Diamantes de Sangre

Diamantes de Sangre

Prologo

-¿Por qué arriesgas tu vida por una cosa tan insignificante como esto?; ¡Acaso no piensas o eres idiota! – grito con un gran alteración sus ojos se ponían rojos de la rabia que tenía, no podía contenerla, “Claro debes ser Idiota”, lo repetía tanta veces como podía…

En cambio yo solo quería irme, sabía que había cometido un error, no podía solucionarlo, tal vez debí irme de inmediato pero algo me detenía, me sentía atrapado entre la espada y la pared al verla a ella llorando y enojada exclamando “Idiota, te Odio”, me sentía mal al saber que en verdad la culpa era mía.

- ¿Por qué arriesgue lo más valioso de mi vida por unos cuantos Dólares?, esa pregunta me la hice más de una vez, Quizás por mi avaricia en ese momento, por mi esclavitud al trabajo, por falta de amor de la persona que ame… Pero ese apenas fue el principio de mis problemas, quizás debí ser fuerte no dejarme llevar por la avaricia, la tentación, el deseo carnal, la lujuria y el deseo de tenerlos me cegaron de la realidad…

- -ya hemos perdido todo- mientras lloraba, sentada en ese rincón donde goteaba, las paredes se veían deterioradas por el transcursos de los años, la pintura decaída por las constates temporadas de lluvias “debimos ser precavidos, te lo dije Lances”

No tenía tiempo de responderle mi mente estaba en blanco solo pensaba en ese rostro muertos en mis manos, sentía escalofríos, temor, odio a mí mismo, dolor, pero que ganaba con eso tenía que hacer algo “Lance escucha tenemos que hacer algo no podemos quedarnos aquí sentados mientras el mundo sigue girando” exclamó con gran autoridad, mis ojos empezaron solos a llorar había perdido algo importante en mi vida, por algo que había obtenido de gran valor, a cambio de algo que nunca podrá recuperarse.

Solo queda movernos Lance- lo decía en tono suave y dulce, pero sabía que no estaba hay mentalmente, sus palabras solo eran susurros que desaparecían con el viento. Solo podía ver el rostro de mi hijo que yacía en mis manos muerto…

Continuara… cualquier Critica háganmla saber... Saludos y que pases un feliz día

Cualquier crítica háganmela saber

 

Aqui el primer episodio de Diamantes de Sangre​

Difrutenlo, y espero que le guste ​

Día 1 ​

Comienza mi infierno​

- Son las 7:00 de la mañana, aquí en la FM blaoick 94.8. Las noticias, de hoy mataron cerca de del Wall Street a una persona de África. Andaba indocumentada, lo asesinaron aproximadamente de 12 balazos. Lo raro fue la forma que las balas hacían en su pecho, entre los 12 hacían la forma de un diamante…

-Mmmm, demonios apaguen la radio. Estoy cansado- le dije a mi compañero de al lado.

-¿oye Lance no crees que ya el tipejo ese ha tardado algo?- me dijo mientras apaga el radio. “Nos dijeron que a las 6:30, este tipo estaría listo y mira la hora que es, ni señal de el” mientras se a recostaba en el viejo puesto del auto.

-¡si es verdad! – exclame bostezando “pero, no veo señal de él, ya estas retrasado más de 20 minutos”, mientras yo observaba el retrovisor de mi viejo auto del 69.

-Levante mi mano diestra para agarro un cigarro de mi bolsillo. – ¿oye Willy tienes por ahí cerca el encendedor? Mientras metía mi cigarro en mi boca.

-Si aquí estas, por cierto deberías de fumar menos- me dijo observando el entorno

Recuerdo que ese día era algo nublado, estaba enfrente del Aeropuerto Internacional de New York. Esa mañana era algo tranquila, se podía oír las alarmas de las patrullas policiales. Pero ese fue el día que comenzó mi infierno personal…

-Oye Lance me dijeron que Mery, le habían aumentado el sueldo – con el tono sarcástico “y eso que apenas tiene 5 meses trabajando” riéndose de mí.

-mientras lo observaba a sus ojos, mi expresión de obstinado por la noticia, le dijeron más que una palabra que hubiera salido de mi boca.

-Pero no te enojes en estas vida solo sobreviven las personas inteligentes, Astutas y vivas. Mientras subía sus brazos hasta su cabeza e inclinaba el puesto delantero del auto.

