En ti conseguí el amor verdadero...

Hola a todos... La semana pasada se me pasó volando, cuando vine a ver ya era viernes y se me olvido por completo subir los capítulos... =S
Pero que mas voy hacer, lo hecho hecho esta...
Bueno bueno, agradezco a todos sus comentarios y mg... ^w^
Y ahora sin más nada que decir los dejo con el capitulo VIII... Espero que les guste... >_<

Capítulo VIII​

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Sai y yo nos acercamos hasta donde se encontraba Mei, esta al ver que estábamos parados frente a ella cerró lentamente su libro para luego saludar a Sai.

—Hola Sai ¿En qué te puedo ayudar? —Dijo sonriendo dulcemente.

—Hola Mei, la verdad no vine a pedirte ayuda en nada. —Le respondió Sai sonriendo falsamente.




Mei era una chica simpática a simple vista, su cabello era de un color miel que llegaba hasta sus hombros y sus ojos eran marrones como el chocolate.

—Ya veo. ¿Y quién es ella? ¿Es tu novia acaso Sai? —Le preguntó, esas preguntas causaron que tanto Sai como yo nos sonrojáramos a más no poder.

—¿Qué preguntas son esas Mei? Ella es solo una amiga. —Dijo Sai claramente sonrojado.

—Lastima, la verdad es que hacen una linda pareja. —Nos dijo con tristeza fingida, acto seguido Sai y yo nos miramos para después girar nuestros rostros a lados opuestos más rojos que un tomate maduro.

—Ese no es el caso Mei, ella es Ino y tiene algo importante que decirte. —Soltó mi amigo de ojos negros sin rodeos volviendo a retomar la serenidad de su rostro.

—¿Ino? ¿Tú eres la ex novia de Kaito? —Pregunto sorprendida a la vez que se levantaba del césped y abría más grade que dos platos sus ojos chocolate.

—Sí, yo soy Ino Yamanaka la ex novia de Kaito. —Dije dando un paso más hacia adelante.

—Las dejare solas un momento, pero estaré cerca por si me necesitan. —Dijo Sai por ultimo antes de retirarse.




Mei y yo estuvimos unos segundos en silencio, hasta que ella decidió romperlo.

—Ino… nunca creí que llegaría el día en que nos conociéramos personalmente y mucho menos me pasó por la mente que quisieras hablar conmigo. —Dijo mirándome sin expresión alguna en su rostro.

—Estamos en las mismas… Pero esto es importante. —Respondí viéndola a los ojos directamente.

—Está bien… Escucharé gustosa lo que tengas que decirme Ino. —Me dijo para luego volver a sentarse en el césped.




Sentí un alivio muy grande al escuchar sus palabras, por lo menos estaba dispuesta a escucharme. Me senté frente a ella y de inmediato comencé a explicarle todo sobre el problema de Kaito, advirtiéndole que tuviera cuidado. Ella escucho con atención cada una de mis palabras y por un momento pensé que me creería, pero esas esperanzas se vieron esfumadas al siguiente instante.

—La verdad no se qué pensar. Fuiste novia de Kaito y es normal que al terminar su relación ustedes no quieran ni verse en fotografía, pero has llegado al colmo inventando esa historia ridícula de él. —Dijo mostrándose totalmente incrédula.

—Mei escúchame, nada de esto me lo he inventado, todo lo que te he dicho es verdad. Debes tener cuidado. —Le dije manteniendo la calma.

—Ino, Kaito no es el monstruo que me has pintado. Él es alegre, cariñoso e incapaz de hacerle daño a alguien y mucho menos a mí. Lo siento mucho pero no puedo creerte ni una sola palabra. —Me dijo comenzando a recoger sus cosas para luego levantarse y mirarme con el ceño fruncido.




Quería decirle una última cosa, pero antes de poder articular la primera palabra llegó Kaito a empeorar la situación. Rápidamente me puse de pie para mirarlos de frente a ambos.

