La pintora de insectos

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por grunge, 24 Septiembre 2011.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La pintora de insectos
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    20
     
    Palabras:
    794
    Aclaración:
    Lo califiqué como aventura, pero se debe ver detrás de las palabras.

    "La experiencia es el nombre que damos a nuestros errores"​
    Oscar Wilde.​

    Capítulo I

    El sol despuntaba sobre las baldosas rotas y el cordón de la calle esa tarde. La pequeña vegetación debajo de todo eso parecía ser el único rastro de vida, pero tan diminuto que era invisible a los ojos humanos, en ese mismo sitio, se daba lugar un universo paralelo. En esa dimensión caminaba un joven músico tocando de costado su flauta en plena armonía, se notaba que este universo estaba un tanto atrasado cronológicamente a nuestra civilización y evolución. El joven caminaba por una galería al aire libre de veredas amarillentas, de un lado bordeaba unos templos del color de las veredas, con un tinte grisáceo de deterioro. Al otro lado, gran variedad de árboles y vegetación, pero con el césped cortado y plantas cuidadas tenía la apariencia de un inmenso jardín. A la espalda del chico la galería era ancha, y a su largo daba la sensación de infinidad, pero muy atrás se divisaba un fondo con algunos árboles y cielo despejado, que daban a entender que el resto solo eran campos que nadie habitaba. Solo se escuchaba el viento y la armónica paz de la flauta.
    Mientras tanto, lejos de ese sitio, caminaba con total calma y sencillez un poeta. Por un verde bosque donde los rayos de sol pasaban entrecortados por las hojas de los árboles, que le brindaban a este otro joven el frescor que su espíritu necesitaba para sentirse inspirado. Interrumpió su propia serenidad con un brusco suspiro, y luego se develó en su cara la sensación de estar maravillado. Finalmente se sentó a la sombra de un nogal y comenzó a escribir.
    Aún de día, en las afueras de la ciudad, un ladrón de unos veinticinco años iba comiendo una manzana verde. Llevaba en su espalda una mochila con su más reciente botín. Su cara reflejaba soberbia y satisfacción, pero a su vez, una especie de apacible fastidio e indiferencia. Terminó la manzana, le dio los restos a una criatura similar a un conejo, colgó sus cosas en un roble, y en un eucalipto se puso a tallar con su navaja.
    Dentro de la ciudad cercana a donde el ladrón se encontraba, una prostituta unos cinco años menor que este caminaba por las vacías calles en una noche estrellada. Su rostro era la encarnación del dolor, blanco como la nieve en una noche tan cálida parecía no encajar. Se detuvo un momento y siguió con su estable y firme andar. Pero una voz femenina, queriendo imitar a un hombre con voz ronca, a sus espaldas interrumpió su dolor espiritual.
    _ ¿Te sientes sola damita?
    La muchacha no respondió. Sin voltearse se le dibujó apenas una irónica sonrisa que rápidamente se apagó.
    Entonces la otra persistió, pero esta vez mostrando su voz normal:
    _ Si quieres puedo llevarte.
    Entonces la joven accedió a girar por simple curiosidad. Quien le hablaba era una chica algo menor que ella, montada en un gran insecto similar a una hormiga, tenía los cabellos cortos color avellana, y llevaba puesto un vestido blanco sin mangas, en ambos brazos llevaba mangas estilo muñequera y una cinta dorada en el pelo.
    Extendiéndole la mano le dijo:
    _ Ven, sube. Mi nombre Amanda y ella es mi compañera Lucy (Palmeándole la cabeza al buen animal).
    La prostituta sin decir esta boca es mía le tendió su mano para que la ayude a subir al animal.
    _ Veo que no eres de hablar mucho pero esto es obviamente un sí, ni siquiera debo suponerlo. Le dijo Amanda a la muchacha. Y mientras la llevaba le comentó para romper el silencio:
    _ Soy pintora ¿Tu?
    La mujer no respondió.
    _ De acuerdo ¿Al menos me dirás tu nombre?
    Entonces le dijo:
    Dimitra.
    La decidida y hábil pintora trataba de sacarle alguna palabra para escuchar su voz, pero la otra, solo la observaba en silencio. Hasta que sorpresivamente para Amanda, Dimitra fue quien preguntó:
    _ ¿Qué pintas?
    _ ¿Generalmente?
    Dimitra no aclaró más.
    _Insectos.
    Hubo una pausa y agregó entonces Amanda:
    _ Si sabes a lo que me refiero.
    Y no se habló más.
     
    • Me gusta Me gusta x 7
  2.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La pintora de insectos
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    20
     
    Palabras:
    514
    Capítulo II
    Ya estaba amaneciendo y Amanda y Dimitra se acercaban a las afueras de la ciudad. Entonces decidieron tomar un descanso hasta más o menos el mediodía. Lucy se recostó cerca del claro arroyo y ambas muchachas eligieron en el cómodo césped un árbol cada una, y con las manos detrás de sus cabezas se dispusieron a dormir, pero antes, Amanda preguntó:
    _ ¿A dónde te diriges tu?
    Amanda se rió con una pisca de sarcasmo, pero a su vez con extrema pureza, y al fin se quedaron dormidas en dos ombúes.
    Dimitra despertó y comprobó que Amanda no se encontraba más allí, al ver que Lucy seguía en su lugar no le dio importancia al hecho e intentó volver a dormir, pero cuando casi terminaba de cerrar los ojos advirtió al ladrón tratando de saquearles. Así que se levantó bruscamente y sacando un cuchillo de su sobretodo negro se le lanzó encima. El ladrón no tuvo oportunidad, la mujer lo agarró del cuello y lo tiró al piso haciéndole caer su navaja. Entonces levantó el arma para darle el final, el sol de mediodía destellaba sobre el punzante metal cuando Amanda apareció gritándole a la chica que se detenga. Dimitra giró sin soltar el cuchillo para comprobar que sucedía. Entonces, habiendo recuperado la calma, Amanda le dijo en tono sorprendido y burlón:
    _ ¿De verdad pensabas matarlo?
    Dimitra siguió mirando como esperando una explicación.
    _ No nos está robando, bueno es un ladrón, pero lo conocí cerca del puente hace un momento, no te imaginas los grabados que hace…
    Dimitra le interrumpió reprochándole algo enojada:
    _ ¿Y entonces que nos estaba sacando?
    _ Ya te lo dije, no nos robaba, baja eso por favor. Lo mandé a buscar una gubia que compre para dársela, le servirá para su arte.
    _ Veo que no es muy bueno para el arte de robar…
    Dimitra, luego de decir esto, suelta al ladrón y le pregunta:
    _ ¿Por qué no atinaste ni siquiera a tocarme? ¿No te sabes defender?
    Al fin se escucho la voz del hombre que escupiendo pasto le dijo:
    _ Solo le robo a los que tengan más que yo, y los dejo con lo mismo que yo.
    _ ¿Y eso es razón para que te mate?
    _ Sí.
    Respondió el honrado pillo.
    Entonces Amanda que no podía mantener su boca cerrada le dijo a Dimitra con tierna ironía:
    _Veo que te estás abriendo a hablar un poco más ¿Cierto?
    Y continuó refiriéndose al ladrón:
    _ El será nuestro compañero de viaje. Y creo que también nuestro sustento.
    El ladrón y la pintora rieron, y una pequeña, pero pura y verdadera sonrisa se extendió en rostro y alma de Dimitra.
     
