Hina, I love you

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por AmyCrazyxD, 12 Marzo 2012.

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    AmyCrazyxD

    AmyCrazyxD Entusiasta

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    Hina, I love you
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    Comedia Romántica
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    13
     
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    Hinata es una chica tímida que pasa desapercibida hasta que Naruto llega al colegio y le da una repentina popularidad provocando que varios chicos compitan por su amor ¿con quien se quedara Hinata al final?

    Pues vamos a descubrirlo xD

    Hola! les traigo un nuevo fic en donde Hinata sera la protagonista, pero como saben (al menos aquellos que ya han leído alguno de mis otros fics), siempre se encontrara un poco de todo. Espero les guste n.n pero antes quiero advertirles que con este fic tengo la misión de hacerlos matar de la risa xD solo bromeo, no creo que sea tan así jejeje

    Obviamente, los personajes no me pertenecen.


    Hina, I love you
    Poción de amor

    Capitulo 01:
    El chico nuevo

    Quizás… simplemente no nací para esto.

    No importa cuánto lo intente o me esfuerce en hacerlo, nunca logro dominarlo como me gustaría y también… siempre hay alguien que es mejor que yo sin preocuparse si quiera en practicar.

    ¿Por qué? ¿Por qué no naci con un don como los demás? ¿Por qué todo siempre tiene que salirme mal? Ya basta… me rindo. Lo dejo.

    Aunque es una lástima, en verdad me hubiera gustado ser buena en esto.

    En verdad… me hubiera gustado.

    ―Ne, Hinata… ¿Uh?― la voz de aquel chico no la sobresalto, a pesar de su apariencia salvaje y cabellos rebeldes, estaba acostumbrada a su presencia. Era su mejor amigo, el único que tenia.― ¿Otra vez estas llorando? ¿Ahora qué paso?― le preguntaba mientras se ponía frente a ella y la miraba con seriedad, pero no pudo aguantar seguir haciéndose el chico rudo, de un suspiro voto toda severidad y la miro con compasión esperando pacientemente a que estuviera lista para responderle, o simplemente acompañarla en su llanto, como siempre lo hacía.

    En verdad… me hubiera gustado.


    Cuatro años después
    Inicio del año escolar 2011-2012

    En este día, a inicios de septiembre se comenzaría un nuevo periodo escolar en todas las escuelas de Konoha. Era un día distinto que a muchos les entusiasmaba así como a otros los desquiciaba, la idea de empezar la misma rutina de pararse temprano y estudiar como locos no se veía muy apetecedora, sin embargo, volver a ver a los amigos y compartir con ellos era lo que realmente hacia que estos jóvenes espíritus se levantaran de la cama a esas horas de la mañana.

    Como de costumbre, los alumnos del colegio “Versalles” se reunieron en el anfiteatro a recibir la bienvenida por parte de la directora Tsudase para que seguido se establecieran las reglas y los anuncios se hicieran sonar a principios de año. Después del discurso, cada uno se encamino a los salones correspondidos. Y así empezar con las clases.

    Hinata, era una chica de quince años de piel blanquecina, hermosos ojos lilas y una cabellera tan negra que en ella se formaban destellos azules impresionantes. Parecía una muñequita de porcelana. Hinata Hyuga era su nombre completo, hija de Hiashi Hyuga, dueño de famosas empresas de dominio mundial. A pesar de todo, Hinata era una chica tímida e insegura, pasaba desapercibida entre la gente y no precisamente porque así lo quisiera.

    Esa mañana llego en compañía de Neji Hyuga, un chico de cabellos castaños recogidos en una coleta baja, era su primo-hermano y probablemente, futuro heredero de las empresas Hyuga. Un alumno ejemplar, casi perfecto en todo. Muy diferente de Hinata a pesar de parecer casi gemelos. Era un año mayor que ella por lo que no estaban en las mismas clases, pero por suerte tenia a Kiba, su amigo de la infancia, un chico de cabellos castaños y ojos color miel, con una apariencia salvaje, casi animal, pero en el fondo era un chico amable. Se sentó a su lado y lo saludo brindándole una pequeña sonrisa que fue devuelta por el castaño. Segundos después, entro el profesor de la clase, un hombre veinteañero de cabellos plateados y ojos negros, un tipo muy inusual dado que usaba el cuello tortuga de su suéter para tapar la mitad de su rostro y por mas que le insistían en que mostrara su cara éste no cedía, era todo un misterio y para el colmo, cada vez que le preguntaban el porqué de su mascarilla improvisada, inventaba una historia totalmente ridícula e imposible de creer.

    ―¡Ah! ¿Qué le paso sensei? ¿Se cayó de la cama?― preguntó Haruno Sakura con cinismo tomando en cuenta que Kakashi tenía la mala manía de llegar tarde todo el tiempo. Sakura era una chica de apariencia exótica, de piel blanquecina, ojos de un verde claro parecido al jade y un cabello corto de un rosa claro. No estaba en claro si era natural o teñido, pero le quedaba como anillo al dedo. Llamaba bastante la atención a donde fuera que vaya.

    ―No te deberías de burlar de tus profesores, Sakura, recuerda que ellos son los que ponen la nota― contesto Kakashi con sabiduría haciendo que los chicos pasaran de la risa a un corito de voces que reflejaba la metida de pata de Sakura.― Bueno, empecemos con las clases…

    ―Espere, sensei― le interrumpió Ino, una chica rubia de abundante cabellera recogida en una coleta alta a la vez que dejaba un mechón al lado de su rostro que cubría parte de su ojos izquierdo, sus ojos eran de un azul celeste brillante. Cualquiera podría decir que era una modelo, en verdad era linda y muy segura de sí misma, aunque a veces podía ser molesta.―¿No entraría un chico nuevo en este curso?

    ―¡Oh! Cierto― dijo al recordarse de aquello con un tono un tanto infantil.― Naruto, puedes pasar― le avisó Kakashi-sensei desde su escritorio. Todos dirigieron su mirada a la puerta, la cual segundos después se abrió dándole paso a un chico de alborotados cabellos rubios, ojos azules brillantes y de enorme sonrisa. Tenía una gran energía positiva a su alrededor, no había que ser un genio para darse cuenta.

    ―Mi nombre es Naruto Uzumaki, ¡es un placer conocerlos a todos!― dijo el catire con hiperactividad y luego se llevo una mano a su nuca mientras reía con nerviosismo.

    Ese chico… tiene una linda sonrisa.

    ―Bien, Naruto, te puedes sentar en el asiento vacío delante de Sasuke― le sugirió a lo que el azabache alzo la mano con indiferencia para que Naruto se ubicara. Acto seguido, el catire corrió al puesto y se sentó saludando a los que estaban a su alrededor.

    ―Hmp…― fue la respuesta de Sasuke, éste era un chico vibrante a decir verdad, de cabellos negros y profundos ojos oscuros que emanaban una gran energía, fácilmente podía intimidar a cualquiera con la mirada. Aun así, no era precisamente un chico que se metía en problemas, todo lo contrario, le era indiferente al mundo y aunque hacia lo que quería no significaba que fuese hacer alguna travesura, claro que siempre había algunas excepciones, dado que él no buscaba problemas, los problemas lo buscaban a él.

    Según corría el tiempo, los chicos se iban conociendo. Era increíble la cantidad de personas que rodeaban al catire y reían junto a él en tan poco tiempo. Se notaba que era un chico muy sociable y divertido. Rápidamente había llamado la atención de todos. Era como si hubiera estado ahí durante toda la vida.

    ―¿Comemos juntos?― le preguntó Kiba a Hinata mientras sacaba de su maletín un obento. La oji-perla salió de su hipnosis causada por el chico nuevo y le respondió a Kiba con un ligero movimiento en su cabeza a la vez que le sonreía dulcemente. Ambos se levantaron de sus asientos y salieron del salón directo a la terraza donde el bullido no los molestara. ―Ahg… ¡este calor es molesto! ¿No crees que sería buena idea poner aires acondicionados en los salones? En verdad sería muy útil― decía Kiba a la vez que sacaba su alimento sentado junto a Hinata en uno de los banquitos de la terraza cerca de la red de alambre. ―Oye, Neji, tu de seguro serás el presidente de tu clase. Deberías proponer la idea― comentó Kiba al aire, Hinata no había visto a Neji cuando llego pero al alzar la mirada noto como su cuerpo se integraba desde el techo de la puerta.

    ―¿Por qué no lo haces tú? Siempre molestando a los demás para que hagan las cosas. Deberías postularte, a veces tus estupideces pueden ser de utilidad― respondió Neji con un tono de voz seco e inmutable.

    ―¡¿Cómo me llamaste?!― le gritó Kiba enojado agitando sus brazos con furia apretando sin querer el envase en su mano provocando así que el líquido en su interior se vertiera encima de la peli-azul.

    ―¡Ah!― gimió Hinata al sentir el frio liquido del jugo de uvas aterrizar en su uniforme de verano nuevo y perfectamente planchado.

    ―¡Ah! Lo… lo siento, Hinata, lo siento ¿Vez lo que provocas, Neji?― le regañó como si hubiera sido culpa de él, sin embargo éste le hizo caso omiso con uno de sus clásico: Hmp… Kiba tan solo refunfuño y le tendió a Hinata una servilleta, pero fue en vano, tenía que cambiarse la camisa, el problema es que no tenía.

    ―Iré al baño, ya vuelvo― le avisó Hinata mientras se paraba del banquito y dejaba todo en orden. Corrió escaleras abajo buscando el baño más cercano pero antes de que pudiera llegar, sintió como su cuerpo era repelido en dirección contraria al chocar con algo, o mejor dicho, alguien. El impacto fue tan fuerte que termino cayendo al suelo, cosa que probablemente le provocaría una protuberancia en un futuro cercano.

    ―Itte…― gimió el chico mientras se incorporaba de nuevo.―¿Estas bi…? ¡Estas sangrando!― gritó a los cuatro viento al ver la marca roja que manchaba la camisa de la oji-perla. Entro en un estado de pánico y sin dejarla hablar la levanto del suelo cargándola entre sus brazos y corrió como loco mientras gritaba con desesperación:―¡Permiso! Quítense, persona herida, auxilio― no se trataba de nadie más de que el chico nuevo haciendo un total escándalo en el trayecto en dirección a la enfermería.

    Hinata por su lado esta roja como un tomate, intentaba decirle que solo era una mancha de jugo pero su voz era muy suave y siempre era interrumpida por los gritos de Naruto. Hacer esa escena le había causado una gran vergüenza, pero estar cargada por él y verlo tan preocupado aceleraba su corazón a un ritmo que solo llegaba cuando alcanzaba la adrenalina. Se sentía desmayar, estaba a punto del colapso mental.

    ―¡Oe! ¡Despierta! Ah, no puede ser, la mate…― le pedía a Hinata al ver que yacía inconsciente entre sus brazos. Si antes estaba desesperado ahora se encontraba en un estado iracundo y descontrolado de nerviosismo. Al llegar a la enfermería, abrió las puertas de un golpe asustando a la enfermera a cargo.―¡Chizune, sálvala por favor!― le dijo al tiempo que depositaba a Hinata en una de las camillas más cercanas preocupando a Chizune por completo, rápidamente se acerco a Hinata y toco su frente, estaba un poco caliente, pero… nada por lo cual preocuparse.

    ―¿Qué paso?― preguntó intrigada ante el nerviosismo de Naruto, solo se había desmayado, era común en Hinata. Pero él era el chico nuevo…

    ―No estoy del todo seguro, solo tropezamos y cuando me di cuenta tenía esa herida y sangraba así que la cargue pero en el camino se desmayo…― le explicaba a gritos a lo que Chizune bajo la mirada hacia Hinata dado que no había visto ninguna herida, solo había una mancha en su camisa pero era jugo.

    ―Naruto… Naruto― lo llamaba pero éste seguía hablando sin parar diciendo que no había sido intencional y cosas así.―¡Naruto es solo jugo!

    ―¿Eh?

    ―Esa mancha, es solo una mancha de jugo― le dijo con una mescla de sarcasmo y paciencia.― Tu armaste un escándalo por nada poniendo a la pobre Hinata de los nervios, cosa que hizo que se desmayara― le explicó en un tono de regaño tratando de no ser cínica pero le era difícil ¿Cómo no pudo diferenciar una mancha de jugo de una de sangre? ¿Acaso era idiota?

    ―Oh― murmuró un tanto apenado sin saber que decir con exactitud, esta vez la había embarrado en grande. Tan solo se limito a dar una de esas sonrisillas nerviosas mientras rascaba su nuca haciendo que Chizune bufara, era una anécdota muy… muy… tan solo no encontraba las palabras correctas para describirlo― Lo siento, jejeje

    En ese momento, Hinata empezó a despertarse llamando por completo la atención de los presentes quienes guardaron silencio en espera de que la oji-perla se levantara.

    ¿Qué fue lo que paso?

    Se preguntó a sí misma en un estado confuso pero rápidamente recordó el motivo, la cara de preocupación de Naruto vino a su mente sonrojándola un poco. Restregó sus ojos y se sentó en la camilla pudiendo observar a Chizune y al rubio de ojos azules quien tenía su cuerpo inclinado hacia ella limitando la distancia entre los dos. Claro que Naruto no tenía otras intenciones, tan solo estaba angustiado y se acerco para asegurarse de que estaba despertándose, pero Hinata, al verlo tan cerca se le subió la sangre a la cabeza.

    ―Qué bueno que estas bien, me tenías preocupado― le dijo con una sonrisa amable y sincera que solo hacia aumentar los nervios de la peli-azul― ¿Uh? Oye ¿Segura que se encuentra bien?― pregunto dirigiéndose a Chizune pero sin despegar la mirada de Hinata― Estas muy roja ¿Tienes fiebre?― dijo esta vez dirigiéndose nuevamente a la chica frente a él mientras tocaba su frente con la palma de su mano.

    ―Naruto, déjala en paz― interrumpió Chizune― Yo me encargare de eso, tu deberías en preocuparte por pedirle disculpas ante la burrada que hiciste― le sugirió estando un poco fuera de sí, tal vez juntarse tanto tiempo con Tsudase había empezado a afectarla pero el punto era otro y simplemente no podía evitarlo.

    ―Lo siento― se disculpo con toda la amabilidad posible, brindándole a la vez una sonrisa cálida.

    ―E…es…esta bi…bien― respondió totalmente apenada, sin atreverse si quiera a mirarlo a los ojos. Sus dedos se juntaron en un juego que hacia siempre que estaba nerviosa de forma inconsciente. Ese chico le ponía los pelos de punta.― So…solo fue… un ac…accidente― le dijo en un hilo de voz fino que de alguna forma se podía escuchar. Naruto, al oírla le sonrió, generalmente hubiera recibido un grito o una bofetada si se tratase de alguna otra chica (Sakura) pero la oji-perla había sido muy comprensible.

    ―Oye ¿Cómo te llamas?― le preguntó más animado, botando toda estrés o preocupación que pudo haber causado aquel pequeño accidente.

    ―Hinata― dijo en un tono de voz muy suave. Chizune empezó a sentirse de sobra por lo que se dedico a su trabajo y regreso a su escritorio para buscar un judo de naranja natural que había traído para ella, pero no le importaba compartirlo.

    ―Yo soy Naruto, estoy en tercero. Es mi primer día en el cole ¿Tú también eres nueva?

    ―Ella está en tu mismo salón, Naruto― respondió Chizune por parte de la peli-azul dejando a Naruto en un estado de shock, ¿Cómo es que no la había visto?― Ten, el jugo de naranja te dará energía― le dijo a Hinata con una sonrisa afectuosa, ésta tan solo acepto con un ligero movimiento con su cabeza y tomo el vaso de plástico con delicadeza, causa de los nervios.― Ibas a cambiarte la camisa ¿no es así?

    Hinata volvió a asentir.

    ―Pe…pero no tengo una ca…camisa extra, a…así que solo iba a tra…tar de limpiarla― contestó, siempre que hablaba con personas a las que no conocía, o bien no había entrado aun en confianza, tartamudeaba, a veces le era molesto, pero otras veces como en este caso, ni se daba cuenta.

    ―¡Yo tengo una camisa extra!― gritó Naruto como si de eso se ganaría un premio. Estaba realmente arrepentido por lo que le había hecho pasar a Hinata así que esa era su forma de disculparse con ella.― Mi madre me obliga siempre a traer cambio, si quieres te presto mi camisa, es lo menos que puedo hacer después de hacerte pasar por todo eso…― dijo con emoción finalizando con una de sus sonrisillas.

    ―¿Eh?― Hinata entro en pánico ¿Ponerse la camisa de aquel chico? Era una total locura, eso sería… muy… vergonzoso, muy…

    ―Es una buena idea, Naruto, las camisas de verano son iguales tanto en chicos como en chicas, nadie se dará cuenta― opinó Chizune, pero Hinata seguía dudándolo.― No te preocupes, mañana podrás regresársela sin problema alguno dejándolo en su casillero ¿Verdad, Naruto?

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-​

    El tiempo había pasado y Kiba empezaba a preocuparse por la tardanza de Hinata, pero Neji lo veía de lo más normal, era una chica al fin y al cabo. Durante ese tiempo, ninguno de los dos hablo mucho, a pesar que se conocían desde hace años y se veían muy seguido a causa de Hinata, eso no significaba que se llevaran precisamente bien.
    El ambiente ya se empezaba a tensar, era aburrido para Kiba no tener con quien hablar en ese momento. En eso, la puerta de la terraza se abre dándole paso a Hinata con su camisa limpia, sin mancha alguna, solo que a diferencia de la otra le quedaba muy holgada y las mangas casi le llegaban a los codos por lo que iba arremangándola durante el camino.

    ―Hasta que por fin llegas― comento Kiba un tanto impaciente.― Te tardaste mucho.

    ―Lo sé, lo siento― se disculpo sin preocuparse en dar muchos detalles, deshaciéndose milagrosamente del tartamudeo. Con una pequeña sonrisa se sentó al lado de Kiba y continúo con su comida.―¡Eh! Te comiste mis camarones.

    ―Lo siento, no me pude aguantar― se excuso un tanto apenado pero sin poder evitar reírse.

    ―Mooo… Kiba-kun

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-​

    Espero les haya dejado una buena impresión, con ganas de más n.n

    Una cosa antes de irme, suelo tratar siempre con las parejas a la que estamos acostumbrados (ya saben SasuSaku, NaruHina y todas esas) y quiero cambiar eso un poco así que habrán unas cuantas sorpresas en cuanto a eso xD aunque eso no significa que haré una mezcla extraña con todas las parejas, solo serán algunas... pero no diré cuales n.n
     
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  2.  
    Ashlotte

    Ashlotte Usuario común

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    Ahh, me ha encantado.

    Me reí demasiado. Lol, me morí de risa.
    Ay Dios.... ese Naruto nunca cambia. x´D
    Me pude imaginar cuándo Naruto se llevó corriendo a Hinata para la enfermería por la mancha de jugo y luego se desmayó. x´D

    Bueno bueno, sólo noté falta de acentos. Pero unos pocos, así que nada grave. De resto todo está bien ^-^

    Ne... si quieres hacer el cambio de parejas está bien. Pero... ¡te imploro que no cambies el Gaamatsu, ni el Nejiten! *suplica*
    Si quieres... no sé, ponlos con quién quieras, ¡pero no rompas estas parejas! T-T
    Ok, no. Tú haces lo que quieres, así que no me hagas caso x´D
    Jajaja, me agrada que hagas un cambio de parejas, siempre son las mismas. Aunque me gustan, pero bueh. x´D

    El fic se ve muy interesante, querida. ¿Me podrías avisar de la conti?
    Sería magnífico.
    Aunque, no te aseguro un comentario porque estaré sumamente ocupada estas semanas :/
    Pero trataré...

    Bueno, nos vemos, linda.
     
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  3.  
    kaatyy

    kaatyy Iniciado

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    Hola
    Me encanto, es genial la parte en que Naruto cree que mato a Hinata me imagine su cara.
    Faltas de ortografía no encontré y tampoco me fijo no me gusta corregir eso porque yo soy muy mala con la ortografia
    sigue escribiendo espero que pase algo mas entre Hinata y Naruto me encanta esa pareja
    avisa cuando este la conti
    cuidate chaito
     
  4.  
    AmyCrazyxD

    AmyCrazyxD Entusiasta

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    ¡Hola! :D
    Gracias por sus comentarios y también por leer mi fic,me alegra saber que les ha gustado (y dado risa también, es que estoy explorando mi lado de comediante con este fic). En fin, aquí les pongo la
    continuación.
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    Poción de amor

    Capitulo 02:
    Los chocolates de Hinata

    Al día siguiente, Hinata llego temprano al colegio con una bolsa en su mano y aprovechando que a esas horas no había casi nadie en el colegio se encamino al casillero de Naruto y saco de la bolsa su camisa, la cual le había prestado el día de ayer con amabilidad. Lavada, planchada y doblada con total profesionalismo, puso la camisa en el casillero de su dueño y arriba de esta puso una pequeña nota de agradecimiento y una bolsita trasparente que tenía tres bombones de chocolate en su interior. Luego camino a su salón a esperar a que todos llegaran e iniciaran las clases. Había supuesto que era le primera en llegar de su clase, pero al entrar no todo que no había sido así, al lado de las ventanas, casi de ultimo estaba sentado Sai, un chico súper pálido de ojos y cabellos negros oscuros, era en si un chico muy raro, siempre se la pasaba leyendo libros de psicología y emociones humanas como si se tratase de un robot queriendo saber de sentimientos. Al principio pensaba que era tímido como ella, pero se dio cuenta que la verdad era que no le importaba nada sobre lo que pensaran de él, o es que tal vez no se daba cuenta.

    ―Bu-Buenos días― saludó Hinata con timidez llamando la atención del azabache, quien respondió con una sonrisa un tanto tretica según la oji-perla.

    ―Buenos días― fue lo que dijo para después volver su mirada a la ventana.

    Hinata, con la mirada abajo, camino al mismo puesto en el que se había sentado el día anterior. En verdad era una situación un tanto incomoda para ella, ya que Sai parecía perdido en otro mundo. La peli-azul le hubiera gustado iniciar una conversación, pero no se le venía ningún tema a la mente.

    ―Ya vuelvo― anunció Sai mientras se levantaba de su asiento y le brindaba nuevamente esa sonrisa aterradora y forzada. Totalmente relajado, Sai salió del aula a lo que Hinata suspiro votando la tensión, pero a la vez estaba desanimada pensando que se había ido por su causa.

    El azabache por su parte camino en dirección a la biblioteca después de haberse recordado que había dejado pendiente un libro en la sección de psicología que le había llamado mucho la atención debido a su título: acción y reacción, el cual explicaba como los humanos reaccionaban ante diferentes situaciones, tanto comunes que pasan al día a día como a eventos dramáticos y además decía el por qué de esas reacciones. En verdad que se veía muy interesante y no quería esperar ni un segundo más en leerlo.

    Debido a que era temprano, la biblioteca estaba totalmente desierta, pero no le tomo importancia, tan solo fue a la sección en donde se encontraba su libro, lo tomo y se fue al rincón a sentarse en el suelo para empezar a leerlo. Volteo el libro y volvió a leer la contraparte en donde había un pequeño resumen de lo escrito y luego lo abrió empezando desde el prologo, sin embargo, un ruido extraño lo saco de su lectura, era débil, pero estaba cerca. Miro a los lados y observo a través del estante a su derecha unas sombras, invadido por la curiosidad bajo un poco su cabeza y por la parte libre en donde faltaban libros pudo mirar dos piernas, luego cuatro. Sin pensarlo se levanto y avanzo unos pocos pasos, se detuvo y quito unos libros del estante permitiéndole la vista a donde se encontrabas esas dos personas, era obvio que se estaban besando, pero lo que vio lo dejo pasmado, casi sin aire… la chica acorralada entre la pared y el cuerpo de ese hombre, no era nadie más que Sakura Haruno y el chico, era Kakashi-sensei.