—¿Mei qué haces hablando con esta? —Le pregunto a Mei molesto a la vez que me miraba de arriba hacia abajo como si de una loca me tratara.

—Ella es quien ha venido a verme Kaito, dijo que tenía algo importante que decirme. —Dijo esta parándose a un lado de él.

—Oye Kaito, esta de aquí tiene nombre y es Ino Yamanaka. ¿O acaso el golpe en la cabeza te afecto tanto que ya has olvidado cómo me llamo? —Dije cruzándome de brazos.




Al parecer Kaito había entendido perfectamente a lo que me refería con mi pregunta anterior, ya que inmediatamente reacciono como un animal salvaje sujetándome fuertemente del brazo.

—¡Escúchame bien rubia, no sé lo que le has dicho a Mei pero me asegurare de que no te crea ni una maldita palabra! —Dicho esto me soltó para luego cachetearme.




Su golpe fue tan fuerte que de inmediato caí al suelo mientras un hilo de sangre brotaba de mi labio inferior. Mei por otro lado se encontraba paralizada por la acción de Kaito y no podía articular palabra alguna.

—¡Una última cosa rubia maldita, si de verdad aprecias tu vida será mejor que no metas la nariz en los asuntos de los demás! —Me amenazo furioso.




El dolor en mi rostro era insoportable, varias lágrimas brotaron de mis ojos por motivo de la rabia e impotencia que sentía en ese momento. Me levanté del suelo para ver a Kaito sujetando a Mei por el cabello obligándola a mirar fijamente sus ojos.

—¡Y tu Mei, más te vale que no escuches las mentiras de esta bruja si no quieres sufrir las consecuencias! ¡¿Entendiste?! —Le grito a la vez que apretaba más su agarre.

—K-kaito por favor suéltame. —Le pedía Mei entre sollozos.




Si Kaito quería lograr que Mei no creyera mis palabras estaba logrando todo lo contrario. Quise acercarme para ayudar a Mei, pero antes de dar el primer paso Sai me sujeto del brazo obligándome a mirarlo a los ojos.

—Ino quédate aquí por favor. No quiero que nada malo te pase. —Dijo deslizando dulcemente el dorso de su mano por mi mejilla hasta llegar a mis labios y quitar todo rastro de sangre.




No pude evitar mirarlo sorprendida y antes de responderle algo él ya me había soltado para ir en ayuda de Mei. Sai llegó de frente con un golpe directo al rostro de Kaito obligándolo a soltar el cabello de Mei, por otro lado esta cayó al suelo de rodillas sumergida en el llanto, rápidamente me acerqué hasta donde se encontraba Mei para ver como se encontraba.

—¡Mei! ¿Te encuentras bien? —Le pregunte a la vez que me arrodillaba para estar a su altura.

—I-ino… perdóname por no haberte creído. —Dijo esto para luego lanzarse a mis brazos para llorar como una niña pequeñita.

—No tienes que pedir perdón Mei, era de esperar que no quisieras creerme. —Dije consolándola.




Levanté mi vista para observar la situación en la que se encontraban Sai y Kaito, estos estaban hablando mientras Sai detenía uno de los puños de Kaito frente a su rostro para evitar que lo golpeara.

—¡¿Por qué insistes en meterte en mis asuntos con los demás?! —Preguntó Kaito gruñendo con rabia como un perro.

—¡No voy a dejar que lastimes a una de mis amigas!… ¡Y no pienso permitir que vuelvas a colocar tus malditas manos en Ino! —Respondió claramente molesto.




En un movimiento rápido Sai alzó una de sus piernas para dar una fuerte patada en el estomago de Kaito y mandarlo a volar varios metros atrás. Una multitud de estudiantes comenzó a juntarse al ver que había una pelea, entre todos ellos pude divisar a mis amigas que se acercaban corriendo a donde me encontraba.

