Las barreras que nos unen. [ InuxKag]

Hola a todas las lectoras primero pido una ENORME disculpa por dejar pasar un enorme tiempo para publicar, por estudios y cuestiones personales deje de escribir dos mese, ahora vuelvo con la conti de este fic, no se preocupen si no recuerdan los cap. anteriores la historia desde este punto de tiempo parece como si empezara de nuevo por el cambio de tiempo que paso en la historia, en fin disfrútenla.

Capitulo # 5 “La vida siguió su curso”​

Una mañana comenzaba en una bella mansión en Japón, unos escurridizos rayos de sol se filtraban por una cortina de color perla que cubrían una pequeña ventana, esos hilos de luz color dorados tocaban el bello rostro de un joven que pacíficamente dormía en su cama.

Pov´s Inuyasha .

―¡Inuyasha , hijo ven a desayunar!―Escuché decir a mi madre, es su frase típica de cada mañana.

―¡Ya escuche! ya voy , solamente me daré un baño primero―contesté con algo de fastidio, levantarme es lo peor que me pasaba cada día, todos mis días son iguales aquí en esta mansión, me levanto y voy a escuela, luego al regresar me ocupo de mi trabajo en este lugar.

Mientras caminaba hacia el baño, observe mi calendario que está colgado justo en la puerta, vi que hoy es esa terrible fecha que tanto me lastima recordar, hoy exactamente hace diez años que mi mejor amiga Kagome se fue a Francia.

Su partida fue dura para mi, ella y yo solamente nos teníamos el uno al otro hablando de amigos claro, lo que siempre me duele recordar es la promesa que hiso, que siempre me escribiría, desde que se marchó solo llegó una carta y no era dirigida a mí, si no a mis padres según mi madre Kagome ni siquiera le escribe a sus padres ni habla por teléfono, y eso siempre me ha preocupado.

Si no fuera porque mis amigos Sango y Miroku también trabajan en esta casa y junto a ellos pase mi niñez la hubiese pasado mucho peor, después de que Kagome se fuera los padres de Miroku y los padres de Sango vinieron a trabajar a esta casa y así ellos pudieron hacerme compañía.

No culpo a Kagome por olvidarse de mí, simplemente soy el hijo de los sirvientes de su casa, eso duramente lo comprendí con el tiempo, cada tres días le escribía cartas con cierta devoción esperando que alguna fuese contestada, pero hasta la fecha no recibí respuesta alguna.

―¡Maldición ya es muy tarde!―Cómo era costumbre ya se me había hecho tarde, siempre tengo que correr y comer para ir a la escuela.

―Inuyasha hijo, toma asiento ya está el desayuno.―Dijo mi madre con mucha amabilidad, la vi sirviendo esos deliciosos panqueques perfectamente redondos que tanto me gustan, mi estomago ardía de la necesidad de alimento pero ya no había tiempo para comer.

―Guárdamelos madre, me voy o llegaré tarde de nuevo―Fue lo que alcance a decirle a mi progenitora que con mucho amor siempre cocina para mi, al salir vi a mi padre fuera de la mansión a pesar que solemos discutir mucho, ese viejo es gran hombre.

A veces suelo pensar en cosas extrañas, pienso en cómo sería Kagome a los dieciséis años, cómo se vestirá o si le gustan las mismas cosas, siempre pensé que iríamos al colegio juntos pero la vida siempre suele cambiar.

―¡Tierra a Inuyasha! ¡Baja del espacio o nos dejara el autobús!―Escuché gritar seguido de un fuerte dolor en
mi cabeza, el imbécil de Miroku cómo siempre interrumpiéndome cuando pienso.

―¡Imbécil! ¿Acaso era necesario que me golpearas tan fuerte?―Le pregunté sumamente molesto, me harta que siempre sea tan infantil pero ese no es el peor de sus defectos, aún no comprendo cómo es que somos amigos.

―Mi querido Inuyasha, cálmate que eso tan sólo fue un impulso, no pude evitarlo al verte tan perdido en tus pensamientos.―Eso fue lo que respondió.

―¿Con que impulso? me las pagara…―Susurré y pensé en la única persona que siempre pone al estúpido de Miroku en su lugar, esa era mi amiga Sango quien estaba junto a mí, ella escuchaba música por medio de unos audífonos así que hice el gesto de señalar hacia una dirección contraria a la que estábamos, eso hiso que Sango girara su cuerpo queriendo ver lo que señale, al darle la espalda a Miroku el no pudo evitar tocar en su parte trasera, ese libidinoso es así desde que tengo memoria.