    • Me gusta Me gusta x 6
  3.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La pintora de insectos
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    20
     
    Palabras:
    629
    Capítulo III
    El músico tocaba su flauta en otro esplendido día, cuando escuchó la voz de un viejo proveniente de los templos.
    _ ¡Marcus!
    Dijo la avejentada voz.
    El chico paró de tocar y miró hacia los ruinosos y amarillos edificios con calma infinita. De uno de ellos salió el anciano, llevaba una túnica marrón que aparentaba gris por el desgaste, pero no era una túnica de monje. Entonces mientras se acercaba el anciano, el joven le preguntó:
    _ ¿Qué necesita Nicanor?
    _ Marcus, ya sabes que al cumplir 18 según nuestra costumbre debes hacer un viaje experimental para conocer el mundo exterior.
    _ Pero yo no quiero irme ¿Dónde encontrare tanta paz y armonía como aquí?
    _ Pues ¿Dónde más que en ti? La paz de este lugar se debe a sus habitantes, llevamos esa paz en nuestra sangre y tú la levaras a donde estés.
    _ Vamos, ambos sabemos que eso es una mentira.
    _ Que seamos ateos no significa que no creamos en la paz interior, si nunca sales de este lugar morirás sin conocer más que esto, hay un mundo con desafíos preparados para ti.
    _ No quiero desafíos, quiero paz hasta el momento de mi muerte.
    _ Entonces no morirás en paz, no puedes distinguir la paz de otras cosas, porque la paz es lo único que tienes, ¿Y crees conocerla sin conocer su desequilibrio?
    _ ¡No! Es mi decisión y me quedaré.
    _ De acuerdo mañana cumplirás 18 años de edad, siempre fuiste libre de irte cuando quisieras, y no es obligación que te vayas tampoco. Yo no voy a obligarte a ser libre.
    El anciano se fue con esas últimas y tranquilas palabras. Pero Marcus permaneció un momento allí parado, perplejo, no podía ni pensar ni tocar.
    Finalmente llegó la noche y sentado en unas escaleras de la gran galería el joven reflexionaba, acerca de su viaje y su madurez. Lloró al comprender que había crecido, entonces fue a buscar a Nicanor y le dijo entre lágrimas:
    _ Durante todo este tiempo lo único que pedía era no crecer, sabía que tenía la decisión de quedarme o no, pero tenía miedo de tomarla. No quería enfrentarme al mundo y sus conflictos. Siendo un músico solitario y apacible nadie me comprendería. Tenía, en realidad, tengo, miedo de crecer y de seguir haciéndolo. Tengo miedo de vivir, pero a su vez no tengo miedo de morir. Emprenderé el viaje, y si muero, habré visto, habré sentido, habré vivido. Prefiero morir joven que envejecer en la hipocresía y el miedo, hacer el viaje, antes que no ver, no ver que la ignorancia se está convirtiendo en la base de mi felicidad. Por favor, deme el mapa y el bolso de provisiones con lo justo y necesario, quiero saberme valer por mí mismo.
    El anciano le sonrió cálidamente y le entregó las cosas, además le dio una espada, y al entregársela le dijo:
    _ Úsala solo para protección o usos pacíficos, un arma no es arma porque tenga filo, es arma porque se usa para matar, pero si tu vida o la de alguno de los tuyos está en riesgo, no dudes en usarla con ese fin. Es la espada que tu padre dejó para ti cuando llegase este momento.
    El muchacho se despidió muy conforme y con fervor en su mirada emprendió el camino. El anciano por su parte solo agregó cuando el chico se estaba yendo:
    _ Ten cuidado, te deseo suerte.
     
    • Me gusta Me gusta x 7
  4.  
    Shani

    Shani Maestre Comentarista empedernido Usuario VIP

    Sagitario
    Miembro desde:
    17 Julio 2011
    Mensajes:
    3,193
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Me gusta pero aun no termino de entender ¿Son un conjunto historias que se irán entrelazando? :confused: tambien me pareció notar cierto aire reflexivo. Espero la continuación :)
     
  5.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Sí, gracias por el comentario, se irán entrelazando.
    Sí, eso es lo esencial en mis trabajos ^^
    Espero publicar algunos capítulos más mañana o pasado, esto es todo lo que hice hasta ahora, y los iré publicando a medida que los valla pensando y escribiendo de forma que sean siempre frescos. Sí a alguien más le gusta subiré más, sino no da para llenar el foro con mediocridades xD. Gracias por comentar, de nuevo.
     
  6.  
    Shani

    Shani Maestre Comentarista empedernido Usuario VIP

    Sagitario
    Miembro desde:
    17 Julio 2011
    Mensajes:
    3,193
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Mediocreidad?? claro que no :) tu historia es linda, y deberías continuarla sin que te importe lo que digan los demás. Supongo que si estás escribiendo una historia es porque te gusta escribir, así que deberías seguir haciendolo, escribir... :)
     
  7.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La pintora de insectos
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    20
     