—¡Ino! ¡¿Se encuentran bien?! —Preguntó Sakura alarmada.

—Sí, estamos bien pero alguien tiene que detenerlos antes de que alguno de los dos salga herido. —Dije claramente preocupada.

—Y-ya algunos estudiantes f-fueron en busca de l-los profesores. —Dijo Hinata arrodillándose a mi lado.




Hinata tomó en sus brazos a Mei, la cual aun se encontraba sollozando. Me levanté del suelo para estar a la altura de Sakura.

—¿Sakura qué hacemos? —Pregunté viendo a los ojos jade de mi amiga.

—Ino tranquilízate ¿Quieres?, en estos momentos no podemos hacer más nada que esperar. Sasuke, Naruto y otros chicos fueron a buscar ayuda, nadie puede interrumpir esta pelea por ahora, Kaito esta demasía violento y si alguien intenta detenerlo es posible que ese alguien salga lastimado. —Dijo Sakura tomándome firmemente de los hombros al mismo tiempo que el celular de Hinata comenzaba a sonar.

—Chicas N-naruto-kun dice que tardaran un m-momento porque los p-profesores no quieren abrir la p-puerta del salón de r-reuniones. —Nos dijo Hinata a la vez que leía el mensaje que recién le llegaba.

—Esto cada vez se pone peor. —Dijo Mei en un susurro un poco más calmada.

—Mei tiene razón, esto va de mal en peor… A este paso… Sai terminara muy mal. —Dije sintiendo como mi preocupación iba en aumento.




Esa pelea ya se había extendido demasiado, los golpes iban y venían por parte de ambos. Tanto Sai como Kaito estaban sucios hasta la medula de sus huesos, varios golpes se veían marcados en sus rostros y brazos, Kaito tenía un hilo de sangre corriendo por su rostro que fue causado por un mal golpe que recibió al caer y Sai a pesar de ser bueno defendiéndose no podía evitar que varios de los violentos golpes de Kaito lo alcanzaran y causaran daño en su cuerpo. En un golpe que mi ex le había acertado a Sai en la boca del estomago causo que este terminara escupiendo sangre. Sentía que con cada golpe que recibía Sai mi mundo se volvía cada vez más gris hasta llegar a un negro absoluto.

—Esto ha llegado a su fin. —Dijo Kaito entre jadeos a la vez que sacaba un cuchillo del bolsillo de su pantalón.

—¡Kaito no vayas a cometer esa locura! —Grito Mei a modo de suplica totalmente asustada por lo que fuera a suceder.

—¡No me digas que hacer maldita! —Grito Kaito mirando con rabia a Mei.




Los profesores aun no llegaban y por otro lado Kaito ya comenzaba a dar sus primeros golpes tratando por todos los medios de herir a Sai. Al principio no acertó ninguno pero luego de unos minutos se vieron sangrar varios cortes tanto en el rostro como en el cuerpo de Sai. Todos los estudiantes mantenían su distancia, ninguno se atrevía a dar un paso para intentar detenerlos y no los culpo. Luego de un momento ambos tomaron distancia, Kaito sostenía fuerte el cuchillo mientras respiraba agitadamente y Sai jadeaba aceleradamente con el dolor de cada cortada reflejado en su rostro. El siguiente golpe era el definitivo, Kaito corrió de frente a Sai con intenciones de acuchillarlo en el abdomen.

—¡Kaito no! —Se escucho el grito de Mei.

—¡Sai cuidado! —Grité al mismo tiempo que Mei.




Mi cuerpo reacciono por sí solo y salí corriendo en dirección a Sai para apartarlo del camino de Kaito. Empujé a Sai lo más fuerte que pude ocasionando que cayera al suelo, recibiendo yo de esta manera la acuchillada en mi costado izquierdo más debajo de mis costillas. Caí sobre Sai mientras comenzaba a sentir como el líquido carmesí de mi interior brotaba por la herida llegando a formar un charco bajo nosotros. Kaito había quedado paralizado en estado de shock, vi como mis amigas se acercaban corriendo alarmadas hasta donde me encontraba mientras Sai me recostaba en el suelo con una mirada absolutamente preocupada.

