 2, se encontraba entrenando fuertemente la mejor discípula de la Hokage. Ha ésta se le podía notar un desgaste físico; seguramente por el tiempo que llevaba ahí, su cabello mezclado con sudor caía en lo largo de su espalda y ese líquido que se posaba en su frente brillaba con los rayos del sol. Sellos, Jutsus, Taijutsu una y otra vez hacía aquella joven poseedora de una mirada cautivadora. En ese mismo lugar unos ojos penetrables le observaban desde lejos, tratando de entender que lo había orillado a ir hasta ese lugar, desconcertado se preguntaba al mismo tiempo los secretos de aquella kunoichi. Aquél chico la miraba casi sin parpadear, pensando el porqué de su esmero, ella no había cambiado. Mientras él dedicaba su tiempo en buscar la respuesta, el viento jugaba con sus más grandes rasgos distintivos; sus mechones de cabellos negro azulado. Pero hay existía una duda para él y la más curiosa de todas sus preguntas era ¿Cuál era el motivo real que le había hecho acercarse a aquél lugar?, no le molestó no obtener respuesta.​

—¿Por qué te esfuerzas tanto, Sakura? —Dijo el shinobi pelinegro bajando ágilmente de un árbol—. Ya es tarde —Agregó.​

—¿Hace cuánto estas aquí? —Preguntó la kunoichi parando de entrenar bruscamente al escuchar esa voz tan conocida por ella, le dedico una mirada de recelo a aquél misterioso pelinegro y tratando de contestar con las pocas ganas que éste se merecía—. No es tu problema, además, no sé que haces aquí —Le escupió las palabras.​

—Hmp —Bufó ignorando su frío carácter, al tiempo que se acercaba a un tronco para poder recargarse de éste y cruzarse sus brazos—. Ya está obscureciendo deberías irte a casa —Miró a la cerezo dedicándole una sonrisa torcida…Y muy fingida.​

—No es tu problema —Aclaró viéndole.​

El pelinegro guardó silencio y frunció el seño. ​

—Pero ahora que lo dices…Ya terminé —Dijo al final. ​

El joven meditó poco más de diez segundos.​

—No deberías irte sola —Comentó—. Al final vamos por el mismo camino —Se ofreció (Muy a su manera).​

Sakura le miró extrañado. ¿Desde cuando se mostraba tan colaborador?​

—No, de hecho, no es así —Dijo ajustándose el distintivo de Konoha en la frente—. Igual, gracias. ​

Dijo antes de voltearse para tomar el camino que debía de tomar para llegar a su casa, pero, escucho sonido de alguien detrás de ella al tiempo que le sujetaba firmemente del brazo. Para su gran sorpresa, era él.​

—Espera —Dijo el heredero del Sharingan con una voz de mando.​

—Ahora no me importa lo que opines Uchiha, me iré sola —Pronunció la Haruno antes de dejar terminar al chico y se soltó fieramente su agarre—. No me sigas —Ordenó.​

Repentinamente, antes de que empezara una discusión -ahora típica- desde el regreso de Uchiha Sasuke, escucharon un ruido extraño que venia desde los árboles y matorrales. Arriba de estos se podía observar como se movían entre las ramas de los árboles algunos mechones amarillos, y, casi borroso la banda de los Ninja de la Hoja. ​

Antes que alguno pudiera decir su nombre, saltó en frente de ellos, aquellos ojos azules que dejaban ver claramente la energía que el aludido poseía, llevando con él su traje anaranjado, obvio, su color favorito.​

—Sakura-Chan ¿¡Adónde vas!? ¿¡No íbamos a entrenar hoy!? —Preguntó el chico poseedor del nueve colas agitado por su recorrido.​

— Ya no me siento con ánimos —Dijo la joven—. Aparte, al parecer, se te está pegando algo de Kakashi-Sensei; ya que has llegado muy tarde —Agrego para poder irse.​

El pelinegro rió por lo bajo.​

—Lo siento es que me perdí en el camino de la vida —Contestó citando en tono sarcástico las respuesta de su profesor. Sakura le sonrió.​

—Hablamos mañana, Naruto —Dijo al fin para alejarse de aquella ‘reunión’ y enfatizando el nombre ‘Naruto’ porque claramente, al otro, no desea verlo.​

—Adiós Sakura-Chan nos vemos mañana —Se despidió—. Y tú… Sasuke ¿Qué harás hoy? —. Preguntó Naruto.​