¡No jodas!- le dije gritando, ya estaba colmado de la paciencia “pero no te enojes” mi vida siempre ha sido un caos tanto económica, como personal. Tengo un trabajo de jefe de seguridad en la Compañía ENGAOX. Una empresa multimillonaria, que incluso pudo comprar la Microsoft y la Apple. Esta hace desde comida, hasta software para el PENTAGONO. En realidad no me quejaba de mi sueldo, si no de mis años de servicio que eran aproximadamente mas de 10 años, no obstante solo era un empleado más. Mientras que siempre veía que alguien nuevo, menos de 6 años obtenía un amento o un cargo mejor.

-Oye, Lance creo que ese es nuestro hombre- mientras se ponía firme, y luego con su mano diestra reviso en la guantera, se puso sus lentes negros.

-¡cierto Willy, ese es! – exclame. Era un hombre de piel morena, alto como un jugador de Basquetbol. Tenía puesta una camisa de manga cortas, de cuadros de color rojos con celeste, un jean color azul oscuro. “Willy prende el auto tenemos que seguirlo”. Mi auto no era la gran cosa era uno del 69, ya estaba deteriorado por el transcurso del tiempo. La pintura era de un color Azul fuerte, pero por los años se fue aclarando volviéndose algo más marina.

Lo seguimos unos 90 Kilómetros, se detuvo en una zona algo peligrosa. Era un edificio algo viejo, a sus alrededores se veían hombres algo peligrosos. La pintura del edificio estaba demasiado deteriorada, inclusos se veían los pedazos de bloque. Supuse que era por las lluvias de los años que hicieron que la mayoría de la pintura se callera.

-Willy espera aquí, si no salgo dentro de 1 hora ve a buscarme ¿está bien? – en ese momento yo estaba alistando mi abrigo de cuero color verde oscuro.

-Ok Lance no te preocupes por eso. Lo observe en ese momento solo se puso su sombrero de vaquero en la cara para seguir durmiendo.

Agarre revise la guantera buscando mi arma, esta era un 9 mm. Revise el cepillo para ver cuantas balas tenia, eran 4 balas. Abrí la puerta de mi auto, esta sonaba algo ya oxidada, al cerrarla tenía que darle con algo de fuerza ya que está tenía la maña de quedarse abierta. Mientras entraba al edificio me dio algo de escalofríos este estaba todo oscuro, húmedo, solo y algo tenebroso. Solo había un solo bombillo fluorescente en el último piso, su luz se desvanecía mientras bajaba. Me decidí por subir la escaleras eran de madera, estas ya estaban deterioradas por el transcurso de los años. Hacían un sonido de película de terror, lo único raro es que habitualmente en las entradas de los cuartos tiene que haber luz. Pero no en esta ninguna puerta tenía luz, eso era lo menos que me preocupaba cada vez que subía se escuchaba algo raro. Mi corazón por algún motivo empezó a latir algo más rápido, sentía algo de escalofríos. Se observaba como también las paredes por dentro estaban muy deterioradas, grafiadas, e incluso algunas destruidas y tapadas con cartón, o cabillas. En ese momento pensé que no era el único que la estaba pasando muy mal, que había personas que tenían que hacer lo imposible para comer e incluso para poder mantenerse vivos en estas situación tan desagradable, penosa y humillante.

Al llegar a la habitación 45, donde se había metido el hombre moreno me di cuenta que la puerta estaba ligeramente abierta. Me pregunte ¿estará con alguien?, ¿no le importa tenerla abierta así en esta zona, tan peligrosa? Levante mi mamo izquierda mientras que con la diestra apuntaba, lentamente la abrí. Se escuchaba el sonido del viento entrado por la ventana de mi izquierda, este lugar estaba oscuro ni un bombillo prendido. Solo lo alumbraba el sol que entraba por la ventana, todo era un desastre la alfombra mugrienta llena de pisadas. Como si no la limpiaran en varios años, los muebles deteriorados y comidos por ratas, se podía ver en las paredes las telarañas de años, me pregunte ¿cómo alguien podía vivir así?