—¡Ino! —Mi amiga de hebras rosadas se arrodillo a mi lado con sus ojos sumergidos en el llanto.

—¡I-ino-chan! ¡Ino-chan! —Me llamaba Hinata igualmente llorando.

—¡Ino por favor resiste! ¡No te vayas a ir preciosa! —Me dijo Sai sacando el cuchillo de mi cuerpo para luego hacer presión en la herida en un intento de que dejara de sangrar.

—¡H-hinata hay que llamar a una ambulancia! —Dijo Sakura desesperada.

—Y-ya voy Sakura-chan. —Respondió mi amiga de ojos perlados tomando su celular.

—L-lo siento… m-mucho. —Hablé en un susurro a la vez que finas lágrimas brotaban de mis ojos.

—No digas nada preciosa. —Dijo Sai posando una de sus manos en mi rostro.

—Sai tiene razón Ino, no debes hablar por ahora. Ya verás que te pondrás bien y volveremos a divertirnos las tres como antes. —Decía Sakura entre un mar de llanto.




Logré oír la voz de Hinata llamando a emergencias, miré a Sai y a Sakura por última vez antes de que todo a mí alrededor comenzara a dar vueltas como una ruleta. Vi pasar toda mi vida frente a mí, los momentos que pasé con mi familia… los momentos de diversión con mis amigas… los momentos tristes y los momentos que pasé con Sai y antes de darme cuenta me hallaba sumergida en la oscuridad absoluta.








¿Les gustó?
¿Parte favorita? ¿Por qué?
¿Ino y Sai hacen linda pareja?
¿Qué harían si se encuentran con la o el ex de su novio o novia? Yo le hablo igual que a otra persona. >_<
¿Qué sucederá con Kaito después de todo esto?
¿Será el fin de Ino o podrá salvarse de las garras de la muerte?
¿Errores?


Esto es todo por hoy... Espero que les haya gustado... ^_^
No tengo nada que decirles... Solo me queda despedirme... >_<
Cuídense y nos vemos en el siguiente capitulo...

¡Sayonara!:D

 

Hola a todos... De verdad pido mil disculpas por la tardanza en actualizar... ¡Por favor no me maten! ¡Tengo 10 hijos que mantener! jajajaja ok no... xD
Estuve muy ocupada con el trabajo... Pero... he dejado de trabajar lo que quiere decir que tendré más tiempo para escribir y actualizar más seguido... :D
Quiero dedicar este capitulo a todos mis queridos lectores... Que a pesar de mis tardanzas milenarias, siguen fieles con la lectura de mi fic... A mi hermanita Hitomi... Rosa Azul... Jey Vi... Mis paisanas amigas venezolanas >_<... Y a Dubis que a pesar de no ser miembro en FF esta leyendo mi fic como buena amiga que es y siempre será... :)

Muchas gracias a todos por sus comentarios y mg... Cada uno de ellos me mantuvo firme en la decisión de seguir escribiendo... Los quiero mucho a todos \(^3^)/
Vale, dejando a un lado mi sentimentalismo y todo lo demás... Voy a dejarlos con el capítulo IX... Espero que les guste...;)

Capítulo IX​

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Me encontraba en un lugar oscuro y frío, ese ambiente me hacía sentir como si estuviera encerrada dentro de una nevera, me sentía vacía, triste y sola. Esos sentimientos me llevaron a la desesperación y comencé a correr tratando de encontrar una salida, pero mis esfuerzos eran en vano, parecía que andaba en círculos ya que a donde quiera que mirara era lo mismo, oscuridad absoluta. Comencé a derramar finas lágrimas al pensar que nunca saldría de ese lugar, y de la nada escuché la voz de Sai llamándome como un susurro que se lleva el viento.