—Nada en particular —Contestó.​

—¿Qué te parece si comemos Ramen? —Preguntó entusiastamente el joven rubio dedicándole una sonrisa a su compañero.​

—Después de estos años… No has cambiado, Naruto –Dijo el pelinegro, al poseedor del demonio de nueve colas—. Eso es bueno.​

—Te sigo, baka —Agregó el Uchiha.​

—Me parece bien —Contestó el rubio brincando ágilmente a un árbol—. Como en los viejos tiempos —Espera me dijiste baka —Contestó frunciendo el entre ceño.​

Y así se fueron hacia Ichariku Ramen, el lugar favorito de Naruto, eso era una de las tantas cosas que no habían cambiado de él; mientras saltaban de árbol en árbol como siempre lo hacen. Naruto iba adelante ‘guiando’ a Sasuke y a éste se le podía ver distante, mientras recorría observaba las estrellas no sabia por qué pero se sentía seguro y tranquilo recorriendo los campos de aquella villa. Esto era lo que él necesitaba ahora más que nunca. Aunque al parecer a su compañera le cayó mal la repentina idea de haber regresado después de estos años; regresar a Konoha, él se debatía una y otra vez si hizo lo correcto.​

—Sasuke ¡Ya llegamos! —Gritó el Uzumaki sacando de sus pensamientos a su joven compañero.​

—Ya voy baka, no tienes que gritarme —Dijo el pelinegro.​

do puesto de Ichariku Ramen; tomaron asiento en aquellos bancos, Sasuke cruzo los brazos y los recargo en la barra del lugar.​

—Viejo, dos platos de Ramen por aquí —Ordenó Naruto de un grito al señor.​

—Siempre tan escandaloso —Se quejó una voz de terciopelo, posiblemente, desde algún rincón de aquella barra.​

Ambos miraron hacia esa dirección…Y vaya sorpresa.​

—¡Neji! —Exclamó el rubio al ver al ojiperla y a sus demás amigos. Entre ellos estaban; Lee, Chouji, Shikamaru y Kiba.​

—Sasuke, es una sorpresa verte por acá —Dijo un joven de cabellos desordenados amarrados en una alta coleta.​

—Sí, que te puedo decir; no eres el único —Aclaró el joven pelinegro.​

—¿Qué no van a pedir? —Preguntó Kiba seguido de un ladrido de Akamaru.​

—Ya yo lo hice —Dijo Naruto exponiendo su gran sonrisa, todos sabían muy bien cuál era el platillo que el mas comía y no había necesidad de pensarle mucho.​

Todos al par que tomaban una cena amena en compañía de amigos y viejos conocidos, se quedaron platicando, poniendo a Sasuke al tanto de lo ocurrido en la villa. Cosas resaltantes; como relaciones amorosas o un tanto incomodas. Una de ellas Shikamaru y Temari que se habían dado un tiempo, por que la distancia no los beneficiaba, algunos otros como Kiba e Ino que no aceptaban su relación ante nada a un fuera tan obvia ya para todos y del otro lado se encontraba a aquellos shinobis que en secreto no lograban comprender a un sus sentimientos o acciones para con algunas bellas kunoichis. Y a pesar de que algunos chicos eran especialistas en la seducción o se les conocía por tener en “privado” muchos amoríos fugaces. No dejarían de ser los chicos que bien conocemos con el mismo humor, carisma, entusiasmo, seriedad y hasta raras formas de vestir o comer. Ellos nunca cambiarían. Y a pesar de todo lo comentado no se podía olvidar el raro comportamiento de Naruto al mencionar el nombre de Hinata.​

—¿Qué creen que soy Naruto para ser un distraído? —Pensó el pelinegro—. Ya me había dado cuenta de eso.​

La charla de ellos se extendió, después de todo, fueron tres largos años. El reloj jugó con ellos y antes de darse cuenta ya era demasiado tarde y varios tenían misiones al día siguiente, se despidieron sin pensar en cuando podrían volver a reunirse así. Todos se fueron por distintas direcciones, cada uno regresando a su hogar. Caminando tranquilamente hacia su casa se encontraba un joven que quedó petrificado al ver una escena -que no sabía muy bien por qué- pero le hizo hervir la sangre. ​

Continuará…​

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Espero les agrade mi Ff y lo disfruten tanto como yo al escribirlo,es el primero en mucho tiempo, espero ansiosa sus comentarios al respecto. Con mucho amor a los lectores un beso. Adiós.​

 