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    Según pasaba el tiempo, los alumnos y docentes llegaban a la instalación educativa llenando el lugar de saludos y gritos de emoción. El chico nuevo entro al colegio y saludo a sus nuevos amigos, entre ellos se encontraba un albino llamado Suigetsu, de tez blanquecina, cabellos plateados y ojos de un azul grisáceo muy claro, tenía esa apariencia de chico playero con un sentido del humor muy cínico; También estaba Gaara, un pelirrojo de ojos verdes oscuros, tenía un aura negra muy amenazante, pero en verdad era un chico muy tranquilo; otro que los acompañaba era Shikamaru, un azabache de cabellos lizos recogidos en una cola alta que le daba la apariencia de una piña y ojos semi-cerrados que reflejaban su estado soñoliento habitual.

    Después de haber saludado a todos y tener una ardua conversación sobre los mejores parques en Konoha, Naruto camino a su casillero acompañado de los dos azabache nombrados con anterioridad, con los que mantenía dicha discusión.

    ―Aqualandia es el mejor y punto, tiene enormes toboganes y piscinas increíbles, además, puedes nadar con delfines, Teme― decía Naruto con un tono de agresividad, como si estuviera peleando con los chicos… y tal vez a si lo era.

    ―Pero después de un tiempo te cansas y no duras más de dos horas en ese lugar, a cambio en el parque de diversiones tienes muchas más opciones, tienes la feria, las maquinas y las montañas rusas y en la tarde hacen conciertos en vivo, Dobe― contestó Sasuke a la ofensiva y con un tono de arrogancia que irritaba a Naruto, Shikamaru por su parte se limitaba en no decir palabra alguna, a él sinceramente no le importaba mucho a donde iba siempre y cuando amaneciera sano y a salvo.

    ―En aqualandia también hacen conciertos y venden ramen― dijo Naruto como si esos dos motivos hicieran que cualquier cosa fuera inferior a lo demás, claro que los chicos presentes lo miraron con sarcasmo conociendo la adicción que tenía el rubio con el ramen. Tan solo lo ignoraron y abrieron sus casilleros para guardar o sacar lo que fuera que tuvieran que necesitar o no.―¿Uh?― gimió Naruto al ver lo que se encontraba dentro de su casillero llamando la atención de sus compañeros, éste tan solo leyó la carta y sonrió.―Oye, Teme ¿quieres chocolate?― le ofreció mientras tomaba uno por su cuenta y se lo metía a la boca, al hacerlo, sus ojos se abrieron a no más poder.

    ―¿Quién te dio los chocolates?― le preguntó Shikamaru con curiosidad mientras que Sasuke se acercaba a recibir el manjar, pero Naruto en vez de entregárselo lo alejo lo más posible de sus manos.

    ―Olvídalo, es mío― le dijo Naruto con malcriadez mientras seguía masticando el bombón haciendo que su voz sonara extraña.

    ―¡Me lo acabas de ofrecer!― objetó Sasuke un tanto molesto mientras alzaba su manos para arrancarle el chocolate pero Naruto fue rápido y se lo paso al otro lado.

    ―Pues cambien de opinión― le gritó saliendo a correr lejos del Uchiha quien sin pensarlo lo persiguió.
    Shikamaru por su parte cerró su casillero y el de Sasuke para luego observar lo que había dentro del casillero de Naruto, no había más que unos cuadernos y una camisa doblada a la perfección con un papel rosa a un lado y un bombón que Naruto dejo olvidado. Sin darle mucha importancia tomo la carta y la leyó, y así como hizo Naruto, tomo el bombón y lo probo sorprendiéndose por el increíble sabor que estallaba en su boca.

    Gracias por prestarme la camisa ayer. Hice unos bombones, espero te gusten. Hinata”

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    Los salones empezaron a llenarse, en tercer año los chicos llegaban en grupos o en parejas al salón y conversaban mientras esperaban que el profesor o profesora llegase a dar la clase. Hinata hablaba con Kiba como siempre lo hacía; Naruto por su parte se encontraba deprimido en un rincón dado que Sasuke le había logrado quitarle su bombón y Shikamaru se había devorado el otro. Y Sakura conversaba con sus amigas sin poder evitar sentirse acosada ante la mirada observatoria de Sai lo cual empezaba a molestar ya, aun así le hacía caso omiso, además Ino acaparaba toda su atención con sus ofensas.

    ―Anda a callar, frente de marquesina― le gritó Ino enfurecida.

    ―¿Por qué no me callas tú? Ino-cerda― le respondió Sakura de igual forma haciendo que las demás chicas las miraran con ironía. Siempre hacían lo mismo, en un momento eran las mejores amigas y en el otro estaba discutiendo a gritos para que después todo volviera a la normalidad en un círculo vicioso que se repetía constantemente.

    ―Es muy temprano para que estén con sus tonteras, ya cálmense― interrumpió Karin con amargura, acto seguido ambas chicas hicieron un sonoro: Hmp… y se dieron las espaldas mientras entrelazaban sus brazos en protestad.

    ―Chicas, no deberían pelearse por un chico, somos mejores amigas ¿recuerdan? Y de todas formas Sasuke no les hace caso a ninguna de las dos― opinó Matsuri sin saber en el lio que se había metido a causa de sus palabras. Karin por su puerto empezó a reír como loca, pero las otras dos miraron a Matsuri con rencor para luego estallar en una nueva discusión sobre como Sasuke “si” les hacía caso, y cual era mejor para él.

    ¿Estará fingiendo?

    Sai no podía dejar de pensar en eso, según lo que había leído, una relación así podría conllevar muchos problemas, pero lo que más le preocupaba de todo era que por más que lo intentase no podía entenderlo. Se supone que Sakura estaba enamorada de Sasuke ¿No? Entonces ¿qué hacía con Kakashi y cómo es que llegaron a ese punto? Sera que lo de Sasuke era solo una cuartada, o había algo más…

    ―¡Por favor! Préstame la tarea, Sasuke― le pedía Naruto a gritos de suplica pero por más que lo intentara éste no cedía, tampoco Shikamaru, mucho menos Sakura o Suigetsu, eran unos amargados, por lo que fue a la única persona que le quedaba.― Oye, Hinata, se ve que eres inteligente ¿podrías prestarme la tarea? ¡Por favor!― le suplicó apoyando sus codos en la mesa de Hinata y con las manos juntas a la vez que agachaba la cabeza. Hinata se sonrojo ante su presencia y Kiba hizo una mueca de desprecio ¿Quién se creía que era?

    ―Y…yo…

    ―Por favor, en verdad soy pésimo en matemáticas. Eres la única que me queda, por favor ayúdame― le rogaba en pucheros a lo que Hinata termino por aceptar toda avergonzada, saco su cuaderno mientras que Naruto festejaba con una sonrisa de oreja a oreja.

    Así que esa es Hinata…

    ―Gracias, Hinata, me salvaste la vida― le dijo el catire mientras recibía el cuaderno de la peli-azul.
    ―No te estés tan feliz, cabeza hueca, en vez de pedir prestado el cuaderno a una persona que apenas conoces deberías a dedicarte a aprender y hacer las cosas por tu cuenta― comentó Kiba a la ofensiva, en verdad le disgustaba este tipo de personas tan confiadas.

    ―¿Qué dijiste?― le preguntó Naruto molesto ante su comentario.

    ―Lo que escuchaste, idiota― le contestó a lo que Naruto se le acerco de golpe y Kiba reacciono de inmediato levantándose de su asiento quedando uno frente al otro, retándose con la mirada. Hinata se asusto ante aquello, todos en el salón dirigieron su mirada a ellos curiosos por lo que pasaba.

    ―¿Tienes algún problema conmigo? Cara de perro― le interrogó.

    ―Creí haberlo dejado muy en claro― contestó Kiba con altanería.

    ―Naruto, Kiba, apenas estamos empezando las clases, es muy pronto como para iniciar con las peleas ¿no creen?― comentó Shikamaru tratando de calmar el ambiente. Su salón no tenía precisamente la mejor de las reputaciones, iniciar una pelea a inicios del año escolar les traería muchas molestias.

    Ambos jóvenes no despegaron la mirada del uno del otro, en cualquier momento podían caerse a golpes, pero sabían que no era una buena idea. Naruto alzo la cabeza y estiro su brazo en dirección a la oji-perla.

    ―Gracias, Hinata, pero ya no lo necesito― le dijo regresándole el cuaderno a la aludida, quien lo recibió tímidamente. Naruto tan solo se aparto del castaño y regreso a su puesto, la tarea era para mañana así que tenía tiempo para terminarla. Más le valía sacar una mejor nota que la de ese perro pulgoso.

    ―Buenos días, alumnos…― saludó el profesor Asuma de literatura, un hombre treintañero y moreno, de cabellos castaños y ojos negros, con una barba corta que delineaba su mentón y barbilla.

    Después de un tiempo llego la hora del recreo, el momento que todos esperaban para comer, descansar y pasar tiempo con los amigos. Como siempre, Hinata se dirigió junto a Kiba la terraza del colegio donde seguramente estaría Neji también. Habían tomado esa costumbre sin tener la necesidad de proponerla, tan solo pasaba y ya. Con las bebidas listas, se colocaron en sus asientos y abrieron sus obentos para empezar a comer. Hinata estaba un tanto incomoda por lo que había pasado en el salón, sabía que Kiba podía ser un poco precipitado a veces pero aun no se acostumbraba a la idea, no le gustaba ver el lado agresivo de él, ni el de nadie. Tal vez era una pacifista o algo, pero ver a las personas pelearse no le causaba ninguna emoción positiva.

    Justo cuando Kiba iba a hablar para interrumpir ese silencio súbito, la puerta se abrió dándole paso a una castaña de grado superior que peinaba su cabello en dos conguitos, de tez blanca y ojos de un marrón avellana, llenos de vida.

    ―¿Uh? Hola, ¿han visto a Neji? Me dijeron que lo vieron subir a la terraza― preguntó la castaña dejando a los chicos un tanto pensativos, era raro que una chica estuviera buscándolo.― Eh, el es más alto que yo, con el pelo largo y ojos de zombie― lo describió sin tener ni idea de que ellos lo conocían.

    ―Lo sabemos, es su primo― dijo Kiba refiriéndose a Hinata.

    ―Oh! Verdad que Neji me dijo que tenía una prima, ¿Tu eres Hinata cierto? Es un gusto conocerte, yo soy Tenten― se presentó mientras se acercaba a la peli-azul para darle la mano.

    ―Oye ¿Para qué buscas a Neji?― preguntó Kiba un tanto escéptico, simplemente no podía creerlo, ¡Neji no tenia amigas!

    ―No te metas donde no te llaman― interrumpió Neji con molestia desde el techo de la puerta, Tenten al escucharlo volteo y lo saludo con una dulce sonrisa que dejo a Hinata asombrada, era una chica muy linda.

    ―¿Subo o tu bajas?

    ―Sube, aun no he terminado de comer― respondió sin mucha importancia mientras se volvía a sentar.

    ―¿Eh? ¿Y por qué comes alejado de tu prima?― preguntó Tenten con curiosidad, lo normal es comer cerca de las personas que te agradan, formando un circulo o algo.

    ―Si, Neji, ¿Por qué lo haces?― repitió Kiba en burla mirando al aludido con una cara sarcástica.

    ―Me gusta más aquí― dijo sin más haciendo que Kiba casi se callera del banquito.

    ―Este cretino― murmuró Kiba molesto mientras recogía sus cosas y las de Hinata dejándola un poco confundida ante su precipitación, aunque no era para menos, Kiba sabia como Hinata le dolía la indiferencia de su propio primo, le era el colmo que después de todo por lo que la oji-perla paso, preocupándose por ello, éste diera una respuesta tan simple como “me gusta estar aquí”. Simplemente no lo soportaba. Tan solo la tomo de su mano y la jalo hasta las escaleras de bomberos que los llevarían al techo de la puerta.―Venga, subamos― le dijo dejando que Hinata fuera de primera. Neji, por su parte no dijo nada, tan solo los dejo subir a los tres.―¡Oh!― dijo Kiba asombrado de la vista, se podía ver todo el campus y las casas de la colina, era increíble.

    ―Guao, Neji, esto es increíble― comento Tenten igual de sorprendida.― ¿No te molestara que te acompañe a comer verdad?― le pregunto animosa, en verdad era un buen lugar.

    ―Hmp― se limitó a responder, y a decir la verdad, ese sonido no tenía un significado en especial, variaba según la ocasión, Tenten solo sonrió tomando ese “Hmp” como un: no me importa. Lo que de alguna forma era una afirmación, o algo cercano… bueno, ella lo entendía.

    Sin más, se pusieron a conservar y a hablar matando el silencio que antes estaba formado. Tenten era una chica muy divertida a decir verdad, y también hablaba mucho. Tan solo había venido para hacerle unas preguntas sobre el taller que les había tocado juntos pero se quedo durante todo el recreo hablando con los chicos, sobre todo con Kiba que era el que hablaba más si ponemos a compararlo con los Hyuga.

    ―¡Oh! Gracias, Hinata― le agradeció Kiba al recibir un bombón de la peli-azul.

    ―¿Eh? ¿Qué son esos?― preguntó Tenten intrigada.

    ―Son bombones, ella misma los hace― contestó Kiba por su parte.

    ―¿En serio?― preguntó asombrada, ella era un desastre en la cocina, y que una chica de la edad de Hinata pudiera hacer bombones debía tener habilidad. Pero no era precisamente un reto, desde que tenía uso de razón, Hinata hacia bombones con Hanabi y su madre para compartir tiempo en familia, pero ahora que ésta había muerto, era la única que los hacía. Siempre había pensado que esos bombones eran mágicos. No era solo el sabor, había algo más que hacía que quienes lo probaran sacaran una sonrisa. Sin dudarlo, Hinata le dio uno a Tenten quien al saboréalo quedo asombrada.― Es delicioso, Hinata― alagó la castaña con una sonrisa.― Es como una poción de amor.

    Hinata quedo anonada con la descripción de Tenten, no lo había pensado antes pero… tal vez esa era la magia de esos bombones, todo lo que su madre le había dejado, era el sabor del amor. No pudo evitar sonreír ante aquella conclusión, aun después de su muerte, era capaz de brindarle esa calidez maternal a través de su receta.

    ―Solo es chocolate― comentó Neji con su clásico tono seco e indiferente ganándose un buen golpe de Tenten.―¿Estás loca?― le gritó molesto mientras tomaba su cabeza adolorida.

    ―Asss… tú jamás podrías entenderlo, eres un cubo de hielo.

    ―Es que nunca lo ha probado― dijo Kiba pensativo.

    ―¡¿Qué?!

    ―Es que según él, no le gusta el chocolate― le explicó Kiba.

    ―Eso es imposible. Ten, prueba― le dijo Tenten tendiéndole un bombón pero el oji-perla se rehusó haciendo que ésta se molestara. ―Que lo pruebes te dije― le regaño acercándose a él para meterle el bombón en la boca pero éste la tomo del brazo evitando que eso sucediera. Tenten por su parte agarro la frente de Neji tratando de abrirle la boca, fácilmente podría encestar el bombón debido a su buena puntería, pero el muy necio no la abría lo suficiente como para poder insertar el chocolate.

    ―¡Que no quiero chocolate!

    ―¡Solo pruébalo!

    ―¡No quiero!

    ―Neji, ¡pruébalo!

    ―Que no, dije…― tanto Kiba, como Hinata estaban sorprendidos, pero la risa era más fuerte, en definitiva, ver a Neji peleándose con una chica como Tenten era gracioso. Pero lo fue aún más cuando se atraganto con el bombón, el cual Tenten logro hacer que callera dentro de su boca con una sola palmada repentina que el castaño no pudo evitar.
     
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    Ashlotte

    Ashlotte Usuario común

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    Hola querida :3
    Gracias por avisarme de la conti.
    Estuvo muy interesante.

    Ok, de teórico, vi algunos errores. Uno, es que después de punto y coma no va mayúscula. Los signos deben abrirse y cerrarse, no sólo abrirlos. Y, bueno, algunos acentitos que se escaparon porque no estaban... pero nada de qué preocuparse.

    Wooow, ¿De verdad? ¿Kakashi y Sakura? O_O Nunca imaginé eso.
    Pero ando en duda... Si a Sakura le gusta Sasuke, ¿Entonces por qué se estaba besando con Kakashi? Mm... intriga... ¬¬
    Me pareció bonito el Naruhina. Estuvo lindo y tierno. ^-^
    Aunque, me encantó el Nejiten *w*
    Estuvo cómico lo de Neji y Tenten con lo del chocolate x´D ¡Y más cuándo Neji se atragantó! x´DDD
    Me morí de risa. x´D

    Bueno, sigo diciendo que está interesante la historia. A ver cómo sigue.
    ¿Me avisas de la continuación, querida? Gracias. ^-^
    Nos vemos. Saludos.
     
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    AmyCrazyxD

    AmyCrazyxD Entusiasta

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    Bueno, aquí les pongo otro capi :p​
    La próxima semana no podre pues estaré de vacaciones con mi familia y una de las reglas principales en nada de Internet T.T me disculparan con los demás fic, solo tengo para publicar una continuación x.x es que ya me tengo que ir.​
    En fin, espero les guste n.n​

    Hina, I love you
    Poción de amor

    Capitulo 03:
    Confusión, dudas y sospechas

    ―¡¿Tienes algún problema?!― le interrogó Sakura con un tono agresivo-ofensivo que podía intimidar a cualquiera menos a él. Se encontraba en ese momento en el patio trasero del campus en compañía de Sai, quien fue arrastrado por la misma Haruno hasta ese lugar. En verdad estaba irritada de sus miradas, era un chico de lo más extraño y aunque lo conocía tan solo desde el año pasado, no lo soportaba. Tampoco lograba entenderlo, aunque no es que hubiera hecho un esfuerzo en hacerlo, simplemente se rehusó en intentarlo si quiera.

    ―Es que…― decía, no sabía las palabras correctas para un momento como ese, no había encontrado un libro que le explicara como enfrentársele en su situación. Sinceramente no quería meterse mucho en aquel asunto, tan solo quería entender lo que pasaba, el por qué fingía que le gustaba Sasuke cuando al parecer tenía algo con Kakashi-sensei.

    ―¿Es que qué?― insistió con un tono un tanto histérico, si iba a decir algo que lo dijera ahora. Vaya que era molesto.

    ―Te vi esta mañana en la biblioteca― respondió poniendo a Sakura pensativa, en la biblioteca… ella en la mañana en la biblioteca del colegio…― con Kakashi-sensei― completó haciendo se le erizaran los vellos del escalofrió que la había invadido al escucharlo. Era justo lo que le faltaba.

    ―Tu… ¿le dijiste a alguien?― le preguntó con claro nerviosismo, pero se alivio un poco al escuchar que no había sido así, sin embargo, era una situación crítica. Si Sai le decía a alguien, tanto ella como Kakashi se meterían en un buen lio.

    ―¿Por qué estas con él? Pensé que te gustaba Sasuke― le preguntó directamente, aunque así eran todas sus preguntas al fin y al cabo. No era un chico de prólogos precisamente.

    ―¡E…ese no es tu asunto! Solo no le digas a nadie― le gritó en un estado iracundo dejando a Sai solo en el patio. No quería hablar de eso con él, aunque fuera el único que supiera de su relación secreta jamás le contaría algo a él. Pero ahora debía ser precavida, no confiaba, pero para nada, en Sai.

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    La campana del colegio sonó avisando a los alumnos que la hora de recreo había acabado. Nada comparado a la velocidad con la que habían salido, los chicos empezaron a recoger sus cosas y encaminarse a las aulas con toda la calma del mundo. Adentro, en el salón de los de tercero, se encontraba Ino hablando con Shikamaru, dado que estaba sentado al lado de ella, mientras que esperaba a que sus amigas regresaran del baño. Pero en ese entonces, llamaron a Shikamaru a la puerta, se trataba de Temari, una chica de grado superior de cabellos rubios recogido en cuatro coletas rebeldes y ojos verdes oscuros, la cual le entrego una bolsa negra antes de marcharse de regreso a su clase.

    ―¿Qué fue eso?― preguntó Ino con picardía, mientras el azabache se sentaba con pereza en su pupitre y guardaba la bolsa.

    ―¿Qué fue qué?― repitió provocando que Ino hiciera una mueca.

    ―No sabía que te gustaban las mayores― comentó esta vez de forma directa recibiendo una mirada cínica del Nara.

    ―No me gusta, tan solo es una amiga― contestó un tanto molesto, se sabía muy bien el discurso de Ino y cada una de sus preguntas, le gustaba meterse en la vida de los demás, sobre todo en sus relaciones amorosas.

    ―Tú no tienes amigas― objetó con escepticismo.
    ―¿Y qué eres tú?

    ―Tu mejor amiga de la infancia― respondió resaltando las últimas dos palabras como si eso fuera razón suficiente. Casi como una propaganda.―Yo podría ayudarte a conquistarla― sugirió con una sonrisa de oreja a oreja.

    ―Asss… menudo problema― bufó con fastidio, en definitiva no había comenzado bien el año, menos con Ino tratando de juntarlo con una chica que no le gustaba como ella pensaba, aunque debía admitir que le caía muy bien, tenían muchas cosas en común como el gusto en la música. Escuchaban las mismas bandas y la bolsa no era más que un Cd que éste le había prestado antes de las vacaciones de verano. Pero no había nada más…

    ―Ya verás como a final de lapso estará rendida a tus pies― decía Ino planeando en su mente una estrategia de pasos y marcas especificas totalmente seguras, según ella.

    No paso mucho tiempo para que las chicas llegaran y los pupitres del salón pasaran de vacios a ocupados. El profesor, ya con los alumnos listos, empezó con sus clases programadas. No mucho pasó desde eso, el resto del día pasó tranquilamente hasta la hora de salida cuando los alumnos, uno por uno se fue marchando a sus hogares a excepción de Hinata, quien decidió quedarse a hacer la tarea en la biblioteca del colegio dado que se le era más fácil concentrarse en un área de estudio que en su casa. Sin embargo, al llegar se detuvo pasmada en la entrada dudando si avanzar o no al ver al chico nuevo sentado en una de las mesas con los libros abiertos.

    ―Ahg… esto es imposible― ladró Naruto con impaciencia lanzando su cuaderno al otro lado de la mesa. Cuando dijo que no era bueno en matemática no lo decía en broma, todos esos números y reglas eran un dolor de cabeza para él, preferiría quedarse con la matemática básica de suma, resta, multiplicación y división sin tantas complicaciones, pero debía hacerlo, ahora mas después de lo que paso esa mañana con el cara de perro ese. De un suspiro, calmo sus nervios y volvió a tomar sus libros concentrándose en la lectura.

    Hinata, sigilosamente se escondió detrás de un estante observando como el catire se esforzaba en entender las operaciones matemáticas que había mandado el profesor. Por algún motivo, los latidos de su corazón se volvieron intensos y rápidos, sus mejillas se sonrojaron. No podía entenderlo, no era igual a cuando se ponía nerviosa al hablar con personas que no concia bien, era diferente, aunque se pareciera un poco, era totalmente diferente.

    Bien

    Se dijo a si misma rompiendo aquella hipnosis momentánea y camino entre los estantes para buscar los libros que necesitaría, claro que no fue, sino al momento en que debía buscar una mesa para sentarse que se puso nerviosa. Solo había una sección de estudio en la biblioteca.

    Tal vez, si lo acompaño…

    Pensó, pero al verlo se regreso de inmediato a su escondite detrás del estante, no podía, simplemente no podía. Estudiar en casa no sería tan difícil como tener que estudiar cerca de Naruto.