Mientras caminaba entre en la cocina, (Dios, nunca hubiera entrado hay), al observar el lava platos me lleve uno de los ascos más grande del mundo, est5aba llena de gusanos, chiripas y cucarachas, el olor era insoportable olía, como una mezcla de mierda podrida. Se salían lágrimas de mis ojos por el olor tan fuerte que provenía de la cocina. Al salir otra vez me encontraba en la sala, al final se observaba un pasillo, este estaba más oscuro pensé ¿Quién demonios vive aquí?, por dios una limpieza a este lugar no le caería mal, mientras caminaba una rata paso por mi pierna. Se me pararon todos los pelos del cuerpo, esta se metió en un agujero que estaba en la pared de mi izquierda, al acercarme empecé a oír un raro sonido, me acerque lentamente subí mi mano diestra. Empecé a apuntar a los lados entre en un pasillo en forma de L apunte a mi derecha, solo se observaba una puerta abierta al final. De esta salía una luz, supuse que era del sol, camine lentamente hacia allí. La puerta estaba ligeramente abierta, al mirar al suelo vi que salía de la habitación sangre. En ese momento pensé ¿Qué demonios está pasando aquí sangre?, me pegue de lado izquierdo de la pared, con mi mano izquierda abrí la puerta lo más lento posible, asome media cara mi parte derecha del rostro, observe que había un cadáver adentro. Demonios entre haber mejor este era el hombre moreno que estaba buscando, estaba literalmente descuartizado, sus brazos no estaban adheridos a su cuerpo uno estaba tirado en la cama, el otro estaba a unos metros de distancias de él. Se podía ver el arma homicida era una hacha, guau me sorprendí de inmediato, lo raro era que no vi a nadie salir del apartamento, solo hay una escalera por la cual yo subí. El cuarto estaba lleno de sangre por todas parte desde las paredes hasta el techo, luego observando bien me di cuenta de que estaban buscando algo. Voltee el cadáver que estaba boca abajo, se podía ver el sufrimiento que paso sus ojos estaban rojos, su boca abierta como si le hubieran metido algo dentro. Me propuse a revisar el cuarto, mire debajo de la cama no había nada, revise adentro del closet, solo había unas pocas camisas ya algo comida por los ratones, al salir del cuarto sentí algo raro y voltee, miraba como se estaba abriendo el estómago del hombre muerto detrás de mí, como salía algo espantosamente asqueroso lleno se sangre y pelos. ¿Era una maldita rata lo que estaba saliendo? me pregunte, o dios que asqueroso le metieron una rata por la boca… o mierda, Salí correando pero tropecé con algo, al subir mi mirada vi algo brillante debajo de los muebles. Me levante lo más rápido posible guarde mi arma en el bolsillo izquierdo, moví un poco el mueble, empezaron a salir ratas y cucarachas, dios me asuste y me volví a caer. El polvo era insoportable al pararme pude ver dos joyas algo raras una de color Amarillo, e otra de color azul marino, su tamaño era de mi puño, pesaba aproximadamente cada una más de 2 kilos, mi mente se nublo, empecé a observar estas joyas de pronto escuche un ruido en la ventana del cuarto donde estaba el cadáver, en ese momento solo agarre las extrañas joyas y las metí en mi bolsillo izquierdo , luego empecé a correr estaba todo nervioso, mientras bajaba las escaleras mis agujetas se soltaron y me caí por las escaleras, al final de la caída choque de frente contra el suelo….

- Lance, Lance despierta- agitándome todo el cuerpo” estas bien” abrí lentamente los ojos era Willy, veía algo borroso “¿Lance que paso?”, sentía un dolor grandísimo de cabeza. “Lance despierta la policía viene” al fin pude despertar agarre con mi mano diestra el hombro de Willy le dije ¡vámonos ya! “¿ok, ok pero dime que te paso?”. ¡Vámonos!, le grite.

El me subió en el auto y empezó a manejar todavía estaba algo mareado, solo le pregunte la hora – ¿Willy, dime la hora?

-Son las 12:06 Pm, tuviste inconsciente durante 3 horas - me dijo todo nervioso y preocupado.

-¡Maldita sea mi cabeza!- exclame preocupado levante mi mano izquierda y me la puse en la parte de atrás a diez centímetros de mi cuello, este se sentía mojado me preocupe al observar estaba llena de sangre. “Demonios Willy que me paso porque estoy sangrado” le dije todo preocupado

-Eso es lo que quiero saber te encontré tirado así, lleno de sangre debemos llevarte al hospital- mientras conducía, se notaba lo nervioso que estaba no dejaba de mirar el frente sus manos estaban temblando, así como sus piernas.

- No, no ni se te ocurra, no te preocupes es un pequeño dolor, lo que me produce además debe ser una pequeña herida- pero en verdad sentía un gran dolor y sabía que no era cualquier herida superficial. Lo que necesitaba era que me llevara a una joyería. “Willy, escucha bien necesito que me lleves para una joyería de inmediato” le dije con una voz gruesa y muy seria

-Pero tu herida, estas sangrando- sabía que estaba preocupado con solo mirarlo se notaba, pero necesitaba saber qué demonios eran estas joyas.

-Estas bien, estas bien llévame para la joyería y luego me llevaras para el hospital, que te parece- le dije de forma tranquila y serna

-Estas bien, bueno.- ya se le notaba algo más de tranquilidad “iremos para la joyería Under Bridge” exclamo más tranquilo y menos nervioso.