    Palabras:
    1019
    Capítulo IIII
    _ ¿Y bien? ¿No nos dirás tu nombre?
    Le dijo Amanda al ladrón.
    _ Mao.
    Le respondió este.
    Ya habían emprendido viaje en el lomo de Lucy y una vez atravesado el bosque de las afueras de la ciudad, se dirigían por un camino rocoso rodeado de cascadas. Se detuvieron a descansar donde habían aguas más calmas. Estaban muy a gusto en el arroyo, tanto que se habían distraído olvidándose por unos momentos del resto del mundo. En eso, Mao miró a la otra orilla y se quedó inmóvil, cuando lo vieron así, las dos muchachas hicieron lo propio. Del otro lado del agua se encontraba una joven de largo y rasgado vestido blanco, cabellos rubios y enmarañados tan largos como el vestido y penetrantes ojos verdes. Estaba simplemente parada, tan inmóvil como ellos tres, pero no era por perplejidad, más bien parecía no estar orbitando en este mundo.
    Los demás entonces procedieron a salir del agua y se fueron de allí en silencio, de hecho en el mismo estado de sorpresa y extrañeza en que se encontraban cuando la miraron por primera vez, sin quitarle la vista de encima siguieron su camino con el único ser que conservaba la calma y no parecía haberse sorprendido por la aparición, Lucy.
    Seguían por las piedras sin hablar una palabra, cuando divisaron una pequeña casa que se asemejaba a una cabaña y decidieron sin la necesidad de hablar dirigirse a ella. Golpearon la puerta y un pequeño animal que se parecía a un perro los recibió jugueteando entre sus pies. Tras esto, les abrió la puerta un leñador de unos cincuenta años que les dijo amablemente:
    _ Hola jóvenes, veo que son viajeros, adelante, los invito a pasar. Casi nunca recibimos visitas. Mi nombre es Alexander, y él es mi amigo Caín.
    Los muchachos se presentaron y el hombre los invitó a tomar un té de hiervas autóctonas, mientras tomaban le contaron de lo que les había sucedido un rato atrás en el arroyo. A lo que Alexander les comentó:
    _ ¡Oh! Seguramente se toparon con Clara, el fantasma de las aguas. Los pocos habitantes de esta región la han visto pocas veces y no soy uno de los privilegiados. Por mi parte creo que sólo es una chica que debe haberse sobrepasado de pureza y llegó a lo que la mayoría califica como “locura”.
    _ ¿Privilegiado?
    Interrumpió Dimitra.
    _ Sí, privilegiado sería de verla ¿Qué acaso no les llama la atención lo místico, lo puro? Hablar con ella debe ser algo hermoso.
    _ Tal vez sea una muerta que quedó en un letargo.
    Dijo Mao, a lo que el leñador le respondió.
    _ No es la metáfora más adecuada hijo, si es cierto que la vieron mañana mismo iré a ese lugar a verla y comprobaré que no hay nada de otro mundo. Tal vez pedazos de otra dimensión, pero no fantasmas.
    Después de esto, hablaron de otras cosas y armaron intensos debates filosóficos. Al caer la noche durmieron en una pequeña habitación de huéspedes donde se notaba que era cierto que las visitas no eran muy frecuentes. Lucy durmió afuera y Caín se acurrucó a su lado.
    A la mañana siguiente Alexander se levantó, despertó a los demás y partieron hacia el lugar donde habían visto a Clara. Al llegar estaba allí, pero tirada en el suelo inconsciente. El leñador solo se sacó los zapatos y se zambulló, cruzó a la orilla donde la chica se encontraba y trato de reanimarla, al no poder hacer nada en el lugar, la cruzaron de orilla entre todos y la llevaron a casa del hombre. Este preparó una suerte de medicina con hierbas y paños de agua fría para la insolación. Después de un día la chica recobró el conocimiento y cuando todos estaban comiendo apareció y preguntó:
    _ Disculpen, ¿Dónde me encuentro?
    A Dimitra se le cayó la cuchara en la fuente y salpicó toda la cara de Mao, a lo que Amanda comenzó a reírse. Pero Alexander estaba tan paralizado que no le importó el hecho y balbuceó.
    _ Eres Clara realmente.
    _ En realidad no sé quien soy señor, apenas recuerdo que ayer vine con mis amigos a bañarme en las aguas de esta región.
    Luego de estas palabras todos se sorprendieron, ya que el día anterior la habían visto con aspecto tétrico en el arroyo. Entonces Mao supuso lo siguiente:
    _ Ahora comprendo, que tan sorprendente puede llegar a ser nuestra mente. Que tan complejo es todo esto para un simple organismo que se cree único. La chica seguramente tuvo una pérdida del conocimiento hace unos años y quedó viviendo en un mundo absolutamente mental, todo lo que vivió de ese momento hasta ayer que volvió a perder la memoria fue todo producto de su imaginación.
    La chica entonces interrumpió:
    _ ¿Me estás diciendo que ya me conocen? ¿Y que todo lo que viví, aunque no lo recuerde, fue una mentira?
    _ Producto de tu imaginación, no mentira. Creías estar hablando con otras personas, cuando en realidad estabas hablando sola para los ojos de los demás. Te creyeron un fantasma por tu supuesta locura y a la vez tu pureza.
    Clara no pudo responder más y cuando comenzaban a brotar las lágrimas se fue devuelta a esa habitación corriendo. Los demás estuvieron de acuerdo con que la observación de Mao era veraz, pero también decidieron que ahora había que pensar cómo explicarle de mejor manera a Clara lo que pasaba tratando de no lastimarla, para que no se sienta mal. Alexander seguía algo acomplejado por todo lo sucedido pero opinó que lo mejor sería que Amanda y el traten de consolarla.
     
    • Me gusta Me gusta x 4
  8.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La pintora de insectos
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    20
     
    Palabras:
    402
    Capítulo V
    El poeta ya se encontraba cerca de la salida del bosque, pero se sentía tan a gusto que decidió alentar el paso, por donde sea que iba veía vegetación, animales, apaciguaba hasta a los insectos. Pero a su vez era sensato y frío. No creía en dioses ni en poder. Su filosofía se basaba en la razón, sabía que no éramos más que bacterias que al morir simplemente no estarían más, ni aquí ni allá, la nada total. Comprendía en cada punto que sus ojos veía había infinitos universos y que no podría, por simple lógica, existir el ser que los ampare, o sea un dios.
    Caminó unos pasos y se detuvo, miró a su alrededor, suspiró de placer y dijo:
    _ No somos más que descomponedores en un pan.
    Se sentó de nuevo y se puso a comer. Miró con calidez a los árboles y les dijo sonriendo:
    _ Y ustedes no se salvan, son los hongos dispuestos a destruir este universo, pero nosotros somos peores. Nosotros vamos a ser los que destruyamos todo, y luego entre nosotros. Y así nacen y mueren mundos a cada momento, así como nacen y mueren los seres de ese mundo todo el tiempo. Es algo realmente triste la existencia, pero habrá que aprender a convivir con el absurdo.
    El muchacho siguió comiendo y bebiendo de su botella de agua, y con la boca llena decía:
    _ Igualmente no sé por que los quiero tanto vegetales, y a ustedes también demás seres de la naturaleza.
    Siguió alimentándose y reponiendo energías, pensativo y a la vez tranquilo y seguro, despreocupado. Terminó de descansar, guardó sus cosas con excepción de su botella de agua, le quedaba un poco aún y se lo hecho al árbol que le había estado brindando sombra. Mientras lo regaba le dijo con tono burlón y sarcástico:
    _ Toma honguito, sabes que te quiero. (Quitando la burla y el sarcasmo) Ya en serio, gracias por la sombra amigo.
    Siguió caminando el poeta sin rumbo fijo, hasta que salió del bosque y dio con un acantilado. Entonces dijo:
    _ Bien, un acantilado, tendré que bordearlo. Tal vez con suerte me caiga y muera.
    Y rió irónicamente.
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  9.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La pintora de insectos
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    20
     