—Preciosa. —Escuché su voz y de inmediato miré en todas direcciones tratando de localizarlo.

—¡Sai! ¿Dónde estás? —Pregunté sintiendo la desesperación de no verlo.




En lugar de la respuesta de Sai solo logré oír el eco de mi voz alejándose cada vez más. Grité su nombre una y otra vez pero él nunca apareció. Comencé a caminar sin rumbo alguno, hasta que a lo lejos observe un pequeño un pequeño hilo de luz correrse por la cerradura de una puerta. Me acerqué y empujé la puerta con fuerza, inmediatamente la luz entró en ese lugar tan oscuro iluminando cada rincón y quemando mis ojos como si de fuego se tratase. Pasé a través de la puerta y me encontré en un hermoso campo de flores rodeado por árboles de cerezo. Me giré con intenciones de mirar el lúgubre lugar que dejaba atrás, pero para mi sorpresa la puerta había desaparecido junto con ese lugar. No le di mayor importancia y comencé a caminar entre las flores, sintiendo el dulce aroma floral y a la brisa jugar con mi cabello. A lo lejos divisé la silueta de una mujer que observaba caer las flores de cerezo.

—¡Oye! ¡Disculpa, pero necesito que me ayudes! —Grité a la vez que comenzaba a correr en dirección a la mujer y ella se daba la vuelta para verme.

—Hola Ino, no esperaba verte en este lugar. —Me dijo sonriendo dulcemente.

—¿Qué?, lo siento pero no comprendo nada ¿Cómo es que sabes mi nombre? y… ¿A qué te refieres con que no esperabas verme en este lugar? —Pregunté confundida a más no poder.

—Veamos ¿De qué manera te explico todo sin que suene tan extraño? —Dijo a la vez que miraba hacia arriba como si de alguna manera la solución fuera a caer del cielo.




La observé mientras hacía mil y una muecas en su rostro. Parecía a simple vista que no pasaba de los treinta años, su cabello era negro, largo y lo llevaba atado en una coleta alta como yo, por otro lado sus ojos eran del mismo azul eléctrico que los míos. El estar junto a ella me producía un sentimiento de nostalgia, pero por más que intentara no podía recordar si la conocía. Quería respuestas a mis preguntas pero… también quería salir de ese lugar.

—Lo siento pero… no puedo quedarme aquí. Necesito que me digas donde está la salida. —Le dije bajando mi vista al suelo.

—Aun no puedes irte Ino… Necesito explicarte muchas cosas antes. —Me dijo tomándome de las manos.

—Lo que tengas que decirme dímelo rápido… De verdad… necesito regresar. —Respondí un poco apresurada.

—Vale te diré todo. Ven siéntate y comenzaré. —Dijo sentándose entre las flores.




Me senté frente a ella sintiendo como el dulce perfume de las flores nos envolvía. La miré fijamente a los ojos esperando sus explicaciones.

—Bueno Ino… quizás esto te suene algo… extraño, pero yo soy tu abuela. —Soltó sin más para luego sonreírme dulcemente.

—¿Eh? —La miré un poco incrédula para luego soltar una sonora carcajada.

—¿Qué es tan gracioso? —Preguntó mirándome un poco extrañada.

—Es que es… muy bueno. —Logré decir entre mi escandalosa risa.

—¿Qué es bueno? —Me preguntó abriendo sus ojos como dos huevos fritos aun sin entender nada.

—Tu chiste… ¿Cómo podrías ser mi abuela siendo tan joven?, la verdad es que estuvo bueno pero necesito que me hables con seriedad. —Dije a la vez que secaba unas pequeñas lágrimas que se me habían escapado de tanto reírme.

—¿De verdad piensas que estoy jugando?, lo que te he dicho… es verdad. —Me respondió tan seca como las hojas de los árboles en otoño y mirándome seriamente, logrando que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.




Tragué grueso y la mire tratando de asimilar la información recibida.