    ―¿Uh? Hinata-chan― la llamó apareciéndose repentinamente frente a ella dándole un susto de muerte que provoco que se le cayeran los libros.―Ah! Perdón, no quise asustarte― se disculpó y junto a Hinata se agacho para ayudarla a recoger los libros. La peli-azul se sentía morir, las rodillas le temblaban y los latidos de su corazón eran aun más rápidos que antes. Tenía una terrible sensación de salir corriendo de ahí por la vergüenza, pero a la vez quería quedarse a su lado.―¿Estudiamos juntos?― le preguntó al pararse del suelo con los libros en mano. Hinata tan solo asintió con un ligero movimiento en su cabeza y luego lo persiguió hasta la mesa en la que antes estaba sentado el catire.

    Cada uno por su lado se dedico hacer sus tareas, pero aun así, Hinata no podía concentrarse, no podía evitar dirigir su mirada a él y verlo con el ceño fruncido observando el libro frente a él como si se tratase de un código da vinci imposible de traducir, mientras que de momentos llevaba las manos a su cabeza y se rascaba con desesperación.

    ―Ahg… que molesto― murmuró con fastidio tratando de no hacer mucho ruido y desconcentrar a Hinata.

    ―Na…Naruto-kun, si…si quieres yo t…te puedo ayu…dar― le ofreció con timidez mientras con sus manos hacia un pequeño juego que le daba un toque de dulzura.

    ―¡¿En serio?! Gracias, Hinata, eres la mejor― grito emocionado dándole la vuelta completa a la mesa para poder sentarse al lado de ella. Arrimo los libros y cuadernos para luego dedicarle toda la atención a la oji-perla que nunca pensó que terminaría sentado tan cerca de ella.

    Difícilmente empezó a explicarle aquellas ecuaciones que tanto desquiciaban al catire, pero el tartamudeo intenso y la voz baja hacia que escucharla y captar lo que decía fuera toda una hazaña, por lo que suspiro profundamente tratando de calmarse y lentamente, le repitió lo que había dicho con anterioridad, con el tiempo, se fue acostumbrando a el papel de profesora, pero no significaba que el tartamudeo era cosa del pasado, solo que ya no era tan intenso como antes. En la mayoría del tiempo evitaba su mirada o contacto alguno, tan solo oír su voz y sentir su respiración cada vez que se acercaba para mirar el ejemplo que la oji-perla le daba la ponía de los nervios.

    ―¿Ya? No puedo creerlo, es muy fácil― decía Naruto sorprendido.― Hinata, eres la mejor, lo digo en serio― comento con una sonrisa de oreja a oreja a causa de la emoción. Con su ayuda, ya no tan solicitada como minutos atrás, logro terminar la tarea con las respuestas perfectas. Después, fueron recogiendo sus cosas y salieron juntos de la biblioteca hasta la salida del colegio en donde se dieron cuenta que afuera llovía a cantaros. ―¡Ah! No puede ser, no traje paraguas― chilló Naruto en un puchero infantil a lo que Hinata, rápidamente busco dentro de su maletín.

    ―Ten el mío― le ofreció con una voz suave, en serio, Naruto tenía unos oídos increíble pues siempre lograba escucharla, incluso ahora que la lluvia fuerte podía fácilmente pasar por desapercibida su voz.

    ―¿Segura?― le preguntó con inseguridad.

    ―Cla…claro, yo tengo otro en mi ca…sillero― contestó tímidamente a lo que Naruto volvió a sonreírle para luego recibir el paraguas.

    ―Gracias Hinata, te debo mucho― le dijo con amabilidad dedicándole una sonrisita sincera y llena de afecto que sonrojo a la oji-perla. Naruto por su parte, abrió el paragua y se despido a gritos de Hinata con su típica hiperactividad.

    Segundos más tardes, cuando el catire se alejo de su campo visual, Hinata se regreso y camino hasta su casillero con tranquilidad recordando cada momento del día que había pasado con Naruto, era un chico diferente, de eso estaba segura.

    ―¿Eh?― gimió confundida al no ver el paraguas dentro su casillero por lo que busco desesperada adentrando el brazo completo, pero nada. Movió los libros y papeles guardados, saco todo lo que tenia adentro pero no había ningún paraguas― ¡No puede ser!― juraría que había guardado el otro paraguas ahí. ¿Ahora qué?― Asss…― no tenia de otra. Tomó la primera carpeta que vio e intento protegerse de la lluvia, pero fue en vano, no había caminado ni una cuadra cuando todo su ser entero se encontraba empapado.

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    Al día siguiente, temprano en la mañana los chicos se alistaron para caminarse, al igual que el día de ayer, al colegio. Como siempre, Hinata iba acompañada de su primo Neji quien se encontraba preocupado por ella, ayer había llegado toda mojada a casa a causa de la lluvia y ahora estaba pagando las consecuencias. Y aunque Hinata le dijera que no era nada por lo que preocuparse, no podía evitarlo, la peli-azul no era una chica muy resistente que se pudiera decir, una fiebre inofensiva podría llevarla a la cama de un momento a otro. Sin poder convencer a Hinata con que descansara en la enfermería, la dejo en su salón a cuidados de Kiba, quien empezó hacerle preguntas como porqué estaba roja, cómo se enfermo, porqué salió tan tarde del colegio… al final termino enterándose de todo.

    ―No…no es su culpa, yo le dije que tenía otro paraguas en el casillero, pero resulto que lo lleve a casa antes del verano― le explico antes de que Kiba se levantara a esperar a Naruto en la entrada y caerle a golpes.

    ―Hinata, deberías de tener más cuidado― le dijo cambiando la furia que tenia hacia Naruto a un regaño simple hacia Hinata. Con el tiempo avanzando, los chicos fueron llenando el salón y las clases comenzaron como se era habitual.

    Después de las primeras horas de clases llego el recreo anunciado por el timbre del colegio. Rápidamente, a una velocidad casi sobrehumana, los chicos recogieron sus cosas y salieron al patio, a la cantina o al lugar donde fuera que querían ir. Hinata por su parte lo tomo con paciencia, tomo su obento mientras que Kiba la esperaba en el umbral de la puerta. Acto seguido subieron a la terraza donde los esperaban tanto Neji como Tenten.

    ―¡Hola!― los saludó la castaña con una sonrisa amigable.

    Ambos caminaron a las escaleras de bomberos para subir pero antes de eso, Hinata se dio cuenta de algo y se detuvo.

    ―¿Eh? Kiba-kun, se me olvido el jugo, ten, iré a buscarlo― le avisó mientras le entregaba su obento. El chico tan solo la dejo ir para luego subir con ambos obentos al techo de la puerta en donde lo esperaban los chicos de grado superior.

    Hinata corrió escaleras abajo dos pisos hasta su salón, pero había ido tan precipitadamente que al llegar a la puerta del aula tuvo que detenerse, sus mejillas estaban rojas y todo su cuerpo ardía de calor, agitarse le había subido la temperatura y bajado todas las energías haciéndola sentir débil y sin aliento.

    ―Oye, ¿estás bien?― le preguntó una voz masculina tomándola del hombro, pero antes de que pudiera responderle o voltearse cayo desmayada encima de él. El peso tan repentino de su cuerpo causo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo de trasero con ella encima.―¡Ahg!― gimió avergonzado al ver en la situación en la que se encontraba, y es que a pesar de que Sasuke era un chico muy popular no estaba acostumbrado a que las chicas le cayeran encima, al menos no de esta forma.

    La cabeza de la oji-azul reposaba en el hombro de Sasuke y su brazo cayó en el otro lado de su cintura como si lo estuviera abrazando a la vez que privaba la poca distancia entre ellos. Sasuke estaba atónito y completamente rojo al tenerla así, incluso le tomo tiempo darse cuenta de que en realidad estaba inconsciente. Preocupado, y un tanto más calmado, llevo una mano a la frente de Hinata y se angustio al sentirla tan caliente, debió imaginárselo al ver sus mejillas tan rojas y su respiración agitada… De alguna forma u otra se las arreglo para levantarse con la peli-azul encima de él y cargarla entre sus brazos para llevarla a la enfermería.
    Como la primera vez, Hinata fue depositada en la camilla más cercana marcando en Chizune la intriga, ya era la segunda vez que traían a Hinata en brazos a la enfermería, solo que ahora era nadie más y nadie menos que el famoso Uchiha.

    ―¿Qué paso?― preguntó curiosa mientras tomaba su temperatura y pulsos.

    ―No lo sé, solo se desmayo― contestó con su tono de voz seco tratando de borrar el sonrojo de su rostro. Chizune por su parte bufo, cuando no… Hinata desmayándose. Sin embargo empezaba a considerarlo seriamente, es decir, si chicos así están ahí para rescatarte ¿Por qué no?

    Ahora que lo pienso, esta es la chica que le dio los chocolates a Naruto

    Recordó Sasuke la mañana del día anterior cuando Shikamaru le conto lo que encontró en el casillero de Naruto, al parecer Hinata había manchado su camisa y Naruto le prestó la suya por lo que le agradeció haciéndole unos bombones, de los cuales, había logrado probar uno y lo habían dejado con ganas de mas.

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    Los murmullos de esas chicas eran molestos, estaban tan concentradas en su propio mundo de fantasía y rumores ficticios que no se daban cuenta que estaban siendo escuchadas, aunque tampoco es que se tratase de un gran secreto. Estaba acostumbrada a ese grupito de tontas que sacaban conclusiones alocadas de situaciones que no tenían nada que ver con lo otro. Lo peor de todo es que tarde o temprano el rumor terminaría corriendo por todo el colegio como si de una campaña publicitaria se tratara.

    ―¿Vieron a Sasuke cargando a esa chica?

    ―¿Quién era esa para empezar?

    ―Es Hinata Hyuga, está en el mismo salón que él.

    ―Yo los vi a ambos tirados en el suelo fuera del salón ¡Se estaban besando!

    ―¡¿Qué?! Eso es imposible… ¿segura de lo que vistes?

    ―¡Claro!

    ―¿Y por qué demonios la estaba cargando?

    ―¿Cómo saberlo?

    Hmp… idiotas.

    ¿Cuál era la obsesión con todo eso? Sin duda no podía entenderlo, a pesar de todo no era precisamente una amante de los chismes, aunque tuviera toda la pinta. Sin embargo, no podía evitar sentir celos al tiempo que se preguntaba si eso en verdad había pasado. Después de todo, nunca debes creerle a un grupito de locas reunidas en el baño mientras se aplicaban kilos de maquillaje y perfume al igual que una bruja preparando su caldero. La diferencia era que las brujas hacían magias, en cambio, éstas cubrían su inseguridad con una máscara de polvo que se notaba a la distancia.
     
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  7.  
    muna uchiha

    muna uchiha Entusiasta

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    ELLL FIC ESTA BIENNNN me ha encantadoooo demasiiiado solo espero q no cambies tanto las parejas ok o sino me mueroooooo
    espero me sigas avisando antes no lo habia leiiido asi q leiiii los tres y lo considero uno de mis favoritossss
    me encanto la parte cuando naruto salvo a hinata pero fue un error y cuando las chicas en el baño estaban hablando de sasuke y hinataaa nawara de chismosas ups y me gusto cuando sasuke persiguio a naruto por el bombon nunk crei q se ubieran hecho amuigos tan rapido por como es sasuke
    pero en seriiiiooo es muiiiii interesante avisame con la conti y arigato por la invitacionnnn sayoooooo
     
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  8.  
    Sybelle Hs

    Sybelle Hs Escritora

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    ¡Hola! Gracias por invitarme. Me fascina tu fic. Me gusta mucho en lo que se basa.Disculpa no haber comentado antes. Me gusta como se va desarrollando la historia y me gusto como Tenten trata a Neji, me sorprendió un poco lo de Sakura y kakashi y pobre Sai que no entiende.

    Bueno gracias por invitarme y si puedes me avisas cuando este la conti
    ¡ Cuídate!
     
  9.  
    AmyCrazyxD

    AmyCrazyxD Entusiasta

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    Lamento la tardanza!! :eek: me he distraído, lo bueno es que ya se acabo la etapa de exámenes y soy libre otra vez!!! xDD ¬¬ Mejor pongo la conti rápido Un.n Espero les guste​
    Hina, I love you
    Poción de amor

    Capitulo 04:
    Lo que se respira en el ambiente

    Su cabello era de un tono peculiar, algo así como un fucsia rosa con destellos amarillos que le daban un toque anaranjado, aunque eso era probablemente causado por el reflejo de la luz del sol. Era muy extravagante y llamativo, pero le quedaba muy bien, era un color increíble que muchas chicas envidiaban. Sus ojos eran rosados parecidos al color de su cabello y usaba lentes pequeños que resaltaban sus rasgos, haciéndola ver más inteligente, más intimidante, más ruda, más guapa…

    Karin no era precisamente una chica amigable, al menos no todo el tiempo. Se encontraba en un constante estado de amargura, siempre a la defensiva, un tanto odiosa. Aun así, no se metía con nadie a no ser que estos se metieran con ella primero, cosa que más valía no hacer si querías tener un buen recuerdo de la segundaria. Un tanto egoísta, concentrándose más que todo en su persona, aunque con buenos valores a pesar de que las mayorías de las veces la fregaba por completo.

    Era, en pocas palabras, una chica segura de sí misma pero con tantas debilidades que temía ser corrompida o utilizada por lo que creaba una capa de acero como método de protección. El único problema es que esa capa podía ser fácilmente traspasada por dos personas. Dos chicos de hecho, uno era el chico que ama en secreto y el otro era el chico con quien mantiene una amistad un tanto especial. Específicamente, Sasuke y Suigetsu.

    Desde que conoció a Sasuke se enamoro de él perdidamente, eran amigos por el simple hecho de que Karin hacia todo lo posible por contenerse y no lanzársele encima como las demás sin embargo le era imposible ocultar ese trato único que solo tenía con él. La verdad, no sabía lo que se la pasaba por la cabeza al azabache: si alguna vez se fijaría en ella o no, por el momento le bastaba ser solo su amiga pues aun no estaba preparada para una relación seria. Por otro lado, estaba Suigetsu, el chico más molesto que había conocido en su vida y el mismo chico con el que tiene, lo que podría llamarse, una amistad con derecho. Para ser sincera, no tenía ni idea de lo que había entre ellos dos. Un día se odiaban al punto que no podían ni verse, al otro se encontraban en un lugar secreto besando apasionadamente hasta decir basta. No tenía un nombre, no había sido planeado o sugerido, solo pasaba y ya. Cuando de la nada les daba la loquera y la ansiedad, se encontraban y ahí estaban… hasta la mañana siguiente, como si nada hubiera pasado.
    Se supone que eso era malo ¿no? Tal vez no debería tener relaciones cuando estaba enamorada de otro, pero era como un amor imposible, aunque esa no era excusa tampoco. No sabía que pensar de ello, tan solo no le veía mucha importancia. Eran totalmente maduros con esa parte de su amistad. ¿Pero habría consecuencias…?

    ―¿Podrías hacerme caso, frente de marquesina?― le gritó Ino a Sakura en una de sus clásicas disputas en medio del salón, justo en el momento en que Karin entraba al aula.

    ―¿Qué quieres?― refunfuñó la oji-jade con irritación.

    ―Que me prestes atención, he estado hablándote todo este tiempo y tu andas como perdida en la nebulosa― le contestó Ino de la misma forma, ahora que lo pensaba, Sakura estaba, últimamente, actuando muy extraña. Muy callada y pensativa, con el ceño fruncido todo el tiempo…

    ―Pues, tal vez, si dijeras algo interesante me tomaría la molestia de prestarte atención― respondió la peli-rosa a la defensiva. Esta vez le había dado fuerte, al escucharla Ino se sintió muy afectada, generalmente le gritaría estupideces ya que la mayoría de sus discusiones eran pura burla, pero este no fue el caso.

    ―¡Bien! No quieres escucharme, no me escuches― se limitó a decir la rubia tomando su bulto del pupitre frente a Sakura y dirigiéndose lejos de ella a unos puestos vacios en el fondo del salón. La Haruno, por su lado bufo con amargura, no esperaba que Ino se pusiera así, pero estaba lo suficientemente molesta como para preocuparse por ella. Y en todo caso, tenia cosas más importantes de las cuales ocuparse.

    ―No pienso ponerme a elegir entre las dos― comentó Karin quien viendo las miradas de sus amigas dirigirse a ella concluyo de inmediato lo que se les pasaba por la cabeza. Era obvio, con quien se sentara, sería la mejor.― Matsuri, vente conmigo. Dejemos a estas dos en su rabieta, solas― le sugirió a lo que la castaña acepto sin dudarlo. Tomo su bulto y se sentaron juntas, en todo el centro del salón. Sakura bufó nuevamente, mientras que Ino se levanto de su asiento y se sentó con las otras dos. No era buena estando sola en un rincón.

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    Por primera vez, en este lapso, Hinata llegaba tarde a clases, y aunque no había sonado aun la campana del colegio, era solo cuestión de tiempo. Se había quedado despierta hasta tarde haciendo sus famosos bombones para dárselos a Sasuke. Después de despertase en la enfermería del colegio se entero que quien la había traído había sido Sasuke e inevitablemente se sonrojo de la vergüenza, Chizune contaba cada detalle como si se tratase de una de las parejitas favoritas de las series que veía cosa que no la ayudaba. Pensaba dejárselos en su casillero tal y como lo había hecho con Naruto, así que después de buscar sus cosas corrió al lugar en donde se encontraría el casillero del azabache, sin embargo, antes de llegar tropezó con él.

    ―¡Ah!― gritó asustada al sentir el golpe, pero por suerte logró detenerla antes de que cayera precipitadamente al suelo. Asombrada y confundida, Hinata alzó la mirada y todo su ser entero de sonrojo al ver que Sasuke la tenía tomada del brazo, salvándola de un moretón permanente.―Lo…lo siento― se disculpó enseguida mientras se equilibraba.

    ―¿Estás bien?― le preguntó indiferente, aunque en el fondo esa chica le parecía de lo más rara, le causaba mucha curiosidad. Y verla así de roja le hacía preguntarse si estaba avergonzada o seguía teniendo fiebre.

    ―¿Eh? Si… si, ya estoy mejor, gra…gracias― le respondió un tanto tímida, sin atreverse si quiera a mirarlo más de un segundo a los ojos.―Eh…― musitó, iba a poner los bombones en su casillero pero ya que lo tenía al frente, ¿Por qué no entregárselos ahora? Torpemente buscó en su maletín los chocolates y al encontrarlos los sacó de un golpe estirando la mano frenéticamente haciendo que Sasuke reaccionara en un saltito de alerta, pero al ver la bolsa transparente amarrada con un lazo dorado entendió lo que sucedía.―Yo… yo que…quería agra…decerte po…por lo de ayer, a…así que hice unos bom…bones― trataba de decirle pero la garganta se le cerraba y difícilmente las palabras salían de su boca, estaba totalmente trabada y avergonzada.

    ―Gracias― la interrumpió el azabache tomando la bolsa en un gesto amable.―¿En verdad los haces tú?― preguntó curioso a lo que Hinata, después de salir de su shock, asintió tímidamente como si de una niña pequeña se tratara, pero al final no pudo evitar sonreír dejando al azabache sorprendido.

    ―Yo misma los hice― asintió orgullosa y animada dejando a Sasuke sin palabras, casi sin aliento. En eso, el sonido de la campana del colegio rompe la hipnosis en la que se encontraba el Uchiha, él cual tuvo que bajar la mirada (la fiebre se le estaba pegando).

    ―Sera mejor que vallamos al salón― sugirió al momento en el que avanzaba hacia la dirección propuesta. Hinata por su parte lo siguió en silencio a lo que entraron juntos al aula, llamando la atención de Karin.

    Tiene que ser una coincidencia, que lleguen juntos al salón no es nada del otro mundo.

    Segundos más tarde, la profesora Kurenai empezó con sus clases de matemática saludando a los chicos. Al pasar la lista, inicio con la revisión de tareas pidiendo cuaderno por cuaderno. Naruto no tenia duda alguna en que saldría bien, Hinata le había ayudado el otro día en la biblioteca con la tarea, era casi imposible que alguna estuviera mala, aun así los nervios lo invadía, quería salir mejor que Kiba.

    ―Naruto Uzumaki― lo llamó la profesora y acto seguido, Naruto contesto con un alto “presente” y se levanto de su puesto de golpe corriendo al escritorio de la profesora dejándole el cuaderno frente a ella con su clásica hiperactividad, dejando a los presentes un poco… extrañados. Rápidamente, Kurenai comparo los resultados de su hoja con los de Naruto y se sorprendió al ver que todo estaba bueno.― Cinco sobre cinco, felicidades Naruto, me alegra que hayas estudiado― le dijo la profesora con una sonrisa de satisfacción a lo que Naruto celebro, después de todo, Kiba había sacado cuatro sobre cinco.

    ―¿Escuchaste eso? Cara de perro. ¡Saque mejor nota que tú!― se burló sacándole la lengua y haciéndole caras, cosa que lo irritó a la vez que hacía reír a los chicos del salón.

    ―Naruto, siéntate― le alertó la profesora.

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    En el recreo, como de costumbre, Hinata y Kiba caminaron a la terraza y subieron al techo de la puerta para reunirse con Neji y Tenten, a los cuales, encontraron en una situación… ¿Incomoda? ¿Extraña? ¿Qué demonios…?

    ―Jajaja… Neji, pareces una cría― empezó Kiba a reír a todo pulmón teniendo que sostener su estomago del dolor. Sus ojos se cristalizaron, no podía evitarlo, ver aquello era tan… tan…

    ―Hmp…―bufó Neji, la situación no le era nada agradable desde el principio, es decir, solo imagínenselo peinado con los mismos moñitos que los de Tenten. Hasta Hinata se le era imposible no reírse de aquello.

    ―Pe…pero ¿Por qué? ¿Co…cómo paso?― preguntó Hinata tan extrañada que no sabía que preguntas hacer exactamente.

    ―Te vez bien de niña― burló Kiba aun muerto de la risa.― No me dijiste que tenias una hermana gemela, Tenten― continuó el castaño acabando con la paciencia limitada de Neji.

    ―Ahora sí, ya me hartaste― ladró completamente enfurecido al tiempo que se levantaba del suelo para atraparlo. Claro que Kiba no dudo en escapar pero no fue lo suficientemente rápido, Neji lo tomo de los hombros y lo lanzo al suelo para luego hacerle una llave mortal.

    ―Ah! Ya suéltame, auxilio… ¡Me están matando!― suplicaba Kiba sintiendo la presión en su garganta y el peso del cuerpo de Neji en su espalda, esto le dejaría marca.

    ―Pues veras― comentó Tenten de la nada, tratando de responder la pregunta de Hinata.―Es que… Neji tiene el pelo muy largo y no pude evitarlo. Tengo que admitir que no fue fácil, tuve que insistir mucho― si es que insistir consistía en amenazar, atrapar, secuestrar y obligar a que la dejara peinarlo, entonces sí, insistió mucho. Además, nadie podía negársele a Tenten cuando se molestaba.―Pero cuando subimos a comer, saque mi cepillo, me acerque sigilosamente a él por la espalda y lo rodee con mi piernas al tiempo que le quitaba la colita que tenia― le conto divertida, empezando a reír.―Debiste ver como intentaba liberarse.

    ―A mi no me da gracia― objetó Neji mientras seguía torturando a Kiba.

    Hinata simplemente no podía evitarlo, le ere imposible evitar reírse. Todo esto le gustaba. Jamás habían estado tan activos y animosos antes, tan solo subían aquí y hablaban normalmente como lo hacían siempre y a veces Neji no decía nada, pero desde que Tenten se les unió todo eso ha cambiado. Ahora todo es más emocionante y divertido.

    ―¡Que alguien lo detenga!― pedía Kiba a gritos, pero las chicas no podían moverse, la risa las estaba reteniendo en esa parte de la terraza, debilitadas, casi sin poder respirar y tenían todos los motivos, ya que ver a Kiba ser torturado por un Neji con el peinado de conguitos resultaba ser más que gracioso.