Estuvo manejando durante algunos Kilómetros. No hablamos durante todo el camino, yo estaba poniéndome algo de vendas que tenía en la parte trasera del auto, cada vuelta quedaba era un intenso dolor que sentía, me pregunte ¿esto vale la pena y si son joyas de mentira este golpe y el susto de ese hombre muerto en aquel cuarto valió la pena? En ese momento.

-¿Dime, Lance hiciste el trabajo de matar a ese hombre y por eso saliste lastimado?- ya estaba más serio, y más tranquilo.

-bueno en realidad cuando entre ya estaba muerto que era lo más raro- le dije algo asustado.

-¡Pero qué demonios así no, nos pagaran!- grito adentro del carro, “mierda, entonces quien fue”, ya estaba algo más sereno

-En realidad no sé, no vi ni un hombre adentro, ni uno saliendo- agarre mi mano diestra y la metí en mi bolsillo derecho buscando otro cigarro “pero me parece raro ya que nosotros llegamos 5 minutos luego que el” mientras encendía el cigarro. El carro se llenó de humo, salía por las ventanas, en realidad Willy nunca me reclamo por el humo pero ese día estaba algo nervioso.

-Eso es malo como le diremos a los jefes, que lo encontramos muerto, ¡apaga el maldito cigarro! – primera vez que lo había escuchado enojado porque fumara.

- Estas bien, eso es lo que menos me importa, con lo que acabo de encontrar no necesitaremos más empleos de mafiosos- le dije con una breve sonrisa en mi boca

-¿De qué demonios estás hablando Lance?- mientras me observaba con duda y curiosidad.

-El semáforo estaba rojo en ese momento –mira bien Willy lo que encontré- en realidad no me importaba mostrárselo era mi mejor amigo desde la primaria “miras estas extrañas joyas” le dije con un tono suave.

-¡Wooo!, son de verdad Lance- se veía un brillo en sus ojos como si la esperanza volviera a su vida.

-Bueno en realidad, por eso vamos para Under Bridge- le dije sonriendo, subí mis manos a mi cabeza “jajajajaja”, el me observo y solo dijo o hizo fue “jajajajaja” reír conmigo sabíamos que estábamos en quiebra pero, a pesar de todo había una esperanza.

Al llegar a la joyería, me pare de mi asiento, abrí la puerta del auto, si mi viejo auto que ya me imaginaba cambiándolo por un Ferrari o Bugati. Al caminar me sentía un poco mareado, me imagine que era por la cantidad de sangre que había votado eran como las 2 de la tarde. El sol estaba en su mejor momento, la temperatura llegaba a 38 grados, sudaba como esos días de verano, en la playa. Under Bridge era una de las mejores joyerías de New York o la mejor, quien sabe por fuera tenia los clores en las paredes de azul y blanco, se notaba que estaba recién pintada. Al entrar se podía ver la clase de estas joyería había anillos, diamantes, esmeraldas, rubí, zafiros e incontables joyas que solo una persona rica podía comprar. Al hablar con el vendedor solo subió su cabeza, nos observó de abajo hacia arriba, se puso otra vez lo que estaba haciendo, era un hombre de edad ya avanzada, tenía un smoking súper limpio de color negro puro, se veía la clase a su alrededor, yo me dirigí con una voz gentil y amable.

-Disculpe, Señor, Disculpe- con mi vos amable

-Sí que desea- dijo con voz pulcra si obsérvanos solo haciendo unas cuentas en su escritorio

-en realidad venimos a ver cuánto valen estas joyas – levante mi mano diestra, y la metí en mi bolsillo derecho. Podía observar como los vigilantes nos miraban, éramos como la atención principal. Saque mis dos joyas y se las puse en su escritorio. El hombre al mirar las quedo algo sorprendido sus ojos se pusieron brillosos y sus pupilas se dilataron

-Mmmm, ¿disculpen pueden venir conmigo un momento?- dijo con cortesía y una sonrisa en la cara

-si claro porque no. Willy quédate aquí este bien- mientras seguía al señor.

En camino podía ver que me llevaba para la recepción, le dijo a la secretaria que por favor no dejara pasar a nadie, se lo pidió con total cortesía. Al entrar pude observar que era un lindo lugar había una chimenea en la parte izquierda, arriba la cabeza de un alce, en su escritorio un laptop de color gris oscuro, el piso era total de madera. Me dijo que me sentara, al sentarme vi una bella foto de una chica, le pregunte “disculpe esta es su hija”. Él se rio pero puso una cara de alegría “no, no esa es mi nieta Jazmines” observando la foto, se veía nostalgia en sus ojos.

-Aja bueno déjame ver bien esos Diamantes- puso una cara seria y algo preocupada

-¿Diamantes? De ese color- le respondí algo dudoso

-Si son diamantes, y eso es lo raro, atreves de los años he vistos diamantes negros incluso hasta rosados pero nunca uno de estos colores- me respondió seriamente.