—Ok, ahora sí que necesito respuestas. ¡¿Cómo es posible que seas mi abuela y te veas más joven que mi mamá?! ¡¿Acaso tienes la fuente de la juventud o algo por el estilo?!, además tu falleciste de noventa y cinco años y tenias más arrugas que una uva pasa… ¡¿Acaso será posible?! ¡¿Los fantasmas pueden hacerse cirugías plásticas?!, porque debes haber necesitado muchas para parecer una mujer de treinta años. —Comencé a decir tantas cosas a la vez que me dio una leve presión en la cabeza.




Sujeté mi cabeza tratando de eliminar la presión. Levanté mi rostro para mirar a mi “abuela”, pero me arrepentí de hacerlo, su rostro tenía una mueca macabra a la vez que una vena se le brotaba en la frente, esto hiso que automáticamente mi sangre de congelara del temor que sentía.

—¡Ino eres una insolente!, déjame decirte unas cosas, primero que nada, a pesar de que el cuerpo envejezca el espíritu siempre será joven, segundo, no tengo la fuente de la juventud ni nada por el estilo y tercero, no me hice cirugías plásticas ni nada de eso para parecer de treinta años. —Me dijo un poco alterada al principio, para luego terminar relajándose.

—Ya veo… Lo siento abuela no debí hablar sin antes escucharte. —Me disculpé bajando la mirada al suelo.

—No tienes nada de que disculparte… entiendo perfectamente que pensaras eso. —Dijo sonriéndome divertida.




Correspondí con una leve sonrisa, pero esa sonrisa fue evaporándose como gota de agua en el desierto cuando recordé que mi abuela había fallecido… y si yo estaba en el mismo lugar que ella… eso quería decir que yo… también había muerto…


—¿Ino? ¿Sucede algo? —Preguntó mi abuela con tono preocupado al verme en estado de shock.

—Abuela… dime algo… ¿Yo estoy… muerta? —Pregunté cerrando fuertemente mis ojos, sintiendo un gran dolor en mi corazón al pronunciar aquellas palabras.

—Ino… déjame explicarte para que logres entender. —Dijo cerrando sus ojos.

—¿Entender qué? que ya no volveré a ver el rostro de mis padres o el de mis amigas… y que no veré a Sai nunca más… ¿Es eso lo qué quieres que entienda? —Dije sumergiéndome en el llanto.

—No… Ino, en estos momentos estamos en la frontera que separa el mundo de los vivos y el de los espíritus. —Dijo mirándome fijamente.

—No entiendo… abuela. —Respondí tratando de calmarme un poco.

—Veras, cuando recibiste la cuchillada, varios de tus órganos fueron lastimados y perdiste mucha sangre… a consecuencia de esto tu espíritu salió de tu cuerpo por un lapso de tiempo. Se podría decir que has muerta pero no completamente, en estos momentos los doctores están haciendo todo lo posible por reanimarte. Está a tu decisión el querer volver o no a tu cuerpo. —Me explico para luego guardar silencio.

—¿Qué es lo que debo hacer abuela? —Pregunté a la vez que mis ojos volvían a humedecerse.

—Esa decisión es tuya, yo solo estoy aquí para explicarte lo sucedido. Dependiendo de la decisión que tomes volveré al mundo de los espíritus, sola… o contigo. —Dijo tomándome dulcemente de las manos.




¿Qué debía hacer? ¿Por qué razón lo dudaba tanto?... Si regresaba podría estar con mis seres queridos, pero… ¿Y si resulta que no volvía a ser la misma de antes? ¿O si resulta que en vez de traerle felicidad a mi familia me convertía en una carga?... si ese era el caso prefería estar muerta a ser un estorbo. Todas esas interrogantes pasaron por mi cabeza… y hubieran surgido más, pero mis pensamientos fueron interrumpidos por mi abuela.