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    En otro lado del colegio se encontraba Ino haciendo escándalo como de costumbre, era común en ella hacer alborotos por donde fuera que fuera llamando la atención de todos. Así era ella, se podría decir que se divertía a lo grande… tanto que los demás se deban cuenta y querían unírsele, de ahí viene su popularidad. Aunque tampoco había que dejar a lado su belleza americana: rubia de ojos celestes, parecía una barbie y todos los chicos la perseguían, querían estar con ella. Aun así, a sus quince años nunca había tenido novio por el simple hecho de que no confiaba en ellos, sabía que solo la buscaban por necesidad, solo porque era linda. Ino quería un chico que la amara por lo que fuera, aunque su fantasía era un poco de cuentos de hadas no desistía, quería su príncipe azul. Por ello era, probablemente, la chica más problemática, confusa y difícil de todo el colegio, alejaba a esos chicos que buscaban una “salida fácil”, la cosa es que también cansaba a aquellos que querían algo serio, pues no sabía cuando parar… Realmente no confiaba en lo absoluto en los hombres, menos en uno, era su mejor amigo, Shikamaru Nara, lo conocía desde hace mucho, incluso antes de nacer ya se conocían. Era casi como un hermano y también era el único chico en quien confiaba plenamente. Aunque Shikamaru la preferiría lejos de él ya que cuando estaba con ella, lo único que salía de eso eran problemas…

    ―Vamos, Shikamaru, invítala a salir― insistía Ino mientras intentaba sacar a Shikamaru de su pedacito de paz y tranquilidad debajo de un árbol que se encontraba cerca del depósito de educación física, era como un segundo patio trasero pero mejor.

    ―Déjame en paz, Ino, ya te dije que no me gusta Temari― contestó Shikamaru rabioso, hasta el colmo del fastidio de Ino.

    ―¡Mentira! Te conozco bien Shikamaru, he acertado con cada chica de la que te has enamorado antes, esta vez no permitiré que tu vagancia arruine todo― le replicó Ino furiosa intentado de despegar a Shikamaru del árbol.

    ―Dios, que problemática eres― refunfuñó molesto aferrándose con fuerza del tallo. Tal vez si sentía algo por Temari pero no quería sentirse obligado a salir con ella. Para él las cosas eran mejor paso a paso, nada que ver con el estilo de Ino que hacia todo de forma precipitada.

    ―Si, Shikamaru, me lo has dicho millones de veces y solo estoy contando esta semana― dijo la rubio de forma sarcástica, en verdad detestaba esa parte del Nara, tomándose su tiempo para todo… el mundo es impaciente, ya nadie espera el momento o la persona adecuada, pues saben que podría ser demasiado tarde.― Ahg, contigo no se puede― bufó molesta al tiempo que lo soltaba de golpe― Temari no esperara a que te vuelvas lo suficientemente hombre como para atreverte a invitarla a salir, y en todo caso, eres fácil de olvidar Shikamaru, no creo que termine sufriendo por qué no se dio la oportunidad.

    ―No deberías hablar tanto en tu posición, nunca has tenido novio― contraatacó el azabache con tanta simpleza que irrito a Ino, otra cosa que odiaba de Shikamaru.

    ―¡Lo mío es diferente!― le gritó enfurecida, lo que pasaba con él no tenía nada que ver con lo que le pasaba a ella.

    ―¿En qué?― interrogó con su tono perezoso tan común en él mientras se sentaba cómodamente debajo del árbol apoyando su espalda en el tallo.

    ―En que yo aparto a cretinos arrogantes que solo buscan en mi un deseo sexual de una noche, mientras que tú, simplemente no haces nada y sin saberlo, las alejas.― chilló la rubia con impertinencia, con Shikamaru era imposible hablar.― ¡Solo invítala a salir y ya! Dios, que molesto― murmuró a la vez que se marchaba dando fuertes pisadas de rabiata a cada paso, dejando al azabache descansar.

    ―Asss… por fin―celebró a la vez que bajaba su cuerpo a la fresca grama del suelo decayendo lentamente a su estado de paz y tranquilidad que Ino le había arrebatado de un momento a otro. En verdad le gustaba ver la luz del sol pasando por entre los pequeños orificios situados entre las ramas y hojas del árbol, y el efecto que se marcaba cuando la brisa lo removía con suavidad, le era fascinante. Lo ayudaban a meditar, a pesar… y para su molestia, había tan solo una pequeña probabilidad, de que Ino tuviera razón.

    Tal vez debería invitarla a salir…

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    Los alumnos se fueron a sus casas, el colegio se fue vaciando poco a poco hasta dejarlo desértico. Ya a esas horas de la tarde los chicos se encontraban descansando en sus casas, o al menos la mayoría. Sakura Haruno aun se encontraba en los espacios de la escuela, y no estaba precisamente sola. Todo lo contrario, tenía la mejor de las compañías y ese era nadie más y nadie menos que el mismo Kakashi. Su profesor de Historia.

    Solo eran ocho años de diferencia, o al menos ese “solo” lo sentía Sakura. Kakashi sabía a lo que se arriesgaba y la diferencia de edad, además de todo el desastre que podría pasar si alguien se enteraba lo preocupaba, sin embargo no podía evitarlo, Haruno era una chica especial. No sabía si era amor, tal vez ni se le acercaba, pero… no sabía bien cómo explicarlo, tan solo le gustaba estar con ella.

    ―…Y luego empezó a decir estupideces sobre mí, como lo salvaje que era ¡Y yo no soy una salvaje! Aunque, eso me enfureció y termine por golpearlo, y para el colmo, Naruto se puso a llorar dramáticamente, ni que le hubiera dado tan fuerte― comentaba Sakura con naturalidad mientras sus lizos cabellos eran acariciados por las manos de Kakashi aprovechando que la cabeza de la joven reposaba en sus piernas, recostados en la grama suave del pequeño patio por donde se encontraba el depósito.― Siempre pasa lo mismo con él, es que me saca de mis casillas. ―continuó haciendo reír al peli-plata, desde hace un tiempo había notado esos cambios repentinos de humor e incluso de personalidad, algo típico en la adolescencia. Lo sabía muy bien, él ya había pasado por eso.― No me malentiendas, me cae bien, el problema es que es muy molesto― seguía diciendo y Kakashi tan solo la escuchaba con una sonrisa marcada en sus labios.― ¿Uh? Lo siento, he estado hablando sin parar, has de estar cansado de escucharme― dijo la oji-jade mientras se sentaba con un notable sonrojo en sus mejillas.

    ―No es problema para mí, me gusta escucharte― contestó sorprendiéndola un tanto, para luego ruborizarse aun más, cosa que se le paso enseguida con una sencilla sonrisa.

    ―Pero, tú no has dicho nada. Vamos, cuéntame algo― le pidió divertida, mirándolo atenta en espera de su respuesta,pero éste tan solo la tomó y la acercó a él volviendo a tener esa cercanía que hacia poder sentir el calor del otro.

    ―Yo no tengo nada interesante que decir, mi vida es muy monótona― dijo sin más acomodándose junto a Sakura, quien apoyo su cabeza en el hombre del peli-plata un tanto decepcionada: siempre decía lo mismo, y si lo pensaba bien, no sabía mucho de él cuando Kakashi sabía prácticamente todo sobre ella.― ¿Estás bien?― le preguntó de repente, sobresaltándola un poco, esa pregunta tenía más de una repuesta y ninguna era buena.― Te he notado un poco estresada.

    ―No, no es nada importante― contestó tratando de no mirarlo a la cara, pero luego suspiro, quería olvidarse de todo.― Todo está perfectamente bien en este momento― completó alzando sus brazos para rodear su cuello y acercarse a él con picardía. Suavemente, llevo su mano de su cuello a la oreja dibujando una línea imaginaria, para luego tomar la mascarilla con su dedo anular y deshacerse de ella para así juntar sus labios en un beso con un toque seductor. Kakashi respondió y la rodeo con sus brazos disfrutando las curvas de su cuerpo de reloj de arena.―Vamos a tu casa― le sugirió Sakura una vez sus labios se separaron para tomar aire.

    ―Queda muy lejos― contestó Kakashi con pereza.― Llegarías tarde a tu casa y tu madre te mataría. Y no me sirves estando muerta― comentó divertido haciendo que Sakura se molestara pero no duro mucho, termino riendo. Lo miró provocativamente y se mordió el labio inferior con picardía iniciando un nuevo beso.
     
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    AmyCrazyxD

    AmyCrazyxD Entusiasta

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    Hola! Un.n lamento la tardanza ¡pero esta vez no fue mi culpa! fue culpa de la computadora que le dio por dañarse (a saber por qué xD) asi que ahora estoy en un cyber publicando los capitulos de mi fics que ya tenia listos (odio el cyber T-T) lamento de antemano no poder haberles avisado que habia actualizado por que sinceramente tengo un monton de cosas que hacer (¡y odio el cyber!). También por los posibles errores ortográficos, no me ha dado tiempo de corregir.

    Hina, I love youPoción de amor

    Capitulo 05:
    Explícame

    Al día siguiente, en la hora de recreo los chicos se encontraban comiendo y descansando de las primeras horas de clase en sus lugares de siempre, ya fuera en el mismo salón, en alguno de los patios, en la cafetería, en la terraza o incluso en las canchas. Era un colegio grande al fin y al cabo, había mucho donde elegir.
    Naruto por su lado, fue a su casillero a buscar su alimento, así es, en su casillero ya que según él tener la comida guardada en el maletín no era una buena idea. Es decir, juntar el placer de comer en el mismo lugar en donde guardaba la horrible tortura de estudiar dañaría el sabor de su comida. Motivo por el cual su casillero carecía de libros y abundaba de cosas que no tenían nada que ver con la escuela, como los mangas, dinero de emergencia, aparatos electrónicos como el ipod y el nintendo Ds, un balón de futbol, revistas deportivas y alguna que otra chuchería.

    ―¿Uh?― gimió extrañado al notar entre el montón de objetos guardados en su casillero un paragua que no le pertenecía.―¡Cierto! Se me olvido regresárselo― recordó al tiempo que se daba un liguero golpe en la frente, tenía que regresárselo ahora antes de que se le olvidara nuevamente.

    ―¿Qué cosa?― cuestiono Sasuke quien guardaba sus libros en donde deberían estar: en el casillero.

    ―El paragua de Hinata, me lo presto el otro día y se me olvido regresárselo― le explico dejando extrañado a Sasuke, ¿en qué momento pasaban esas cosas entre él y Hinata?

    ―Sera mejor que se lo entregues ahora antes de que se te olvide― le sugirió con un tono un tanto cínico conociendo a la perfección la mentalidad de Naruto.

    ―¡Eso es lo que pensaba hacer!― respondió a los gritos mientras tomaba el paraguas, para luego cerrar el casillero de un golpe y partir.

    ―¿Por lo menos sabes en donde esta?― cuestiono Sasuke con cinismo haciendo que el rubio se detuviera en seco: no tenía ni idea de en dónde encontrarla.―Hmp… idiota tenias que ser― murmuro con sarcasmo adelantándosele en el camino, tomando así el liderazgo de aquella búsqueda.

    ―¿Qué dijiste? ¡Teme!― le grito molesto siguiéndole el paso a duras penas.

    Ambos chicos empezaron a preguntar a varias personas si habían visto a Hinata o a Kiba dado que seguramente estarían juntos, cosa que molestaba un tanto a Naruto, no podía entender como Hinata tenía un amigo como ese.

    ―De seguro a de estar en la terraza, Tenten últimamente se la pasa ahí en el recreo con Neji, el primo de Hinata― respondió Temari mientras arreglaba los papeles de un trabajo que debía entregar en la próxima clase. Los chicos había llegado a su salón por el mismo motivo por el cual preguntaban por Kiba, fueron a ver si estaba con Neji en el salón, pero en vez de eso encontraron a Temari, a la cual era la única que conocían en ese grado con amplitud dado que se la pasaba con Shikamaru.

    ―¿Se puede subir a la terraza?― pregunto Naruto con curiosidad aunque fue más un pensamiento en voz alta que una pregunta como tal, por lo que no recibió respuestas.―Genial― comento, nunca había subido a la terraza de un colegio, a decir verdad, nunca había subido a la terraza de algo.

    ―Gracias, iremos a buscarla― respondió Sasuke sin más, dispuesto a salir del salón e ir escaleras arriba pero Temari los interrumpió.

    ―Esperen, déjenme ir con ustedes. De todas formas tengo que hablar con Tenten sobre el trabajo― dijo Temari guardando los papeles en una carpeta para así poder juntarse con los chicos en el mismo trayecto.―¿Y por que están buscando a Hinata?― pregunto curiosa, aunque más que todo para iniciar una conversación mientras subían las escaleras.

    ―Pues al parecer, el Dobe de Naruto se le olvido regresarle el paraguas así que es mejor que se lo de ahora antes de que se le olvide. Otra vez― contesto Sasuke con ironía, a veces Naruto podía ser un cabeza hueca de verdad.

    ―¡Deja de llamarme Dobe! Teme― replico Naruto con sus gritos tan comunes de él.

    ―¡Solo si tú dejas de decirme Teme!― respondió Sasuke de igual forma.

    ―Yo te llamo Teme, porque eres un Teme, ¡Teme!― le gritó con un tono un tanto a la defensiva, pero al final le saco la legua de forma ofensiva, no era otra más que de sus burlas de siempre.

    ―¡¿Y a caso tú no eres un Dobe?! Eres el Dobe mas Dobe que he visto en mi vida ¡Dobe!― contestó en un estado iracundo, y es que Naruto lo alteraba. Vaya que era molesto.

    Temari tan solo los observaba un tanto sorprendida, pero inevitablemente reía con las estupideces que decían. Y así siguieron todo el camino hasta llegar a la puerta de la terraza y abrirla, para ver el lugar vacio.

    ―¿Eh? Aquí no hay nadie― apuntó Naruto al ser el primero en entrar.

    ―Qué raro, Tenten me dijo que estaría aquí.

    ―¡Ya te dije que no!― gritó Kiba a los cuatro vientos completamente avergonzado, mientras que las risas hacían de fondo. Otra vez estaba Tenten haciendo de las suyas solo que estaba vez era con el castaño perruno del grupo.

    ―Pero te quedarían bien― respondió Tenten en un puchero.

    ―¡No dejare que pintes mi rostro con ese marcador! ¿A caso estás loca?― objetó Kiba alejándose de ella lo mas que podía, pero la venganza perfecta de Neji había llegado.

    ―Confía en mi, te quedara muy bien― dijo Tenten acercándose a él lentamente mientras que cargaba el marcador rojo en su mano derecha sin tapa.

    ―¡Que no!― se negó rotundamente. Ni drogado permitiría que Tenten le pinte en el rostro unas marcas rojas en forma de colmillos en cada mejilla, mucho menos con marcador.

    ―¡Pero se quita con agua! Venga, Kiba no seas necio― comentó la castaña notando como Neji se acercaba a Kiba por la espalda a una velocidad increíble. Rápidamente tomo sus brazos y los jalo hacia atrás apresándolo por completo. Termino por lanzarlo al suelo para que fuera más fácil contenerlo y también dibujarle sus colmillos.

    ―Sufre― le susurró Neji a Kiba con un tono malévolo que erizo todos los vellos del chico perro. Tenten por su parte se le lanzo encima y sujeto su rostro con fuerza empezando a colorearlo con el marcador rojo.

    ―Creo que los encontramos…― murmuró Temari aun extrañada por lo que había escuchado sacando a los chicos de sus pensamientos, los cuales eran los mismos que tenia la rubia de ojos verdes, es decir: WTF?

    ―¿Cómo subimos?― preguntó Naruto en busca de una escalera, una cuerda o algo, pero su mirada estaba observando otra parte por lo que no noto las escaleras de bombero.

    ―Ahí― señaló Temari encaminándose a las escaleras pensando en ser la primera en subir, pero… tenía falda. Así que les dio el paso a los chicos y ella fue de última.

    ―¡Ya suéltenme!― pedía Kiba mientras movía su cabeza de un lado a otro con desespero, sin embargo Tenten lograba detenerlo de vez en cuando para seguir pintándolo así como éste lograba zafársele.

    ―¡Listo!― celebró la castaña despegando el marcador del rostro de Kiba.―Ves, te dije que quedarías genial― comento en admiración a su obra de arte. Hinata por su parte, se acerco curiosa a observar como había quedado y se sorprendió.

    ―Oh! Kiba-kun, en verdad te quedo muy bien― dijo Hinata con los ojos abiertos de par en par, si antes parecían un chico salvaje, ahora lo parecían aun mas, esas marcas resaltaban sus rasgos de chico rudo. Mientras, Tenten saco un espejo del bolsillo de su falda y lo apunto hacia él, quien al verse en el espejo con esas cosas se altero, todo su rostro se sonrojo y empezó a patalear para quitarse a Tenten de encima y zafarse de Neji y apenas lo logro empezó a frotarse las mejillas con sus manos tratando de quitarse eso.

    ―No, aun tienes― le dijo Tenten señalando sus mejillas, frotar no ayudaría de nada.

    ―Ahg… maldición― bufaba todo amargado.

    ―Ahora pareces mas perro que antes― comentó Naruto de la nada al llegar a la terraza de primero y observar la escena. Seguido apareció Sasuke y luego Temari, cosa que enfureció a Kiba y lo avergonzó al mismo tiempo.

    ―¿Quién te invito a venir? Cabeza hueca― gritó Kiba, la simple presencia de Naruto le irritaba.

    ―¡Este es un espacio libre para los estudiantes, si no mal recuerdo, puedo venir cuantas veces se me dé la gana!― respondió Naruto de la misma forma. No sabía que le había hecho o el por qué le caía mal, pero no se quedaría con los brazos cruzados.

    ―Vino a entregarle el paraguas a Hinata― comentó Sasuke sin tomarle mucha importancia al ambiente entre esos dos.

    ―¿Eh? Etto… gra…gracias, Naruto-kun, pero… no… no hacía falta que me lo entregaras en persona. Pu…pudiste dejarlo en mi ca…casillero― dijo Hinata con el sonrojo apoderándose de su rostro. Cada vez que lo veía el nervio la invadía. Por su parte, a Naruto empezó a resbalarle una gotita de sudor en su nuca, no había pensado en ello, así que se limito a reír tontamente mientras revolvía sus cabellos

    ―Jajaja… cierto, no lo había pensado― dijo con nerviosismo.― Pero ya que estoy aquí, ten― completo mientras extendía su brazo para entregarle el paraguas.

    ―¿Temari? ¿Tu también viniste a entregarle el paragua?― le preguntó Tenten con sarcasmo a lo que la aludida reviro sus ojos con ironía.

    ―Vine para preguntarte algo sobre el trabajo de biología― respondió con una sonrisa divertida a causa del comentario anterior de la castaña mientras se acercaba a ella y sacaba el trabajo.

    Y como si fuese cosa de todos los días, Tenten se reunió con Temari en el circulo donde anteriormente se encontraba los chicos comiendo, mientras que Kiba y Naruto se peleaban a gritos y los otros tres faltantes observaban aquella escena con la palabra: idiotas parando por sus mentes. No tanto por la de Hinata, más bien en las cabezas de los otros dos.

    ―Sigamos comiendo, tengo hambre― sugirió Neji con su tono seco habitual a la vez que tomaba el camino de regreso a los puestos imaginarios que habían creado en el suelo con ayuda de sus obentos.

    ―¿Vas a comer con nosotros, Sasuke-kun?― le preguntó Hinata con amabilidad, esperando la respuesta del azabache quien tardo un poco más de lo habitual por estar perdido admirando su sonrisa cálida que estaba formada por unos labios delgados y suaves con un color rosado natural que los volvía apetecibles, y además, sus mejillas levemente ruborizadas le daban ese tono de dulzura e inocencia que definía todo lo que tuviera que ver con ella.

    ―Ya estoy aquí…― se limitó en decir, había traído su obento consigo ya que le parecía molesto tener que ir a buscar a Hinata y luego regresar al salón para buscar su comida. Doble trabajo. Era curioso para la peli-azul sentirse cómoda con Sasuke tan rápido, aunque no era nada por lo que extrañarse, pues le recordaba mucho a Neji, esos dos eran muy parecidos, aunque abundaban también sus diferencias.

    En silencio, Sasuke camino hacia donde estaba Neji y se sentó al lado de Hinata expandiendo el círculo de cuatro personas a uno de siete. La madre de Tenten le había dado comida de mas por lo que no dudo en compartirla con Temari, la cual se rehusó a un principio ya que tenía dinero suficiente para comprar su desayuno en la cafetería, pero al final Tenten logro convencerla, aunque no fue tan difícil, realmente le daba fastidio bajar todos los pisos hasta la cafetería y volver a subir. Naruto por su lado, si lo hizo, bajo, compro su plato de ramen y subió a velocidad sobre humana al techo de la puerta; mientras que Kiba tan solo se les junto, sentándose al lado de Hinata como lo hacía siempre.

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    Había sido irresponsable de su parte dejar la tarea a última hora, pero es que con la distracción de ayer no pudo terminar de hacerla por lo que ahora tenía que ocuparse de ello en horas del recreo para su mala suerte. Era la primera vez que le pasaba eso, aunque también era la primera vez que había un hombre involucrado en su vida en ese aspecto, no podía negarle nada, pensaba más en él que en si misma… simplemente la hechizaba. Al principio la diferencia de edad la asustaba y le parecía una total locura estar con su profesor de historia pero terminó por rendirse ante él, y es que había algo en Kakashi que la hacía alucinar.

    <<¡Basta ya, Sakura, tienes que concentrarte!>>.

    Se exigió a si misma a la vez que entraba a la biblioteca. Como era de esperarse, a esas horas la biblioteca estaba vacía, casi vacía si tomamos en cuenta a la encargada. Rápidamente se encamino a la sección en donde seguramente encontraría los libros que necesitaba para hacer su trabajo y fue tomando uno por uno de los estantes. Aunque no sabía muy bien cuál de todos sería el más indicado: si una guía de su grado o un libro centrado únicamente en el tema. Ambos les serviría ¿para qué elegir?

    ―…¿Uh? Maldición― bufó molesta cuando quito los libros del estante y vio que del otro lado estaba Sai, justo frente a ella.

    ―Buenos días, Sakura-chan― saludó con ese extraño tono de voz y esa inusual forma de ser, sin omitir, por nada del mundo, esa sonrisa dibujada en aquel rostro pálido, parecía una máscara de lo más macabra. Tal vez era por eso que le daba tan mala espina ¡Tenía pinta de un asesino en serie!

    ―¿Qué libro tienes?― le preguntó de la nada, si no mal recordaba, la sección de al lado era de psicología y libros de auto-ayuda, muchos tenia temas sobre relaciones amorosas que podrían asimilarse a la suya. Sai por su parte alzo el libro para enseñárselo. El simple titulo la molesto: “Los amores prohibidos se ven mejor en las películas”―¿Esto tiene que algo que ver conmigo?― le interrogó molesta encaminándose fuera de la sección mientras era perseguida por Sai desde el otro lado.―Recuerdo haberte dicho que lo olvidaras.

    ―Lo sé, pero es que no logro entenderlo― contestó entre un tono tranquilizador y agitado, lo último que quería era hacerla enfadar dado que todos conocían ese lado de ella y no era nada agradable.

    ―¿Entender qué? Tú no tienes que entender nada: es mi vida, lo que pase con ella no te interesa― contradijo con frialdad. Estaba que le caía a golpes al idiota ese, simplemente no lo soportaba.

    ―No puedo evitarlo― dijo al salir de la sección al mismo tiempo que Sakura quedando cara a cara.― No es porque seas tú, es la situación en general. No puedo entenderlo ¿Por qué dices que te gusta Sasuke cuando es mentira? Y ¿Cómo es qué…?