    Palabras:
    781
    Capítulo VI
    El músico ya se estaba alejando bastante del único lugar que en toda su vida había conocido. Ya era de tarde y el sol calentaba demasiado sobre los pastos secos de esos áridos campos. Entonces el joven decidió cruzar los alambrados de uno y donde vio el primer árbol se tiró bajo su sombra a beber agua, pero escupió todo cuando de atrás de este lo sorprendió una voz un tanto chillona pero se notaba que era masculina:
    _ ¡Hey! ¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Cómo te llamas?!
    Al chico lo sorprendió tanto que salga detrás del árbol que se tumbó al suelo y con gran cara de sorpresa, pero de ese estupor que asombra ver en el más serio y tranquilo, le dijo:
    _ Marcus.
    _ ¿Qué, así te llamas? ¿Y qué hacías aquí? ¿Me das un poco? (Refiriéndose al agua)
    Quien le hablaba era una especie de espantapájaros parlante, pero en su atuendo los únicos parches que llevaba eran uno blanco y muy pequeño en su rodilla y en su remera de algodón gris y negra a rayas llevaba uno que cubría gran parte de su espalda del mismo color que la remera. Además de eso llevaba puesto un saco negro y una bufanda naranja muy delgada, sus pantalones eran negros y desconcertantemente llevaba zapatos, estos eran de mocasín negro, y como no podía faltar llevaba sombrero, que más bien era un gorro de lana común gris oscuro con banda inferior naranja.
    Entonces el chico le respondió:
    _ Si, ese es mi nombre, paré a descansar, toma (Dándole el agua)
    El otro tomó desaforadamente, a lo que Marcus lo detuvo:
    _ Oye, oye, tranquilo amigo. Debe durar hasta el próximo río o arroyo, y por lo que veo, aquí abunda la sequía ¿Qué eres tú?
    _ ¡Jajá! ¿Qué no sabes lo que soy yo? ¿Dónde estuviste todo este tiempo? ¿Acaso en prisión?
    _ Algo así, en una muy confortable. No sé lo que eres ¿Puedes decírmelo?
    _ Pues, un espantajo ¿Qué más? No puedo creerlo jajajajaja, nunca viste un espantajo.
    _ Bien ya no te rías.
    _De acuerdo, de acuerdo, ah, jajajajaja, ya, ah, ¡YA! (Sobresaltando todo el campo) No me río más. Y… ¿Para qué tienes esa espada?
    _ ¡Sal! No la toques. Es sólo por si acaso.
    _ Está bien solo quería verla. ¿Y tú que eres? Tus orejas (inspeccionándolo) son algo triangulares en sus puntas superiores, cabello marrón, piel rosada…
    La espada de Marcus se interpuso entre ambos:
    _ Ya te dije que no me toques.
    Le dijo el chico con tono furioso y harto.
    _ Ok, no sabía que lo ibas a tomar así, era una broma. Además conozco tu especie, yo no estuve en prisión.
    _ ¿Y cómo te llamas espantajo?
    _ Jajá, a los espantajos no nos ponen nombres, somos mitad árboles, o césped. Como a ese árbol, tú no le llamas pepito, solo lo llamas por su especie, es un vegetal. No te dolería en el alma cortarlo con tu espada sólo porque no grita.
    _ Mira yo vengo de una colonia pacifista y…
    _ Ya lo sé, todos los de tu especie lo son. Pero la mayoría son estúpidos, unos insensatos que no comprenden el dolor por el simple hecho de ser diferentes.
    _ Realmente me conmueven tus palabras, por sentir parecido a ti. Pero ¿qué opinas de ponerte un nombre?
    _ ¿Un nombre? ¿Para mí?
    _ Sí claro, la identidad es algo muy valioso, es lo poco que tenemos. Aunque en este mundo la vencerá la apariencia según una profecía, que en realidad es una estimación lógica que hicieron los más viejos de mi pueblo. Dicen que en otros mundos esto ya debe estar sucediendo, y en los destruidos obviamente ya pasó.
    _ ¡Uou! ¡Uou! ¡Uou! Alto, alto. Me dices que por lo que yo tanto lucho y deseo ¿Pronto no servirá de nada?
    _ No tan pronto como imaginas.
    _ ¡Uf! Por suerte. Y entonces… ¿Cuál es el nombre?
    _ No lo sé, no soy tu creador ni mucho menos tu.
    _ ¿Entonces sugieres que yo me dé un nombre?
    _ Pues, claro. En realidad, no entiendo como no te lo diste antes.
    _ Por miedo.
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  10.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La pintora de insectos
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    20
     