—Ino… te preguntaré algo… ¿Por qué protegiste a Sai en la pelea contra Kaito? —Me preguntó viéndome directamente a los ojos.

—Yo… lo hice porque yo… yo… lo amo. —Dije en un susurro mientras derramaba finas lagrimas al recordar ese sentimiento tan fuerte que tenía por él y que aun no le había confesado.

—Disculpa mi niña no legré oírte ¿Qué fue lo que dijiste? —Preguntó a medida que giraba su rostro para dejar su oreja frente a mí y poder escuchar mis palabras.

—He dicho que lo amo… Es por eso que lo protegí, amo a Sai desde el primer momento en que nuestras miradas se cruzaron. —Repetí más fuerte para que lograra oírme.

—En ese caso, creo que ya sabes lo que tienes que hacer. —Dijo sonriéndome ampliamente.




Era verdad, no podía decidir morir sin antes confesarle todos mis sentimientos a Sai. Miré a mi abuela y me abalancé hacía ella para abrazarla.

—Gracias… abuela. —Dije abrazándola aun más fuerte.

—No tienes nada que agradecerme. Ven te mostraré el camino de regreso. —Me dijo a medida que me separaba de ella para ayudarme a levantarme y comenzar a guiarme al centro del campo de flores.




Un fuerte viento comenzó a soplar llevando consigo miles de flores de cerezo. En el centro del campo se formo un hermoso aro de flores de cerezo sobre el suelo. A través de él pude observar mi cuerpo ensangrentado, a los doctores tratando de reanimarme dándome choques eléctricos con un desfibrilador y a mis padres llorando desconsolados.

—¿Q-qué es esto abuela? —Pregunté mirando un poco extrañada el aro frente a mí.

—Es una especie de portal por así decirlo, entrando por él podrás regresar a tu cuerpo nuevamente. —Dijo tomándome del hombro para darme confianza.


—Tengo un poco de miedo. —Dije mientras sentía como mis manos se enfriaban como hielo.

—No tienes nada que temer, es como lanzarse por un tobogán. —Me dijo sonriendo alegremente.

—¿Ya lo has hecho antes abuela? —Pregunte curiosa.

—No, pero eso es lo que dicen. —Sonrió nerviosa a la vez que se rascaba la cabeza.

—Eso no me ayuda mucho. —Respondí mientras una gota se deslizaba por mi frente.

—Eso no importa… Solo cumple con tus sueños, tienes una nueva oportunidad… Así que, hasta luego Ino. —Dijo esto para luego empujarme a través del aro.




Comencé a caer a una velocidad increíble, pasé a través de todo el espacio, observé las galaxias, nebulosas y estrellas pasar junto a mí. Esto para nada se sentía igual a lanzarse por un tobogán, se sentía como si te lanzaras de lo alto de un rascacielos sin paracaídas. Era una sensación horrible, que gracias al cielo termino cuando estuve frente a mi cuerpo inconsciente. Sin pensarlo dos veces entre en mi cuerpo y nuevamente… volví a quedar sumergida… en la oscuridad.




¿Te gustó?
¿Parte favorita? ¿Por qué?
¿Nuestro espíritu permanece joven? ¿Qué opinan ustedes? >_<
¡Ino decidió confesarle sus sentimientos a Sai! =O ¿Cuando se lo dirá?
¿Cómo se sentirá lanzarse de un rascacielos? (Claro con paracaídas >_<)
¿Qué sucederá en el siguiente capitulo?
¿Errores?




Esto es todo por hoy... De ante mano agradezco todos los comentarios y mg...
Informo que durante dos semanas no podré actualizar... Estaré de vacaciones en casa de mi abuelo y allá no tienen computadora... Por lo tanto estaré en agonía durante ese tiempo... (Ok no)...
En cuanto llegué de allá prometo actualizar... ^w^
Cuídense... Los quiero mucho a todos...
Un beso grande... \(^3^)/
Nos vemos en el siguiente capítulo...