Re: Lazos del Destino

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Capitulo 2: Un extraño suceso.​

Al despedirse de sus amigos después de una larga charla, tomó el camino más largo hacía su casa deseaba meditar un poco y más que nada comprender lo sucedido días atrás. El camino se hizo largo —tanto como él quería—, pero se quedó hipnotizado por la luz de la luna, detuvo su caminar un momento para apreciar la reluciente luz que desplegaba aquél satélite. Pero ya era tiempo de regresar, así que bajó la cabeza para seguir su camino pero se estrelló con la imagen de dos Kunoichis, una de ella era poseedora de una fuerza sobre humana, que no podía negar ser discípula de la quinta. Se podía notar conversando con su amiga, la otra chica.

Él no quiso acercarse a ellas; le preocupaba lo que pasaba por la mente de una, pero también le molestaba el pensar en ello con frecuencia; estaba confundido. Siempre se mantenía alejado de esas clases de sentimientos, innecesarios para el mundo Ninja. Pero, ella lo cambiaba todo, esa joven de hermosos ojos. Que con tan solo verlos no se necesitaba hablar (Algo que lo beneficiaba ya que él no era muy bueno para ello) sus ojos eran la comunicación que tenía con ella; podía saber lo sucedido, lo que pensaba; la conocía muy bien; logro entenderla al fin de los años, pero esa era la debilidad de ella, tener esos ojos tan expresivos, hasta se podría decir chismosos, que habrían la puerta de su corazón.

En ese mismo instante, no quería ver como reaccionaría al darse cuenta de su presencia, trató de esconderse; ya era demasiado tarde. Sakura lo había visto, debía acercarse a saludarles por cortesía; pero aún la otra chica no se daba cuenta de su presencia. Mientras la joven cerezo deseaba que ella lo viera. Aunque no supiera con exactitud las cosas que habían pasado días atrás.

Pero en ese preciso momento él sentía como su corazón se encogía; como cuando arrugas una hoja de papel. Su cuerpo estaba petrificado; y se quedó así por unos segundos, al dar un paso hacia delante, vio algo que no soportó; a pesar de que estaba obscuro podía distinguir muy bien la figura que yacía en frente de él; era ella, pero ese chico quien era. Sentía como la sangre le empezaba a hervía, no sabia que hacer, pero ese suceso lo confundía a un más.​

—Vamos, quiero que saludes a alguien —Decía la ojiverde, jalando a su amiga hacia la dirección de aquél chico, con su común fuerza. Sí, la sobrehumana.

—Espera —Replicó dando un par de pasos de puntilla, intentando mantener el compás del jalón de su amiga, imposible. Tropezó con una piedra que andaba cerca, su equilibrio le falló e iba directo al piso. Pero antes de caer, aventó sus brazos a los hombros de un joven rubio, y éste la sostuvo con sus dos brazos, rodeándole levemente la cintura, y que dando accidentalmente a pocos centímetros de ella.

—¡Oh dios! gracias Naruto —Dijo la joven mientras se ponía de pie y sacudía levemente su ropa.

—Descuida, sólo ten más cuidado Tenten-Chan —Le contestó el rubio ayudándola a ponerse de pie dedicándole una gran y radiante sonrisa.

—Bueno, nos vemos, tengo que ir a dejarle un libro que le envió Jiraiya a Kakashi —Decía señalando un pequeño bolsillo plegado a su cinturón—. Cuídense —Finalizó el rubio, para alejarse de un salto de las jóvenes Kunoichis.

—Bien, ¿qué me decías Sakura? —Interrogó la kunoichi de las armas.

—Hola Neji —Dijo amablemente Sakura—. Siento no haberte saludado antes, es sólo que Tenten —Dejó la frase al aire a notar la reacción de su compañera.

La morena tragó saliva al escuchar el nombre de ese chico, su cuerpo se empezó a erizar aún más al escuchar que su amiga no finalizó la frase, seguramente notó su nerviosismo, la kunoichi no podía creerlo, estaba atrás de ella y podía sentir claramente su mirada penetrante detrás de sus espaldas. Suspiró y giró para quedar enfrente de él.

—Hola Neji —Dijo con mucho esfuerzo aquél nombre.

—Pensé por un segundo que no me saludarías Tenten —Aclaró el ojiperla.

—Umn —No podía formular alguna palabra—. Lo siento Neji, no te había visto. —Trato de disimular su nerviosismo la morena.