―¡Degenerado!―Gritó Sango de la furia, yo estaba que me moría de la risa al ver la gran bofetada que ella le dio en el rostro a Miroku, inclusive ese momento tan divertido era típico de cada mañana.

Después de ese divertido incidente los tres subimos al autobús y nos dirigimos al colegio, me fastidia tanto estudiar, y lo peor de todo es siempre enfrentarme a esos demonios llamados “exámenes” realmente los detesto pero no puedo hacer nada al respecto.

Llegamos a tiempo, antes que la sonara ese molesto ruido que indica que debemos ir a esas pequeñas celdas llamadas salones de clase, en fin qué más da mis padres no desean que yo trabaje de sirviente para todo mi vida, si no me educo seré un idiota el resto de mi vida.

No sé si mi olfato me engaña pero puedo percibir el olor de panecillos rellenos de crema, pensándolo bien debe ser imposible estoy en los pasillos de la escuela ¿cómo habrían panecillos aquí? creo que el no desayunar ya me está afectando el cerebro.

―Disculpe Taisho-san ¿podría hablar con usted?―Escuché decir justo detrás de mí, mientras que una mano temblorosa tocó mi espalda, su voz me pareció conocida pero fue hasta que me di la vuelta y observe quien era, se trataba de Yura Izumy una estudiante del primer año, fue sorpresivo que me hablara en los pasillos ya que yo soy estudiante de segundo año.

―¿De qué quieres hablar?―Pregunté sin mucho interés, no conocía a esa chica entonces que me importaba ser grosero.

―¿Podríamos vernos cerca de la biblioteca en el receso?―Me propuso, la mire fijamente y me percate del sonrojo en sus mejillas, era más que claro lo que pasaría realmente hoy no estaba de humor para rechazar los sentimientos de una chica bastante llorona.

―Pues no sé, si tengo ganas llegaré.―Fue todo lo que dije y la chica reacciono cómo si le hubiese propuesto matrimonio, se veía feliz y sonriente, antes de irse me dejo en las manos una pequeña canastita con un moño rojo y al ver dentro me percate que estaba repleta de panecillos caseros.

―Esto siempre es tan molesto.―Musité completamente aburrido de siempre la misma rutina, primero se me acercan, segundo me citan en un lugar, tercero un regalo comestible y cuarto llanto cuando escuchan mi muy famoso “lo siento” en fin que se le va hacer.

―No me digas que otra florecilla te ha ofrecido su corazón.―Exclamó de forma estúpida el libidinoso de Miroku, los tres entramos al mismo salón de clase y casualmente nuestros asientos están cerca, nos sentamos y ahí continúo la plática.

―Dinos querido amigo ¿Quién es la valiente está vez?―Cuestionó con una mirada interrogativa el idiota de Miroku, el no pensaba en otra cosa que no fuera en sus sucias fantasía con mujeres, un día con engaños me llevo a un lugar donde vi cosas que prefiero olvidar.

―Yura Izumy ¿Por qué?―Contesté sin que me importara lo más mínimo, sinceramente jamás habido una sola chica que me interese, mi madre dice que es porque no encuentro la correcta, yo digo que es porque no estoy hecho para el amor.

La mirada de Sango y el silencio de Miroku fue suficiente para entender, ellos no querían que lastimara a una niña cómo Yura siempre tan sonriente y alegre pero con cierta opaques en sus ojos, me recuerdan a alguien pero no recuerdo quien.

―¿Qué es esta vez?―Exclamó mi amiga de cabellera negra, ni siquiera pude responder pues mientras iba a hablar ya me habían quitado la canasta.

Sin que pudiera opinar los dos se comieron mis panecillos, aunque me dejaron algunos me moleste tanto que los maldije durante toda la clase.

―Bueno Inuyasha , como todo buen caballero ve y dile “lo siento mi corazón ya le pertenece a otra chica, ella está en Paris y espero algún día su regreso”― Las palabras de ese imbécil libidinoso me dejaron con los ojos como platos, Sango reía muy disimuladamente, mi rostro enserio se enrojeció pero antes de irme le dejé un chipote en la cabeza a ese tonto de Miroku.

Por un momento casi me sentí afectado por el comentario tonto de mi amigo, pero ahora que lo pienso un poco mejor no comprendo porque mi desinterés al amor, no es algo que en realidad me importe mucho pero es algo que todo joven de mi edad pasa alguna vez.