-Bueno tome- los tenía en mis dos manos ya que en una solo no cabían los dos

-Sorprendente, sencillamente sorpréndete, bueno en realidad no le diré donde los encontró porque eso no es problema mío, solo le diré que estos diamantes valen una fortuna, cada uno aparte. Dijo mirando el de color amarillo.

-¿De cuánto estamos hablando?- le pregunte inocentemente, en realidad me imaginaba que cada uno llegaría a valer un millón de dólares.

-Estamos hablando de azul marino, por su tamaño y peso podría llegar a valer un total de 50 millones de dólares en el mercado negro.

-¡CUANTO!, dijo 50 Millones de dólares, eso, eso es mucho dinero- grite sorprendido me levante de la silla de inmediato no lo creía, ósea 50 millones de dólares.

-Si 50 millones de dólares- se notaba tranquilo.

-¿Y cuánto el Amarillo?- le pregunte ya algo sorprendido por el precio

-Disculpe puede apagar la luz un momento- mientras sacaba una lupa

-Si claro porque no- en ese momento camine y apague la luz, cuando me voltee algo estaba brillando. “¿Eh, eh disculpe ese es el diamante?”

-Mmmm, como me lo imagine- dijo serio “por favor prenda la luz de nuevo” exclamo algo excitado

-Mmmm, estas bien –al prender la luz me devolví y me senté en la silla “no soy un experto en diamantes pero que yo sepa estos no brillan verdad”

-Cierto, Cierto pero este es uno Fluorescente, eso triplica su valor

-Disculpe eso que quiere decir

-Que este Diamante no tiene precio, puede cobrar desde un millón de Dólares, hasta mil millones de dólares en el mercado negro.

-¡!!Dijo mil millones de dólares!!! – Casi me desmayo del golpe emocional, o esa esta mañana era pobre y ahora soy multimillonario- esto real me pregunte más de mil veces, pero lo más raro era que porque me lo dijo se me hubiera ofrecido 100.000 dólares los hubiera aceptado. “disculpe la pregunta pero porque me dijo su verdadero precio, si me hubiera dicho que valen 100.000 dólares los hubiera aceptado” se veía en mi rostro algo de duda.

-En verdad tienes razón, pero no ganaría nada aunque usted no lo crea este es mi local y no lo hago por el dinero, sino por mi gusto por los Diamantes, aparte que hay un Mafioso llamado Bullarte, este dijo que si alguien encontraba los diamantes de este color se los tendría que dar, obligatoriamente o destruirá su local. Por eso además ya es tarde deberías irte con esos diamantes fuera del país en menos de 3 horas él sabe todo, nadie se salva vete- dijo exclamando y me saco.

-hijo espero que estés bien esos diamantes son una maldición…

Mi mente estaba en blanco metí los diamantes en mis bolsillos izquierdos y derechos, tenía una sonrisa de oreja a oreja, fui a donde estaba Willy, mire mi reloj eran las 4 PM, mmm tenía que buscar a mis hijos, uno de 10 y la otra de 16 en la escuela superior Miagar.

-Vamos Willy se hace tarde – lo agarre por la mano derecha con mi mano Izquierda “tenemos que buscar a Hope y Lynn” mientras salíamos de la tienda.

-¿Estas bien Lance pero dime que te dijeron, dime?- soltándose de mi

-Te lo digo con los niños, ¿tienes los pasaportes en tu casa?- mientras ponía encendía el auto

-Sí, si lo tengo, pero porque eso tan de pronto- tenía la cara demasiado dudosa por mis aptos, y claro que lo entendía.

-Primero busquemos a los chicos y te explico

El colegio no estaba muy lejos, de la joyería incluso solo a unas cuadras. Mis hijos salen a las 3 ya estaba retrasado 1 Hora y 15 minutos cuando llegue.

-¡Hope, Lynn!, ¿maldita sea donde están? – normalmente siempre me esperan enfrente del instituto, este era uno público, ya que mi presupuesto no daba para tanto, me propuse a entrar a buscarlo. Ya no había nadie todos se habían ido solo quedaban los de deporte entrenando busque en la cancha de Basquetbol, está ya estaba deteriorada por los años, los juegos continuos, las clases de gimnasia. Empecé a correr, me empecé a preocupar, entre en los salones, solo habían pupitres vacíos sencillos y viejos, las pizarras llenas de tiza delas clases del día de hoy. Estuve corriendo por unas varias horas, me detuve un momento a descansar cuando…

-¿Disculpe usted es el padre de Lynn?- con una voz dulce y tierna, estaba un poco asustada y nerviosa cuando me hablo

-Sí, sí ¿porque?- le pregunte con una voz suave para que no se preocupara ni me cogiera más miedo

-etto, bueno esto me lo dio un señor me dijo que se lo diera cuando lo viera y disculpe- se fue corriendo por los pasillos que parecían interminables.

-¡Bueno Gracias!, mmm que es esto un teléfono.- me decidí a seguir buscando a Hope y Lynn.

Pasaron unas horas después no los encontré me imagine que se fueron para la casa…

Ya eran como las 7 PM, Willy me acompaño hasta mi casa, no me dijo nada sabía que estaba preocupado por Hope y Lynn, en fin él era su padrino, no quería molestarme con lo otro. Mi casa no era nada del otro mundo era sencilla de un piso, no tenía muchos lujos, solo un televisor que estaba en la sala, y una habitación donde dormía Hope y Lynn, yo en los muebles. A pesar de todos nosotros tres somos muy unidos, pobres pero felices me preocupo que cuando llegue no había nadie la casa estaba apagada, como la deje estas mañana al irme a trabajar, la sala echa un desastre. La ropa interior de Hope y mía tiradas por todo los muebles, la cocina sucia hasta el tope solo se escuchaba en viento entran por la puerta. Lynn ya estaba en la edad de la adolescencia solo salía para fiestas, y hablaba con sus amigas, no le decía nada sabía que estábamos pasando una situación grave.

-¿Oye Lance tus hijos no deberían estar ya aquí?- se notaba lo preocupado que estaba igual que yo

-Si es verdad- estaba un poco nervioso, estaba a punto de llamar a la policía cuando.

Ring, Ring, Ring- sonó el teléfono que me dio aquella chica del instituto

-¡Halo! ¿Quién habla?

-¿Tienes los diamantes verdad?

-Cuales diamantes- me trague la saliva en ese momento y empecé a sudar

-Tú sabes cuales si quieres ver a tus hijos vivos tienes que darme los dos diamantes, hoy a las 9:00 de la noche en el Callejón Wall Swift.

-¡Estás loco, me dices que te de unos diamantes que ni siquiera tengo y me dices que tienes secuestrados a mis hijos!- estaba nervioso pero no podía darle los diamante ese era el fin volvería a la pobreza tenía que pensar en algo

-Ya sabes a las 9:00

No podía darle los diamantes, tenía menos de 2 horas para hacer algo, el tiempo estaba corriendo y yo no quería ni perder los diamantes ni mis hijos. Decidí algo

-Willy, toma los dos diamantes, solo te diré que uno vale 50 millones de dólares y el otro lo mismo.- En ese estaba alistando mi arma “mis hijos están secuestrados no podemos llamar a la policía, estos malditos quieren estos diamantes” se lo dije con autoridad y temor

-Pero Lance dale los diamante son tus hijos ¡por dios!- mientras me sostenía el hombro derecho con su mano diestra.

-Sabes que si se los doy igualmente me mataran a mí y mis hijos son mafiosos no le importa un maldito coño nada- soltándome de su brazo “tenemos que actuar rápido” le dije con una breve sonrisa en la boca, para que no se preocupara tanto.

-¡Estas bien!- se le veía un poco más de confianza pero igual se notaba que estaba algo nervioso.

Corrí a mi habitación a buscar otra ropa una camisa casual de color verde marina, ya algo llevada por el tiempo y el uso, unos pantalones negros, ya tenía los ruedos algo roto por tanta veces que me los ponía y unas gomas de color blanco con azul, estas si eran más nuevas y no se veían tan deterioradas como mi otros pares. Me fui al baño me lave la cara mire mi rostro, todo cansando por el día. Pensé estaré haciendo esto bien, nadie saldrá lastimado es un riesgo que tengo que tomar. Me di una cachetada en la mejilla derecha para despabilar, ya había decidido era ahora, o nunca.

Nos montamos en el auto Willy y yo, le dije que condujera lo más rápido posible ya solo faltaba 35 minutos para las 9:00 PM.

- Willy escucha bien yo bajare solo tú te ocultaras cuando le de los diamantes y el me de mis hijos, sales tú y disparas ok!- le dije con firmeza mientras mis manos cargaban las dos 9mm.

- ¡Si, Si entiendo entras le das los Diamantes y los mato!- lo dijo con más seguridad que nunca, se veía bien

- Pero si son varios aquí actuó yo también ponemos en seguridad a mis hijos y le disparamos los dos- en realidad no me importaba morir si mis hijos estaban seguro y los diamantes. Sé que estaba siendo egoísta pero esta era la única forma de salir de la maldita miseria, de todos los días que hasta hambre pasamos.

Al llegar estaba solo un hombre de color negro, tenía un smoking y su pantalón negro.

- ¡Oye tú! ¿dime donde tienes a mis hijos?

- Primero los diamantes

- Demonios te dije que no tengo ninguno putos diamantes de mierda- estaba tratando de ganar tiempo para que Willy se escondiera

- ¡Jajajajaja!, crees que soy idiota tú tienes esos diamante dámelos y tus hijos estarán bien- se veía que estaba apurado, que no estaba en juego él quería los diamante tanto como yo

- No te lo volveré a repetir dame los ¡MALDITOS DIAMANTES!- estaba furioso, parecía que su paciencia se agotara.

Maldición, ya me estaba preocupando eran los diamantes o mis hijos, en realidad la vida de mis hijos valía más, que más quedaba tenía que dárselos, pero no me iba a ir con las manos vacías.

- Estas bien, pero primero déjame ver a mis hijos

- Mmmm, muy buena elección- con una sonrisa algo maquiavélica en su cara “aquí están”, estaban atado de las manos y las piernas y con una bolsa de lona en la cabeza, solo pude mirar a mi alrededor para ver cómo iba a actuar. Era un lugar algo angosto había papeleras de basura detrás mío, las ratas pasaban como si nada pasara, se escuchaban los aullidos de los perros a lo lejos el sonido de las gotas de los aires cayendo en el suelo, cada minuto que pasaba era un maldito eterno año.

- Aja que esperas muéstrame los diamantes- estaba tan enojado que no podía ya controlarlo

- ¡Aquí están!, mira- me acerque lentamente para que los agarrara

- Para ver- se quedó un momento mirándolos

- ¡Aja dame mis hijos!- mientras tenia los diamantes

- ¡Jajajajaja!, crees que soy un maldito idiota estos no son los diamantes- mientras los tiraba en el suelo

- ¡como, como que no, no son los DIAMANTES!- no podía creerlo, mis ojos se desilusionaron me preocupe este maldito tenia mis hijos y yo no tenía los diamantes

- Maldito crees que esto es un juego ahora veras- mientras se iba salieron dos hombre que parecían gorilas, se llevaron a mis hijos y los montaron en una van de color blanco.

- ¡Qué demonios maldito dame mis hijos!

Yo solo podía observar mientras se iban tenía que hacer algo no podía quedarme aquí parado, “WILLY, WILLY donde estas, demonios donde estas”, Gritaba.

-mierda Lance, no pude hacer nada estaba rodeado por 4 hombres armados, no pude ni moverme- me dijo preocupado, le creí porque estaba algo golpeado y sucio

-demonios Willy ellos tienen a mis hijos y quieren los diamantes, y no los tengo, que demonios no sé qué los hice- en ese momento empecé a llorar, mis lágrimas salían solas del dolor.

- Ring, Ring, Ring

- ¡Halo! ¿Quién es?

- Crees que estamos jugando

- ¡Maldita sea no tengo eso diamante! – mientras le gritaba por el teléfono

- ¡hombre te daremos una oportunidad más ven a las 11:00 a el edificio de color, Gris cerca del Log Tower!- mientras se reía por el teléfono

-Este bien, Estas bien.

- Que te dijeron Lance, nos quieren en log Tower a las 11- le dije mientras corría por ese callejón que se volvió el principio de mi infierno

- Bueno vamos pues- mientras me seguía

Me pregunte porque me dijo que no eran los diamantes correctos, ósea estaba tan preocupado por mis hijos que no pude pensar en nada más que en que me pedirían... Ya eran los 11 Log Tower estaba al otro lado de la cuidad, esa noche se me hiso tan larga que nunca la olvidare. Al pasar por esa avenida encontramos un solo edificio Gris. Le dije a Willy que me acompañara en la entrada un hombre nos preguntó si me llamaba Lance, me dio un papel donde decía que entrara en la habitación número 45. Mi mente se acordó cuando entre en la habitación 45 otra vez me pregunte, dudando de que tuviera alguna conexión. Al entrar solo había un bombillo que alumbraba, todo el complejo, este edificio no estaba tan deteriorado, al subir las escaleras me acorde de aquel espantoso momento de esta mañana. Demonios quería olvidarlo.

- Lance que tienes- me dijo con tono de preocupación sus ojos estaban algo dilatados

- No te preocupes si no que quiero ver a mis hijos sanos y bien- mientras metía mi mano diestra en mi bolsillo derecho para agarrar un cigarro, esperaba que me quitara los nervios

Al llegar a la habitación numero 45 estaba silenciosa era la única que tenía luz en el frente, que todas. Esto en realidad me preocupaba algo más de lo corriente al abrir la puerta lentamente no esperaba encontrarme con una de mis peores pesadillas al ver lo que había adentro solo me caí de rodillas, mi cigarro callo de mi boca lentamente chocando con el suelo que estaba desgastado por el tiempo. Y empecé a llorar como un loco desgraciado que había perdido todo, que no podía creer lo que estaba viendo. Era la cabeza de mi hijo de 10 años, tirada en un mueble como si fuera un adorno, no podía creerlo solo fui corriendo a agarrarla. La abrase con todas mis fuerzas, mientras gritaba “!MALDITA SEAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!, mis lágrimas salían del dolor, mi corazón se destrozaba en pedazos, no podía escuchar nada, el miedo y el dolor invadieron mi mente. Sentía que mi mundo se caía que mis metas se borraban, que mi sueños desaparecían, que dios me estaba castigando por mis ambiciones de dinero, de una vida mejor porque aceptar ser asesino de los mafioso, por dinero y ahora perdí todo lo que valía la pena al ver la cara de mi hijo muerto, solo quería matarme no quería volver a vivir jamás, apretaba mi puño lo más posible “! MALDITAS SEAS DIOS, Y TODO EL MUNDO!. No quería soltar la cabeza de mi hijo muerto

-Lance ¿Por qué arriesgaste tu vida y la de tus hijos, por una cosa tan insignificante como esta? ¡Acaso no piensas o eres idiota! – grito con un gran alteración sus ojos se ponían rojos de la rabia que tenía, no podía contenerla, “Claro debes ser Idiota”, lo repetía tanta veces como podía…


En cambio yo solo quería irme, o quedarme sabía que había cometido un error, no podía solucionarlo, tal vez debí irme de inmediato pero algo me detenía, me sentía atrapado entre la espada y la pared al verla a ella llorando y enojada exclamando “Idiota, te Odio”, me sentía mal al saber que en verdad la culpa era mía.

¿Por qué arriesgue lo más valioso de mi vida por unos cuantos Dólares?, esa pregunta me la hice más de una vez, Quizás por mi avaricia en ese momento, por mi esclavitud al trabajo, por falta de amor de la persona que ame… Pero ese apenas fue el principio de mis problemas, quizás debí ser fuerte no dejarme llevar por la avaricia, la tentación, el deseo carnal, la lujuria y el deseo de tenerlos me cegaron de la realidad…

- -ya hemos perdido todo- mientras lloraba, sentada en ese rincón donde goteaba, las paredes se veían deterioradas por el transcursos de los años, la pintura decaída por las constates temporadas de lluvias “debimos ser precavidos, te lo dije Lances”

No tenía tiempo de responderle mi mente estaba en blanco solo pensaba en ese rostro muertos en mis manos, sentía escalofríos, temor, odio a mí mismo. Pero que ganaba con eso tenía que hacer algo “Lance escucha tenemos que hacer algo no podemos quedarnos aquí sentados mientras el mundo sigue girando”. Exclamó con gran autoridad, mis ojos empezaron solos a llorar había perdido algo importante en mi vida, por algo que había obtenido de gran valor, a cambio de algo que nunca podrá recuperarse.

Solo queda movernos Lance- lo decía en tono suave y dulce, pero sabía que no estaba hay mentalmente, sus palabras solo eran susurros que desaparecían con el viento. Solo podía ver el rostro de mi hijo que yacía en mis manos muerto,

Me pare deprimido mi mundo se había acabado para mí. Esa mujer que decía te odio, a cada momento era mi ex –esposa, como demonios estaba aquí ella vivía en Boston con su nuevo esposo. Qué demonios estaba pasando mi hijo muerto, y mi esposa aquí, al ver las paredes estaba escrito algo lleno de sangre. Al leerla solo pude arrodillarme y creer que esto era una pesadilla (TRAENOS LOS DIAMANTE Y TE DAREMOS EL RESTO DEL CUERPO DE TU HIJO, Y A TU HIJA VIVA TIENES UNA SEMANA). Solo pude llorar mientras Willy me decía que no todo estaba perdido, pero para mí si…

-Lance todo estos por unos malditos diamantes ahora que haremos tienen a tu hija, no lo pensaran 2 veces para matarla. – mientras abrazaba a Liliana

Mis ojos estaban llenos de rabia, dolor, miedo, odio. Me pare y solo le dije “Liliana, Willy ¡ME VENGARE DE ESOS MALDITOS HIJOS DE PUTA” mi rostro había cambiado completamente, se notaba lo desquiciado que estaba solo pensaba en venganza. Y jure que lo haría…

Así fue como comenzó mi semana Infernal por unos malditos Diamantes que estaban llenos de sangre