    Palabras:
    750
    Capítulo VII
    Amanda y Alexander fueron a la habitación de Clara entonces, ella sólo se lamentaba con sus delicadas manos tapando su rostro, sentada en la cama con los pies colgando.
    _ Váyanse.
    Les dijo a los dos.
    _ No me iré hasta no verte reír.
    Le dijo el leñador, y agregó:
    _ ¿Qué acaso no te sientes afortunada de haber vivido todo ese tiempo en la locura? Lo que daría yo por tener ese don aunque sea por dos minutos. Poder vivir plena y absolutamente en la pureza y la comodidad de mi mente. Generando mi propia felicidad y mis propios peligros y problemas. ¿Y que si no es real? La realidad de todas formas está hecha de mentiras, en tu mente fuiste tú misma, y para los ojos de los demás el ser más puro que pudieron ver. Además lo que viviste en ese estado no dejó de ser real, formaba parte de tu realidad, no de la realidad total o general, sino de tu realidad individual. ¿Y que acaso no todos vivimos nuestra propia realidad? Lo hacemos, pero tú traspasaste una barrera mental, lo hiciste desde la pureza de tu locura. Siéntete orgullosa de eso, de esa suerte que te tocó.
    La chica dejó de lamentarse y sollozar para quedarse con la boca abierta escuchando estas palabras de un desconocido, sus pies ya no colgaban de la cama, estaban sobre el suelo. Pero dentro de su estupefacción exclamó:
    _ Eso lo dices tú porque tienes ese concepto tan bello de locura, yo por mi parte me siento mal por haberme perdido de la realidad todo este tiempo, era la loca del lugar…
    _ Eras la mujer más misteriosa y pura del lugar.
    Interrumpió el carpintero, y prosiguió:
    _ ¿Y qué te importa lo que piensen o la imagen que los demás tengan de ti? ¿No fuiste feliz en ese letargo? Y no te perdiste absolutamente de nada bueno, ya te lo dije, la realidad es tan relativa y efímera como todo lo que ves a tu alrededor. Aunque lamentablemente, si todo es efímero, también lo son tus ideales. Si mi concepto de locura y de todo lo demás está errado que venga dios, que venga y que me diga que es lo correcto.
    _ Tienes razón ¿Pero qué hay de todo lo que tuve y lo feliz que fui en ese tiempo? Ya no volveré a ver nunca más todo eso.
    Amanda entonces habló:
    _ Eso es a lo que yo vine, tengo el mismo fundamento que este hombre, pero con la diferencia que no espero verte reír, espero verte llorar.
    Alexander y Clara se sorprendieron al escuchar esto, y Amanda se explicó:
    _ Sí, exacto, deberías estar llorando. No espero que rías, si lo haces bien pero yo no vine a cambiar la expresión de tu rostro, vine a que cambies el motivo por el cual lloras. No llores la realidad que te perdiste, esta realidad es una pena. Llora la realidad propia, esa realidad mental que no volverás a vivir, creo que en el fondo eso es lo que está llorando tu mente, los seres y la vida que jamás tendrás porque ahora no somos productos de tu imaginación, formamos parte de esta realidad tan absurda que da bronca verla.
    Entonces, como si fuera una orden, Clara lloró, pero sabiendo por que lo hacía, lloró con sensatez. Se lanzó a los brazos de Amanda y la abrazó, esta otra sonrió cálidamente palmeando su espalda. Alexander viendo esto también comenzó a lagrimear, pero de emoción, una de las pocas emociones que había tenido en su vida, y así lo expresó cuando se marchaban los tres jóvenes y Lucy:
    _ Muchachos, en especial tu Amanda, me han hecho sentir uno de los pocos momentos de emoción y felicidad en mi vida, no había tenido momento tan grato desde el día en que conocí a Caín.
    Clara salió de adentro de la casa a despedirlos y Caín hizo lo propio saludándolos, con algo que se asemejaba a un ladrido, a los pies de Alexander. Clara por su parte decidió quedarse allí hasta descubrir algo acerca de su pasado, pero prometió que volvería a encontrarlos alguna vez.
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  11.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La pintora de insectos
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    20
     
    Palabras:
    911
    Capítulo VIII
    _ ¡Alphonse! Así te llamaré. Si tú quieres claro.
    Dijo Marcus al espantajo, quien respondió:
    _ M… Así que Alphonse ¿Eh?
    _ Sí, es un buen nombre ¿Cierto?
    _ Sí… No está mal.
    Entonces Marcus decidió que ya era hora de irse y se despidió del recién bautizado Alphonse, pero este último le dijo:
    _ No, no te despidas ahora de mí. No tengo hogar ni a donde ir, quiero saber si me dejas acompañarte hasta llegar a un buen lugar, con más recursos.
    El músico dudó un momento y le respondió:
    _ Está bien, pero permíteme advertirte que no tengo un rumbo fijo y seguirme implica que debes adecuarte a mi forma de ser, la convivencia es algo complicado y con el tiempo saca lo peor de uno.
    _ De acuerdo, ayudará a forjar el carácter del que carezco y de todas maneras no será permanente, en algún momento nuestros caminos se bifurcarán.
    _ Bueno, si aceptas esa suerte de condición, no tengo más que decir que ya es hora de partir.
    Y así caminaron por los estériles campos hasta toparse con un enorme palomar que parecía abandonado, ya caía la noche así que decidieron refugiarse allí. Al llegar notaron que muchas aves pequeñas también habían encontrado refugio allí. Subieron por unas viejas escaleras de madera estilo corral, cuando casi llegaban al techo encontraron un lugar muy cálido y limpio para dormir y se acomodaron allí. Al pasar un rato se quedaron dormidos, hasta que aproximada ya la madrugada Alphonse sintió el crujir de los tirantes del techo y parecía que todo iba a derrumbarse, entonces se apresuró a despertar a Marcus, quien entre dormido pudo advertir que algo se le venía encima y agarró al espantajo y se lanzó unos pisos abajo, era hábil y por lo tanto no sufrió ninguna lesión.
    _ ¿Qué fue eso?
    Dijo el músico sorprendido y con sueño aún, limpiándose la cara con la mano para despabilarse un poco. Pero eso no era todo, un ave gigante semejante a una paloma pero más quimérico descendió encima de ellos despabilándolos totalmente, y una vez más Marcus tuvo que usar sus habilidades para evadir al animal y salvar de vuelta a Alphonse. Entonces se vio obligado a desenvainar su espada y comenzó a atacar. Esquivó el pico del ave y se subió por su cuello, el animal se doblaba para sacárselo de encima y no le permitía clavar su espada. Entonces Alphonse tuvo que distraer a la bestia, entre esquivos Marcus ya se encontraba en la cola, por lo tanto tomó carrera y recorrió a gran velocidad su lomo con la espada de lado lista para cortar, llegó a la cabeza y cuando iba a darle muerte el ave le quitó su espada y voló despidiendo gran cantidad de aire que los empujó contra las paredes de la vieja construcción provocándole un desmayo a ambos. Cuando despertaron ya era de día y se encontraban en el mismo lugar, el ave estaba en el lugar donde habían decidido dormir en un principio encubando unos huevos que ellos habían confundido con un buen lugar para descansar. Entonces parándose y sacudiéndose Alphonse dijo:
    _ Nosotros, las especies que suponen ser dominantes, somos los únicos con el instinto del mal. Sólo defendía a sus hijos. Hacen lo que deben hacer, vivir, reproducirse, y morir. No hay más que eso, el poder es una estupidez que corrompe la conciencias y moriremos sin más en el afán de conseguirlo. Y el odio nos destruirá totalmente hasta que no quede ninguno.
    Marcus seguía contra la pared con su cuerpo apoyado en ella y sus piernas como si estuvieran tiradas en el suelo, su espada se encontraba en el piso al lado suyo. Asintió con la cabeza las palabras de Alphonse y dobló sus rodillas para recoger la espada. Se levanto algo dolorido, y se sorprendió de que el espantajo mostrara algún signo de dolor. Guardando con habilidad su espada le preguntó:
    _ ¿Crees en la teoría del odio y el poder?
    _ Claro, aunque el odio y el poder sea algo relativamente nuevo para nosotros, son las cosas que nos demuestran que somos la plaga de este planeta, plagas dominantes. Son dos partes, de otras tantas, del mal que nos dicen que somos los únicos capacitados para generar más mal, mal que llevamos en nuestra naturaleza, queramos o no.
    Algo dolorido, Marcus le contestó:
    _ Buen argumento…
    No terminaba de pronunciar esas palabras cuando el lugar comenzó a vibrar. Miraron ambos sorprendidos y contemplaron con alegría que se comenzaban a agrietar los huevos para darle lugar al nacimiento de las criaturas. El primer pichón asomó su cabeza y así lo siguieron sus demás hermanos haciendo lo mismo. La madre los contemplaba con ternura, y los muchachos resolvieron salir afuera, Alphonse tuvo que ayudar a Marcus a caminar por sus dolores, cuando salieron era un día despejado y notaron que había una ruta de tierra y rocas a pocos metros de ellos, entonces la tomaron. El espantajo iba ayudando al músico a caminar, y la gigantesca paloma salió a ver como se alejaban a forma de despedida.
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  12.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La pintora de insectos
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    20
     