    ―Sai, cállate. Se bien lo que hago― lo interrumpió, claro que sabía sobre esos rumores y sabia cuales eran las consecuencias a las que se refería. Era molesto escuchar a sus amigas hablando de Kakashi y lo bien que estaba, detestaba cuando llamaban su atención y coqueteaban con él. Era desagradable ver como la señalaban en cada examen: “Obviamente saco un diez, es la favorita del profesor”. Pero no le importaba, sus notas siempre fueron buenas antes de que saliera con Kakashi y estaba acostumbrada a ser señalada de esa forma. Sin embargo eso era antes de que no hubiera manera alguna de que los demás descubrieran su pequeño secreto, solo era la favorita del profesor, si se enteran de ello…

    ―¿Cómo? Es la primera vez tienes una relación así ¿cierto? ¿Cómo podrías saberlo?― cuestionó Sai, para él no era más que una historia complicada que deseaba analizar. En definitiva no entendía ese tipo de cosas y su interés hacia las emociones humanas era muy grande… parecía un robot buscando ser humano para poder sentir.

    Sakura se tomo un respiro para calmarse, luego se volteo y lo miro.

    ―Solo quieres entenderlo ¿cierto?― le preguntó a lo que éste asintió con un leve movimiento en la cabeza.―Bien, tratare de explicarte el comportamiento humano, ya que al parecer careces de ello. Pero, después de eso me dejas en paz ¿Entendido?― propuso exigente a lo que Sai acepto sin duda alguna.―Genial, por ahora deja de molestarme, tengo tarea que hacer― le dijo para luego partir con sus libros a una mesa que estuviera al otro extremo de donde se encontrase él.―Alienígena…

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    El recreo había acabado y Kiba, con su rostro marcado con dos colmillos rojos perfectamente simétricos debido a la habilidad de Tenten, caminaba en dirección a los chorros de agua que estaban cerca de las canchas antes de dirigirse a los salones, ansiaba lavarse el rostro y borras esas cosas de su rostro lo antes posible, pues a pesar de que pasara casi todo el recreo frotándose las mejillas no se borraba.

    Se inclino un poco y mojo su rostro, restregó sus mejillas y humedeció su cabello para refrescarse un poco del calor de septiembre. Luego agito su cabeza como un perro para deshacerse del agua extra y saco su celular para utilizar el fondo de la pantalla oscura como espejo y asegurarse de que las marcas se habían quitado… No lo habían hecho. Desesperado volvió a mojarse la cara y restregó sus mejillas con fuerza pero al volver a ver su reflejo en la pantalla de su celular noto que ahí seguían, sin siquiera encontrarse un poco desteñidas.

    ―¡Maldición, Tenten!― gritó totalmente enfurecido: "Se quita con agua" ¡Si, claro!

    Corrió frenético en búsqueda de la castaña y la encontró viéndola estar a punto de entrar a su salón, pero antes de que lo hiciera la tomo de la muñeca y la arrastro con él lejos del lugar dejándola un tanto confundida, aunque también estaba el hecho de que aun tenia los colmillos que le había pintado... pensó que se los quitaría.

    ―¿Qué fue lo que me echaste? Esta cosa no se quita ¡Y ya me lave el rostro con bastante agua!― le regañó exigente de una explicación.

    ―Es imposible, es marcador lavable… ya vas a ver― respondió la castaña sin tomarle seriedad al asunto y saco de su bolsillo el marcador rojo que había usado para dibujarle los colmillos poniéndoselo en frente.―¿Lo ves?― le dijo pero por alguna razón, éste no hizo más que fruncir el ceño a punto de explotar de la rabia.

    ―¡Ahí dice que es permanente!― le gritó con impaciencia y cinismo dejándola extrañada.

    ―¿Eh?― gimió extrañada y volteo el marcador para leerlo bien.

    "Secado rápido. Marcador permanente Faber-Castell".

    Sí, definitivamente era permanente.
     
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    Konichiwa!!!
    Hola Amy-san!
    Pues debo decir que me ha encantado, es perfécto... me maté de risa con lo de Naruto xD
    Sasuke obligandose a no pensar en Hinata... hm... pues la verdad diré, no soy amante del sasuhina, pero esto me gusta
    con respecto a Sakura, pobre xD Sai no la dejará en paz hasta que le explique los tan complicados sentimientos de las personas jejeje
    No vi ninguna falta ortografica ni nada por el etilo, así que es fenomenal, me gusta tu forma de narrar, es muy detallada!
    Me gustó tu fic, muy creativo y una idea innovadora, debo decir que me has impresionado...
    por favor Amy-san, avisame de la conti!!!

    Sayo!
     
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    Hina, I love you
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    Hina, I love youPoción de amor

    Capitulo 06:
    Celos… (Parte I)


    ¡Todo había sido culpa de Tenten! La de ella y la de Neji por ayudarla.
    Pintarle el rostro con marcador permanente ¿A quién se le ocurre? Ahora por su culpa había sido castigado por el profesor y se encontraba esperando fuera de la dirección de disciplina aguardando el castigo que le tenían preparado.

    Se vengaría… por supuesto que lo haría. Esos dos se la pagaran.

    ―Kiba Inuzuka― lo llamó la secretaria avisándole que ya era momento de reunirse con el mismísimo verdugo vestido de negro de pies a cabeza, con un rostro tan estoico que casi parecía ser todo menos humano. Lo único que le faltaba era un hacha enorme y súper afilada…

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    ―Y… empate― afirmó Gaara sin emoción alguna. El peli-rojo de ojos aguamarina estaba acompañado de su hermano Kankuro en la sala de ajedrez observando el partido que llevaban Temari y Shikamaru. No era la sorpresa del siglo, ya hasta resultaba predecible: o él ganaba o quedaban empatados. Se la habían pasado todo el recreo en eso.

    ―¿Qué? ¿Cómo se puede empatar tantas veces en ajedrez?― cuestionó Temari molesta, ya estaba cansada de empatar y perder contra él. Cuando se trataba de juegos mentales y de estrategia era imposible ganarle, aunque con los retos físicos era pan comido… ¡Estúpido vago!

    ―Fácil, aun te falta para poder alcanzarme. Pero no te preocupes, te falta poco― se jactó el azabache con sarcasmo solo para hacerla enfurecer aun más y lo logró. Temari en definitiva era muy temperamental.

    ―¿Y ahora eres sabiondo? ¡No me vengas con esas, estúpido vago!― le gritó con rabia. Simplemente no lo soportaba, al menos no en ese momento. Detestaba que fuera tan perezoso y que aun así tuviera una increíble habilidad mental que se le era imposible de superar. Mientras que ella estudiaba como loca y casi que se arrancaba los pelos, él ni se tomaba la molestia de abrir los libros y salía de primer lugar en el cuadro de honor.

    ―Vámonos ya, esto se puso aburrido― le sugirió Gaara a su hermano mientras se paraba de los asientos, a lo que éste lo siguió sin dudarlo. Solo estaba ahí porque no tenía nada mejor que hacer pues el ajedrez no era su juego favorito, precisamente.

    ―Asss… yo también me marcho― avisó la Sabuko´no con irritación al tiempo que tomaba su bulto y así salir lo más pronto posible.

    ―Espera Temari― la llamó antes de que ésta saliera por la puerta― ¿Qué te parece si te brindo un helado? Ya sabes, como disculpar por hacerte perder todo el tiempo― le sugirió tomando un tono burlón en la última frase. Temari se sorprendió pero a la vez no pudo evitar reírse de su forma tan extraña de invitarla a salir.

    ―Vale, no tengo nada mejor que hacer― contestó de la misma forma, aunque con un poco de picardía en su sonrisa para luego marcharse por fin a su salón.

    Inconscientemente se quedo riendo como un idiota ante la respuesta de la rubia de ojos verdosos por un buen rato. Coloco sus brazos en su nuca y se acostó en el suelo repasando la escena. No podía creer que en verdad lo había hecho. Moría por que sonara la campana de la salida para poder salir con ella.

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    Clac… clac… clac… clac…

    Cada pisada era como un anuncio voraz de su presencia, aquella mujer era completamente despampanante. Sus cabellos de un violeta oscuro y corto amarrado en una coleta alta más sus ojos de un castaño claro espectacular sin omitir, por supuesto, su sonrisa picara dibujada en sus labios con delicadeza, dejando como resultado una belleza única que la hacía resaltar entre los demás. Tenía alrededor de unos veinte años y su apariencia era entre una mescla de salvaje y juguetona que alteraba las hormonas masculinas. Era la nueva coordinadora del instituto a pesar de su corta edad y había estado toda la mañana presentándose en los diferentes salones. Ahora le tocaba tercer año de segundaria, entraría primero a la sección B y luego a la A y a la C sin tratar de perder tanto tiempo, estaba cansada ya de ir en aula y aula… el instituto era endemoniadamente grande.

    ―Buenos días― saludó la mujer en un tono arrogante lleno de superioridad y sadismo, aunque eso ya estaba de por si marcada en su mirada. Todos se le quedaron mirando, algunos embobados y otros extrañados sin saber que pensar exactamente de ella además de: ¿Quién demonios es?― De seguro no han de saber quien soy así que me presento, mi nombre es Mitarashi Anko y soy la nueva coordinadora del instituto. Estoy aquí para hacerles la vida un infierno así que más les vale dejarme una buena impresión de ustedes durante mi iniciación― advirtió provocando que más de uno tragara grueso. Aquella mujer tenía un aura amenazante.― En fin, eso es todo lo que tengo para decirles, continúen con sus clases― dijo como despedida pero en vez de salir le echo un vistazo a Kakashi para luego acercarse a él y presentarse cordialmente, aunque… con mucha amabilidad, tal vez demasiada para el gusto de Sakura que observaba con intensidad cada uno de sus movimientos.

    ¡Ahí estaba! La sonrisita y el clásico contacto con la mano en el brazo de Kakashi. ¡Estaba coqueteando con él! ¿Pero qué clase de coordinadora era?

    “Cálmate, no puede coquetearle frente a todo el salón. Solo está siendo amable, después de todo es mejor llevarse bien con los compañeros de trabajo para tener un ambiente mejor… Es solo eso, lo más seguro es que ha sido así con todos”.

    ¡Pero esto era el colmo! Anko le había entregado un papelito a Kakashi para luego irse del salón con aura autoritaria haciendo como si nada hubiera pasado. Lo peor de todo es que el idiota de Kakashi había guardado el papelito que le había tendido. ¿En que estaba pensando?

    ―¿Uh?― Kakashi empezó a sudar frio cuando noto la mirada asesina que tenia Sakura sobre él. Estaba en clases por lo que trato de ignorarla liberando su nerviosismo con una leve tos que aclararía su garganta pero aquellos ojos bestiales lo acorralaban. A pesar de darle la espalda mientras escribía en el pizarrón podía sentirlos clavándose en su nuca. Vaya que se había metido en un buen lio.― Asss…

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    Las clases pasaron normales… bueno, algo así. Hinata estaba preocupada por Kiba el cual perdió de vista después del recreo. Pensó que iba a lavarse la cara y volvería al salón pero no tenía noticias de él. Y para colmo, Naruto estaba sentado demasiado cerca de ella, no podía concentrarse, no podía dejar de mirarlo… y a veces sus miradas se conectaban llevándola a un colapso mental. Cuando llego la clases de ingles, Sasuke arrimó su asiento pegándolo con el de ella ya que había olvidado su libro provocando que Naruto entrara en una rabieta con la excusa de que “él era un genio, no necesitaba un piche libro mientras que Naruto si necesitaba a Hinata” pero claro el azabache lo ignoro olímpicamente cabreándolo aun más, causando que casi lo botaran del salón. Hinata por su parte estaba sentada cabizbaja ante la situación tan vergonzosa que se había armado. Mientras que el famoso grupito de chismosas no podía dejar de observan aquella escena llenas de envidia.
    Y aunque Karin no formaba parte de ese grupo, no podía negar los celos que la corrompían en ese momento… era tan grande que hasta Suigetsu lo había notado y le había entrado el escalofrió.

    “¿Y a ésta qué le pasa?” Fue lo que le vino a la mente.

    Sai también notaba la mirada atemorizante de Sakura pero no sabía muy bien a que venía. Miraba a Kakashi, claro, pero no había pasado nada con él (por lo que sabía) mientras que Sasuke había decidido colocarse al lado de la Hyuga en ingles provocando el recelo en casi todas las femeninas del salón. Entonces, ¿sentía algo por Sasuke pero no quería aceptarlo pues ahora tenía una relación con Kakashi, pero al ser secreta no podía jactarse de ello mientras que el azabache casi tenía su propia sección en el periódico de la escuela cosa que la enfurecía y la pagaba con Kakashi como si fuese su culpa? O algo así… definitivamente no podía entenderlo, era muy complicado.

    ―¡Tiene que ser una broma!― chilló Naruto al ver como Shikamaru se colocaba justo frente a Hinata con total naturalidad, sentándose en el pupitre vacio de Kiba, al parecer el vago también había olvidado su libro y como era más fácil llegar a Hinata no dudo ni por un segundo en ponerse a su lado. En una rabieta de infantilismo, Naruto tomo la mesa de su pupitre para tomar su puesto cerca de la oji-perla, pero antes de que pudiera hacerlo recibió un regaño del profesor y lo mando de pareja con Shino, un chico de lo más raro con toda la pinta de sádico.―¿Por qué a mí?― se preguntó a sí mismo en un gemido de dolor.

    Segundos después llega Kiba al salón, con sus colmillos rojos dibujados, disculpándose por la tardanza, al parecer el regaño había tardado más de la cuenta. El profesor lo dejo pasar (extrañado por los dibujos que tenía en sus mejillas) y fue entonces que el castaño notó la presencia masculina rodeando a Hinata provocando de inmediato su ira, apretó sus dientes y gruño a sus adentros tratando de contenerse. Se acerco a su pupitre (lugar en donde estaba sentado Shikamaru) y miro al invasor con intenciones asesinas.

    ―Puedes sentarte en mi puesto― le sugirió Shikamaru con su monótona voz perezosa mientras señalaba su pupitre con la mano.

    ―¡No voy a sentarme en tu pupitre! Levántate― le gritó llamando la atención de profesor que lo miro en advertencia.

    ―Que problemático― no sé si es que Shikamaru no se intimidaba con facilidad o es que no tomaba atención a la situación a su alrededor como debería pero se encontraba en un estado de ánimo muy… tranquilo, normal, simple, ¿sonámbulo?

    ―¡Serás…!― gruñó Kiba entre dientes debido a que Shikamaru había ignorado su petición con tanta vagancia que era capaz de bostezar hasta quedarse dormido.

    *Bostezo…*

    ―¡Levántate de mi puesto!― le gritó a la vez que tomo su brazo para levantarlo de golpe pero se acomodo tanto en el pupitre que parecía dormido, incapaz de levantarlo de golpe. Jalaba de su brazo con fuerza pero Shikamaru ni se inmutaba.

    ―¡Kiba!― le advirtió nuevamente el profesor a lo que el castaño, con toda la rabia del mundo, tomo sus cosas de golpe (en especial su maletín que usaba Shikamaru como almohada) para luego encaminarse al asiento del azabache.

    Sasuke no pudo contener su risa ante el chichón que se había llevado el genio ante la repentina falta de soporte en su cabeza. Tampoco Naruto, que siempre se ponía a la defensiva cuando Kiba llegaba, había resistido las ganar de echarse a reír del Nara.

    ―Mooo…― suspiró Hinata con las mejillas ardiendo de la vergüenza. Estaba preocupada por Shikamaru, pero también por Kiba, siempre lo tenía cerca y era raro verlo sentado a unas filas hacia adelante dándole la espalda. Naruto seguía quejándose de “aquella injusticia” en susurros audibles y Sasuke invadía su espacio personal cada vez que se acercaba para leer el libro y a veces sus brazos rozaban. Se estaba volviendo loca.
    “Hmp… se sonroja por nada” Observó Sasuke un tanto divertido.

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    El sonido de la campana sonó anunciando el final definitivo de las clases del día. Cada uno tomos sus cosas y fueron a sus casilleros como era de costumbre para luego salir de la academia como si sus vidas dependieran de ello. Bueno, al menos la mayoría, algunos tenían que esperar a que los viniesen a buscar o simplemente aguardaban hasta que sus amigas se hayan marchado. Las chicas, al menos Sakura, Ino, Karin y Matsuri se habían sentado en uno de los banquitos cerca del portón solo para perder el tiempo hablando mientras esperaban… ¿Qué esperaban exactamente?

    ―¿Vieron cómo la coordinadora le coqueteo a Kakashi?― no era de extrañarse que fuera precisamente Ino la primera en relucir el tema con ese brillito en sus ojos.

    ―¿Qué?― cuestionó Matsuri extrañada, ella no había notado nada del otro mundo.

    ―Vamos, Matsuri ¿no vistes como le sonreía y frotaba su brazo? Eso es coqueteo ¡Lo digo yo que soy una experta en eso!― aseguró.― Es una lástima ¿saben? Kakashi es probablemente el amor imposible de muchas chicas del instituto pero ahora que llego Anko se les corto la fantasía. Hacen una buena pareja, tengo que admitirlo― opinó Ino con una sonrisilla. Se nota que le encanta todo ello. No sería extraño verla en un futuro como periodista de farándulas, aunque viniendo de ella nunca se sabía.

    ―Pero si apenas se conocieron hoy― intervino Karin que no pensaba igual que la rubia parada a su lado (Matsuri y Sakura eran las que estaba sentadas).

    ―¿Y? Se nota que hay química entre esos dos― tan simple y segura como siempre. Tan solo escucharla alteraba los nervios de Sakura, los celos la llenaban como nunca en ese momento.

    ―Deberías dedicarte a tu propia vida en vez de estar siempre hablando de los demás, bocazas― agregó Sakura con agresividad molestado a la catira.

    ―¿Y a ti que bicho te pico? Frente de mármol― cuestionó Ino poniéndose a la defensiva de inmediato.

    ―¡Para lo que te importa! Ino-cerda― contestó Sakura capaz de lanzarle un golpe a la catira, la cual no dudaría un segundo en responderle. A no ser porque Karin, como siempre, estaba ahí para intervenir las dos de hubiera caído a golpes.

    ―Muy bien, córtenla ya― gritó Karin con autoridad poniéndose en medio de las dos.

    ―Díselo a ésta, ella fue la que inicio. A decir verdad, ha estado ya un buen tiempo toda amargada y me saca de quicio― objetó Ino mirando a la oji-jada con una de esas miradas eléctricas.

    ―Mejor me largo― dijo Sakura con frialdad mientras tomaba su bulto del banquito para luego encaminarse hacia las afueras del instituto directo a su casa.

    ―¡Ahg! ¿Qué les dije? Ha estado insoportable y se las cobra conmigo― agregó Ino cuando la peli-rosa se fue.―¡Huy! como me amarga el día…

    ―Pero Ino, en parte también es tu culpa― comentó Matsuri dejándola un tanto sorprendida.

    ―¿Mi culpa?

    ―Sí, cabeza hueca. Deberías fijarte en lo que dices a veces― opinó Karin un tanto drástica.

    ―¿Cómo me llamaste?― le amenazó molesta ignorando todo lo demás haciendo que ambas la miraran sarcástica.

    ―De eso precisamente estoy hablando― contestó Karin dejándola aun más confundida.

    ―Ino, ¿nos vamos a casa?― le preguntó de repente una castaña muy conocida. Se trataba de Tenten, la cual acababa de salir de sus clases al igual que ella. A pesar de que sus grados eran diferentes, éstas se conocían ya que se bajaban en la misma estación y se habían encontrado más de una vez en las mañanas esperando el tren de las siete. Ino por su parte se despidió de las chicas para luego juntarse a Tenten.― Oye, ¿podemos ir a comprar dangos?― propuso ya afuera del instituto.

    ―Tienes un problemas con esas cosas― comentó Ino con cinismo tomando en cuenta la adicción que tenían Tenten con estos dulces. La castaña tan solo sonrió divertida para luego desviarse del camino y dirigirse al parque de cerezos a buscar sus Dangos.

    -*-*-*-*-*-*-*-*-*-
    La rabia la invadía, era muy susceptible quizás, pero aquella situación no le gustaba para nada. Aunque lo más seguro es que no estuviera tan afectada a no ser por lo estúpidos comentarios de ese grupito de bocas flojas que por alguna mala obra del destino siempre lograba escucharlas cuando hablaban de aquello que precisamente no quería escuchar.

    ―¿Te vas tan rápido, bruja?― le interrogó Suigetsu con su voz molesta y arrogante sacándola de sus pensamientos, poniéndose de aun más mal humor. Sin detener el ritmo violentamente rápidos de su caminar a causa de la frustración, lo miro alertándolo del peligro en el que se exponía.

    ―No molestes lagartija, no estoy de ánimo― le respondió con fastidio.

    ―¿No me digas que te pusiste celosa al ver a Sasuke con la niña esa?― cuestionó burlón y al ver la expresión de su cara de “atrapada” no pudo contener la risa.― Vaya que eres una tonta ¿ponerte celosa por algo como eso? ¡Qué dramática!

    ―¿Y cuál es el problema con eso?― le gritó deteniendo el paso de la nada para hacerle cara― ¡Me gusta Sasuke! Tú mejor que nadie lo sabe.

    ―Hmp…― Karin casi entra en un paro cardiaco cuando escuchó aquel monosílabo endemoniadamente familiar. Un terrible escalofrió invadió su columna vertebral y el mundo se le cayó a los pies. Volteo temblorosamente esperando toparse con el mismísimo Sasuke Uchiha pero en vez de eso encontró a Jugo, el amigo peli-naranja incondicional de Suigetsu, con una grabadora en sus manos. <<Replay>>. ―Hmp…

    ―¡Eres un maldito!― gritó Karin iracunda a no más poder volteándose a Suigetsu, el cual de inmediato detuvo su risa descontrol para darle paso a la huida. Esta vez lo mataría
     
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    Rocio-chan

    Rocio-chan Iniciado

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    wow Amy-chan eso fue genial pobre Kiba el no tuvo la culpa muero de ganas de saber en como se va a vengar de Neji y Ten Ten pero Hinata pobresita estaba entere la espada y la pared hasta el bago la molestaba malos que son y de Naruto no hablo no paraba de reirme cuando me entere de que Kakashi lo mando a hacer equipo con Shino jajaja te esta quedando fabuloso linda historia desenlase y como terminara?
    ahora me dejaste con la duda bueno felisitaciones por tu fics nos vemos en el proximo capitulo que voy a esperar con hancias que andes bien
    Besitos

    Atte:Rocio-chan :D
     
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    Ashlotte

    Ashlotte Usuario común

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    Holas, muchas gracias por avisarme de la conti. ^^
    Lamento la tardanza en comentar, pero he estado en exámenes y ahorita es que tengo tiempo libre.

    Bueno, a ver, primero vamos a lo técnico.
    Noté faltas de acentos y errores a la hora de poner los signos de exclamasión e interrogación, así como también falta de comas.
    Una parte, fue esta:
    ―Vamos, Matsuri ¿no vistes como le sonreía y frotaba su brazo? Eso es coqueteo ¡Lo digo yo que soy una experta en eso!― aseguró.― Es una lástima ¿saben? Kakashi es probablemente el amor imposible de muchas chicas del instituto pero ahora que llego Anko se les corto la fantasía. Hacen una buena pareja, tengo que admitirlo― opinó Ino con una sonrisilla. Se nota que le encanta todo ello. No sería extraño verla en un futuro como periodista de farándulas, aunque viniendo de ella nunca se sabía.
    ―Pero si apenas se conocieron hoy― intervino Karin que no pensaba igual que la rubia parada a su lado (Matsuri y Sakura eran las que estaba sentadas).

    ―¿Y? Se nota que hay química entre esos dos― tan simple y segura como siempre. Tan solo escucharla alteraba los nervios de Sakura, los celos la llenaban como nunca en ese momento.

    ―Deberías dedicarte a tu propia vida en vez de estar siempre hablando de los demás, bocazas― agregó Sakura con agresividad molestado a la catira.