—¿Que haciendo por estos caminos? —Dijo Sakura, para sacar un poco de su tensión a Tenten.

—Voy hacía mi casa —Contestó cortante el ojiperla.

—Sakura-Chan se nos hace tarde también a nosotras debemos irnos ya —Dijo la kunoichi de chonguitos.

—Cierto —Respondió la joven del extraño cabello color rosa—. Nos tenemos que ir, hasta luego Neji. —Se despidió cortésmente.

—Adiós —Fue lo poco audible que se le escucho decir a la portadora más grande de armas.

El ojiperla sólo se limitó a hacer un gesto con la mano, viendo cómo se alejaban las jóvenes Kunoichis; para después retomar su camino hacía su casa, aún confundido. Al final de su camino, se encontró en la entrada de la enorme mansión Hyuga, brinco la barda y fue directamente a la ventana de su cuarto, no deseaba ver a nadie; al estar al fin en su habitación, sólo se limitó a despojarse de sus ropajes y recostarse sobre su cama ladío un poco la cabeza para encontrarse de frente un largo mueble de madera fina en el cual solía guardar pergaminos y papeles importantes, pero eso no fue lo que provoco que su mirada se quedara hacia esa dirección si no el retrato de la repisa, una foto un tanto extraña rodeada por un marco de madera rústica, la imagen en la foto era del primer día que estuvieron juntos; Gai su ex sensei, Lee su extraño amigo y ella Tenten la dueña de esos hermosos ojos chocolateros que le gustaba mirar era el Equipo Gai; se quedó en esa posición y sin destender las sábanas se quedó totalmente dormido en el momento que coloco la cara contra la almohada.


—Tenten te puedo hacer una pregunta —Rompió el silencio, después de haberse asegurado que se habían alejado lo suficiente de alejado de Neji y de aquella incómoda situación.

—Dime —Respondió la morena, que había sido sacada de sus pensamientos por la cerezo.

—¿Por qué tuviste aquella reacción ante Neji?

—Pues… —Dudó.

— ¿Pasó algo entre ustedes? bueno el podrá no ser expresivo, pero se le notaba algo confundido hoy.

—Algo así, Sakura-chan —Alzó la cabeza, y la giró hacia la su compañera que estaba a su lado caminando lentamente y esperando su respuesta. Una pequeña lágrima amenaza por salir de sus grandes ojos color chocolate y rodar por sus abultados y rosáceos pómulos.

—Tenten todo estará bien, vamos a mi casa, ahí podrás calmarte y contarme todo —Interrumpió sabiendo que no era el momento ni el lugar preciso para hablar.

—Sí —Asintió, secándose los ojos con su mano derecha.

Caminaron lentamente una junta a la otra sin formular ni una palabra, por algunos minutos, el caminar se hizo tajante, pero no más de lo normal. Ya de lo lejos se podía ver la casa de la Haruno. Llegaron a la puerta y la invitó a pasar, Tenten dudó, pero terminó allá dentro. La joven cerezo se apresuró a cerrar la puerta y señalarle un cómodo asiento, mientras se dirigía a la cocina a buscar un vaso de agua y dejarlo en la mesa, enfrente de la joven Kunoichi.

—Si deseas algo me lo puedes pedir —Volvió a romper el incómodo silencio en aquella habitación.

—Gracias, espero no molestarte —Dijo apenada.

—Para nada, es un placer —Dijo mientras tomaba asiento en el más pequeño mueble de aquella sala, ya que era el que quedaba enfrente de la kunoichi de chonguitos—. Tenten, ahora puedes desahogarte.

—Oh, Sakura. —Susurró aquella chica al escuchar la voz de su amiga; no pudo soportar más y salieron de aquellos ojos caobas unas cuantas lágrimas que amenazaban por salir unos minutos atrás, por unos segundos, sólo se oía en aquella habitación sus sollozos; secó un poco sus lágrimas e intentó tomar actitud seria para poder contarle a su amiga lo que había pasado.​

—Todo comenzó hace unos días… —Hizo una pausa—. Ese día me levante muy contenta, me arreglé; tenia entrenamiento con Neji —Tomó un poco de agua para después aclarar la garganta y empezar a contarle todo a la joven de cabellos rosas.

Continuará….​

Les quiero agradecer por todos sus post... la verdad estoy feliz de que les haya gustado y tener tantos post, ToT me hace casi llorar. Quiero agradecer a Maho por todos tus consejos y más por soportar mis locuras. Espero les gusté el cáp.
Cuídense.