    Palabras:
    987
    Capítulo IX
    El poeta se sentó en el acantilado con sus pies colgando al precipicio de espaladas a la salida del bosque. El lugar estaba rodeado de vegetación, pero más despejada que en el bosque, no había árboles altos, solo césped y flores, y el angosto camino era de tierra asentada y piedras.
    El joven entonces sacó sus cosas y comenzó a escribir. En eso levantó la vista y vio que un chico de su edad, algo oscuro seguido de una especie de gato negro se acercaba, venía desde el lado a donde el poeta tenía pensado dirigirse. Tenía pelo y ojos negros, su test era blanca y llevaba una vieja mochila negra a sus espaldas, vestía una especie de remera negra mangas largas con unos parches blancos de inscripciones ilegibles, sobre ella una delgada campera de lana negra desprendida con gorro y las mangas a tres cuartos estaban rasgadas, y se notaba que rasgadas por él. Llevaba pantalones negros, una bufanda a rayas roja y negra, y calzado común color negro también. El gato era completamente negro, salvo por una mancha blanca alrededor de su ojo derecho y su cola que era a rayas, negra pero anillada con blanco, sus ojos eran amarillos.
    El poeta lo miró con ironía al pasar, y el otro apenas lo observó de reojo con frialdad e indiferencia. Entonces el poeta le dijo a la pasada:
    _ ¿Qué eres?
    El otro se frenó, el gato lo imitó. Se tomó su tiempo y, dándole la espalda, le contestó:
    _ ¿A qué te refieres?
    _ ¿Tú a qué crees que me refiero?
    _ No lo sé.
    _ ¿Qué interpretas?
    _ Muérete.
    Después de decir esto, el oscuro chico hizo un gesto con la mano hacia atrás como demostrando que no le importaba y trató de seguir caminando, pero el poeta le dijo nuevamente:
    _ ¿Qué eres?
    _ Nada.
    Respondió finalmente el chico. Entonces el poeta prosiguió:
    _ Sabía que eras escritor ¿Cuál es tu nombre?
    Ambos se dieron vuelta a la vez para verse los rostros, y el poeta escuchó la respuesta del otro:
    _ Edward.
    _ Bien ¿Y él? (Refiriéndose al animal)
    _ Plutón.
    _ ¿Y eso que significa?
    _ Quizás lo sepas cuando te mueras, o quizás no.
    _ ¿Por qué? ¿Es algo de otro universo pedazo de bacteria? Jajajajaja.
    _ ¿A, tu también?
    _ Sí, somos pocos los de esa suerte de leer perfecto.
    _ Y de haber leído “La Planilla”.
    _Exacto, muy pocos fueron aptos para leerla, menos aún fueron aptos para entenderla, y sólo uno apto para escribirla.
    _ Sí, un anónimo.
    _ Como es de costumbre, no me sorprende.
    _ A mí tampoco.
    _ ¿Y algo que hayas escrito?
    _Puede ser.
    Culminó Edward. Y luego sacó de su mochila una hoja de papel con una especie de poesía vanguardista, adelantada totalmente a su tiempo, esta decía en letras negras:
    ¿Subestimarse es faltarse el respeto?:

    No digas lo que soy.
    Siquiera te planteas quien eres tú.
    El enmarañado laberinto de tu análisis
    concluye en el sinsentido de las palabras que emanas.

    Tu inexactitud es el comienzo de tu ineptitud.
    Grandes palabras de aliento que remarques mis defectos.
    Pero no puedo vivir de probabilidades,
    si tan relativo es todo.

    ¿Por qué no te dejas llevar como “ellos”?
    Anda, forma parte de “la mayoría de la masa”
    y vive “Plena” y “Superficialmente”.

    En cambio yo me rehúso a dejarme llevar,
    porque solo yo tengo dominio sobre mí.
    Joven, pensando en morir así,
    pero también pensando en encontrar respuestas útiles,
    en general, solo pensando.