    ―¿Y a ti que bicho te pico? Frente de mármol― cuestionó Ino poniéndose a la defensiva de inmediato.

    Cuando pones los signos de interrogación y exclamasión en el primer párrafo deberías poner coma antes de ellos, pues allí la omites.
    Debería ser "¿no viste como le sonreía?", no "¿no vistes como le sonreía?". También el asento de "picó" en lo del bicho.
    Y cambiaste el tiempo, primero comienzas narrando en pasado con "opinó Ino". Y dices luego: "Se nota que le encanta", ¿no sería "se nota que le encantaba"? Y, creo que queda mejor "todo aquello" que "todo ello", pero es mi opinión.
    Podrías ponerlo así, aunque esto es mi opinión:
    ―Vamos, Matsuri, ¿no viste como le sonreía y frotaba su brazo? Eso es coqueteo, ¡lo digo yo que soy una experta en eso!― aseguró.― Es una lástima, ¿saben? Kakashi es probablemente el amor imposible de muchas chicas del instituto, pero ahora que llegó Anko se les corto la fantasía. Hacen una buena pareja, tengo que admitirlo― opinó Ino con una sonrisilla. Se nota que le encantaba todo aquello. No sería extraño verla en un futuro como periodista de farándulas, aunque viniendo de ella nunca se sabría.

    ―Pero si apenas se conocieron hoy― intervino Karin, que no pensaba igual que la rubia parada a su lado (Matsuri y Sakura eran las que estaba sentadas).

    ―¿Y? Se nota que hay química entre esos dos― tan simple y segura como siempre. Tan sólo con escucharla se alteraba los nervios de Sakura, los celos la llenaban como nunca en ese momento.

    ―Deberías dedicarte a tu propia vida en vez de estar siempre hablando de los demás, bocazas― agregó Sakura con agresividad molestado a la catira.

    ―¿Y a ti que bicho te picó, frente de mármol?― cuestionó Ino poniéndose a la defensiva de inmediato.

    Ok, bueno, noté lo mismo con lo de los signos en otras partes, pero tomé esta para representarlo.
    Y, ahora con mi opinión.

    Bueno, estuvo interesante. Jo, ¿Sakura celosa de Anko por lo de Kakashi? Wow, tengo que ver eso.
    Vaya, pobre Hinata. Jeje, creo que Kiba se molestó cuando Shikamaru se sentó en su puesto, jaja. Me da esa leve impresión. x'D
    Jaja, qué raro ver a Karin y a Suigetsu peleando, jaja. Esos dos no paran de pelear. Son iguales a Temari y Shikamaru, jeje.
    Bueno, de verdad que quiero saber qué pasa con el próximo capítulo.
    ¿Qué hará Sakura con lo de Anko y Kakashi? :confused: ¡Quiero leerla!
    Pero a esperar se ha dicho.
    Si no es molestia, ¿me podrías avisar de la conti? Te lo agradecería mucho.
    Saludos.

    PD: Si te salen varios spoilers, abrelos todos. No le agrado a los spoilers y se multiplican, jaja.
     
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    Capítulo 07:
    Celos… (Parte 2)



    Ino y Tenten fueron caminando juntas al parque de cerezos que quedaba a pocas cuadras del instituto. Era un lugar muy lindo, especialmente en esa época del año cuando llovían los pequeños pétalos rosados de los arboles dejándose guiar por el viento con suavidad. Ambas caminaron hasta una tienda muy sencilla de paredes rusticas que parecían que hubieran apilado un tronco encima del otro, aunque no era más que la fachada. A sus lados había varios dulces y un cartel que tenía anotado los precios de todo lo que vendía. La dueña era una mujer en sus años dorados, de cabellos blanquecinos y una sonrisa radiante que atendía con una amabilidad increíble a niños y adultos contagiándolos de su aura positiva y alegre. Las chicas al acercarse sonrieron y pidieron sus dangos.

    ―Cuatro dangos, por favor― le pidió Tenten con emoción, en verdad le encantaba aquel dulce.

    ―¡¿Cuatro? Tenten no sé si podré comerme dos de esas cosas― comentó Ino sorprendida mientras la mujer buscaban los pedidos.

    ―¿Y quién dijo que los iba a compartir contigo?― cuestionó la castaña mirándola con sarcasmo, a lo que Ino se la regreso con intenciones asesinas pues para empezar, cuatro dangos era demasiado y además, ésta le había dicho que le brindaría. ―Vale, tres son para mí― dijo mientras tomaba los cuatro dangos y le entregaba uno a la rubia para luego pagarlos.

    ―En serio, tienes un problema con los dangos, me preocupas― comentó Ino con ironía haciendo reír a la castaña mientras se devoraba un dango tras otro en una velocidad sobrehumana que dejo sorprendida a la rubia, la cual iba a decir otro comentario sarcástico hacia la castaña pero ésta la interrumpió con una expresión curiosa.

    ―¿Esa no es Temari? ¡¿Y Shikamaru?― interrogó Tenten enfocando su vista a una parejita sentada en uno de los bancos del parque a unos metros de distancia totalmente sorprendida, aunque nada comparado con la Yamanaka que casi se le cae la mandíbula al suelo de tanto que había abierto la boca.

    ―¡No puede ser!― murmuró en un grito ahogado tomando de la nada a Tenten de la muñeca para arrastrarla directo a los arbustos de un golpe. Corrieron en un laberinto de árboles, ramas y arbusto en donde no entraba la luz del sol y de alguna forma u otra lograron llegar justo al lado del banquito en donde estaban sentados los aludidos riendo y charlando mientras comían unos helados.

    ―Ino, se me cayó mi dango― chilló Tenten al borde del llanto mientras observaba a unos centímetros su dango yaciendo en la tierra, completamente infectado de los gérmenes que ahí habitaban (aunque eran imposible verlos con la vista humana).

    ―Tenten, calla… quiero escuchar― le ordenó con impertinencia mientras, agachada al igual que Tenten, se acercaba en cuclillas al final del arbusto y así lograr escuchar lo que fuera que estuvieran hablando.

    ―Oh genial, ahora una araña se está comiendo mi dango― susurró Tenten pensando en voz alta con el mayor cinismo posible observando como una araña se montaba en su apreciado dango con recelo.

    ―¡Una araña! ¿Dónde?― preguntó Ino alterada tratando de mantener un tono de voz bajo para no llamar la atención. ―Deshazte de ella, mátala, mátala…― le pedía en suplicas golpeándola sin querer cosa que fastidiaba a la castaña.

    ―¡Basta, Ino! Ya se fue… mira― le señaló el dango, con sus chillidos y alteración la había espantado, aunque no del todo, tan solo no le gusto el dulce y se marchó pero no estaba del todo lejos… una ligera mentirita no le haría daño a nadie.

    Ino sus piro y volvió a pegar la oreja en la conversación mucho más calmada, Tenten al estar atrás de ella no veía ni escuchaba nada por lo que se aburría ahí observando su pobre dango desperdiciado en el piso.

    ―Mooo… mi dango― abucheó con infantilismo.― Ino, vayamos a comprar un nuevo dango― le pidió pero Ino la ignoro con un "shhh…"― Ino, ¡mi dango…!

    ―Ahg, Tenten vamos, toma el mío― dijo con fastidio entregándole su dango casi intacto, casi.
    ―¡Pero éste también está sucio!― protestó en pataletas colmándole la paciencia a la rubia, cosa que al parecer le encantaba.

    ―¡Vamos, Tenten! Coopera, ¿Sabes cuantas oportunidades ahí como estas? Shikamaru está teniendo una cita y eso es algo que no se ve todos los días.

    ―Vale, ya entendí― terminó por aceptar la castaña con fastidio apoyando su cabeza en el dorso de su mano sin saber que hacer hasta que alzando un poco la mirada a la cabeza de la rubia observaba como la araña ya mencionaba se dirigía a su cabellera.―Eh… I…Ino… Ino… ¡Ino, te estoy llamando!

    ―Tenten, no hagas bulla.

    ―Pero Ino, la…

    ―¡Shhh…!

    ―¡La araña!

    ―¡¿Qué?― esta vez sí capto su total atención volteándose hacia la chica castaña, la cual con su mano señalaba la cima de su cabeza en donde se encontraba la araña. Ino, al sentir aquellas patitas andando por entre sus hebras doradas el escalofrió la invadió.―¡Ah!― gritó completamente espantada girando su cabeza de un lado para otro como loca logrando perder el equilibrio. Estuvo a punto de caerse de boca fuera de los arbustos donde quedaría completamente descubierta por la parejita, pero Tenten la sostuvo de la camisa justo a tiempo, pero aunque no llamo la atención de ambos, si lo hizo de Shikamaru, que al verla salir de la nada de aquel lugar se quedó en piedra. Ino sin saber cómo reaccionar sonrió torpemente y luego lo saludo de forma militar justo en el momento en que Tenten la adentro nuevamente en los arbustos.

    La parejita, al escuchar el ruido desviaron sus miradas pero solo Shikamaru logro observar a Ino fuera de los arbustos a punto de caerse dejándolo impactado, tanto que termino por atragantarse con su propia saliva justo en el momento que Ino se despidió de él con una reverencia militar, cosa que desvió la atención de Temari hacia el azabache y empezó a darle ligeras palmaditas en la espalda, a no ser por eso de seguro hubiera visto a la rubia de ojos celestes y aquella pequeña salida se hubiera arruinado.

    ―¡Corre, corre, corre!― le alertó Ino a la castaña empujándola a dirección opuesta para salir de ahí lo más pronto posible, lo más lejos del azabache posible.

    ―Hey, Shikamaru ¿estás bien?― le cuestionó Temari al aludido un tanto preocupada dándole unas pequeñas palmaditas en la espalda para ayudarlo en su ahogo repentino, dado que su shock estático fue causado justo cuando el helado pasaba por su garganta provocando que se atorara.

    ―Si… estoy bien― afirmó con una voz chillona aun afectada por lo anterior, con los ojos un tanto humedecidos.

    ―Hmmm… ¿Qué habrá sido ese grito?― preguntó ahora pensativa, mirando a su alrededor.

    ―De seguro fueron unos niños jugando― aseguró para seguir en lo que estaban sin preocuparse de lo de más… (Ino)
    ―Seguramente.

    Se había marchado en un estado total de rabia después de aquella discusión con Ino justo antes de salir del colegio, pero el peor del caso es que se había topado con Sai en el camino. No había dejado de hacer miles y miles de preguntas a las que no paraba ni medio. Estaba absorta en su propio mundo ignorando por completo lo que tuviera que decir, no estaba de ánimo para hablar de Kakashi y su relación… Ahg, ¿Cómo es que había terminado teniendo al propio paparazi de su gran secreto? Aunque si nos ponemos a comparar, lo que más se asimilaba a Sai en ese momento era a un cuestionario en blanco con preguntas a las que ni ella misma tenía las respuestas a pesar de tratarse precisamente de su vida.

    ―¿Qué tan seria es su relación?― aquella voz se escuchaba distante a pesar de estar justo a su lado, apenas y se fijaba a donde sus pies la llevaban, se encontraba como encerrada en una burbuja…―Mejor le pregunto a Kakashi― hasta ese momento.

    ―¡¿Qué? Ni se te ocurra, Kakashi no se puede enterar de esto por nada del mundo― le advirtió con el ceño fruncido junto a una mirada amenazante que no había visto ni siquiera cuando se enfrentaba a Ino.

    ―¿Por qué?― interrogó con esa voz suave, robótica y sin pizca de emociones que tanto caracterizaba y aterraba de su persona.

    ―Ahora no estoy de humor, por si no lo notaste. Ya déjame en paz― le demandó acelerando el paso. Ya de por si tenía suficiente con lo de esa mañana.

    No todos se habían marchado aun del colegio, digamos que en el reloj genealógico de los adolescentes el tiempo apenas había avanzado cuando en realidad ya llevaba media hora divagando por entre las instalaciones de la institución educativa.

    Entre ellos se encontraba Hinata, quien ocupo ese tiempo en ordenar su casillero como debía metiendo en su maletín lo que necesitaría o lo que tan solo llenaba espacio útil. Cuando termino salió del edificio encontrando a los chicos hablando cerca del portón con las risas a todo pulmón. Claro que el primero en notarla fue Naruto quien al verla le regalo una de esas sonrisas matadoras que casi la deja sin aire y luego se dirigió hacia ella, casi por instinto agacho la cabeza la cual reflejaba el sonrojo de su timidez.

    ―Ne, Hinata ¿te gustaría ir a los bolos con nosotros?― le preguntó con esa energía vibrante que siempre lo rodeaba. La Hyuga estaba atónita, sin palabras… ¿acaso eso era una cita? No, si era una salida en grupo no contaba como cita, pero de todas formas, saldría con Naruto y sus amigos y…

    ―No molestes, cabeza hueca― interfirió Kiba de la nada tomando a Hinata de la mano alejándola del rubio.

    ―No estaba hablando contigo, cara de perro― le contestó poniéndose a la defensiva casi de inmediato, no sabía porque pero simplemente no lo toleraba, y para empezar él tampoco ayudaba mucho.

    ―¿Qué dijiste?― le retó a repetirlo dándole la cara dejando a Hinata atrás de él de forma protectora.

    ―¡Que no estoy hablando contigo! Me dirigía a Hinata― respondió con amargura por lo que Kiba le gruño capaz de lanzársele encima ahí mismo, pero Hinata tomo la mano con la que aferraba su muñeca indicándole que le estaba lastimando cosa que le hizo calmarse al centrar su atención a ella. La soltó y poniéndose frente a él le contesto a Naruto.

    ―Lo siento mucho― se disculpó Hinata inclinándose un poco frente a Naruto en una reverencia que sorprendió a ambos.― La verdad es que éste fin de semana no puedo, en verdad lo siento― por algún motivo Naruto se sonrojo, no porque hubiera rechazado su propuesta sino porque Hinata se encontraba tan elegante en su forma de disculparse que casi parecía una mujer de alta clase social.

    ―No…no tienes de que preocuparte, no hay problema― dijo Naruto un tanto avergonzado y nervioso que no podía dejar de reír estúpidamente y revolver su cabellera.

    ―Ahí la tienes, ya vamos.― ladró Kiba volviendo a tomar a Hinata de la mano para llevársela contigo de una forma posesiva que enfureció al catire.

    Era en esos momentos en que la misma interrogante de siempre atestaba su mente: ¿Qué demonios hacia Hinata con un pulgoso como ese?

    Estaba llegando a su casa cuando la impertinente bocina de un auto llamo su atención, al voltearse y ver de dónde provenía aquel insistente ruido que parecía dirigirse hacia ella, frunció el ceño, era el carro de Kakashi y realmente, al último que quería ver era a él precisamente. Continuó con su caminata ignorándolo en una rabieta de celos que se notaba desde la distancia, sin embargo el sonido de la corneta volvió a sonar con insistencia hasta que ésta se detuvo. Inhalo y exhalo con lentitud tratando de calmar sus nervios, dio media y entró al carro azul de ventanas ahumadas que le pertenecía al mismo Kakashi, cerrando la puerta de un golpe. Cruzó sus brazos y se rehusó a mirarlo. Kakashi suspiro desalentado, estaba más molesta de lo que se había imaginado, pero a la vez estaba un tanto sarcástico ante esa situación, le encantaba verla así. Se veía muy guapa…

    Sonrió de manera inconsciente haciendo que Sakura se molestara aún más.

    ―¿Qué te da tanta risa?― le cuestionó de inmediato con una mirada intensa que le puso los pelos de punta. Asss… si las miradas mataran.

    ―Toma, mira― dijo mientras le entregaba un papel blanco doblado a la mitad. Extrañada y confundida acepto el papel y lo abrió suponiendo que era la nota que le había entregado Anko esperando ver su número de teléfono con alguna frase picara y pretenciosa, pero en vez de eso se encontró con la invitación de una fiesta privada para los empleados del instituto. De inmediato su rostro se volvió rojo.

    ―¿Esto… esto fue lo que te entregó Anko?― preguntó la oji-jade muy avergonzada. Había armado un drama por esa cosa. Kakashi volvió a reír, esta vez en burla, cosa que se traducía perfectamente como una afirmación.―A…aun así, esa mujer me da mala espina. Puede que so…solo se trate de una fiesta pequeña pe…pero su comportamiento fue muy amigable y coqueto… y n…no me gusto para nada ¡en lo absoluto!― trataba de defender su comportamiento para quitarse la pena de encima pero Kakashi solo la miraba con una sonrisa.― Lo digo en serio, Kakashi, esa mu…― y sus palabras fueron interrumpidas por un repentino agarre que la impulso directo a los labios del peli-plata.

    Como siempre, aquel hombre conocía cada movimiento. Nadie podía besar mejor que él, sus labios conocían hasta el último y más cautivante roce que la hacían volar a los cielos con tanta facilidad aun después de aquello. Sus manos sabían dónde estar, que hacer y cómo hacerlo. Cada caricia y pequeño movimiento eran dignos de un hombre. No tenía la mínima intención de llegar al sexo, tan solo la besaba disfrutando cada segundo tratándola como a una reina, con tanta delicadeza y destreza que alteraba todo su cuerpo.

    Cuando el beso finalizó, Kakashi volvió a reír con un deje burlón que la fastidio.

    ―Tontita― bromeó ampliando su sonrisa cosa que elevó los colores de sus mejillas a un nuevo nivel. Tenía que admitirlo, le gustaba verla así.

    ―Pero es que te trato con tanta confianza…― murmuró Sakura en un hilito de voz infantil que le encantaba.

    ―No te preocupes, no me gustan las mayores― comentó sarcástico haciendo que la peli-rosa riera divertida. Había entendido el doble sentido de su chiste, después de todo, era siete años menor que él.

    ―Idiota― bufó aparentando molestia pero no le duro mucho. Se dejó llevar por su encanto y le regresó aquel beso siendo su turno de demostrar sus pequeños trucos que tanto lo volvían loco.
     
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    Hola! n.n lamento no poder avisarles de la continuación, es que estoy apurada! T-T lo siento! cuando tenga tiempo lo haré Un.n
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    Capitulo 08:
    Secreto para dos


    Ahí estaba Suigetsu huyendo de Karin a toda prisa, esta vez sí que la había hecho enojar con el tremendo susto que le dio con aquella bromita inocente, por lo que si se dejaba atrapar no lograría salir airoso de esa. Giró a la izquierda y se adentro a un pequeño parque infantil que estaba vacío dado que aun era temprano. Los niños no habían salido aun de sus guarderías. Por instinto, se escondió en un cilindro enorme de color azul en donde su cuerpo entraba perfectamente, en todos sus años no había encontrado otro uso para esa cosa más que para esconderse, pues si nos ponemos a pensar ¿de qué sirve un cilindro en un parque infantil?

    Karin al ver en donde había terminado se detuvo un tanto asombrada, hace años que no iba a ese lugar. El lugar en donde conoció a Sasuke y a Suigetsu cuando apenas tenían como siete años. Se sentó encima del cilindro y luego se acomodó recostando su cuerpo en él mirando las enormes nubes blancas del cielo mientras calmaba el ritmo de su respiración. Soltó un gran suspiro y estiro su brazo, abrió su mano reflejando su sombra justo en su rostro. Sabía bien que Suigetsu estaba debajo de ella, siempre se escondía ahí, pero esta vez estaba tan cansada por la carrera y agotada psicológicamente con todo aquel asunto de Sasuke que tan solo no tenía ganas de maltratarlo.

    Suigetsu soltó un suspiro desalentador tocando el techo del cilindro con su mano izquierda sabiendo que Karin estaba arriba de él, apoyándola desde las sombras, sin que ella se diera cuenta de sus intenciones. No era más que su servil marioneta, el que usaba y botaba cuando quisiera, el que buscaba y utilizaba sin ningún problema. Sabía bien lo que Karin sentía por Sasuke, la entendía al estar enamorado de una chica que tenia ojos para otro. Aunque debía admitir que Karin era molesta, intensa, gruñona y temperamental, también tenía que admitir que en ella había un encanto único, era madura con una amplia visión de las personas y de la vida, cosa que a su edad era sorprendente. Suigetsu la conocía mejor que nadie, había caído en su encanto más de una vez. Bajo su brazo al mismo tiempo que Karin bajaba el suyo. Soltó un suspiro al mismo tiempo que Karin lo hacía. Parecían estar sincronizados, dos piezas de rompecabezas que encajaban a la perfección, pero que seguían perdidas entre el montículo.

    ―Sera mejor que me vaya― anunció Karin, eran precisamente en momentos como esos en que sucedía aquello, y en su estado era incapaz de decirle que no, pues la carne le tentaba, la llamaba y sus instintos la guiaban a cometer el pecado de la lujuria como tantas veces había hecho con él en ocasiones anteriores. Era incapaz de negarlo porque simplemente no quería, aunque su corazón le perteneciera a otro.

    Se bajo del cilindro de un saltito y avanzo unos pasos para luego voltearse a mirar hacia atrás esperando que el albino la detuviera o que al menos la siguiera, pero no salió de su escondite. Por algún motivo, aunque era precisamente lo que quería, se sintió desilusionada. Tan solo siguió con su camino cuando escuchó los pasos atrás de ella acercándosele. Sonrió. Le había seguido.

    Él era su muñeco, su títere, su marioneta, ella era capaz de usarlo y botarlo cuantas veces quisiera sin ningún problema. Solo ella podía encerrarse en su habitación a llorar para que empezara a consolarla limpiando sus lágrimas con besos, palabras bonitas y caricias sin ninguna otra intención. Solo ella podía llamarle en medio de la noche y pedirle lo que quisiera, él lo cumpliría.

    Solo ella podía usarlo de esa manera todas la veces que quisiera y él no pondría ninguna queja. Tal vez porque era un masoquista, o es que el amor que sentía por ella era incondicional, más de lo que le gustaría. Después de todo, él amaba a una chica que estaba enamorada de un chico que no la veía más que como una amiga.

    Tomó su mano y la arrastro con él a la casa de la peli-fucsia que a esas horas se encontraba vacía, aprovechando que solo se encontraba a media cuadra. La llevo a su habitación y cerró la puerta tras de él.
    Sí, era un maldito masoquista, pero solo él tenía el placer de recorrer su piel hasta desfallecer una noche tras otra como nadie lo había hecho antes.

    Ino se encontraba trabajando en la floristería de su madre a esas horas de la tarde para ayudarla con los clientes. Eran muy reconocidos en el pueblo por su diversidad, profesionalismo y además de estar por varias generaciones brindando a aquel lugar los mejores patios y decoraciones florares que se podían obtener, así que por lo general habían muchos pedidos, pero al no estar en esa época comercial del año en donde obtenían la mayor ganancia, no estaban muy ajetreadas. Se podría ir cuando quisiera pero no tenía nada mejor que hacer además de la tarea y sinceramente, quería atrasar eso el mayor tiempo posible.

    ―Gracias por su compra, señora Kanazawa, vuelva a venir pronto― se despidió la catira con una sonrisa de oreja a oreja de una de sus clientes más comunes y amigables que hayan tenido. Ino la conocía desde pequeña y se sabía la historia completa de su vida, era una mujer muy habladora pero digna de admirar aun más con la vitalidad que tenia a sus sesenta y ocho años, se veía muy joven en comparación a su edad.
    La señora le regreso la sonrisa y salió abriendo la puerta que cada vez que se movía hacia sonar una campanita. La vio marcharse hasta que desapareció de su campo visual y segundos más tarde observó un azabache muy familiar pasando justo frente a la florería.

    ―Mamá, me voy a casa― le avisó Ino a gritos a la vez que se quitaba el delantal verde claro del trabajo y saltaba el mesón para salir corriendo de la tienda tan apresurada que dejo sin habla a su madre, tan solo se quedo mirándola sarcástica notando que había dejado su maletín.

    ―"A casa" Sí, claro― pensó irónica.

