One-shot Asesina (UlquiHime)

Holaaa!!!

Traigo mi primera historia de Bleach, espero y les guste. Solo es el primer capitulo, pero algo es algo xD
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Disclaimer: Ni Bleach ni sus personajes me pertenecen, son propiedad de Tite Kubo.
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AU (Universo Alterno)
OoC (En algunas ocaciones en Orihime)
Pareja: UlquiHime, IchiRuki

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Asesina​

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1.- Crimen Perfecto​

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Te encontrabas sentada en la fría cama de tu alcoba, sola, como siempre. Desde que tu hermano murió estuviste sola. Tienes amigos, sí, pero no es lo mismo. Amor, amistad, sentimientos, los tienes en exceso. Siendo solo una niña de quince años, has pasado por muchas dificultades, pobre chiquilla.


Ahora a tres años de la muerte de tu querido hermano, en lo único que piensas es en morirte, niña ingenua, que no conoces lo que es el verdadero dolor. Tú corazón te hace hacer cosas tontas, es un órgano inútil, solo te debilita.



Pequeña ilusa, siempre creíste que todo era de color rosa, pero no fue así. Nunca fue así. Y por eso, basándote en juicios que creíste correctos pero que no lo eran, ahora estas en esta situación, con tu hermoso cabello naranja manchado de sangre, sangre de tu novio, aquel chico de rubia cabellera yace en este momento en la planta baja de tu hogar, muerto. Pero tú sabes que lo merecía, el abuso muchas veces de ti, y no pudiste hacer nada para impedirlo, hasta ahora. Esta noche al fin te armaste de valor, y lo hiciste. Después de que acabó de hacer lo que quiso contigo y se durmió, tú atacaste. Le cortaste la yugular, y la sangre mancho tus manos, mismas con las que te limpiaste las lágrimas que corrían veloces por tu rostro, manchándolo de color carmesí. Luego cepillaste tu cabello y lo acariciaste, aun sin lavarte las manos.



Ahora, mientras observas fijamente la luna en creciente iluminante, te das cuenta de lo que has hecho, te has convertido en una asesina, pobre niña, no sabes que hacer. Y comienzas a llorar, lloras con miedo, tienes miedo de lo que pasará, sabes que si no haces algo pronto, la policía terminara enterándose de lo que has hecho, y tu iras a la cárcel, sé que no quieres eso y yo no puedo ayudarte.



Veo como te levantas lentamente de la cama, te limpias el cabello y el rostro con una toalla húmeda en el baño de tu habitación, para lo que harás debes estar limpia. Eres como un zombie, caminas lento y con la mirada baja, te diriges al piso inferior, donde se encuentra Pein. Pein, perfecto nombre para ese desgraciado, dolor, lo que tanto te ah causado. Tienes un plan, o por lo menos sabes que debes desacerté del cuerpo de ese malnacido. Has terminado de bajar los escalones, y te quedas parada en el final de las escaleras. Llegas a la sala, es ahí donde está su cuerpo, conveniente para ti que esta vez se le ocurriera violarte en la sala y no en la recamara, de esa manera es más fácil. Te acercas a la ventana de la sala y notas que el automóvil de Pein está estacionado en la acera. Otro punto para ti. Cierras las cortinas y te acercas al cuerpo inmóvil que se encuentra en el sillón. Te arrodillas a su lado y le acaricias con cariño la mejilla, las lágrimas surcan tu rostro, aun lo amas. Ese sentimiento inútil aun se encuentra en tu pecho después de todo lo que ese te hizo, y de lo que tú le hiciste hace unas horas, patéticos sentimientos. Dejas de acariciar su mejilla, tomas las llaves de su auto que se encuentran en la mesilla de centro, después de tomarlas vez la hora. Hm, las tres de la madrugada, punto para ti. No hay nadie por los alrededores. Esto sería el crimen perfecto si supieras que hacer.



Te diriges a la entrada principal de tu hogar, abres la puerta y sales. Llegas al automóvil del chico y abres la puerta trasera, lo bueno que es un Mercedes Benz cerrado, puedes meterlo al maletero y… Oh sorpresa, te veo temblar, tienes miedo y estas nerviosa, es verano así que no puede ser frio. Dejas abierto el maletero, con las luces apagadas, no quieres errores. Te diriges dentro de la casa y vas a la sala, jalas a tu novio –o mejor dicho ex novio- y lo metes en una maleta que sacaste del sótano, es grande y negra, por lo que no tendrás problemas. Lo metes dentro de ella y la cierras, arrastras la maleta a la salida, pero es muy pesada para ti, apenas y puedes moverla. Pobrecita de ti, tan pequeña y con una carga tan grande como lo es el homicidio. Con dificultad llegas al Mercedes Benz y levantas la maleta con dificultad, pero finalmente la metes en el maletero, traes una pala contigo, la pones sobre la maleta, y lo cierras.



Te recargas cansada en el maletero, pero sin perder un minuto, te repones y te diriges a paso seguro a la casa. Entras, tomas un mapa del estante en la entrada, sales y aseguras la casa para que nadie entre, y te diriges rápidamente al auto, aun con los nervios a flor de piel. Te subes, prendes el carro y aceleras. Vez el mapa en algunas ocasiones, tus manos tiemblan al volante, pero no decaes. Manejas hasta llegar a las afueras de Osaka, te estacionas a las orillas de la carretera, apagas las luces y te bajas nerviosa. Sabes que en ese lugar es muy improbable encontrar gente, y menos a las tres y media de la madrugada, eso es bueno. Abres el maletero y sacas la pala que metiste con anterioridad. Te diriges a la orilla, un poco adentrado en la obscuridad y comienzas a cavar, no puedes, lo noto, no tienes la fuerza necesaria para hacer esto, aun así continúas.



Cuando tienes un hoyo lo suficientemente largo y profundo, te diriges al maletero. Lo abres y sacas con dificultad la maleta, después la abres y observas el frio cuerpo de tu novio, ah comenzado a descomponerse y huele mal. Al verlo lloras más, no deberías llorar, te distraerías y alguien podría descubrirte. Lo sacas de la maleta, manchando más tu ropa de sangre. Pero eso no te importa, después de todo es negra, aparte tu solo quieres desacerté del cuerpo muerto. Jalas su cuerpo hasta la zanja y lo metes ahí, tomas la pala y comienzas a llenar el hoyo de tierra, hasta que está completamente tapado. Con tus pies aplanas la tierra, y después con la pala para no dejar huella. Haces lo mismo hasta llegar al auto. Después de todo, tu mente comienza a despejarse. Guardas la pala de vuelta en el maletero, lo cierras y entras al carro. Vez la hora, son las cuatro y media, aun falta una hora y media para que amanezca, tienes tiempo.



Te diriges a una tienda de autoservicio, cuidas que no vean tu rostro, pero lo haces sin levantar sospechas. Compras un paquete de toallas húmedas, sospecho para que. Pagas y vuelves al carro, avanzas unos kilómetros y te paras, dejas las luces de adentro prendidas, pero apagas las de afuera. Tomas las toallas y comienzas a limpiar el volante y todo lo que tocaste, incluso sacas la pala del maletero y la escondes entre unos arbustos, claro, después de limpiarla. Luego de que estuviste segura de que estuvo todo limpio, apagaste las luces, cerraste el carro y te fuiste. Pobre niña, ahora estas más sola que nunca. Comienzas a caminar a paso lento por la carretera, en unos kilómetros llegaras a la ciudad y podrás pedir un taxi. Una hora después llegas a la ciudad y pides un taxi, te sirvió traer tu teléfono.



El taxi llegó en quince minutos, ya va a amanecer y tu aun debes de desacerté de la evidencia que aun esta en tu casa. Al llegar, pagas al taxista y entras a tu casa. Fría, sola y ahora manchada, no de suciedad, manchada de dolor. Entras al cuarto de limpieza y tomas lo necesario, y sales a limpiar la sala. El sillón está manchado, pero con un decolorante especial que encontraste, le podrás quitar la sangre, igual que el piso, tu cama y el cuchillo homicida. No hay de que preocuparse, te dices. Pero sabes que no es así, al más mínimo error que cometas iras a prisión, y eso no es para ti. Una hora después tienes todo limpio, hechas los trapos y envases vacios en una bolsa negra y lo tiras en el bote que hay afuera, minutos después el carro recolector se lleva la basura.



Fue el crimen perfecto, sin lugar a dudas.



Suspiras aliviada, miras la hora y pegas un ligero grito de angustia, son las seis cuarenta y cinco, y entras al colegio a las ocho. Apenas y tendrás tiempo de arreglarte. Subes corriendo las escaleras y entras al baño, debes bañarte para quitarte toda esa sangre del cuerpo, y los rastros que aún quedan en tu cabello. Sales veinte minutos después, completamente limpia y vestida con el uniforme escolar. Una falda tableada negra con una camisa blanca y calcetas blancas, zapatos negros. La blusa blanca te queda apretada, después de todo, eres muy grande del pecho. Tu cabello está amarrado en dos coletas altas, te ves hermosa. Si alguien se enterara de lo que has hecho, no lo creería, nadie lo haría, no con esa carita de ángel que tienes. Tomas tu bolso y te diriges nuevamente al primer piso, miras la hora, siete cuarenta, si no corres no llegaras. Das un paso y suena el timbre. Tiemblas, estas nerviosa ¿Y si es la policía? ¿Y si vienen a arrestarme? ¿Me descubrieron? Esas preguntas te haces, lo noto.



Te diriges a la puerta principal y temblando la abres. Tus ojos se abren sorprendidos, tus labios tiemblan y tu cuerpo se siente colapsar. Es un hombre, si, un hombre. Esos a los que tanto le temes, y que aun así, tienes que convivir con ellos en todas partes. Pero este parece diferente, esta vestido todo de negro, y en su brazo izquierdo tiene una bracera con el número cuatro. Sus ojos son de un brillante color verde, y su cabello de un negro profundo. Un hombre extraño, si.



—¿Q-que…?



Pero no te deja terminar, retrocede un paso y te tiende la mano derecha. Sus ojos ven fijamente los tuyos. Y entonces habla, su voz es fría, sin sentimientos, seca. Así debe de ser, no debe de sentir nada, así nadie le lastimara. Así deberías ser tu, niña.



—Ven conmigo, mujer…

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Continue xD

Pues eso fue todo, espero y les guste xD

Besos!!♥