    El poeta lo escuchó callado y cuando terminó de oír le tendió la mano y se presentó diciendo:
    _ August ¿Por qué el anonimato, no?
    _ (Le está por dar la mano) Sí, por… (Le quita la mano y lo señala)¡Aguarda!, ¿Me estás diciendo que tú? ... No, eso es imposible.
    _ Jajá, sí, es imposible. No soy el que la escribió, pero es bueno jugar con los demás.
    Entonces Edward le da la mano sonriendo de por comerse el engaño.
    Se miran con seriedad y se soltaron las manos, el gato ya se había sentado, los dos eran “vectores de realidades y universos”, y se encontraron en el camino disfrazados en sus oficios, pero entre ellos no podían ocultarse. El poeta entonces le dijo a Edward:
    _ ¿Quieres que viajemos juntos un tramo?
    _ No, gracias, vengo de allí.
    Dijo Edward sin interés, y prosiguió:
    _ Ya estuve allí, de allí vengo, y también estuve de este lado cuando inicié. Tu recién empiezas, yo me cansé y ya estoy volviendo, tal vez maduré pronto y me podrí temprano como dijo alguien en otro universo.
    No se dijeron más nada, el gato Plutón se subió a la espalda de Edward, August guardó sus cosas, y ambos partieron para lados opuestos.
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  13.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La pintora de insectos
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    20
     
    Palabras:
    703
    Capítulo X
    Alphonse caminaba por la ruta ayudando a Marcus quien tenía que caminar con uno de sus brazos rodeando el cuello del espantajo por sus dolores. Ya era de noche y el tiempo estaba cálido aun, pero de repente comenzó a llover, aunque no hacía frío. El músico entonces le dijo al otro riéndose algo esforzado por el dolor:
    _ Eres mi muleta.
    Y el espantajo se rió. Y luego de esto comenzó a hincharse por la lluvia, entonces dijo:
    _ De acuerdo, hasta aquí llego yo. Pronto comenzaré a sentirme pesado y no podré moverme más hasta secarme, y eso me quitará unos años de vida.
    _ ¿Qué? ¿Así funcionan?
    _ Sí, así crecemos. ¿Una paradoja, no?
    _ Realmente, pero podríamos hacer algo ¿No crees?
    _ No, déjalo, solo son unos años, además mientras llueve se aumentan nuestras habilidades y se agudizan nuestros sentidos. Podré llevarte en mis espaldas corriendo a gran velocidad para acortar un poco de camino.
    _ No, no te dejaré que hagas esa estupidez, tengo tiempo para recorrer todo el camino que quiera, y tú también, no dejaré que malgastes tu tiempo. El tiempo es tan valioso como la identidad, ya te privaste de mucho.
    _ De acuerdo ¿Ves algún posible refugio por aquí?
    _ No… Maldita sea esta ruta desierta, ni un árbol siquiera en toda su extensión.
    _ Lo ves. Súbete.
    El músico dudó un momento, vio que no había opciones, y se subió a las espaldas de Alphonse, pero le dijo:
    _ Pero me quedaré contigo hasta que recobres tu motricidad.
    _ Como quieras.
    Le dijo el espantajo, y partió a una velocidad que realmente era asombrosa. Pero a poco camino hecho una gran ventisca los hizo frenar, Marcus tuvo que aferrarse fuerte para no caerse y Alphonse ni se esforzó ya que había tomado gran fuerza y equilibrio, solo miró para arriba al igual que el músico. Quien despejaba la lluvia salvándole unos años más a la absurda existencia (Igual que la de todos) del espantajo no era una simple ventisca, sino la gigantesca paloma que antes habían visto. Esta aterrizó y los cubrió con una de sus alas para que no se mojasen. Y al mirar hacia arriba contemplaron como los pichones pasaban volando y la madre los saludó con un chillido ensordecedor, rieron y se cubrieron los oídos por el ruido, pero no apartaron la vista. En este universo crecían muy rápido los seres de esta y algunas otras especies. Ya habían crecido y era hora de que se vallan, la madre los había protegido durante tanto tiempo para finalmente tenerlos a su lado tan poco.
    Al otro día el espantajo despertó seco y Marcus un poco mejor, ya podía caminar sin tantas limitaciones. Ya no llovía. El ave seguía allí con ellos, sólo se le había caído una pluma, que entonces Marcus talló hasta convertirla en muleta, sabía que al otro día ya estaría bien y no quería causarle más problemas a Alphonse. Saludaron a la paloma acariciando su pico cuando se marchaban, pero esta sobrevoló y les cerró el camino como invitándolos a subirse. El músico se rascó la barbilla como pensante, y dijo:
    _ De acuerdo, pero habrá que darte un nombre amiga.
    _ Ya tenemos algo en común.
    Dijo el espantajo riendo, y continuó:
    _ ¿Qué tal Alma? Es un buen nombre ¿Cierto?
    _ Si, tienes razón, es una criatura muy amable y pura, merece ese nombre. ¿Tú qué opinas Almita? (Refiriéndose al ave)
    El animal extendió su pluma con amabilidad y emitió de nuevo el aturdidor sonido que hizo que una vez más los viajeros tengan que taparse los oídos, y mirándose se gritaron porque no se oía nada:
    _ ¡Nos acostumbraremos! (Los dos al unísono)
    Y también los dos a la vez, avanzaron hasta Alma, quien tomó vuelo y retomaron el viaje.
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  14.  
    Shani

    Shani Maestre Comentarista empedernido Usuario VIP

    Sagitario
    Miembro desde:
    17 Julio 2011
    Mensajes:
    3,193
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    ¿En que o quien te inspiraste para crear al poeta?
     
  15.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    En vista de que hay visitas, pero no coo-meen taaaa-riooos... Acá está tará ta raraaaaa...!!!!!!!: Les presento el maldito, estúpido y mediocre, CA-PÍ-TU-LOO número once jjjaaa xD:
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  16.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    La pintora de insectos
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    20
     
    Palabras:
    692
    Capítulo XI​
    _ Al fin se puede ver algo más que hielo y aridez.

    Dijo Mao con expresión de triunfo. Habían atravesado una montaña nevada, una ruta de glaciares, el descenso era una bajada tapizada entre secciones de pasto seco y se empezaba a ver un yermo entretejido de césped fresco y seco que daba a una gran pradera verde y florecida, el clima además era el indicado para detenerse a descansar.
    Entonces frenaron a la sombra de un naranjo, extendieron una manta, y se dispusieron a comer, no habían visto ser alguno desde que se despidieron de Clara, Alexander y su mascota. La pradera además del naranjo estaba sembrada de árboles frutales y era bastante extensa. Entonces fue que de atrás de un limonero se asomó con timidez una pequeña de unos cuatro o cinco años más o menos. Era de un cabello tan claro que era más blanco que rubio, tenía dos colitas bordó, un vestido del mismo color que parecía un delantal de preescolar con un gran bolsillo cuadrillé en combinación a los colores a lo ancho en la parte inferior del mismo, y del mismo estilo eran ambas partes del cuello del guardapolvo. Algo pálida de piel y ojos azules. Dimitra la vio y exclamó señalando en esa dirección donde se escondía la niña:

    _ ¡Miren! Alguien al fin.
    Los otros dos la miraron con intriga y Amanda le preguntó mientras comía arroz:

    _ ¿Quién?