    Mientras tanto, Ino corrió hasta estar cerca de Shikamaru y lo alcanzo dando pasos largos poniéndose a la misma velocidad de caminar que él.

    ―Hola― lo saludó con la sonrisa más inocente que pudo hacer mientras que recibía la mirada fastidiada pero sarcástica e intensa del azabache que le replicaba por lo sucedido horas atrás en el parque de cerezo.―¿Cómo te fue en tu cita con Temari? ¿Por qué no me dijiste que iban a salir?― le interrogó ignorando su mensaje telepático.

    ―Tsk… para empezar no fue una cita; y al parecer no hubo falta de decírtelo, tú misma te encargaste de averiguarlo― contestó en tono de regaño.

    ―Primero, tenía toda la pinta de ser una cita y segundo, no sabía que estaban ahí, lo juró. Fue una simple casualidad― le explicó en busca de su perdón.

    ―¿Fue una casualidad terminar en los arbustos justo detrás de nosotros?― cuestionó irónico haciendo que Ino sudara frio. Es decir, si fue una casualidad encontrarlos en el parque pero no terminar en los arbustos…

    ―Eh… pues… jejeje… veras… es un cuento muy chistoso ¿sabes? Tenten y yo fuimos a comprar dangos y… de alguna forma completamente extraña y fuero de lo normal terminamos en los arbustos detrás de ustedes― decía con nerviosismo. Claro que el genio no le creyó absolutamente nada.― Pregúntale a Tenten si quieres.

    ―Vale, lo haré― aceptó sin más molestando a la rubia.

    ―¿¡Eh! ¿Qué no crees en mi?― le replicó.

    ―No.

    ―¡Ah! ¿Cómo puedes decir eso? Somos los mejores amigos― dijo con dramatismo.― Como sea, tuviste una cita con Temari y eso es lo importante aquí― comentó para así retomar el asunto.―¿Cómo les fue?― le preguntó con picardía.

    ―Que no fue una cita, mujer― negó con fastidio.

    ―¿A no? ¿Y qué fue entonces?― cuestionó con cinismo. Obvio que era una cita.

    ―Una salida― dijo sin más pero la mirada asesina de Ino le indicaba que debía seguir hablando.― Estábamos jugando ajedrez y como perdía todo el tiempo decidí invitarle unos helados para hacerle sentir mejor. Eso es todo.

    ―¡¿Pero de qué demonios estás hablando? Acepta que tuviste una cita con Tema…―le gritaba Ino totalmente en discordancia con la estúpida excusa que se había inventado, pero Shikamaru le tapo la boca de golpe en el momento en que diría el nombre de la oji-verde, con un sonrojo notable.

    ―¡Shhh…! No hables tan alto― le pidió completamente avergonzado, aquella urbanización era muy pequeña y casi todos los vecinos se conocían, si alguien los escuchaba, de un momento a otro el rumor se expandiría por todas partes, especial si los oía aquel grupo de ancianos sentados frente al restaurante-bar que no tenían otra cosa que hacer más que averiguar la vida de todos los pueblerinos, especialmente de los jóvenes a los que siempre criticaban. Como a esos dos, con sus escándalos de siempre (culpa de Ino).

    La rubia asintió con la cabeza y Shikamaru destapo su boca al quitarle la mano de encima, sin embargo, Ino sonrió de medio lado con picardía y aquello no era una buena señal.

    ―Eso quiere decir que en verdad te gusta Temari ¿cierto?― cuestionó Ino ahora con una sonrisa de oreja a oreja que aterraba al azabache. Éste dio unos pasos hacia atrás, con lentitud, mientras la rubia lo miraba con intensidad, y de momento a otro partió a correr en dirección opuesta a la de ella.―¡Eso es trampa!― le gritó asombrada de lo rápido que había huido, pero eso solo la motivo aun más. Levanto el puño en alto y con un brillito en los ojos corrió a una velocidad increíble logrando pisarle los talones al azabache.―¡No podrás huir, Shikamaru, tarde o temprano me lo dirás!― comentó estirando el brazo para alcanzarle pero el aludido acelero aun más la corrida evitando que lo atrapara. Le costó seguirle el paso pero una gran idea vino a ella.

    Acelerando lo más que pudo con ayuda de las fuerzas que le quedaba logró alcanzarlo lo suficiente como para impulsarse hacia él y caerle encima, por la espalda, atrapándolo por fin.

    El repentino peso casi hace que se caiga de cara en contra del asfalto pero logro, milagrosamente, mantener el equilibrio al establecer un balance con el peso de su propio y cuerpo y el de Ino. Tomo una bocanada de aire y luego la expulso aliviado de no caerse pero luego sintió como los brazos y piernas de Ino se amarraban a él como si se tratase de un koala.

    ―¡Te tengo! Ahora si no vas a escaparte― celebró Ino triunfante con una sonrisa un tanto exagerada acompañándola.

    ―¡Shikamaru, Ino!― los llamo una mujer con una voz muy autoritaria e intimidante en forma de regaño debido al show que estaban montando frente a su casa, cosa que asustaría a cualquiera, sobre todo a Shikamaru que vivía con ella y sabia como se ponía cuando se enojaba.

    ―Buenos días señora Nara― saludó Ino como si nada, aun montada en la espalda del azabache, el cual boto toda tensión gracias a ello, a veces Ino era… Ino.

    En la casa de los Hyuga las flores ya habían llegado, y no cualquier flor, no, unos hermosos lirios blancos tan insólitos y únicos que solo ellos serían capaz de conseguirla. Uno había solo una, en lo absoluto, sobraban los dedos de las manos y pies para poder contarlas. Y una corona circular de flores coloridas, aquella que se solían colocar en los funerales.

    El día había llegado, la semana había pasado ferozmente rápido y Hinata había considerado seriamente la proposición de Naruto, tal vez hubiera sido mejor ir con ellos a divertirse que ir a un cementerio. Después de tantos años… aun no podía aceptarlo. Odiaba todo lo que tenía que ver con la muerte al igual que Neji, solo que él tenía el valor de escaparse de la mansión desobedeciendo por completo las órdenes de Hiashi para evitar encararse con aquel lugar. Suficiente había tenido con el entierro.

    ―¿Estás bien?― le preguntó Kiba a la oji-perla, quien tenía una mirada perdida y no era de extrañarse, siempre se ponía así en ese día, el día en el que había perdido a su madre para siempre.

    Hinata tan solo bajo la mirada sin atrever si quiera a responderle, simplemente las palabras no salían de su garganta, tenía un fuerte nudo en su garganta y sentía una energía tan lóbrega acumulándose en su pecho con tanta intensidad que la quemaba por dentro.

    Kiba la miraba compasivo, sin tener la mínima idea de que hacer. Todos los años había sido igual, había inventado miles de cosas para animarla aunque sea un poco y nada funcionaba. Tan solo pasaba el día y a la mañana siguiente estaba con una sonrisa marcada en su rostro como si el ayer hubiera sido cosa de un mal sueño. Aunque sabía que no era así, que al llegar a su casa estarían esperándolo miles de bombones de chocolate en la cocina. La impotencia lo invadía, quería tener el poder de animarla en esos días. Pero no podía.

    ―Ya es hora, vamos a subir a la limo…― le avisaba Kiba un tanto serio, casi parecido a Neji, aunque su cara de perro no se lo quitaba nadie.

    ―Kiba― lo interrumpió con una voz minúscula, alzando su mirada hacia la de él, sus ojos estaba que echaban fuego, literalmente, había una determinación increíble en ellos.― No quiero ir― se atrevió a decir, las palabras salieron de su garganta con dificultad, casi como si estuviera atragantada con todo lo que se guardaba para sí misma. El castaño la observó sorprendido, no era algo común en Hinata y más aun en esa fecha del año.

    ―Bien― aceptó decidido al igual que ella y la tomo de la mano para así llevarla fuera de la mansión sin que nadie los descubriera.

    Cada uno tenía su motivo: Kiba quería hacerla sentir bien; mientras que Hinata deseaba liberar aquel sentimiento que la asfixiaba de alguna forma u otra aunque no tenía la más mínima idea de cómo hacerlo.

    ―Tengo que admitirlo, recibir tu llamada me sorprendió― comentaba Tenten con una expresión de sincero asombro a la vez que caminaba al lado del oji-perla de cabellos largos y castaños atados en una coleta baja. Si, el mismo Neji Hyuga la había llamado y ordenado a encontrarse en aquel lugar sin motivos aparentes. Solo caminaban por las calles comerciantes de Konoha con total tranquilidad, sin ningún rumbo marcado, al menos no por la castaña, no tenía ni idea de lo que pasaba.― ¿Podrías darme al menos una explicación?― le preguntó tomando en cuenta que desde que se encontraron, Neji no ha dicho nada en especial.

    No era común en él hacer esas cosas, pero tampoco era un día muy común. Hoy, durante todos los años anteriores, en esta fecha, hacia algo que no era normal en él, tal vez por simple rebeldía.

    Por ejemplo, él siempre es un chico tranquilo y evita toda clase de fiestas sociales, pero el año pasado fue a un concierto de rock en donde se emborracho hasta olvidar lo que fuera que había hecho ese día. Y el año antepasado se escapo con un grupo de hippies que lo llevaron a varios sitios rústicos y escondidos de Konoha que ni hubiera imaginado que existían. Y este año había llamado una chica para caminar a quien sabe dónde. No tenía ni idea del porque lo hizo, en ese día no pensaba con claridad, solo tenía en claro que no quería estar solo y Tenten era la única que podía evitar que aquel sentimiento de soledad lo atestara con sus quejidos de niña malcriada.

    Era molesta… irritante… ruidosa… pero la quería consigo en ese momento. Por más egoísta que suene.
    ―¿Neji?― lo llamó un tanto preocupada, estaba más serio de lo normal.

    ―¿Uh? No, nada, es que no tenía nada mejor que hacer― confesó sin tomarle mucha importancia al asunto. La castaña por su parte infló los cachetes con infantilismo mandándole una mirada asesina, cosa que percibió el Hyuga quien sintió como una liguera gota de sudor empezaba a rodar por su frente, sarcástico ante la situación.

    De la nada, Tenten cambio su cara y sonrió.

    ―Bueno ¿Qué más da?― pensó en voz alta con positivismo adelantando un paso sobre Neji. La pasaría bien, incluso con un amargado como él acompañándola.

    Aunque… si lo pensamos bien, ella era la que lo acompañaba a él.
     
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  17.  
    Stitch

    Stitch Voy sonriendo por ahí

    Acuario
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    Hola, hola. La verdad es que he leído tu Fic desde el principio pero nunca me detuve a comentar porque...no sé, soy demasiado colgada a veces. Pero nunca es tarde para empezar algo y aquí estoy, decidida a dejar un comentario.

    Bueno, empecemos...No he notado errores graves a lo largo del Fic, sólo la falta de uno que otro tilde; lo que sí siento que... ¿cómo explicarlo? Es cuando termina un pedazo de la historia y empieza otro. Yo sigo pensando que es lo mismo hasta que leo que no son los mismos personajes los que protagonizan el momento; no sé si tendrías que dejar un poquito más de espacio entre las partes para separarlo o...ahora que me fijé bien, antes lo separabas...En fin, elección tuya ^^

    La historia en sí, me gusta bastante. Tiene esa onda típica de algunos Fics pero me fascina porque tiene "ese algo" que la distingue de entre las otras, esos detalles e historias internas que hacen que el Fic sea sumamente especial. Me he reído bastante, como por ejemplo cuando Tenten le pintó los colmillos rojos a Kiba y después se dieron cuenta de que era marcador permanente, también cuando le pusieron a Karin la grabación del Hmp del Uchiha, ¡Suigetsu y Jugo son unos genios totales! Y, cuando Ino y Tenten espiaban la cita (o no cita, como reprocha Shikamaru) con la rubia de Temari, ¡entre la araña y Tenten y sus dangos, morí de la risa!
    Si bien, la historia de mi adorable Hinata-chan es la principal y me fascina, tengo que admitir que si me dan a elegir por mi segunda favorita, definitivamente es el enredo de Sakura con Kakashi, sin mencionar a Sai que quiere entender que está pasando. Ese temita es como lo más dramático y picante que hay jajaja Me encantó tu idea...ya veremos como resulta todo con eso.
    Oh, la pequeña Hinata atrae a todos los chicos. Naruto, Kiba, Sasuke. Wow, ¿a quién elegirá? El rubio la hace temblar de pies a cabeza, el chico perro (cariñosamente hablando) es su amigo y la protege de todo y, el Uchiha es...no sé que le dio su interés con ella pero bueno, él sabrá lo que le pasa (o tal vez no).

    Básicamente, me encanta el Fic y espero que me avises cuando tengas el próximo capítulo ^^
    ¡Cuídate!
    Nos leemos ~
     
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  18.  
    reysen

    reysen Iniciado

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    Kya Por finnnnn jejjejejeje que bonita te ha quedado jejejejejejejee Ino es tan jakjakaj no sé me identifico mucho con sus tonterías.
    Mm Igual pobre Hinata se debe sentir muy mal No tener a tu madre ya nunca más, La verdad es que igual me identifico un poco con ella, a pesar de que mi madre está viva ella está enferma y sé que no le queda mucho tiempo. Yo intento pasar lo más que puedo con ella, y hay veces que las cosas no se dan como uno quiere, ya que me tuve que venir a vivir con unos parientes ya que mi madre pasaba hospitalizada. *Ssupiro* Diablos por que el mundo es tan cruel. Mmm jeje creo que me salí del tema inicial xD pero igual jojojojjojoj (xD tengo problemas de bi-polaridad) Mmm Tenten es tan no sé jeeje impredecible jkaja bueno eso es todo y por cierto pon pronto la contiiiiiiii Onegaiii Bueno Chau Chau Matta ne.
    Reysen *.* Chocolatera.
     
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  19.  
    AmyCrazyxD

    AmyCrazyxD Entusiasta

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    Gracias por sus comentarios chicas n.n aquí les dejo un nuevo cap muy chocolatoso xD (*.* me gusto lo de chocolatera jejeje) Reysen, te juro que suspire cuando pusiste suspiro, eres de admirar, no se que es lo que tendrá pero les deseo la mejor de las suerte n.n


    Hina, I love youPoción de amor
    Capitulo 09:
    Ligera travesura


    En verdad había escapado de aquella mansión, ninguno de los dos podía creer la travesura que habían hecho. De seguro Hiashi los asesinaría apenas los viera pero no era momento de pensar en ello. En ese instante solo tenían mente para correr aunque ya no había la necesidad de hacerlo. Al darse cuenta, se detuvieron de la carrera y tomaron aire, intentaron controlar su respiración en completo silencio, ninguno tenía nada que decir. Kiba alzo la mirada para ver hasta donde habían llegado mientras que Hinata seguía recuperando energías. Se encontraban al frente de una panadería, habían corrido aproximadamente ocho cuadras desde la mansión sin detenerse por un segundo, no era de extrañarse que estuvieran tan exhaustos.

    Una nueva boconada de aire los ayudo a incorporarse en la realidad.

    ―¿Ahora qué?― cuestionó el castaño mirando a la oji-perla aun con la respiración agitada y las mejillas un tanto acaloradas. Ésta se quedo pensativa por unos segundos tratando de hallar una respuesta pero nada venia a ella ¿Qué se supone que harían? Se limito a dedicarle una pequeña sonrisa dándole a saber que no tenía la más mínima idea de lo que podrían hacer.

    Sin embargo, la presencia de cierta persona cambio la situación.

    ―Ahg… al final no fuimos a ningún bolo, que fastidio― se quejaba Naruto con malcriadez mientras salía de la panadería con las manos pegadas a su nuca hablando consigo mismo en voz alta.―¿Uh? ¡Hinata!― la mencionó a gritos completamente emocionado de verla en ese instante, en ese preciso lugar.

    ―Maldición.

    ―¿Na-Naruto-kun?― nombró su nombre con sorpresa, los colores se le subieron a la cabeza con tan solo verlo. Estaba completamente roja y su cuerpo se había calentado de momento a otro. Las piernas empezaron a temblarle y esta vez el ritmo acelerado de su corazón no se debía a cansancio. El catire se le lanzo encima en un abrazo eufórico poniendo de malas al castaño al lado de ellos.

    ―¡Quítatele de encima!― le exigía mientras lo tomaba de la chamarra y lo jalaba con fuerzas pero parecía una garrapata. Hinata por su lado dejo de pensar, su alma se había salido de su cuerpo y solo era cuestión de tiempo para que empezara a desfallecerse.―¡Que la dejes te dije!― gritó esta vez logrando por fin despegarlo de la oji-perla, salvándola de un potencial desmayo.

    ―¿Pero cuál es tu problema?― cuestionó Naruto poniéndose frente a frente del castaño con el ceño fruncido de la molestia.

    ―Eso es lo que debería preguntarte yo, ¿Quién te crees que eres como para abrazar así a Hinata?― le interrogó transmitiendo esa aura posesiva que tenia con la Hyuga, cosa que solo enfurecía más al catire, ni que Hinata fuera suya.

    Listo, no pudo aguantar más, pensó que estaría a salvo una vez que Naruto fue distanciado de ella pero se equivoco. Al final si se desmayo.

    ―¡Hinata!― gritaron ambos angustiados al verla caer.

    De milagro lograron sostenerla antes de que cayera de golpe al suelo y angustiados empezaron a llamarla tratando de despertarla, sin embargo esa lucha seguía, Naruto la tenia sostenida del lado derecho, Kiba del derecho, y como si se tratase de una manta que se acababa al estírala, cada uno la jalaba a su lado, sin ser suficiente para ninguno de los dos. Se miraron asesinamente, de forma retadora y empezaron a llevársela consigo como si fuese una muñeca de trapo.

    ―¡Suéltala!― le exigían al otro tratando de apoderarse de la peli-azul mientras la pobre yacía inconsciente, completamente roja y hasta mareada de tanto ajetreo.

    ―¡¿Qué demonios creen que hacen?!― cuestionó con ímpetu cierto azabache de hebras perfectamente alborotadas observando la escena que habían creado frente a la panadería. Se trataba del mismo Sasuke Uchiha en un estado de cinismo y vergüenza que lo invadía por completo, miserablemente conocía a esos idiotas.

    ―¿Sa-Sasuke? ¿Qué haces aquí?― preguntó Naruto un tanto nervioso tratando de, alguna forma, apaciguar al Uchiha… como si eso fuese a funcionar.

    ―Eso es lo de menos, un poco más y parten a Hinata en dos― les regañó de forma tajante, pero como las personas que eran, no pudieron quedarse callados.

    ―¡El cabeza hueca éste fue el que empezó!― se defendió Kiba de primero.

    ―¿Cómo que cabeza hueca? ¡Tú fuiste el que inicio todo, pulgoso!― respondió el catire en tono acusativo, señalándolo con el dedo índice.

    ―¿Qué dijiste?― le retó el castaño, pero antes de que pudiera Naruto responderle, Hinata empezó a despertarse después de haberse atropellado con el suelo, pues a causa de su pelea los chicos la había soltado de forma inconsciente, olvidándose por momento de ella.

    ―¿Sasuke-kun… también?― dijo en un hilito de voz, parecía más dormida que despierta a decir verdad, pero cuando entro a la realidad se volvió a sonrojar.

    ―¿Estás bien?― le preguntó el aludido con una expresión un tanto indiferente, aunque eso era propio de él. La Hyuga tan solo se limito a asentir con la cabeza, y una vez lo hizo, el par de idiotas se señalaron echándose la culpa mutuamente por lo que le había pasado a la chica.

    En ese momento, Sasuke toma a Hinata de la mano y se la lleva consigo dejando a esos dos solos en su disputa sin que se hubieran dado cuenta de su marcha. La Hyuga estaba sin palabras, miraba hacia atrás y hacia adelante una y otra vez observando cómo se apartaban de los chicos paso a paso. Quería preguntarle a dónde irían, que harían, pero las palabras no salían de su boca, su cuerpo tampoco se resistía, tan solo fluía de una manera muy natural.

    ―¡Claro que sí! ¿Verdad, Sasuke?― aseguraba el rubio volteando su mirada a donde se supone que debería estar el aludido, pero no estaba.―¿Eh? ¿Sasuke?― se preguntó en voz alta volteando a todas partes igual que Kiba, solo que éste buscaba a la chica. Los divisaron a lo lejos apunto de girar y desaparecer de su vista. Corrieron hacia ellos lo más pronto que pudieron, pero guando giraron por el camino por el que ellos habían ido, ya no estaban.

    ―Ese maldito de Sasuke― murmuró Kiba entre dientes estando por primera vez en acuerdo con Naruto.

    ―¿Qué demonios cree que está haciendo?― cuestionaron ambos al unísono acelerando así el paso con tal de encontrarlos más rápidos. Sin embargo los pasaron sin darse cuenta, dado que se escondieron en un callejón.

    ―¿Sasuke-kun? ¿Qué estamos haciendo?― Hinata estaba completamente roja y la voz le temblaba a causa de la cercanía por culpa de aquel pasillo tan estrecho. Sasuke dirigió su mirada a ella notando sus mejillas teñidas de un rosado suave dándolo un toque de inocencia e infantilismo que le quedaba muy bien. Ésta bajo su mirada sin poder seguir conectando su mirada con la de él provocando en el azabache una sonrisa picara.

    ―Hay que darles una lección a esos dos― contestó con una pizca de picardía.

    ―¿Eh?

    La situación en la casa de los Nara era un poco tensa, ambos chicos habían entrado por las ordenes de esa mujer azabachina y prepotente que en absoluto silencio los dirigió a la sala de la casa dejándolos sentados en la mesa tradicional japonesa con los cojines alrededor mientras iba a la cocina a preparar té. Shikamaru se apoyo con sus manos, mirando al techo como si se tratase de lo más interesante del mundo, mientras que Ino, por su lado, observaba a la madre de Shikamaru con cautela, era una mujer de carácter fuerte la mayoría del tiempo y nunca se sabía cómo iba a reaccionar, pero por suerte para ellos, se le veía de buen humor…

    ―¿Y me podrían explicar que sucedía allá afuera?― interrogó de forma tajante a la vez que colocaba una bandeja con los té en la mesa y se sentaba en uno de los cojines libres.

    ―Pues vera, señora Nara― dijo de primero Ino dispuesta a decirlo todo solo para fastidiar al vago a su lado que bajo su mirada atenta a sus palabras― Resulta ser que su hijo, aquí presente…―lo miró con sarcasmo, y luego se volvió a la mujer frente a ella―, ha tenido una cita con una chica mayor que él y no me quiere dar detalles― dijo lo más rápido que pudo para no ser interrumpida.

    ―¡Ino!― se quejó Shikamaru, ahora su madre lo molestaría con aquel asunto todo el tiempo y terminaría involucrando a su padre también.

    ―¿Que Shikamaru tuvo qué?― definitivamente estaba sorprendida, sus ojos estaban abiertos como plato y su cuerpo se había paralizado… ¿ya estaba en esa edad? ¡Y con una chica mayor!

    ―Así es, Shikamaru…

    ―¡Solo lo dice para molestarme! Es pura mentira― interrumpió el azabache.

    ―Usted sabe que yo no digo mentiras. Soy una buena chica― comentó dirigiéndose a la mujer. Se notaba a distancia como disfrutaba aquella situación.

    ―Eso sí que nadie te lo cree― agregó el Nara con cinismo.

    ―¡¿A qué te refieres con eso? Vago― no era un genio por nada, ya había logrado su objetivo. Aunque todo se debía a lo manipulable que podría llegar hacer la rubia, al menos para él que la conocía desde hace mucho tiempo.

    ―Ahg… no empieces con tus gritos, problemática.

    ―¡No estoy gritando!― si lo estaba.― Y no me llames problemática, holgazán de primera― le exigió a la defensiva mientras recibía esa mirada sarcástica y fatigosa departe del chico. Sin embargo, la discusión se detuvo al escucharse la risa de la señora Nara, la cual no iba acorde al momento, cosa que les hacia preguntarse qué le pasaba.

    ―Asss… que susto― dijo un tanto aliviada.― De momento pensé que en verdad se había acabado el ShikaIno― confesó entre risas, parándose de su asiento para guardar la bandeja dejando así, a los chicos solos en la sala con el sonrojo invadiéndole las mejillas ante su comentario… es que había sido muy repentino, eso era todo.

    ―¿To-Todavia siguen con eso? Jajá… que ridículo― dijo Ino con el nerviosismo invadiendo su garganta, sin atreverse a alzar el rostro y verlo, cosa que también le pasaba a Shikamaru.
    Era muy vergonzoso, pensaban ambos, aunque la verdadera palabra que pasaba por su subconsciencia era otra.

    "Ahg… ¿Por qué no dice nada? ¿A caso es idiota? ¿Qué no ve como se puso el ambiente? Si no dice nada sería como darle la razón a su madre. Estúpido Shikamaru".

    "Bocazas…"

    Corrían rápidamente siendo Sasuke el que llevara la delantera mientras que tomaba a la oji-perla de la mano para asegurarse de que le seguía el paso. Unos kilómetros más atrás se encontraban tanto el Uzumaki como el Inuzuka, codo a codo, corriendo frenéticamente tratando de alcanzarlos y recuperar a Hinata.

    No estaba acostumbrada a tanta agitación, menos siendo una Hyuga. Correr aquellos tramos sin detenerse la estaban agotando pero debía admitir que estaba divirtiéndose, ver a esos dos persiguiéndola con tanto furor le resultaba divertido, parecía esa escena romántica de una pasión prohibida en donde la pareja huía de esos que querían evitar su relación. Al darse cuenta de lo que estaba pensando se volvió tan roja como un tomate, Sasuke la aferraba a su mano con firmeza, lo que le convertía en el príncipe de la historia.

    ―Tsk…― gimió Sasuke a la vez que se detenía al final de un parque de cerezos. Habían pasado la fuente de agua y se encontraban frente al balcón de vista panorámica a la cuidad. Ya no tenían donde huir.

    Los chicos llegaros segundos después en una lucha de quien llegaría primero como si se tratase de una carrera. Kiba empujo al catire a punto de tropezarlo con el muro de la fuente, pero este reacciono montándose encima del cemento caminando en el borde, logrando así adelantarlo, pero al estar el muro mojado éste resbalo terminando por caer a la fuente.

    ―Jajaja… idiota― Kiba reventó de la risa observando como el Uzumaki se levantaba de la fuente, empapado de pies a cabeza.

    ―Ya tu vas a ver― le gritó Naruto enfurecido lanzando agua como loco a todas direcciones terminando por mojar a los que tres, los cuales se apartaron del alcance del agua mientras que Sasuke y Kiba lo regañaban.―No sabía que eran tan sensibles al agua, discúlpenme ¡par de afeminadas!― esa fue la gota que derramo el vaso. Ambos hombres se dirigieron a él con instintos asesinos y como Hinata estaba agarrada de la camisa de Sasuke por haberse protegido del agua se vio arrastrada a la fuente pues su pulsera se había enredado con su camisa, fue el salto lo que hizo zafarse de él pero ya estaba metida en aquella guerra de agua en la fuente y tenía que defenderse de alguna forma. No vio otra que participar lanzando agua con tal de dispersar la que venía a ella.

    ―¡Hey! Ustedes, no pueden estar ahí dentro, sálganse― les ordenó un guardia del parque con un aura autoritaria e intimidante que paralizó a los presentes del miedo.

    ―¡Corran!― alertó Naruto siendo el primero en arrancar del lugar, todos sabían perfectamente que serian llevados a la comisaria una vez se dejaran atrapar por el guardia pues las reglas de aquel lugar eran muy estrictas. Uno tras otro salieron de la fuente, siendo perseguidos por el guardia, quien no dudo en pedir refuerzos.

    De milagro lograron perderlos de vista escondiéndose detrás de una pared del centro comercial al que no podían entrar por estar mojados. Una vez recuperaron el aire empezaron a reír como locos por aquella travesura, todos a excepción de Kiba, quien miraba a Hinata sonreír divertida en ese día. Cierta punzada de celos lo invadió, él siempre había buscado una forma de hacerla reír así cuando se sentía mal, pero nunca lo logro, a cambio ellos lo hicieron sin esfuerzo alguno. La habían hecho sentir bien en ese día tan lamentable para los Hyuga haciéndola olvidarse de todo con su simple presencia, sin tener ni idea de lo que le pasaba.

    ―¿Ahora qué?― interrogó Naruto entre risas, aun con la respiración agitada. Estaban empapados, cansados, sedientos… algo tenían que hacer.

    ―Tenemos que secarnos de alguna manera― opinó Sasuke con su seriedad de siempre un tanto descuidada por el cansancio, en verdad que se había echado unas buenas carreras. Ya no podían más.

    ―¡Oh! Yo sé donde― dijo Naruto rápidamente, tomando el mandato en el grupo. Sin esperar la respuesta de los otros avanzo directo a su camino sin dejarles de otra más que seguirles. A los pocos minutos, Naruto llego a su destino colocándose encima de unas rejillas en el suelo que parecían las de unas alcantarillas, pero al ver a bajo podías notar todo lo que allí había y en vez de agua, en la inmensa profundidad de aquel agujero solo se llegaban a ver unas especies de maquinas.

    ―¿Qué es esto? ¿No se supone que íbamos a ir a secarnos?― cuestionó Kiba de inmediato con un tono gruño y lleno de fastidio. Aunque todos se preguntaban lo mismo.

    ―Solo esperen… esperen… esperen…― Naruto seguía mirando hacia abajo como si algo interesante fuera a pasar y los chicos por instinto hicieron lo mismo, pero no había más que un foso oscuro, sin embargo, de momento a otro, un sonido rezumbo en ese lugar bajo sus pies, una pequeña brisa los alcanzo y fue entonces que una ola de viento salió de aquel agujero en una intensa ráfaga que alborotaba sus ropas y cabellos mientras de sus gargantas un gritito de sorpresa los invadía. Era un aire tibio por suerte, y sin duda alguna, con eso lograrían secarse.

    ―¿Qué demonios fue eso?― interrogó Kiba asombrado y obviamente interesado, una vez la brisa se detuvo.

    ―¿De dónde sale tanto aire?― continuó Sasuke mientras que Hinata, con su cabellos despeinado a no más poder, intentaba arreglarlo. Aunque sin duda, había sido divertido. Ninguno lo cuestionaba.

    ―Pues el metro está cerca, esto es parte de los túneles y cuando el tren arranca el aire que desprende con ello sale por acá― explicó con sabiduría señalando hacia abajo. Ya antes se lo habían dicho, por eso sabía exactamente que responder.

    ―¿Pero es aire limpio?― preguntó Sasuke provocando un silencio entre los presentes, incluyendo a Naruto, quien no habían pensado en eso, la verdad no creía que fuera algo del otro mundo, aunque nunca se sabe. Mientras, los otros tres se le quedaron mirando atentos en espera de su respuesta.

    ―Eh…― balbuceó, sus miradas empezaban a incomodarlo.― Creo…― y las miradas pasaron a unas cínicas, pero antes de que pudieran decir algo más una nueva ráfaga fuerte de aire los interrumpió… y los gritos combinados con la risa volvieron. Era divertido realmente.

    La tarde paso más rápido de lo que le hubiera gustado. Después de separarse de los chicos sabia que ahora tenía que enfrentar la realidad, y más importante aún, a su padre. Luego de esa escapada de seguro se encontraría furioso con ella. Sin embargo, antes de ir a casa, sus pies la obligaron a ir a otro lugar.

    La grama crujía con sus pasos hasta detenerse frente a esa enorme y hermosa lapida de mármol blanco que pertenecía a la tumba de su madre. Decorada de sus flores blancas favoritas, Hinata coloco la rosa roja en sus manos dándole un poco de color a los ramos majestuosos que lo decoraban de una forma tan simple que parecía hecho por un genio.

    ―Pensé que no querías venir― comentó Kiba, quien no la había dejado sola por ningún momento. Siguiéndola en silencio, sin cuestionar su macha, hasta ese instante.

    ―Lo sé, pero…― su voz se quebrantó y sin quererlo sus ojos empezaron a humedecerse, aun después de cuatro años el dolor seguía tan fuerte como en aquel día, profundizándose cada vez más en su interior.―Yo… no puedo… ¡la extraño tanto!― las lagrimas salieron una tras otra con desespero y el llanto no tardo en acompañarle, no podía contar lo tanto que la necesitaba en ese momento, la falta que le hacia su sonrisa, sus consejos, su afecto maternal, su amor… Pensó que si ignoraba su muerte el dolor se marcharía, pero se equivoco, aguantarlo solo acumulaba la tristeza de su perdida.

    Kiba la observó atento, perdido, tal y como lo había hecho las miles de veces atrás en las que la veían a llorar, su ceño se fruncía en una expresión de angustia, como si se tratase de empatía y sintiera justo lo que ella sentía. Se acerco a ella que le daba la espalda, tan débil, tan lúgubre. No podía parar su llanto pero estaría con ella hasta que éste cesara, como siempre lo hacía, solo que esta vez tuvo el atrevimiento de abrazarla, de brindarle su calor, de transmitirle esa sensación de protección y apoyo que no podía formular en palabras. Pensó que había perdido, pero se equivoco, ellos solo había visto su sonrisa, él en cambio lo había visto todo, su felicidad, sus logros, sus fallos, su melancolía, sus lagrimas…

    Cuando Hinata buscaba ayuda, lo buscaba a él, cuando tenía ganas de llorar, solo lloraba frente a él, cuando tenía una duda, la comunicaba con él, cuando necesitaba apoyo… iba con él, siempre con él. Nadie podría superar ello, nadie podía quitarle eso pues nadie, absolutamente nadie, la conocía como él lo hacía. De eso estaba seguro.
     
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    AmyCrazyxD

    AmyCrazyxD Entusiasta

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    Hina, I love you
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    Por si les interesa, aqui pueden encontrar la historia más adelantada
    LINK: http://www.fanfic.es/viewstory.php?sid=31558
    Espero les guste y dejen sus comentarios n.n
    Hina, I love youPoción de amor
    Capitulo 10:
    Delirio


    ―¿Cómo sabes cuando estas enamorada?― era la nueva pregunta que tenia Sai para la chica de cabellos rosas, la cual se encontraba sentada frente a él en las mesas del cafetín que se encontraba cerca de su casa mientras tomaba una bebida refrescante.

    ―No lo sabes, empieza de la nada. Es un sentimiento que se va acumulando con el tiempo y se torna tan fuerte e irresistible que no sabes que hacer― le decía en un estado armonioso, feliz, en paz con el mundo. Era un día hermoso y Kakashi se encontraba presente en cada una de sus palabras.― Hasta que simplemente, los impulsos te ganan y haces estupideces. No piensas, no sabes lo que haces. No puedes dejar de pensar en esa persona y querer saber cada vez más de él y su vida. Quieres conocer todos sus secretos. Estar a su lado siempre ¡Es una locura!

    ―¿Así paso con Kakashi?― Sakura le miró un tanto ida, buscando en su mente el momento en que todo había pasado y luego sonrió idiotamente, como solo lo haría una chica enamorada.

    ―Algo así…― dijo divertida confundiendo al azabache.― Es que el amor se expresa de diferentes formas. Con Sasuke fue inmediato, pensé que era amor realmente, un… amor a primera vista, pero no era más que una de esas atracciones físicas y narcisistas que solo provenía de mi parte. Estaba obsesionada con él. En cambio, con Kakashi, fue completamente inesperado. De un día a otro me di cuenta que me gustaba y no sabía qué hacer. Lo veía totalmente imposible, pero pasó. Como si hubiera sido una intervención divina o que se yo― comento entre risas, pues en verdad que su relación con Kakashi había sido una de las mejores sorpresas que había tenido en su vida.

    Sai no quiso decir más, se veía tan linda con sus mejillas sonrojadas, atrapada en su propio mundo, que no quería interrumpirla, dejándola hablar y hablar permitiendo que la conversación dejara de ser de interés propio a una muy familiar y simpática.

    Al día siguiente después de esa salida, Kiba llego lo más temprano posible a la mansión de los Hyuga entrando con total libertad por la puerta principal. Fue directo a la cocina, y tal como lo había imaginado, un desastre chocolatoso se encontraba en el lugar. El mesón en el centro de la cocina estaba lleno de polvo, cajas de huevos, recipientes sucios y un monto de materiales más mientras que Hinata se encontraba sacando una nueva bandeja de bombones de chocolates del horno.

    ―¿Cuántos hiciste esta vez?― le preguntó acercándose a la bandeja recién salida llenando sus fosas nasales de aquel olor tan adictivo.

    ―Trescientos veintidós― respondió un tanto pensativa dejando a Kiba sorprendido. Nunca antes había hecho tantos chocolates, aunque a juzgar por sus ojeras había durado toda la noche adentro de la cocina sin parar.

    ―¡¿Y puedo empezar a comer ya?― estaba tan entusiasmado que no espero a que Hinata le respondiera y estiro el brazo para tomar uno de los chocolates de la bandeja que tenía la Hyuga en sus manos, pero ésta retiro la bandeja de inmediato mirándolo con advertencia. Siempre era lo mismo, tomaba los chocolates calientes, se quemaba la lengua y luego le daba dolor de estomago. Kiba le regreso la mirada amenazante, sabia por experiencia que los chocolates recién salidos del horno eran lo mejor a pesar de las consecuencias.

    Volvió a estirar la mano pero Hinata fue más rápida gracias a las prácticas en el dojo de la familia, los cuales eran reconocidos mundialmente como los dominantes de las artes marciales de todo tipo, en especial en el ninjutsu. Sin embargo, Kiba no se quedaba atrás, la empezó a perseguir por toda la cocina a punto de caerse más de una vez a causa de los materiales que habían caído al suelo, como algunos huevos o leche, hasta que al intentar apoyarse tumbo la harina creando una neblina espesa que no logro detenerlos, siguieron corriendo de un lado a otro sin ver por dónde iba causando un desastre mayor, Kiba piso un liquido en el suelo que le hizo perder el equilibrio en una zona en donde no tenia donde apoyarse así que se fue hacia al frente sin saber que Hinata iba a ese lugar, como reacción la Hyuga alzo la bandeja tropezándose con la nevera atrás de ella y Kiba choco con su frente haciendo que soltara la bandeja y le cayera en la cabeza por ser más alto.
    Cuando el humo se disipo, Kiba se sonrojo como un tomate por tenerla tan cerca, pero la chica estaba tan adolorida con el frentazo que ni cuenta se dio, además que empezó a reírse divertida por la situación contagiándolo a él logrando calmar sus nervios.

    ―Ahora son solo trescientos quince― comentó el castaño mientras se alejaba de ella un tanto nervioso.
    ―Kiba-kun ¿me ayudas a limpiar?― le pidió con su vocecita adorable provocando que el castaño empezara a hacer gestos de fastidio.

    ―¡¿Limpiar? Tienes miles de sirvientes que pueden limpiar ¿Por qué tienes que limpiar? Comamos chocolates― se quejaba pero la mirada de la Hyuga le hizo cambiar de opinión. No podía negarle nada, no a ella. ―¡Bien! Tsk… como si no tuviera nada mejor que hacer― realmente no lo tenía, pero dejar de gruñir no era algo posible para él.

    Se pusieron manos a la obra limpiando la enorme cocina, que perfectamente podría ser la de un restaurante, rincón por rincón. Escobas, coletos, trapos y el lavaplatos fueron usados una y otra vez hasta dejar el lugar completamente impecable.

    ―Asss… por fin― celebró Kiba descansando un poco al apoyarse de la escoba. En ese momento, las puertas de la cocina se abrieron dejando a la vista a una mujer de cabellos oscuros de unos cuarenta años aproximadamente.

    ―¿Señorita Hinata? ¿Kiba?― los nombró Kaede con un deje de sorpresa y confusión.―¿Qué hacen aquí? ¿No deberían estar en el colegio? Ya es tarde.

    ―¡Maldición, el colegio!― gritó Kiba alarmado, se le había olvidado por completo y ahora su uniforme estaba hecho un desastre.

    ―Señorito Inuzuka, ahórrese las malas palabras, por favor.

    ―¿Pero qué voy hacer? Me manche todo el uniforme, no tengo tiempo de ir a mi casa a cambiarme. Y Hinata está aun en pijamas― señalo a la aludida con exageración como indicándole a la mujer que no era el único en apuros.

    ―Señorita Hyuga, vaya a cambiarse. Usted, venga conmigo― le ordenó tajante, con un toque casi militar al cual Hinata no dudo en obedecer.

    ―¿Eh? ¿Qué vas hacer conmigo?― claro que Kiba fue una historia diferente.

    ―¡Muévanse! No podemos dejar que el perfecto historial de asistencia de Hinata se manche― gritó.

    ―¡Bien!― después de eso, Hinata corrió a vestirse, Kiba fue con la azabachina la cual le tendió un uniforme limpio que le pertenecía a Neji. Obvio que el castaño se rehusó pero la mujer lo cambio a la fuerza dejándolo un poco perturbado, pero listo.

    Bajaron y tomaron sus maletines, Kiba tomo una bolsa en donde casi mete todos los bombones a no ser por la mirada asesina de Kaede que lo obligo a llevarse solo la cantidad necesaria y una parte también para Hinata. Luego los metió en una camioneta negra a la cual la mujer se dispuso a conducir a una velocidad extrema que convertía a las curvas la cosa más terrorífica y cercana a la muerte que habían experimentado en su corta vida, mandándolos de una puerta a otra.

    El frenazo que hizo Kaede para estacionarse justo en frente del portón del colegio fue casi como las campanas del paraíso. Ambos salieron del golpe de la camioneta, emocionados por tocar el suelo sin lesión alguna.

    ―Estamos vivos― celebró Kiba provocando que la conductora lo mirara asesinamente haciéndolo tragar sus palabras.

    ―Mejor apúrense, los alumnos ya entraron a sus clases― le sugirió a la vez que arrancaba de regreso a la mansión. Mientras que por parte de los chicos, corrieron hacia la institución, esperando que no fuera demasiado tarde, después de todo, la primera clase era con Kakashi-sensei y las esperanzas abundaban… aunque últimamente ha llegado un poco más temprano de lo habitual.

    Lo malo de ese colegio, es que segundo año se encontraba en el penúltimo piso y había que subir muchas escaleras. El colmo, es que al llegar al tercer piso, las escaleras que seguían estaban clausuradas pues se habían dañado unos escalones por lo que tuvieron que cruzar el pasillo a las escaleras del otro lado, pasando por tercer año, en donde estaba Tenten, Temari y Neji esperando a su profesora.

    La castaña de dos conguitos olfatea más de una vez el ambiente captando el dulce aroma de los bombones mágicos de Hinata haciendo que sus mejillas se sonrojaran por aquella delicia.

    ―¡Chocolate!― gritó entusiasmada a no más poder, saltando de la nada de su pupitre dispuesta a salir del salón.

    ―Tenten, quédate quieta…― le pidió la rubia de cuatro coletas siguiéndola para tratar de detenerla.

    ―Venga, Neji, vamos a por los chocolates― aprovechando que estaba sentado cerca de la puerta, lo tomo de la muñeca y lo jalo consigo hacia fuera del salón sin previo aviso mientras que eran perseguidos por Temari, quien como delegada debía controlar los repentinos ataques de locura de su compañera. ―¡Hinata!
    ―¡¿Y está loca que está haciendo?― cuestionó Kiba a penas la vio atrás de ellos arrastrando al amargado de Neji que parecía un muñeco de trapo muerto en vida dejando sus articulaciones ondeando en el aire.

    ―Queremos chocolate, Hinata, comparte― le pidió en pucheros a la vez que trataba de alcanzar a la pobre aludida que no lograba entenderla.

    ―¡Por supuesto que no!― le gritó Kiba sacándole la lengua en señal de burla haciendo enfurecer a la de conguitos de acelero su velocidad a un ritmo endemoniadamente rápido que espanto al castaño, tomo a Hinata de la mano y empezaron a correr un más rápido hasta llegar al penúltimo piso, el lugar de su salvación.
    Claro que no contaban con Naruto.

    ―¡Chocolates!― gritó de la nada el catire, abriendo la puerta de su salón de golpe a penas percibió el divino olor de aquel manjar. Corrió en dirección a la oji-perla, pero Kiba lo patio en la cara pasándolo por encima.

    ―Dobe, mira lo que haces― le regaño Sasuke por haber jodido la puerta cuando percato que estaba tumbado en el suelo quedado, ligeramente extrañado.

    ―¿Y a éste qué le paso?― interrogó Shikamaru con su voz perezosa cuando de la nada Tenten, Neji (o lo que queda de él) y Temari le pasan por encima a Naruto.―¿Qué demonios…?

    ―¡Ya van a ver!― murmuró Naruto entre dientes, temblando de la furia mientras se despegaba del suelo como el propio Kyubi de nueve colas corriendo detrás de la multitud.

    ―¡Oye, dobe, espera!― le siguió Sasuke con instinto asesino dado que al ser delegado le echarían la culpa a él por lo de la puerta. Después de éste continuo Shikamaru que no podía permitirse perder aquello, mucho menos los chocolates de Hinata. Ino curiosa sigue al Nara llevándose consigo a Karin, quien llama la atención de Suigetsu, quien por accidente se lleva a Sai, quien le pide ayuda a Sakura, quien solicita a Matsuri en caso de necesitar ayuda, quien atrae a Kankuro, quien es perseguido por Gaara, quien es acosado por Sari… etc, etc, etc.

    ―¿Cómo demonios terminamos así?― se cuestionó Kiba con dos lagunas saliéndole de los ojos, agotado de tanto correr y ni hablar de Hinata que estaba muerta del miedo jurando que se trataba de una multitud zombie los que los perseguía.

    Ya estaban saliendo por las canchas del colegio cuando pasaron por Gai-sensei, quien aturdido ante ese alboroto se coloco frente a ellos en pose firme junto a su traje verde, cabellos negro lizo peinado con extremo cuidado y cejas sobre pobladas.

    ―¡Alto!― un solo gritó basto para detenerlos en seco. ―¿Lee? ¿Por qué tu también estas aquí?

    ―¿Eh? No tengo ni idea…― dijo mientras una gotita bajaba por su nuca, con obvio nerviosismo. Muchos estudiantes habían terminado involucrados en ese túmulo por muchas razones cada una diferente a la otra, pero no por eso el castigo se pasaría de largo. Gai los guio a todos a la dirección para que ninguno se escapara, pero… más de uno se escapó.

    El primero fue Kiba quien tomo de la muñeca a Hinata jalándola al lado contrario para evitar que la castigaran y su padre se cabroneara con ella. Y por supuesto fueron seguidos por el grupito de siempre, esos que sabían la delicia que se ocultaba en los morrales de ambos.

    ―¡Dejen de perseguirnos! No les vamos a dar chocolates― se apresuro a decir Kiba antes de que alguien dijera algo más acerca de ello. Estaban ahora en el patio trasero perdiendo sus clases, sin nada mejor que hacer.

    ―Pe-pero, Kiba-kun, no tengo problemas en compartirlos, hice bastante― opino Hinata después de las múltiples quejas de los presentes, sobre todo las de Naruto, más que todo Naruto, bueno, únicamente Naruto, y un tantito de Tenten.

    ―¡Sí!― celebraron los chicos anteriormente mencionados.

    ―Pero no los trajiste todos― se volvió a oponer el castaño sin embargo las miradas asesinas de todos lo callo, Hinata saco su bolsa de chocolates y se sentaron en un circulo a devorárselos, y luego robarles los de Kiba.
    Esa mañana, falto el profesor Kakashi por lo que Hinata, literalmente, no perdió ninguna clase.
     
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