―¿Por qué las chicas de esta escuela son tan molestas?―Pensaba mientras caminaba por los pasillos escolares, me dirigía hacia la biblioteca donde me había citado esa chica, sabía exactamente qué era lo que debía decir pero pensé en lo que Miroku dijo y por un breve momento sentí culpa.

―¡Maldición que hambre tengo! acabaré con esto pronto y conseguiré un poco de comida ninja.―Dije molesto, no había probado bocado en toda la mañana, mi humor no estaba en su mejor momento.

Llegué al lugar acordado, cómo me suponía Yura ya estaba en el lugar, tenía una sonrisa nerviosa y parecía estar ansiosa sin más que hacer me acerque hasta la banca en donde ella se encontraba sentada ambos permanecimos en silencio, al observarla y notar su cabello negro y corto y su color de piel me recordó un poco a Kagome.

―Si no vas hablar entonces me voy.―Exclamé con aburrimiento, al escucharme Yura se puso de pie y muy decidida hablo.

―Taisho-san tú ¡me gustas!―Me dijo eso fue algo que no me sorprendió, suspire y trate de mostrar un rostro amable para no verme cómo un imbécil y desalmado.

―Lo siento pero mi corazón le pertenece a otra persona.―Musité con mucha seriedad, ni yo mismo me creí semejante mentira pero fue lo primero que se me vino la mente, en fin después de decir eso me fui del lugar.

―¡Demonios esos idiotas se fueron de mi!―Pensé cuando me di cuenta que Miroku y Sango ya se habían largado y no me esperaron, me sentí tan molesto que decidí irme a casa caminando mientras caminaba pase por un pequeño parque en donde habían juegos para niños y muchos árboles, pude observar mocosos por todos lados pero lo que me llamó la atención fue ver cómo un pequeño defendía a una niña de otros chicos más grandes, ese niño se miraba tan lleno de valor y coraje que decidí no involucrarme, el pequeño recibió uno que otro golpe de esos insectos más grandes pero logro hacer que se fueran y luego su pequeña amiga le limpiaba la suciedad de la cara y lo hiso reír.

―Niños tontos. ―Exclamé y luego me fui, por alguna razón todo eso me hiso recordar muchas cosas de mi infancia ya habían pasado tantos años y yo me sentía cómo un completo imbécil al pensar en eso y luego imaginar que ella se había olvidado completamente de mi, todavía conservo el llavero en forma de sol que me dio el ultima día en que nos vimos, siempre lo llevo conmigo aunque lo mantengo en secreto para evitar burla de mis amigos.

Caminé y camine y llegué a casa, observe a Miroku barriendo las hojas del jardín, el se había convertido en jardinero luego pude ver a mi amiga Sango con su traje de maid y cómo cada tarde me dirige a una pequeña cabaña que está justo detrás de la mansión ahí guardábamos nuestras ropas de trabajo, me cambie el uniforme y me puse mi traje, una camisa formal blanca con chaleco de color azul negro y pantalón de mezclilla que combinaba con el chaleco era mi uniforme, me vi en el espejo y me coloque una chaqueta de color azul negro, me arregle y del perchero tome lo que complementaba mi uniforme una gorra oscura, ahora que yo había crecido mis padres consiguieron que yo un adolecente fuese el chofer de los Taisho por las tardes, gracias a las influencias de esa familia había conseguido mi licencia de manejo siendo tan joven.

Me dirija a la cocina y encontré a Miroku cómo siempre babeado de ver a Sango en su traje de trabajo.

―¿Qué tanto ves depravado?―Pregunté muy fuerte para que mi amiga de cabellera negra escuchara, ella le dio la mirada más aterradora que jamás he visto, me reía de Miroku cuando la voz femenina de Sango interrumpió tan gracioso momento.

―¿Cómo te fue Inuyasha con Yura? ―Me cuestionó la mujer, yo la mire molesto y Miroku solamente escuchaba mientras bebía limonada.

―Igual que siempre, lo único es que está vez fui más “cuidadoso” con mis palabras.―Afirmé dándole un sorbo a mi limonada y sin darle más importancia.

―Últimamente eso te está pasando muy seguido Inuyasha , tienes demasiadas admiradoras.―Se burló Sango mientras limpiaba la cocina, realmente me fastidia que estos ineptos que tengo cómo amigos me agarren de payaso sólo por mi supuesta popularidad.

―Inuyasha jamás le entregara su corazón a nadie, porque él espera el regreso de su amada princesa, si te casaras con la señorita de la casa fuera cómo el cuento de cenicienta sólo que al revés.―Musitó Miroku, sentí cómo la sangre de mi cuerpo hervía al escuchar ese comentario, por alguna razón odiaba mucho que me
recordaran a Kagome, en especial este día que fue el día en que ella se marcho.