    _ Una niña. Se está escondiendo detrás de ese árbol.

    _ ¿Dónde? ¿Detrás de ese de pomelo?
    Dijo la pintora con la boca llena y señalando en la dirección equivocada.

    _ No, allí.

    Dijo la otra marcándole el camino que debía seguir, y al momento de mirar ambas se asombraron al ver que August ya se encontraba socializando, de cierta forma con la niña, le estaba convidando unas uvas y ella las aceptaba gustosa con una sonrisa muy bella, empalagosa e incandescente a la vez en su rostro. Las dos muchachas se pararon y fueron hasta allí.

    _ ¿Cómo te llamas?
    Le estaba preguntando el ladrón cuando se acercaron.

    _ No lo sé.
    Le respondió la chiquilla.

    _ Hum… Con que no tienes un nombre ¿He?
    Le preguntó el chico rascándose la barbilla como pensando.

    _ Podría llamarse Idris.
    Dijo Amanda.

    _ No, mejor Petra.
    Dijo la otra.

    _ O Poletchka

    Dijo el muchacho en voz baja, saliendo de su pequeño entretiempo mental.
    Dimitra interrumpió y se dirigió a la pequeña mirándola intrigada y con amabilidad le preguntó:

    _ ¿Cómo es qué haces para tener el cabello así?

    _ ¿Así como? Le respondió la niña riendo con toda la pureza del mundo.

    _ Blanco.
    Le respondió la joven, a lo que los otros dos se miraron consternados. Y Amanda le dijo:

    _ Eres daltónica Dimitra.

    _ Sí, lo eres.
    Confirmó August.

    _ ¡¿Qué?!
    Se asustó la chica.

    _ Sí, esta niña tiene el cabello azul grisáceo, largo, y ondulado, y su piel es blanca como la nieve, igual a la tuya, de hecho es muy parecida a ti, dijo August.
    A lo que Amanda se sorprendió más aún y dijo:

    _ ¿Qué acaso estamos todos locos? Yo la veo de piel morena, cabello corto, negro y con una cinta en él como yo. Y lleva un futah blanco.

    _ No, lleva un vestido bordó.

    _ No, lleva un vestido negro.

    Replicaron los otros dos a la vez, estaban distraídos y tan confundidos discutiendo de espaldas a la niña que cuando voltearon ya no estaba, el cuchillo de ladrón que August llevaba en su bolsillo estaba clavado en el árbol y la pequeña había tallado en hermosas letras:

    “Cada uno ve a la inocencia como quiere y como lo siente, pero cuando ella es quien mira nos ve como somos realmente.”
    Y en lugar de una firma, debajo decía como si quisiera suplantar a una:
    “Sin letargo, colapsos ni alusiones.”​

    Los jóvenes se miraron y comenzaron a reír mientras Lucy dormía una siesta.
    En otras direcciones bastante alejadas August (Acostado entre el césped de algún bosque algo despejado de vegetación bajo el cielo nocturno) y Marcus viajando en el lomo de Alma en un atardecer sobrevolando un poblado) miraron hacia arriba y pronunciaron al mismo tiempo en distintos espacios:

    _ Experiencia…
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  17.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Todos están involucrados involuntariamente a la realidad, no puedes sentirte o no involucrado a ella, te ves obligado a estarlo. Lo mismo sucede con esto. No es Naruto.

    En nadie, el poeta y los demás personajes, no son personajes, son metáforas.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  18.  
    Pakkun

    Pakkun Entusiasta

    Tauro
    Miembro desde:
    14 Junio 2011
    Mensajes:
    93
    Pluma de
    Escritor
    Oh... cierto, pocos comentarios... pues aquí va el mio :3

    Pues he visto que envés de poner el guión largo "—" pones un guión bajo "_", te recomiendo que pongas el "—", me resulta extraño que nadie alla comentado eso, ese fue el único error "importante" que vi, pero como todos, tienes algunos errores de deos [<-- como ese]
    Ahora, me gustó mucho tu historia, me gustaría que me avisaras de la conti ¿Si? ¡Gracias! :D
     
  19.  
    grunge

    grunge Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    6 Septiembre 2011
    Mensajes:
    142
    Pluma de
    Escritor
    Bueno, gracias por tu comentario Pakkun-kun, es que yo estoy acostumbrado a usar los guiones de diálogo de otra manera, de todas formas lo tomaré en cuenta. Y sí, te aviso de la continuación cuando esté. Y esperaré a comenten más, pero por lo visto mucho no les gusta xD
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  20.  
    Salem

    Salem Vieja sabrosa

    Cáncer
    Miembro desde:
    26 Junio 2011
    Mensajes:
    963
    Pluma de
    Escritora
    Penny La Metida ha llegado. Pues bien, sin comentarios se ve algo abandonado el Original, pero tenés que agradecer que no hay spam :p.

    En vista de que hay visitas, pero no coo-meen taaaa-riooos... Acá está tará ta raraaaaa...!!!!!!!: Les presento el maldito, estúpido y mediocre, CA-PÍ-TU-LOO número once jjjaaa xD:

    Sé que seguramente lo decías en broma, pero no tenés que criticar tu propia obra. Los escritores debemos reconocer cuando algo está bien o está mal, y tu escrito está excelente. Llendo a un tema que no tiene nada que ver con el abandono, ni con la autocrítica...los errores.

    No vi ningún error de ortografía ¡Seguí así! Pero si algunos de puntuación. Falta de comas en los diálogos; no siempre, pero algunas veces. Por ejemplo:

    _ No, allí.

    No sé si se nota el color pero en azul es en dónde yo he agregado la coma. Hubieron otros casos, pero me da vagancia ponerlo. Respecto a la trama: me ha encantado. Quiero leer el capítulo XII, y realmente lo espero con ansias. Pakkun ya te marcó lo del guión, así que no voy a repetirlo
    ¡Quiero y espero impacientemente el cap. doce! Deseo saber que sucederá lo antes posible (pero sin presiones. Todo a su tiempo). Penny out.

    Auf Whidersen (o cómo se escriba)
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso