Bajo el Manzano.

Este es el primero de mis relatos que subo al Foro, dedicado a la ACTIVIDAD: Se busca al príncipe Azul.

Bajo el Manzano.​

Capitulo I​

​

Era una típica y calurosa tarde de verano en la casa de mis tíos, donde solía recostarme en el hermoso y brillante césped, en ese cuidado y elegante jardín trasero que ellos, con mucho cuidado y amor, tenían reluciente. Solo yo y mis preciados libros –los cuales nunca me faltaban–, bajo la sombra de un manzano.
Hacia bastante calor, por lo que recuerdo, pero yo ya estaba acostumbrada porque todos los veranos viajaba, junto a mis padres y hermano desde Londres hacia las afueras, en donde esta inmensa y elegante mansión se encontraba rodeada de naturaleza y extensos campos.
Mis tíos atesoraban nuestras visitas, ya que ellos eran jóvenes aun y no tenían hijos, y siempre decían que mi hermano mayor y yo le dábamos un toque mas alegre al lugar.
En ese entonces, Nathaniel –mi hermano–, tenía unos 18 años y yo casi mis 16. Ambos sentíamos un gran amor por los libros pero de distintos géneros, ya que a él le interesaba más la historia y los números por lo cual acompañaba a mi padre y tío en sus charlas de negocios. Todos sabíamos que mi hermano seria el principal heredero y encargado de administrar la empresa y campos familiares. La empresa de ferrocarriles era bastante exitosa en esa época, ya que era algo nuevo y rápido para viajar, por lo que mantenía muy ocupados a los hombres de mi familia.
Yo, la más desinteresada en esos temas de familia, adoraba a los libros a mi manera. Por lo que mi género preferido era de fantasía, romance y aventura; claro que sin despreciar grandes obras de otros géneros, mi gusto variaba en si. Era mi hobby, mi momento feliz en el cual podía perderme entre líneas y viajar a mundos maravillosos que nadie podría imaginar. Y si, lo se, era joven. No podía pensar como otras damas, que ya estaban en búsqueda de un futuro esposo de mayor rango posible para no defraudar o bajar el nivel de estatus social. Eso no era lo mio; yo quería explorar, viajar, disfrutar… Sueños de una joven con alma libre, eso solía decirme mi abuela. La que me enseño este mundo de literatura al leerme “Alicia en el país de las Maravillas”, que no tardo en enamorarme y hacerme querer vivir algo parecido pero mas maduro, con mas romance y mas acción. Locuras, las cuales me hacían especial, sin contar las veces que me regañaron por arruinar costosos vestidos al adentrarme entre las plantas y arbustos en búsqueda del señor conejo, pero sin éxito y obteniendo solo castigos.
En fin, ese verano fui bastante advertida por mi madre antes de partir. Tenía vestidos nuevos y ya era una señorita como para comportarme de ese modo –eso pensaba ella–, pero yo no podía prometer nada solo reconfortarla con una simple sonrisa, la que a ella le sabía a mentira.
Al recordar ese día, ese verano que marco mi vida, siempre se me erizan los pelos pero con una sensación de alegría y paz. Esa tarde, en la que una manzana golpeo mi cabeza despertándome de mis más maravillosos sueños, decidí irme al invernadero donde mi tía y madre solían tomar el té por las tardes, ya que era bastante fresco y estaba rodeado de un pequeño estanque lleno de peces de colores.
Un pequeño ruido en el estomago me alerto que necesitaba los pastelillos que acompañaban al té. Asi que decidí levantarme, tome mi libro y comencé a caminar por el sendero de rosas que me llevarían al invernadero. Todavía dormida, con mis parpados algo pesados, no distinguía bien mi camino. Un leve bostezo provoco que me detuviera unos minutos para despertarme, acercándome a una hermosa fuente que decoraba el rosedal, en la cual moje mis manos y frote mi rosto. Mi camino estaba más visible, la brisa había aumentado un poco alborotando mi cabello negro rizado y refrescándome el día tan caluroso que había hecho.
Decidí apresurar el paso para evitar regaños de mi madre, ya que me esmere en cuidar el precioso vestido de tul color turquesa, que me advirtió que cuidara hoy. Tenia la mente tranquila al caminar, cuando una fuerte brisa me jalaba al interior del laberinto de plantas que se encontraba a mi derecha. Lo mire fijamente, era como si intentara absorberme pero no notaba nada mas extraño. Aun el aire persistía, lo que logro llamar mi atención y debí acercarme para averiguar de qué se trataba.
Las hojas de los arbustos se movían de forma violenta y agitada, pero solo en el laberinto, el resto a mi alrededor seguía tranquilo y apacible. Camine valiente y sin arrepentirme a su interior, no sabia lo que me esperaría pero parte de mi necesitaba seguir.
Cuando llegue al centro de este, otra hermosa pero más grande fuente se encontraba en su interior rodeada de flores, colores y ricos aromas… Pero algo extraño yacía tras ella, un muro el cual no recordaba haber visto entes, y eso que no era mi primera vez en su interior. Ya muchas veces nos habíamos adentrado con mi hermano jugando, y encontrado la salida, pero esta vez ese extraño y opaco muro obstruía el camino.
Volví a frotar mis ojos dejando caer mi libro, debía asegurarme de estar despierta, pero en cuanto la punta de este choco contra mi pie y un intenso dolor recorrió por mi pierna, supe que no era un sueño. Me acerque lentamente al inmenso muro y quede petrificada por un instante, pensando la razón por la cual este había aparecido tan de repente. De momento a otro, cuando menos lo esperaba, una pequeña puerta de madera blanca con bordes dorados apareció en medio. Era tan diminuta que solo llegaba a mis rodillas –¿Pero en que momento apareció?–. Pensé ya asustada, si hace unos momentos era un aburrido muro extraño en donde nada había.
La curiosidad fue más fuerte que yo, y a pesar de mi miedo, me puse de rodillas para admirarla mejor. Ahí fue cuando lo note, esa extraña brisa que intentaba atraerme provenía de su interior y con más fuerza que antes. No sabía que pensar, decir o hacer, estaba hipnotizada por tal cosa que solo seguí mi impulso de mirar tras el agujero del cerrojo. No pude ver mas que plantas, como si el otro lado del laberinto continuara tras de ella. Entonces comencé a pensar en las posibilidades de que mis tíos hubieran puesto eso ahí antes de que llegáramos, algo asi como para cambiar la ruta del juego… Pero no, eso no podía ser, si esa pequeña puerta hace unos instantes no estaba.
Volví a ponerme de pie y al retroceder un paso, pise una pequeña llave la cual no había notado. Tan pequeña y brillante, como la pieza de una joyería. No tarde en darme cuenta que esa era la llave para la pequeña puerta, pero de solo pensar que no sabia lo que encontraría allí se estremecer mi cuerpo. No solo por temor, si no por la aventura que tal vez me estaba esperando tan solo tras una extraña puerta de madera, aunque sentía que no era correcto, que esto no me partencia… Pero una voz que salió de lo mas profundo de mi corazón me dijo que debía hacerlo, esto era totalmente mio y no pasaría dos veces. Sin desaprovechar mi oportunidad, abrí la puerta y pude visualizar el otro lado del laberinto, lo cual no me pareció extraño. La trasvase agachada, para poder pasar por ella. Al otro lado, me puse de pie y sacudí mi vestido, luego mire a mí alrededor sin notar nada fuera de lo común. Seguí el camino y salí de su interior, para encontrarme con un extraño jardín donde las plantas eran rosadas, nada verde…
–¿Qué es esto? –dije en voz alta. Era como el jardín de mis tíos, pero de otro color y allí estaba amaneciendo, lo que era imposible si hace unos minutos estaba aproximándose el atardecer.
Quise volver, pero al voltearme el gran laberinto había desaparecido dejando solo pétalos de flores en el piso. Eso me aterrorizó, no sabia que hacer ni a donde ir. Cuando una voz susurro con el viento –¿Quién eres? –Mire a mi alrededor apresurada, pero no había nada mas que platas.
La voz otra vez hablo –Vete, no debes de estar aquí.
–¡Muéstrate! –grite lo mas fuerte que pude sin obtener una respuesta concreta.
–¡Corre! ¡Rápido! –Volvió a hablarme–. No debes de estar aquí, pronto vendrán y te cazaran. ¡Corre! –Insistía.
–¿Por favor dime que esta pasando? Estoy asustada… –Las lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas secas. Cuando tras los arbustos más rojos salió un pequeño duende, vestido de verde como de un cuento de hadas, pero con un hermoso rostro de niño y ojos brillantes. No podía creer encontrarme en tal lugar y conocer tan bella persona, pero mis pensamientos se rompieron tan pronto este corrió hacia mi y me tomo del brazo con preocupación.
–No podemos estar aquí, es un campo muy abierto y no tardaran en encontrarnos.
–No comprendo… –Sin mas palabras, fui arrastrada por un pequeño niño el cual no respondió mas mis preguntas, solo corría y me llevaba con el.
Al llegar a una pequeña caverna nos escondimos en su interior, pero no permanecimos quietos ahí. Seguimos caminando en su interior apresurados y sin detenernos, él no iba a parar. Luego de unos minutos, una luz comenzó a iluminar el oscuro y frio camino, una salida. Del otro lado había solo mas que naturaleza, pero de diversos colores como yo la conocía.
–¿Por qué del otro lado todo estaba tan rosado? –pregunte sin poder aguantar mas la curiosidad y aprovechando que nos detuvimos en un pequeño arroyo.
–Esa es la señal de muerte y tristeza –suspiro deprimido sin levantar la mirada.
–¿Tan bello color utilizado para ese fin? –El pequeño asintió–No comprendo, en verdad yo…
–Se nota que no eres de aquí –Ahora si me miro–, cuando el bosque se tiñe de ese color es porque los cazadores salen a quemarlo y a capturar cualquier criatura que no obedezca al rey.
–¡Qué rey tan tirano! –Solo eso pude decir y fruncí mi seño – ¿Por qué hace esas cosas?
–Si que eres extraña ¿Cómo es que llegaste aquí? –No sabía como explicarlo, pero después de todo lo sucedido fui sincera y directa. El no supo responderme por qué había legado allí o haberme topado con esa puerta, pero lo que si me dejo claro era que nuestros mundos eran totalmente diferentes.
Después de descansar lo suficiente, comenzamos a caminar ya que ningún lugar era seguro. Durante nuestra caminata el comenzó a comentarme lo que pasaba en su mundo, como yo lo supuse, estaban siendo conquistados por un oscuro rey a quien no le importaban las criaturas que habitaban el lugar. Él quería construir ciudades y para eso eliminaba todo lo que el consideraba basura. Le pregunte –¿Porque habían llegado a esa instancia y porque él estaba al mando? –, pero el solo me dijo que después de la muerte de su antiguo rey, la familia real fue asesinada por este extraño sujeto, que apareció de la nada con ideas fuera de este mundo pero no tan distintas a las del mio. Esto me hizo pensar, que tal cruel persona, había llegado de la misma forma que yo pero con planes horrorosos y devastadores. Luego me comento que esta persona era ya conocida por la familia real, como si fuera parte de ellos pero con malos pensamientos. Entonces ¿Quién era este hombre?¿Pertenecía a este mundo o no?
Ya no sabía que pensar al respecto, solo sabía que estaba atrapada en un extraño lugar sin poder regresar a casa.
El día paso volando; ya estaba anocheciendo y aun seguíamos caminado. Huyendo de algo que desconocía pero sabia que mi vida peligraba, y solo podía confiar en ese pequeño ser. Estaba triste y preocupada, ya no quería caminar más, mis pies no respondían.
–No te preocupes –Me miro y sonrió–. No todo esta perdido, hay un sobreviviente de la familia real que esta dispuesto a ayudarnos. – Creo que el no entendía mi preocupación.
–¿Y donde esta esa persona? –pregunte.
–A donde nos dirigimos el y muchos mas estarán esperándonos. Ya veras, es muy amable y luchador.
–¿Pero de quien se trata esta persona?
–Es el único y verdadero heredero al trono –sonrió con orgullo–. El príncipe Guilbert –Sus ojos se llenaron de esperanza y luz.

Continuará…
- Les agradezco por sus comentarios y ayuda ^^ ... Espero que lo disfruten.