Cuando ya estaba a punto de tirarles los dientes a Miroku Sango saco algo de su bolsillo, ella me mostro un sobre que rápidamente reconocí, era el sobre que contenía la única carta que Kagome había escrito en estos diez años; yo no le tengo rencor por olvidarme pero sé que si la volviera a ver no volvería a ser amigo de ella.

―¡Maldita sea! ¿De dónde sacaste eso?―Le pregunté y rápidamente se lo quite de la mano, sentí que mis mejillas ardía un poco pero no entendí porque, me guarde el sobre pero Miroku me lo saco de la chaqueta antes que pudiera largarme de ahí.

―¡Inuyasha que grosero eres! eso estaba tirado en el piso y lo recogí ¡mal agradecido!―Me gritó mi amiga, su molestia fue lo de menos el pervertido de Miroku tenía ese papel y por alguna razón no quería que lo viera.

―Con que esta es la única carta que envió la señorita Kagome, nunca no las has mostrado, vamos a leerla.―Expresó mi fastidioso amigo de coleta en la cabeza, Sango rápidamente se acercó para leer y no pude evitarlo ellos vería lo que Kagome había escrito, lo triste era que yo siempre hablaba maravillas de ella y ella no me mencionaba en la carta, eso realmente ya no importa tanto pero me hace sentirme estúpido.

―¡Suelten eso! ya que tanto fastidian la leeré yo.―Tomé el papel y comencé la lectura de dicha carta.

Queridos Inu-sensei e Izayoi-sama quería desde hace mucho tiempo escribirles pero la situación no había sido tan fácil al principio para mi, desde que llegue muchas cosas cambiaron en mi estilo de vida, la academia es hermosa y es un buen lugar para estudiar, he podido pasar mucho tiempo junto a mi abuela y he conocido muchas amigas; por primera vez en mi vida no me sentí más sola sé que todos deben haber estado muy preocupados por mi pero solamente quería decirles que estoy bien y que no deben preocuparse, mi abuela me informó que ambos han llamado un par de veces para hablar conmigo, lamento no haber devuelto la llamada pero mis estudios son muy exigentes y paso la mayor parte de mi tiempo estudiando, algún día espero volver a Japón y verlos de nuevo, siempre los he extrañado y espero que estén cuidando de mis padres y de la mansión tan bien cómo lo hacían cuando yo estaba ahí, también quería agradecerles por los regalos de cumpleaños que cada año me envían y en especial por el ultimo, mi cumpleaños número trece fue muy especial gracias a ustedes, mi abuela les envía saludos y díganle a mis padres que espero puedan venir a Paris en las vacaciones.

Me despido mandándoles muchos besos y abrazos.
Atte. Kagome Higurashi.

―Y eso es todo, es una carta donde saluda a mis padres.―Afirmé mientras guardaba el papel en mi bolsillo, me sentía molesto de leer eso en voz alta pues ni un solo saludo era dirigido hacia mi después que le envié tantas cartas y no contestó ninguna, el día en que esta carta para mis padres llegó no volví a escribirle nunca más.

―¿Por qué la conservas?―Me preguntaron mis amigos al unisonó, los miré asombrado realmente no tenia respuesta para eso.

Cuando iba responder escuchamos que los señores Higurashi por primera vez en la historia había llegado temprano a casa, se miraban felices y llenos de vida y esas caras no las habían tenido en muchísimos años, con Sango y Miroku los seguimos y vimos que se acercaron a mis padres, parecía que les daban buenas noticias, quisimos escuchar pero no escuchamos nada, mis padres salieron al jardín y mis amigos casi a patadas me mandaron a preguntar qué pasaba.

―¿Qué ocurre? ¿Por qué los señores volvieron tan temprano?―Pregunté me sentía cómo todo un chismoso, pero no importaba me ganaba más la curiosidad de ver igual que los Higurashi el rostro de mis progenitores tan llenos de alegría.

―No ocurre nada cielo, solo diles a Sango y Miroku que mañana los tres deben regresar muy rápido de la escuela, ahora vete a comer o algo.―Esa fue la respuesta que mi madre me dio, vi a mi padre y el decidió evitar contacto visual conmigo sus ojos se miraban vidriosos y húmedos ¿no puede ser mi padre con ganas de llorar? me dije mientras regresaba a la cocina, les di el recado a mis amigos y esa tarde la pasamos queriendo resolver el misterio pero no hubo resultado.

Esa noche mire la luna y me pregunté ¿Qué será lo que parece que a está mansión le ha devuelto la alegría? todos los sirvientes más viejos igual que mis padres estaban felices, por alguna razón mis padres hicieron que nadie dijera nada de lo que sabían, lo único que me queda es esperar y ver qué es eso que a todos les da tanta felicidad.

Continuara………………………………………………………………………………….

Espero les haya gustado, conforme avance la historia se conocerá mucho sobre lo que paso con los protas en sus años separados, espero que el enorme tiempo que pase sin publicar pueda ser un poquitín recompensado con esta conti, en fin esperen y verán que la historia se pondrá mejor espero sus comentarios y sugerencias cuídense bye.

 

Capitulo # 6 “El regreso del pasado”​

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Una dulce chica corría de un lugar a otro en su elegante habitación, miraba una y otra vez su reloj de pulsera y seguía metiendo sus cosas a unas maletas de color rosa que estaban sobre su cama, con mucho apuro logro terminar y muy deprisa bajo las escaleras cuando abrió la puerta para dirigirse a un elegante auto de color negro que la llevaría hasta el aeropuerto algo la detuvo, frente a ella estaba una gran cantidad de señoritas de su edad, todas deseándole un buen viaje y dándole presentes.

―¡Ten un buen viaje Kagome! ¡Te extrañaremos!―Gritaban una y otra vez sin para esas niñas adolecentes, sus manos se movían una y otra vez despidiéndose de aquella agradable joven que se había ganado el corazón de todos en esa academia extranjera.

Pov´s Kagome.

Por fin llego el día en que regrese a mi país natal, estos diez años en el extranjero me han hecho mucho bien, pude tener una vida de una chica normal en la academia y sobre todo pase mucho tiempo con familiares, es extraño pero jamás pensé que al llegar a París me daría cuenta que tenía una prima casi de mí edad, ella es un año mayor y a pesar de que es un poco extraña ella es buena persona y mi abuela pues ella me ha educado muy bien y me la he pasado un poco aburrida pero no pude hacer nada al respecto.

―Kagome ¿en qué tanto piensas? estas derramando un poco de tu bebida en el auto.―Escuché decir a mi abuela muy molesta, con mucha sorpresa moví mi brazo y así ya no se me cayó más el refresco.

―Torpe.―Escuché decir a mi prima, ella es muy seria pero estoy segura que todo es una fachada nada más, pero a pesar de todo no puedo evitar sentirme mal por sus palabras.

―Kikyo no estás feliz de que al fin conocerás Japón, podremos divertirnos mucho cuando estemos allá además sé que mis padres estarán felices de conocerte.―Decía con mucha emoción pero Kikyo no parecía estar feliz de ir a Japón, por alguna razón ella había sido obligada a acompañarme y a vivir conmigo hasta que me graduara pero sobre todo que los esfuerzos de mi abuela en convertirme en una dama no hayan sido en vano.

Ella no me contestó, no la culpo por sentirse enojada por mi ella dejara el lugar que conoció cómo hogar, mi prima siempre parece tener tristeza en sus ojos y a pesar de su actitud madura se que por dentro ella es cómo yo, espero que la calidez de las buenas personas que viven en mi casa puedan llegar a ella.

Ojala que ellos sigan tal y cómo los recuerdo, es una verdadera pena que mi abuela me prohibiera hablar por teléfono con ellos, pero eso no es lo peor de todo me entristece que mi buen amigo Inuyasha-kun jamás me haya escrito ni una sola vez, recuerdo aquellos días en los que le solía escribir casi a diario contándole todo lo que me pasaba y él jamás respondió.

―Kagome antes de llegar al aeropuerto, quiero pedirte que no hagas cosas que me pongan en vergüenza con tus padres, ellos deseaban ver a una señorita y eso es lo que les envió, no hagas lo que hacías antes de ir ahí hablando con los sirvientes y cosas así te lo pido cómo abuela y sensei que he sido para ti.―Fue lo que mi abuela pidió cómo favor, yo estaba consciente de eso pero no estaba demás recordármelo, asentí con la cabeza y di una gran sonrisa a la señora que me cuido estos diez años.

―Kikyo tú debes cuidar a tu prima y evita que se meta en escándalos, confío que eres capaz de lograrlo.―Afirmó mí refinada abuela con un brillo extraño en su mirada, mi prima sólo la observo un poco molesta y fríamente cómo siempre.

Al ver a mi abuela se podría decir que es la señora más elegante que se ha visto en el mundo, sus vestimentas de diseñador, sus joyas invaluables y su forma de expresarse, así algún día mis padres desearían verme.

Hemos llegado al aeropuerto y ya que es muy de mañana creo que llegaremos muy tarde a Japón, realmente muero de ganas de verlos a todos, bueno ahora que nos estamos despidiendo de la abuela se siente triste pero la felicidad de ver de nuevo a mis querida familia Taisho hace que quiera corre rápido al avión.

―Cuídense chicas y no olviden su buena educación.―Fue lo último que escuchamos de la señora de ojos marrón y cabellera gris.

Ambas abordamos el avión junto a los demás pasajeros, cómo era de esperarse Kikyo leía un libro para pasar el tiempo, mientras que yo observaba las nubes por la ventana, recuerdo que así fue la última vez que me subí a un avión veía las nubes y deseaba que cuando las volviera a ver tan cerca fuese el día en que regresaría a casa, mi mayor deseo es ver a Inuyasha –kun de nuevo siempre lo he extrañado mucho, cada noche soñaba con los lindos momentos que pase con él y siempre significó algo para mí, gracia a él conocí el verdadero significado de la amistad y me duele mucho que él no cumpliera su promesa de escribirme o intentar llamarme.

El ultimo día en que le escribí fue él día en que mi abuela me mostró algunas fotografías de una fiesta que se hiso en mi casa, fue una celebración de año nuevo ahí pude ver el rostro de Inu-sensei e Izayoi-sama yo apenas había cumplido trece en esa época, pero cuando miraba a todos felices sentí que yo ya no pertenecía a eso en fin lo que me lastimo un poco fue ver una fotografía de Inuyasha –kun acompañado de un chico y una chica, los tres parecían ser buenos amigos, por alguna razón me sentí un poco rara; investigue sobre esos chicos y me enteren que viven junto a mi amigo en la mansión y que llegaron justo después que me marche, cuando supe eso comprendí porque Inuyasha-kun me había olvidado él hiso nuevos amigos, siempre duele pensar que una persona que te importa te olvide cómo cualquier cosa, eso hace sentir mal, es un poco gracioso pero a veces solía pensar que tal vez él jamás recibía mis cartas pero eso sería ridículo yo las enviaba con él mensajero de la academia.

―Kikyo ¿esperas encontrar a alguien en Japón?―Le pregunté a mi prima para hacer más agradable el viaje, ella me miró sorprendida y con delicadeza cerró el libro y me sonrió de manera un poco molesta y sarcástica, yo había olvidado que Kikyo aparentemente se casaría con algún hombre rico que mi abuela eligiera y yo temía correr con esa misma suerte.

―Kagome por favor quédate en silencio hasta que lleguemos, hazlo por mí ¿quieres?.―Me pidió con mucha amabilidad, mi piel se erizo realmente ella me da más miedo amable que cuando es fría, aunque comprendo porque su molestia realmente ambas nunca hemos tenido novio bueno yo recibía invitaciones a salir de muchachos de una academia masculina cercana pero no me interesaba, mientras que ha Kikyo siempre ha tenido citas arregladas pero jamás se intereso por nadie, a veces me gustaría saber qué tal le va a

Inuyasha-kun en el amor apuesto que no es nada popular por su mal genio, aún puedo recordar su rostro y eso siempre me hace sonreír.

―Espero que nada haya cambiado mucho en casa, realmente espero ver mi jardín y reír de nuevo entre las flores acompañada de Inuyasha .―Pensé mientras suspiraba, realmente imaginar eso fue muy romántico y ahora que lo pienso eso no estaría bien ambos ya crecimos, pero no estaría mal pasar tiempo con él de nuevo.
Bueno ahora sólo es de esperar que lleguemos y poder volver a verlos a todos de nuevo.

Pov´s Inuyasha .


Hoy realmente fue una mañana bien rara, mi madre se olvido de despertarme y preparar el desayuno ella andaba por ahí muy feliz cortando flores del jardín, mi padre se levanto temprano para afinar el viejo piano que está en la sala principal, ni siquiera sabía que todavía sirviera hace años que nadie lo toca.

―Inuyasha ¿notaste que todos estaban raros hoy?―Me preguntó Sango, creo que igual que yo pudo ver que todos actuaban extrañen la mañana, incluso los señores Higurashi no fueron al trabajo esa es un clara señal del apocalipsis.

―Sí, me di cuenta pero por más que pregunte nadie decía nada, es más hasta se reían cómo si tuviera yo micos en la cara o algo, ¡que fastidio!―Bufé con enojo al responder, realmente odio que todos sepan algo y yo no tenga ni idea.

―Miroku ¿tú no sabes algo al respecto?―Preguntó Sango de igual manera al pervertido, el se llevaba muy bien con todas las maid de la mansión posiblemente él pueda saber algo.

―No sé nada al respecto, lo que me dijeron nada más fue debíamos llegar temprano y alistar nuestro mejor
traje ¿Quién sabe para qué?―Contestó un poco extraño Miroku y era posible que él ocultara la verdad pero eso me tiene sin cuidado realmente, mientras caminábamos a la escuela Miroku me miraba el rostro de manera extraña y eso me puso furioso.

―¿Qué me ves? ¿Llevó algo entre los dientes?―Pregunté molesto, Sango sólo se reía un poco por mi reacción pero Miroku me miraba fijamente y lo que me dijo me sorprendió.

―Inuyasha ¿has cambiado mucho tu imagen desde que éramos niños? es decir si cualquiera que te haya visto de niño y te viera ahora se sorprendería de tu cambio.―Me expresó mi amigo el libidinoso, realmente sentí que fue un comentario muy fuera de lugar si bien es cierto cambie mi imagen hace mucho pues de niño tenía el cabello plateado y muy largo igual que mi padre, pero por recibir demasiadas burlas lo teñí de negro y al entrar a la secundaria fui obligado a cortármelo así que hoy día tengo el cabello corto y negro.

―Sí, cambie un poco pero no exageres Miroku ni que me hubiese hecho cirugía plástica.―Respondí con mucho fastidio y sin entender porque debía hablar de mi aspecto.

―Incluso tus ojos no son de ese color ¿no es así?―Otra vez mi amigo habló de mi aspecto, bueno si tenía razón mis ojos son de color dorado pero por razones muy fuertes tuve que usar lentillas para no tener que usar gafas de nerd, pero ya que quería que mis lentillas no fuesen tan llamativas elegí que fuese de color chocolate así que mis ojos son color café y ya no dorados miel.

―Miroku tú sabes que uso lentillas por mis problemas en los ojos, además ¿a qué viene todo eso?―Pregunté con mucha curiosidad, aunque para ser sincero mi nueva imagen no me gustaba yo preferiría ser más natural pero usar otro color de ojos y mi cabello distinto no me hacia cambiar de quien realmente yo soy.

―Olvídalo mi buen amigo, sólo estoy algo confundido mejor ay que darnos prisa para no llegar tarde.―Con eso Miroku concluyo su plática sobre mi apariencia, mientras caminábamos Sango se adelanto pues en la esquina que estaba antes de llegar a la escuela estaba ese tipo llamado Bankotsu Souchiru él estaba pretendiendo a Sango ella lo trataba sólo cómo amigo, pero claramente él estaba interesado en ella, mi pobre amigo Miroku tenía una fuerte competencia pues ese tipo es un atleta y buen estudiante además aunque es raro que lo diga es bien parecido claro que no tanto como yo ¡ha-ha!

―¿No harás nada al respecto con eso?―Le pregunté a mi buen amigo mientras le señalaba la escena de Sango y Bankotsu hablando muy sonrientes, yo sabía lo que ella sentía por el idiota de Miroku pero no podía ir de chismoso y contárselo a él, eso sería traición a Sango.

―No puedo hacer nada, si ella decide estar con un tipo como él no puedo interferir.―Me contestó esa repuesta estuvo llena de tristeza, me sentí mal y ya no hable más de eso.
Luego de eso llegamos al salón de clases y el día siguió su curso normal.

¡Maldición! tener que pensar en lo que se supone pasara hoy en la mansión me mata de la curiosidad, bueno ya es hora del receso y salí a comprarme un refresco y algún bocadillo que me apeteciera, mientras caminaba escuche un rumor entre los estudiantes fue algo raro pero escuché que unas estudiantes de una familia adinerada vendrían a estudiar a nuestra escuela promedio, también escuche que unos alumnos de la academia
Hikomori una de las más prestigiosas de Japón se transferirían aquí, no preste atención en los apellidos de esos ricos bastardos que sólo vendrán a querer sentirse superiores aquí, pero que me importa con tal que ninguno se meta conmigo suficiente.

En fin los únicos que realmente odio son esos hermanos Tamaki espero que no sean ellos los que vienen a estudiar aquí, sólo quiero permanecer con mi tranquila vida escolar y fuera del camino de cualquier rico o si no fuese realmente malo.

―Ya es hora de irnos Inuyasha , levántate y apúrate debemos llegar pronto a casa.―Exclamó Sango mientras me agarraba de la chaqueta, casi arrastrándome ella y Miroku me sacaron ya que en la última clase me había quedado dormido.

―¿Cuál es la prisa?―Logré decir mientras casi corriendo íbamos a casa, por muchas razones la escuela tuvo que dar unas horas más de clase y ya era muy tarde.

―Tú madre me llamo Inuyasha y dijo que nos diéramos prisa porque debíamos arreglarnos y ayudar con los preparativo, y no me preguntes más porque no sé nada más.―Me contestó y así los tres corrimos y llegamos a casa y vimos que todo estaba normal con la diferencia que parecía habría una fiesta, habían puesto muchas mesas y luces y todas esas cosas, por un momento comprendí que sucedía pero mi madre antes que preguntáramos más nos empujo a cada uno a su cuarto y nos hiso vestirnos elegantes cómo todos los demás.

Ya era de noche y ya muy vestidos elegantes los tres nos encontramos, Miroku vestía un traje negro con corbata de moño blanca al igual que su camisa, Sango traía puesto un vestido color turquesa sin tirantes y que le entallaba muy bien su cuerpo, mientras que yo vestía un traje negro con camisa blanca y una corbata de moño negra, me sentía estúpido pues hasta mi cabello estaba bien peinado y todo.

―Miren cuanta gente está empezando a llegar.―Exclamó Miroku señalando la entrada, tenia razón las personas más importantes de Japón estaban llegando incluyendo a los Tamaki esos bastardos estaban ahí, mi padre se había ido junto a los Higurashi quien sabe dónde.

De pronto mi madre nos dio el aviso de ir a la entrada principal y ya que la fiesta se llevaría a cabo en el jardín trasero la parte de enfrente de la casa estaba vacía, todos los sirvientes y mis amigos fuimos hasta la entrada, vimos llegar el auto principal de la familia parar en la entrada, mi padre se bajo y abrió la puerta a la familia y bajaron uno a uno hasta que mis ojos pudieron ver algo más bello que un ángel, una bella chica de hermosa cabellera negra y ojos marrones se bajo del auto junto a ella también bajo otra chica muy parecida a ella pero con la diferencia es que no tenían la misma sonrisa.

La primera chica en bajarse del auto me dejo completamente idiotizado, y sus bellas curvas y piel tersa hicieron que por primera vez mi corazón se acelerara.

Pov´s Narrador.

Cuando ambas chicas azabache bajan del auto se sorprender al ver tal recibimiento.
La señora Taisho es la primera en recibir a las chicas, y con lágrimas en los ojos se para frente a las bellas señoritas.

―Bienvenidas a su casa, señorita Kagome es un placer verla.―Dijo Izayoi con una voz quebrantada, Kagome miró a Kikyo y sabia que lo que haría no estaría bien pero se acerco a Izayoi y la abrazo muy fuerte y empezó a llorar, tanto los padres de Kagome y los demás estaban muy conmovidos incluso Kikyo sonrió al ver a Kagome tan contenta y feliz.

El único que estaba impactado de ver eso era Inuyasha quien aún no creía lo que veían sus ojos, sin poder hablar camino un poco hacia el frente para ver mejor y en ese momento Kagome miro al frente y pudo ver frente a ella a un chico muy atractivo de cabellera negra y corta y de hermosos e intensos ojos oscuros, ella pensó de quien podría tratarse pero la imagen de su amigo no era esa y tampoco recordaba que el fuese muy alto.

Sus miradas se cruzaron en ese momento, cómo si el mundo se detuviese y todo perdiera sentido por un momento todo a su alrededor desapareció.

―¿Realmente serás tú?―Dijeron ambos jóvenes casi en susurro y al mismo tiempo, no importara cuantas veces vieran el rostro del otro era la primera vez en diez años que se miraban y por alguna razón la imagen infantil y dulce de su hermosa amistad desapareció en ese momento.

Continuara……………………………………………………………………………………

Hola lectoras gracias por esperar, bueno muchas se imaginaba que pasaría créanme que no quise dejar el cap. sin el encuentro así que por eso es un poco largo, para el otro cap. esperen sorpresas y algunos cabos sueltos cómo el encuentro de Kagome y sus padres en el aeropuerto se presentara después ya que ese momento fue importante, espero que les haya gustado y si tienen preguntas, dudas dejen su post cuídense mucho bye.